El suplicio de Israel
El pa¨ªs vuelve a las urnas por cuarta vez en dos a?os para que Netanyahu eluda su juicio por corrupci¨®n
La Kneset, el Parlamento con aires de templo de Salom¨®n que se alza en una colina de Jerusal¨¦n, se disolvi¨® en la medianoche del martes por no haber logrado aprobar los presupuestos para 2020. Pero Israel vuelve a las urnas por cuarta vez en dos a?os por una sola raz¨®n: para que ...
La Kneset, el Parlamento con aires de templo de Salom¨®n que se alza en una colina de Jerusal¨¦n, se disolvi¨® en la medianoche del martes por no haber logrado aprobar los presupuestos para 2020. Pero Israel vuelve a las urnas por cuarta vez en dos a?os por una sola raz¨®n: para que Benjam¨ªn Netanyahu pueda intentar eludir el juicio de corrupci¨®n que le aguarda en enero. La supervivencia del primer ministro conservador, un l¨ªder sin parang¨®n en la clase pol¨ªtica de su generaci¨®n, se ha convertido en la raz¨®n de Estado que desde hace m¨¢s de una d¨¦cada polariza a los israel¨ªes ante el dilema: Bibi (por su apodo familiar) s¨ª o no.
Cada vez que la piedra de la gobernabilidad del Estado jud¨ªo llega a la cima, vuelve a rodar ladera abajo en medio del desgobierno desde los comicios de abril de 2019. Netanyahu ha forzado las repeticiones de las legislativas en pos de una mayor¨ªa absoluta que le permitiese blindarse ante la justicia. En una C¨¢mara tan fragmentada como la israel¨ª, a causa del sistema proporcional casi puro, el mensaje radical y divisivo que su pol¨ªtica ha sembrado ha hecho pr¨¢cticamente imposible, sin embargo, su empe?o por aprobar una legislaci¨®n que dote de inmunidad al jefe del Gobierno.
La alternativa no ha sido otra que el proceso electoral permanente. Es sabido que, para evitar que se interprete como un medio de presi¨®n, los jueces tienden a abstenerse de activar las causas abiertas contra dirigentes pol¨ªticos cuando los ciudadanos son convocados a las urnas. El primer ministro que durante m¨¢s tiempo ha gobernado en la historia de Israel contar¨ªa as¨ª con otro te¨®rico plazo de gracia de medio a?o para seguir en funciones. Los tres meses que restan hasta la jornada electoral del 23 de marzo, m¨¢s los entre 40 y 60 d¨ªas que suelen demorarse los acuerdos las complejas negociaciones de coalici¨®n (periodo en el que adem¨¢s se incluye la festividad de la Pascua jud¨ªa).
Netanyahu juega esta vez con la ventaja de la descomposici¨®n de la alternativa de centroizquierda que encabez¨® Benny Gantz en los tres comicios anteriores. A sabiendas de que el l¨ªder del Likud nunca iba a aceptar la rotaci¨®n en el poder que ambos hab¨ªan pactado, Gantz ¨Cel general que dirigi¨® en 2014 la ¨²ltima guerra de Gaza¨C, acept¨® un armisticio (el llamado Gobierno de unidad contra el coronavirus) que le ha conducido finalmente a la derrota tras m¨¢s de siete meses de tensi¨®n. El Partido Laborista, fundador del Estado de Israel, ha desaparecido ya de los sondeos, y las opciones de poder de las fuerzas progresistas parecen haberse esfumado en un pa¨ªs que abraz¨® un perfil pol¨ªtico conservador despu¨¦s de la violencia de la Segunda Intifada (2000-2005). Los partidos ¨¢rabes, que se han presentado agrupados a los comicios durante los ¨²ltimos cinco a?os para representar a una quinta parte de la poblaci¨®n, aparecen tambi¨¦n divididos.
La batalla de las cuartas elecciones est¨¢ hoy en el campo de la derecha, que se ha fracturado en corrientes enfrentadas. El poderoso Likud de Netanyahu se ve desafiado por las fuerzas emergentes de los exministros nacionalistas conservadores Gideon Saar (Nueva Esperanza) y Neftali Bennett (Yamina), ambas reacias a un acuerdo territorial con los palestinos, aunque sigue contando con el apoyo incondicional de los partidos ultraortodoxos jud¨ªos.
El veterano estadista Netanyahu presenta en su haber en la campa?a que ahora comienza la normalizaci¨®n de relaciones con cuatro pa¨ªses ¨¢rabes (Emiratos ?rabes Unidos, Bar¨¦in, Sud¨¢n y Marruecos) de la mano de su aliado Donald Trump, pr¨®ximo a abandonar la Casa Blanca. Tambi¨¦n cuenta a su favor el plan de vacunaci¨®n r¨¢pida contra la covid-19 que su Gobierno emprendi¨® esta semana. La pandemia, que ya influy¨® al final de la campa?a electoral del pasado mes de marzo, condicionar¨¢ previsiblemente los nuevos comicios en el Estado jud¨ªo, donde no existe el voto por correo para la poblaci¨®n en general.
¡°Israel no es una monarqu¨ªa¡±, advert¨ªa el mi¨¦rcoles desde las p¨¢ginas de Yedioth Ahronoth el columnista Nahum Barnea. ¡°El Gobierno se basa en coaliciones entre partidos rivales, en la divisi¨®n del poder y en un cierto grado de confianza mutua. No puede funcionar cuando los problemas personales de un individuo dictan su agenda¡±. Netanyahu ha sido encausado por el fiscal general de Israel en tres casos por soborno, fraude y abuso de poder. De ser condenado en un juicio cuya vista debe comenzar en 2021, puede pasar m¨¢s de 10 a?os entre rejas. Sabe que no ser¨ªa el primer ministro ¨Cni el primer presidente¨C en ser encarcelado por la justicia israel¨ª.