La pesca, el caladero de la discordia del Brexit
El sector pesquero representa un peque?o porcentaje de la econom¨ªa del Reino Unido y la UE, pero su simbolismo lo ha convertido en uno de los puntos clave de la negociaci¨®n
La pesca no alcanza el 0,1% del PIB del Reino Unido. Tampoco supone un sector tan esencial como otros para la Uni¨®n Europea y, sin embargo, se ha convertido en uno de los grandes puntos de discordia en las negociaciones para lograr un acuerdo comercial para la era pos-Brexit. La clave de su peso espec¨ªfico no es estrictamente productiva ni estrat¨¦gica. Se trata en realidad de un ¡°s¨ªmbolo rom¨¢ntico¡± de la soberan¨ªa nacional, como lo define ...
La pesca no alcanza el 0,1% del PIB del Reino Unido. Tampoco supone un sector tan esencial como otros para la Uni¨®n Europea y, sin embargo, se ha convertido en uno de los grandes puntos de discordia en las negociaciones para lograr un acuerdo comercial para la era pos-Brexit. La clave de su peso espec¨ªfico no es estrictamente productiva ni estrat¨¦gica. Se trata en realidad de un ¡°s¨ªmbolo rom¨¢ntico¡± de la soberan¨ªa nacional, como lo define un diplom¨¢tico de alto rango en Bruselas, y tambi¨¦n de un sector en el que Londres cuenta con un as en la manga. ¡°Es el ¨²nico punto en el que los brit¨¢nicos parten con posici¨®n de ventaja: porque nosotros queremos algo de ellos¡±, en palabras de un eurodiputado alem¨¢n que sigue las discusiones. ¡°Por eso lo dejan para el final. Para torturar a [el presidente franc¨¦s, Emmanuel] Macron, y que acabe cediendo en alg¨²n otro punto¡±.
Con el pulso entre los equipos negociadores de ambas orillas del Canal de la Mancha casi en un punto de saturaci¨®n, y con un posible acuerdo a la vista en los pr¨®ximos d¨ªas, lo que est¨¢ en juego es el acceso a las aguas brit¨¢nicas, un copioso caladero que representa cerca del 15% del total de la pesca europea y del que salieron entre 2012 y 2016 una media anual de 1.285 millones de toneladas de pescado, seg¨²n un extenso estudio encargado por la Comisi¨®n de Pesca de la Euroc¨¢mara en 2019, con motivo del Brexit. La UE de los 27 se llev¨® la mayor parte (un 57%) frente a los pescadores brit¨¢nicos (un 43%). Y esto es lo que Boris Johnson, con su ret¨®rica nacionalista, lleva a?os prometiendo recuperar.
Cuando el 1 de enero el Brexit se consume, al concluir el per¨ªodo transitorio pactado, el Reino Unido abandonar¨¢ la Pol¨ªtica Pesquera Com¨²n, que define el acceso de los barcos europeos a la llamada Zona Econ¨®mica Exclusiva de este pa¨ªs, la cual se extiende 200 millas n¨¢uticas (unos 370 kil¨®metros) desde la costa brit¨¢nica. La UE aspiraba, al principio de la negociaci¨®n, a que se mantuviera un acuerdo similar al sistema de cuotas que reg¨ªa hasta ahora. Londres buscaba, al contrario, recuperar el control e implantar un r¨¦gimen parecido al noruego, que negocia de a?o en a?o las capturas de las flotas de la UE en sus aguas. La diferencia es que con Noruega se pacta la pesca de media docena de especies; en los mares brit¨¢nicos se har¨ªa para casi un centenar.
El pastel a repartir supone unos 650 millones de euros en forma de caballas, arenques, lenguados, cigalas y merluzas (los pescados m¨¢s atrapados, en este orden, por parte de la flota europea). Lo que ha trascendido de la discusi¨®n estos ¨²ltimos d¨ªas: Michel Barnier, el negociador jefe del lado europeo, habr¨ªa propuesto recortar (es decir, devolver al Reino Unido) entre un 15% y un 18% los derechos de pesca de los Veintisiete en aguas brit¨¢nicas, seg¨²n inform¨® RTE, la televisi¨®n p¨²blica irlandesa, una cifra que habr¨ªa sido tildada por Londres como ¡°irrisoria¡±. Mientras tanto, David Frost, que lidera el di¨¢logo por parte del Reino Unido, estar¨ªa tratando de retener hasta un 80% de la pesca en sus aguas. Y, como suele suceder con las negociaciones en Europa, lo probable es que todo acabe en alg¨²n punto intermedio: quiz¨¢ con un pacto provisional aceptable para ambas partes y un horizonte gradual de reducci¨®n de la presencia europea.
¡°Boris Johnson no necesita una victoria econ¨®mica, sino decirle a sus votantes que habr¨¢ menos barcos europeos en aguas brit¨¢nicas y m¨¢s pescado para los pescadores del Reino Unido y Escocia¡±, asegura Pierre Karleskind, presidente de la Comisi¨®n de Pesca del Parlamento Europeo, y eurodiputado de La Rep¨²blica en Marcha, el partido del presidente galo. La pesca, prosigue, ser¨ªa una de ¡°las pocas cosas tangibles¡± que un pol¨ªtico puede ofrecer a sus ciudadanos. Y este argumento vale para Londres, y tambi¨¦n para Par¨ªs, la capital del pa¨ªs m¨¢s afectado.
La resistencia francesa
Francia suma cerca del 30% del valor generado por la flota europea en aguas brit¨¢nicas, seg¨²n otro informe sobre el Brexit redactado en 2017 para la Euroc¨¢mara, y le siguen Pa¨ªses Bajos, Irlanda y Dinamarca. En t¨¦rminos globales, no supone un gran porcentaje para el total del sector franc¨¦s, pero en algunos puertos de los departamentos de Norte y de Breta?a, esa zona costera que casi abraza a la isla vecina, podr¨ªa llevarse por delante un 50% de los empleos, asegura Karleskind. A Macron le queda algo m¨¢s de un a?o para acudir a las urnas y pesa el fantasma de unos nuevos chalecos amarillos formados por curtidos lobos de mar. ¡°?Querr¨ªas a los pescadores franceses marchando hacia Par¨ªs? Son un grupo de tipos duros¡±, reconoce un diplom¨¢tico al tanto de las negociaciones.
Francia se ha convertido en uno de los huesos m¨¢s duros de roer para Londres. La postura gala se mantiene en que es preferible que no haya acuerdo antes que un mal acuerdo. Y repite que se trata de una negociaci¨®n comercial global, de la que la pesca solo es una m¨ªnima parte inseparable del conjunto. En octubre, cuando Johnson amenaz¨® a Bruselas con levantarse de la mesa, Macron replic¨® que la idea de que el acuerdo tropieza por la pesca es ¡°un argumento t¨¢ctico del Reino Unido¡±. Hay otras cuestiones clave, como el acceso de los brit¨¢nicos al mercado energ¨¦tico europeo, hoy interconectado y otro jugoso pedazo del pastel. ¡°El acceso al mercado ¨²nico de la energ¨ªa tiene un valor econ¨®mico para los brit¨¢nicos de entre 750 millones y 2.500 millones de euros. Ser¨ªa un mal negocio¡±, dijo Macron.
De hecho, un mal acuerdo comercial ser¨ªa tambi¨¦n nefasto para Londres: la UE representa el destino de dos tercios de sus exportaciones pesqueras, y Francia es su principal cliente. Este comercio podr¨ªa enfrentarse a aranceles de hasta un 24%, seg¨²n el informe de la Euroc¨¢mara. El Reino Unido tambi¨¦n perder¨ªa el derecho a faenar en aguas europeas, un problema menor, pero que suma 87 millones de euros.
Y, sobre todo, se arriesgar¨ªa a la temida reacci¨®n de B¨¦lgica: cuenta con una de las flotas m¨¢s peque?as de la UE, pero es la m¨¢s dependiente de las aguas brit¨¢nicas, de donde obtiene hasta el 50% de sus capturas. Y en caso de ruptura brutal podr¨ªa invocar un tratado de 1666, por el cual el rey Carlos II de Inglaterra le agradeci¨® a la ciudad de Brujas, entonces territorio espa?ol, el refugio prestado durante su huida del r¨¦gimen de Oliver Cromwell. Recuperado el trono, Carlos II le regal¨® a la villa flamenca el ¡°derecho de acceso eterno¡± de 50 barcos pesqueros a las aguas inglesas. El tratado, invocado varias veces en la historia, lo puso sobre la mesa el embajador de B¨¦lgica ante la UE en una discusi¨®n sobre el Brexit. Ya en el pasado los juristas brit¨¢nicos aconsejaron a su Gobierno no litigar sobre este tratado, seg¨²n recog¨ªa el diario La libre, porque corr¨ªan el riesgo de perder.