Boulos, el activista que da esperanzas a la izquierda en Brasil
El candidato del PSOL no logra la alcald¨ªa de S?o Paulo, pero ilusiona a los desencantados con el partido de Lula
Entre los 2.168.109 votos que Guilherme Boulos recibi¨® este domingo en S?o Paulo no estaba el suyo. No pudo acercarse a la urna electr¨®nica porque dos d¨ªas antes le diagnosticaron covid y tuvo que confinarse en su casa, en un barrio humilde de la metr¨®poli brasile?a. El contagio le rob¨® al candidato del Partido Socialismo y Libertad (PSOL) los dos momentos m¨¢s relevantes de su campa?a para conquistar la alcald¨ªa de la ciudad m¨¢s rica de Am¨¦rica La...
Entre los 2.168.109 votos que Guilherme Boulos recibi¨® este domingo en S?o Paulo no estaba el suyo. No pudo acercarse a la urna electr¨®nica porque dos d¨ªas antes le diagnosticaron covid y tuvo que confinarse en su casa, en un barrio humilde de la metr¨®poli brasile?a. El contagio le rob¨® al candidato del Partido Socialismo y Libertad (PSOL) los dos momentos m¨¢s relevantes de su campa?a para conquistar la alcald¨ªa de la ciudad m¨¢s rica de Am¨¦rica Latina. El coronavirus le priv¨® del voto en la segunda vuelta de las municipales y de su momento estelar, el de presentarse a todo Brasil porque su debate televisado en el canal Globo tuvo que ser anulado a horas del ¨²ltimo cara a cara con el alcalde, Bruno Covas.
No pudo ser. El electorado no le dio a Boulos, seguidor del Corinthians, la remontada que ped¨ªa. El alcalde de centro derecha fue reelegido con una ventaja de 20 puntos. Pero esta derrota le sabe a victoria. Porque, con sus dos millones de votos y su frescura, Boulos se ha ganado un puesto protagonista en el esfuerzo por resucitar a la izquierda de Brasil.
Este activista y profesor de 38 a?os concurri¨® a las presidenciales de 2018 sin lograr ni el 1%. Ahora ha logrado ilusionar a una parte del electorado de S?o Paulo desencantado con el Partido de los Trabajadores y sus esc¨¢ndalos de corrupci¨®n. La formaci¨®n que gobern¨® durante 13 a?os Brasil vive sus horas m¨¢s bajas, aunque a¨²n conserva su m¨²sculo. El PSOL palidece en poder frente al PT, pero es visto por sus votantes como sin¨®nimo de futuro, de esperanza. Es como si Boulos y el PSOL fueran un vigoroso hijo adolescente que entra en la madurez mientras el PT y Lula parecen m¨¢s bien un caballero de glorioso pasado que envejece mal (y buena parte del electorado odia).
Boulos, hijo de una pareja de infect¨®logos, fue consciente desde pronto de que era un privilegiado en un pa¨ªs desigual. A¨²n era adolescente cuando pidi¨® a sus padres que lo sacaran de su colegio privado para terminar la secundaria en un instituto p¨²blico. Ya de adulto, decidi¨® mudarse al barrio de su pareja, en la periferia. Y all¨ª siguen con sus dos hijas.
Proliferan las comparaciones con Lula da Silva, no con el expresidente sino con el sindicalista de los ochenta, el que arengaba a los obreros, el que a¨²n no hab¨ªa tocado el poder ni se hab¨ªa aburguesado. Con su barba y sus pulcras camisas arremangadas, hasta se parecen f¨ªsicamente. Boulos nunca fue afiliado del PT a diferencia de muchos de los militantes y dirigentes del PSOL pero hizo campa?a por la excarcelaci¨®n de Lula. Y fue bendecido p¨²blicamente por el expresidente en uno de los discursos m¨¢s trascendentales de su vida, el de su despedida antes de entrar en prisi¨®n en 2018: ¡°Ten¨¦is que tener en cuenta la seriedad de este chico (¡) Tienes futuro, hermano, simplemente no te rindas¡±, le recomend¨® el patriarca de la izquierda brasile?a.
Como en primera vuelta le correspondieron 17 segundos de publicidad televisiva, afront¨® cada acto de campa?a, cada v¨ªdeo para TikTok, Twitter o YouTube, cada debate con sus adversarios, como si fuera el partido de su vida. En la cercan¨ªa, se muestra serio, muy eficaz y emp¨¢tico.
Durante tres lustros lider¨® el Movimiento de Trabajadores Sin Techo para protestar contra la falta de vivienda ¡ª24.000 personas viven en las aceras de S?o Paulo¡ª y promover ocupaciones de edificios p¨²blicos abandonados. Por eso es visto por muchos como radical. Como nunca ha sido electo ni tiene experiencia en gesti¨®n p¨²blica, fich¨® como candidata a vice a una entra?able y querida antigua alcaldesa de S?o Paulo, Luiza Erundina de Souza, de 86 a?os.
A las acusaciones de radical responde sonriente con argumentos y propuestas. Una imagen lejana de algunos de sus actos m¨¢s controvertidos como activista social. A quien le acusa de que, con su programa social es imposible cuadrar las cuentas, le muestra el manifiesto de apoyo de 50 empresarios y directivos.
El izquierdista es partidario de las alianzas dentro de la izquierda. ¡°Creo que el mayor desaf¨ªo de la izquierda en esta elecci¨®n es derrotar este proyecto del atraso, del odio, que es el proyecto de Bolsonaro¡±, declar¨® a este diario en un acto electoral. Ha sintonizado con un electorado que parece buscar sosiego tras unos a?os marcados por el insulto al adversario.
El mayor problema del PSOL, menos masculino y blanco que el PT, es que le vota m¨¢s la clase media-alta de izquierdas que las masas de desheredados que necesitan salir a trabajar en plena pandemia y no pueden ver un debate por el m¨®vil. Por eso el cara a cara en Globo, que llega hasta el ¨²ltimo rinc¨®n de Brasil, era crucial. Pero esta es una carrera de fondo. ¡°Aunque no ganamos esta elecci¨®n, salimos victoriosos. Es el inicio de un ciclo¡±, proclam¨® desde su confinamiento.