Informes desclasificados revelan que la CIA intent¨® matar a Ra¨²l Castro en 1960

Mientras Ra¨²l Castro se prepara para decir adi¨®s a seis d¨¦cadas de actividad pol¨ªtica este fin de semana en La Habana, en el 60? aniversario de la invasi¨®n de Bah¨ªa de Cochinos, informes desclasificados de la CIA publicados este viernes por ...

Mientras Ra¨²l Castro se prepara para decir adi¨®s a seis d¨¦cadas de actividad pol¨ªtica este fin de semana en La Habana, en el 60? aniversario de la invasi¨®n de Bah¨ªa de Cochinos, informes desclasificados de la CIA publicados este viernes por el portal informativo National Security Archive arrojan nueva luz sobre el primer intento de asesinar al hermano del comandante Fidel y otros dos l¨ªderes de la revoluci¨®n cubana.

Los informes, de 1960 ¨Csolo un a?o despu¨¦s del triunfo de la revoluci¨®n de Sierra Maestra¨C, relatan c¨®mo un agente estadounidense ofreci¨® 10.000 d¨®lares de la ¨¦poca a Jos¨¦ Ra¨²l Mart¨ªnez, el piloto del avi¨®n que deb¨ªa llevar a Ra¨²l Castro de Praga a La Habana, para que provocara ¡°un fatal accidente¡±. La suma ser¨ªa percibida tras ¡°la exitosa comisi¨®n¡± del atentado.

El piloto, que hab¨ªa sido captado por la CIA, solicit¨® garant¨ªas para la manutenci¨®n y educaci¨®n de sus dos hijos en caso de que muriera en el intento. ¡°Esas garant¨ªas le fueron dadas¡±, inform¨® William J. Murray, antena de la CIA en La Habana, as¨ª como la oferta de ¡°medios de rescate¡± para socorrerle una vez provocado el siniestro. La relativa improvisaci¨®n de la misi¨®n secreta ¨CMart¨ªnez fue avisado con poca antelaci¨®n de que deb¨ªa volar a la capital checoslovaca para repatriar a Ra¨²l Castro y otros dos l¨ªderes cubanos¨C no permiti¨® concretarla.

Murray discuti¨® la propuesta con Mart¨ªnez en un coche de camino al aeropuerto de La Habana, donde el piloto deb¨ªa embarcar de inmediato hacia Praga. El esp¨ªa estadounidense sugiri¨® a Mart¨ªnez dos posibilidades de perpetrar la acci¨®n ¨Cforzar el incendio de uno de los motores al despegar, o una ca¨ªda en el mar a tres horas de La Habana¨C, pero finalmente se impusieron las dudas ¡°sobre la posibilidad de provocar un accidente real sin poner en peligro la vida de todos a bordo¡±, pues se trataba de un avi¨®n de l¨ªnea comercial. Mientras Mart¨ªnez volaba hacia Europa, Murray recibi¨® un segundo cable desde Langley, sede de la CIA, orden¨¢ndole que abortara el plan. Pero el estadounidense no logr¨® contactar con el piloto cubano, que solo a su regreso a La Habana admiti¨® ante Murray que no hab¨ªa tenido oportunidad de llevarlo a cabo.

Del fiasco de la CIA inform¨® tangencialmente en 1976 un informe de un comit¨¦ especial del Senado ¨Cel Comit¨¦ Church, por el apellido del senador que lo dirigi¨®¨C sobre supuestos intentos de asesinar a l¨ªderes extranjeros, tras una investigaci¨®n sobre operaciones encubiertas de la agencia. La investigaci¨®n revel¨® ¨²nicamente que el intento fue ¡°la primera acci¨®n contra la vida de un l¨ªder cubano patrocinada por la CIA de la que el Comit¨¦ tiene constancia¡±. No se hicieron p¨²blicos la condici¨®n de piloto del supuesto perpetrador ni tampoco el hecho de que se pretendiera implicar en la trama a una aeronave de la aviaci¨®n civil.

El intento frustrado de matar a Ra¨²l Castro fue el primero de un complot m¨¢s amplio con ocasi¨®n de la invasi¨®n de Bah¨ªa de Cochinos, el primer sobresalto de la joven revoluci¨®n cubana (un a?o despu¨¦s, en plena Guerra Fr¨ªa, la crisis de los misiles puso al mundo al borde de una guerra nuclear). En agosto de 1960, poco despu¨¦s del fallido intento de asesinar a su hermano Ra¨²l, la CIA se plante¨® acabar con la vida de Fidel Castro tras autorizar el director de operaciones encubiertas de la agencia, Richard Bissell, ¡°una misi¨®n muy delicada que requiere una acci¨®n de tipo gansteril¡±. La misi¨®n era asesinar a Fidel pues Bissell, m¨¢xima autoridad de la CIA in situ, aspiraba a matar dos p¨¢jaros de un tiro: dar el golpe de gracia al r¨¦gimen para facilitar el triunfo de la misi¨®n contrarrevolucionaria.

Del presupuesto para la operaci¨®n militar, en la que tropas de cubanos exiliados fueron la avanzadilla, deb¨ªan detraerse 150.000 d¨®lares ¨Cuna fortuna para la ¨¦poca¨C para ¡°fines sin especificar¡±. Era la suma para pagar a los mafiosos que supuestamente perpetrar¨ªan el atentado, mediante p¨ªldoras de veneno creadas ex profeso por la divisi¨®n tecnol¨®gica de la agencia. Tras conocer la finalidad real de la partida solicitada, el responsable de la caja para financiar la operaci¨®n de Bah¨ªa de Cochinos, Jacob Esterline, se neg¨® (¡±consider¨¦ que era algo absolutamente inmoral que nos involucr¨¢ramos en algo de ese tipo¡±) y el desembarco en Playa Gir¨®n no pas¨® a mayores.

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