Italia se encamina a un incierto recambio en la jefatura del Estado
El mandato del presidente Sergio Mattarella se encamina hacia sus ¨²ltimos seis meses, el conocido como Semestre blanco, una etapa en la que no se pueden disolver las C¨¢maras del Parlamento ni convocar elecciones
Sergio Mattarella, el presidente de la Rep¨²blica italiana que se ha convertido en una figura clave en la pol¨ªtica del pa¨ªs en sus periodos de mayor crisis y fragilidad, se prepara para despedirse del cargo y, salvo sorpresas, dejar¨¢ el Palacio del Quirinal en febrero. Su mandato ha entrado este mes de agosto en la recta final, los ¨²ltimos seis meses, que se conocen habitualmente como el Semestre blanco, que marca una fase decisiva en la que no se pueden disolver la...
Sergio Mattarella, el presidente de la Rep¨²blica italiana que se ha convertido en una figura clave en la pol¨ªtica del pa¨ªs en sus periodos de mayor crisis y fragilidad, se prepara para despedirse del cargo y, salvo sorpresas, dejar¨¢ el Palacio del Quirinal en febrero. Su mandato ha entrado este mes de agosto en la recta final, los ¨²ltimos seis meses, que se conocen habitualmente como el Semestre blanco, que marca una fase decisiva en la que no se pueden disolver las C¨¢maras del Parlamento ni convocar elecciones. La carrera para elegir a un sucesor ha comenzado hace tiempo, pero ser¨¢ dif¨ªcil encontrar un nombre de consenso.
La elecci¨®n del jefe del Estado recae sobre el Parlamento, que vota cada siete a?os a su candidato para no interferir en los ciclos electorales y se convierte en un momento crucial que determina el devenir y el car¨¢cter de muchas decisiones pol¨ªticas.
Desde que fue elegido en 2015, Mattarella, de perfil discreto pero firme y uno de los ¨²ltimos representantes de la vieja Democracia Cristiana, ha vivido al frente de la jefatura de Estado unos a?os convulsos. En este tiempo ha despachado con cuatro primeros ministros, ha pilotado tres crisis de gobierno en las que ha desempe?ado un papel fundamental, una de ellas en plena emergencia por el coronavirus; ha hecho frente a desastres naturales que han devastado Italia, como el terremoto de Amatrice de 2016, y una pandemia que ha supuesto para el pa¨ªs el mayor reto despu¨¦s de la II Guerra Mundial. Tambi¨¦n ha sido testigo del avance de la ultraderecha en el Parlamento y de los euroesc¨¦pticos, lo que le ha hecho salir del segundo plano en el que habitualmente est¨¢ m¨¢s c¨®modo, como cuando lleg¨® incluso a vetar ¡ªera la primera vez que utilizaba esta prerrogativa¡ª a un candidato a ministro contrario al euro.
En la pol¨ªtica italiana el jefe de Estado es una especie de ¨¢rbitro. La Constituci¨®n le otorga amplias competencias y de ah¨ª la importancia de su elecci¨®n. Como ¨¦l mismo ha se?alado en alguna ocasi¨®n, no es un mero notario que firma todo lo que le pongan sobre la mesa. Entre otras cosas, es el encargado de disolver las C¨¢maras para convocar elecciones, encargar la formaci¨®n de Gobierno y nombrar al primer ministro y su equipo.
Durante el Semestre blanco los partidos comienzan las negociaciones pol¨ªticas para elegir a la persona que ocupar¨¢ el Palacio del Quirinal los siguientes siete a?os. Este mecanismo se instaur¨® tambi¨¦n a modo de protecci¨®n, para evitar que un presidente pudiera tratar de influir en el Parlamento para conseguir su reelecci¨®n. Mattarella no quiere repetir ni prorrogar su despedida. Si hubiese una debacle, si no se lograse pactar alg¨²n candidato de consenso, como sucedi¨® con Giorgio Napolitano (2006-2015), podr¨ªa estudiar una especie de pr¨®rroga. Pero ¨¦l mismo ha deslizado que no es la opci¨®n que le gustar¨ªa.
El extraordinario contexto pol¨ªtico actual, con una gran coalici¨®n nacional que engloba a todos los partidos con representaci¨®n en el Parlamento, salvo a los ultraderechistas de Hermanos de Italia, es un caso ¨²nico para un Semestre blanco. En el complejo horizonte no solo est¨¢ la carrera por el Palacio del Quirinal, que ya de por s¨ª es un elemento que habitualmente desestabiliza la pol¨ªtica italiana, sino que la emergencia sanitaria y su impacto econ¨®mico y social en el pa¨ªs a¨²n no est¨¢n bajo control.
Adem¨¢s, el nombre del actual primer ministro, Mario Draghi, es el que suena con m¨¢s fuerza para suceder a Mattarella. Pero las reformas que ha emprendido el expresidente del Banco Central Europeo a¨²n est¨¢n a medio camino. De confirmarse esta hip¨®tesis, el pa¨ªs se abocar¨ªa a la incertidumbre y a la necesidad de aplicar f¨®rmulas in¨¦ditas que podr¨ªan pasar incluso por elecciones anticipadas en febrero o una pr¨®rroga temporal de Mattarella hasta que Draghi agote la legislatura, que termina en 2023, o al menos hasta que haya cumplido su objetivo de conducir a Italia hacia la recuperaci¨®n y hacia una modernizaci¨®n hist¨®rica para despu¨¦s dar el salto a la presidencia de la Rep¨²blica.
El ministro de Desarrollo Econ¨®mico y n¨²mero dos de la ultraderechista Liga, Giancarlo Giorgietti, ha definido la posibilidad de que Draghi pase a ocupar la jefatura de Estado como ¡°un problema grave¡± a nivel pol¨ªtico, en una entrevista reciente con Il Corriere della Sera. ¡°Actualmente existe una mayor¨ªa an¨®mala no de unidad nacional, sino en torno a una persona que es Mario Draghi¡±, ha se?alado. ¡°Si Draghi decide presentarse y convertirse en presidente de la Rep¨²blica no veo c¨®mo el Gobierno podr¨ªa seguir adelante¡±, ha apuntado y ha a?adido que en ese caso ¡°no habr¨ªa alternativas y habr¨ªa que devolver la palabra a los italianos¡±.
Durante el Semestre blanco casi siempre se temen las crisis pol¨ªticas precisamente por la imposibilidad del presidente de la Rep¨²blica de disolver las C¨¢maras. Suele ser un periodo de turbulencias que los partidos aprovechan para afilar las armas. Mientras el jefe del Estado tiene las manos atadas, los socios de gobierno, sin el riesgo de unas posibles elecciones, se sienten m¨¢s libres para tratar de imponer sus pretensiones o enzarzarse con vetos cruzados e incluso puede sobrevolar la tentaci¨®n de intentar crear un nuevo Ejecutivo. En cualquier caso, la funci¨®n de freno de emergencia del presidente siempre est¨¢ garantizada. Por lo pronto, Matterella ya ha hecho recientemente un llamamiento a las fuerzas pol¨ªticas para que ¡°no pierdan de vista los objetivos m¨¢s ambiciosos a medio y largo plazo que se ha marcado el pa¨ªs¡±.
Algunos analistas esperan que la amplia mayor¨ªa que respalda a Draghi pueda sufrir algunas bajas ¡ªsobre todo por parte de la Liga o el Movimiento 5 Estrellas¡ª durante algunas votaciones parlamentarias controvertidas que est¨¢n en la agenda pol¨ªtica del pr¨®ximo curso, como la de la ley que regular¨¢ los delitos por homofobia, la reforma fiscal o las decisiones sobre la vuelta a los colegios. Tambi¨¦n ante importantes citas electorales que se celebrar¨¢n en oto?o en grandes ciudades como Roma, Mil¨¢n, Tur¨ªn o N¨¢poles.
Otros, en cambio, piensan que despu¨¦s de aprobar la reforma de la Justicia, un tema profundamente divisivo para la actual mayor¨ªa, el amplio apoyo del que goza Mario Draghi y el compromiso de aplicar el Plan de Recuperaci¨®n deber¨ªan ser suficientes para garantizar la buena marcha de la vida pol¨ªtica, al menos hasta febrero. ¡°Draghi cuenta con un gran consenso y en este momento no hay alternativas pol¨ªticas en el Parlamento para otro Gobierno, ni posibilidad de ir a elecciones, no deber¨ªa haber problemas¡±, apunta el polit¨®logo Piero Ignazi. ¡°Las luchas de poder ser¨¢n neutralizadas por la fuerza del primer ministro¡±, ha se?alado el diputado del Partido Democr¨¢tico, Stefano Ceccanti.