La dimisi¨®n de dos ministros abre en plena pandemia la mayor crisis del Gobierno de Bolsonaro
El presidente cambia a los titulares de seis carteras tras las dimisiones en Exteriores y Defensa. Un diplom¨¢tico asume la primera, un general, la segunda
La semana arranca agitada en Brasil con la dimisi¨®n de dos ministros en pocas horas seguida de la mayor crisis del Gobierno de Bolsonaro en sus dos a?os en el poder. Una de las renuncias, esperada; la otra, sorpresa total. Por la ma?ana, el diplom¨¢tico Ernesto Ara¨²jo ha dimitido como ministro de Exteriores, con Brasil convertido en el epicentro mundial de la pandemia con una media que supera los 2.500 muertos diarios. Las intensas presione...
La semana arranca agitada en Brasil con la dimisi¨®n de dos ministros en pocas horas seguida de la mayor crisis del Gobierno de Bolsonaro en sus dos a?os en el poder. Una de las renuncias, esperada; la otra, sorpresa total. Por la ma?ana, el diplom¨¢tico Ernesto Ara¨²jo ha dimitido como ministro de Exteriores, con Brasil convertido en el epicentro mundial de la pandemia con una media que supera los 2.500 muertos diarios. Las intensas presiones de los ¨²ltimos d¨ªas desde las dos C¨¢maras parlamentarias y de representantes del poder econ¨®mico han obligado al presidente, Jair Bolsonaro, a ceder y entregarles la cabeza del canciller, que lideraba el ala m¨¢s ideol¨®gica de su Gobierno. Horas despu¨¦s, el titular de Defensa, el general Fernando Azevedo, anunciaba su renuncia, en la que no apuntaba ning¨²n motivo concreto. El militar ha sido fulminantemente destituido por Bolsonaro tras unas declaraciones de un subordinado a la prensa sobre los beneficios del aislamiento social, la mascarilla y tras pronosticar una tercera ola.
Ante semejante crisis, Bolsonaro ha emprendido una profunda remodelaci¨®n de su Gobierno. Adem¨¢s de los ministros de Exteriores y de Defensa, han cambiado los titulares de la Casa Civil (una especie de primer ministro), Justicia, la Secretar¨ªa de Gobierno y la Abogac¨ªa del Estado. El nuevo canciller es un embajador, Carlos Fran?a, como el saliente; y un general que ya era ministro, Walter Braga Netto, ha tomado el relevo de otro militar en Defensa. Justicia queda en manos de un comisario de polic¨ªa y entra una tercera mujer en el Gabinete. Se espera que el baile de carteras contin¨²e este martes.
Ara¨²jo, un ferviente anticomunista y trumpista, es considerado el responsable m¨¢ximo de que el pa¨ªs no haya conseguido comprar en China y otros mercados las suficientes dosis para emprender una vacunaci¨®n en masa que permita atisbar en el horizonte cierta recuperaci¨®n econ¨®mica. En el Gabinete del ultraderechista conviven tres sectores: los m¨¢s ideol¨®gicos, los militares y los tecn¨®cratas. Una cuarta parte de las 21 carteras est¨¢n en manos de uniformados en activo o retirados.
La gesti¨®n de la pandemia empieza a pasar factura pol¨ªtica a Bolsonaro m¨¢s de un a?o despu¨¦s de los primeros casos. Aunque mantiene el apoyo f¨¦rreo de un tercio del electorado brasile?o, aumentan los que desaprueban su gesti¨®n. Y sectores m¨¢s pragm¨¢ticos que le apoyaron en 2018 para evitar como fuera que el Partido de los Trabajadores (PT) regresara al poder est¨¢n alej¨¢ndose de ¨¦l a medida que Brasil suma muertos por coronavirus. Las colas para conseguir una cama en la UCI y la lentitud con la que avanza la vacunaci¨®n porque Brasil empez¨® tarde a negociar y rechaz¨® varias ofertas de laboratorios han influido para que en los ¨²ltimos d¨ªas arreciaran las cr¨ªticas y la exigencia de que Bolsonaro dejara caer a Ara¨²jo.
El canciller acompa?¨® a Bolsonaro el viernes pasado durante su intervenci¨®n ante la cumbre virtual del Mercosur. Tambi¨¦n estaba con ellos el ministro de Econom¨ªa, Paulo Guedes, que se mantiene junto al mandatario pese a que sus planes liberalizadores han quedado aparcados por el coronavirus.
El regreso de Lula da Silva al escenario tras ser pol¨ªticamente rehabilitado por la anulaci¨®n de las condenas tambi¨¦n ha contribuido a acelerar el cuestionamiento del Gobierno de Bolsonaro. Las ¨¦lites econ¨®micas est¨¢n cada vez m¨¢s descontentas con el mandatario, pero sienten aversi¨®n a la opci¨®n Lula. Una carta abierta firmada por cientos de banqueros y economistas hace poco m¨¢s de una semana puso negro sobre blanco el descontento con el ultraderechista y su insistencia en el ¡°falso dilema entre salud y econom¨ªa¡±. La clase econ¨®mica teme que, sin una amplia vacunaci¨®n, la recuperaci¨®n econ¨®mica demorar¨¢.
El Gobierno del actual presidente acumula un buen n¨²mero de salidas de ministros, pero casi siempre se producen en varios actos.
La llegada de Ara¨²jo al cargo supuso una ruptura radical con la tradicional diplomacia brasile?a, asentada en el multilateralismo y el di¨¢logo. Con ¨¦l, el Brasil de Bolsonaro est¨¢ m¨¢s aislado que nunca en la esfera internacional por su negacionismo de la covid y la deforestaci¨®n de la Amazonia. El hasta ahora canciller se encarg¨® de alinearse inmediatamente con el Estados Unidos de Donald Trump, la ultraderecha estadounidense de ra¨ªz cristiana y un rechazo abierto a China, primer socio comercial de Brasil. Pero la derrota de Trump y el coronavirus han precipitado la erosi¨®n de esa estrategia.
Desde que empez¨® la pandemia, Bolsonaro ha perdido al que fuera su ministro m¨¢s popular, el antiguo juez Sergio Moro, que dimiti¨® y ha ca¨ªdo en desgracia por no haber sido imparcial con Lula. Tambi¨¦n vio salir a cuatro titulares de la cartera de Salud. El ¨²ltimo es un m¨¦dico, Marcelo Queiroga, que lleg¨® hace dos semanas en sustituci¨®n de un general, Eduardo Pazuello. El presidente los ha destituido o los ha perdido por su empe?o en trivializar la gravedad de la pandemia, en promover curas ineficaces y su rechazo frontal a las medidas m¨¢s b¨¢sicas para frenar la expansi¨®n de la covid-19.
El constante cambio de titulares de Salud es reflejo de la err¨¢tica gesti¨®n de la pandemia. En ning¨²n otro pa¨ªs mata el coronavirus como ahora mismo en Brasil, que suma m¨¢s de 310.000 fallecimientos y 12 millones de contagios.
Incluso ante esas cifras que baten r¨¦cords cada semana, Bolsonaro insiste en sabotear los esfuerzos de las autoridades que han decretado confinamientos o ciertas medidas de restricci¨®n como el cierre de comercios y restaurantes. Con unas presidenciales y parlamentarias el a?o pr¨®ximo, pocos pol¨ªticos electos quieren asumir el coste pol¨ªtico de decretar las medidas que vir¨®logos y m¨¦dicos exigen para intentar cortar la cadena de transmisi¨®n. Las autoridades de S?o Paulo y R¨ªo, por ejemplo, han adelantado varios festivos de este a?o y del pr¨®ximo para que la gente deje de ir a trabajar durante diez d¨ªas. Y las playas han cerrado, pero todav¨ªa se producen aglomeraciones y fiestas clandestinas. Unas 6.000 personas esperan una cama en una UCI.
El ministro Ara¨²jo estaba bajo presi¨®n del Centr?o, el gran centro, los partidos sin ideolog¨ªa en los que Bolsonaro se viene apoyando en los ¨²ltimos meses para protegerse ante las peticiones de impeachment (juicio pol¨ªtico con el fin de sustituir a Bolsonaro). Buena parte de la clase pol¨ªtica ha convertido al canciller en el gran responsable de que Brasil no haya logrado importar la cantidad de vacunas que requiere para atender a su poblaci¨®n (210 millones de habitantes). La semana pasada, m¨¢s de diez senadores le reclamaron la dimisi¨®n en una audiencia parlamentaria. Y el fin de semana, circul¨® una carta que fue apoyada por 300 diplom¨¢ticos que tambi¨¦n ped¨ªan su salida del cargo.
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