El gran escollo para la evacuaci¨®n en Kabul, llegar al aeropuerto: ¡°Los talibanes bloquean el paso a los afganos¡±
Fuentes pr¨®ximas al dispositivo espa?ol de evacuaci¨®n relatan que las milicias patrullan la carretera hacia el aer¨®dromo y hacen controles en la calle
Miles de afganos se agolpan a las puertas del aeropuerto internacional de Kabul, que tras la toma de los talibanes el pasado domingo se ha convertido en la ¨²nica v¨ªa de salida de la capital de Afganist¨¢n. Las escenas de tensi¨®n, caos y desesperaci¨®n dentro del recinto y en su per¨ªmetro han dejado varios muertos en los ¨²ltimos d¨ªas. El sonido de disparos es constante. El acceso al aer¨®dromo ¡ªcuyo interior est¨¢ bajo el mando de las fuerzas estadounidenses¡ª, est¨¢ controlado por la milicia fundamentalista, que no duda en usar la fuerza para impedir la entrada de afganos que buscan ser evacuados. Fuentes pr¨®ximas al dispositivo de evacuaci¨®n espa?ol en Kabul se?alan: ¡°Los talibanes controlan la principal v¨ªa de entrada al aeropuerto y, aunque han dicho que no le van a hacer nada a nadie, no est¨¢n dejando pasar a los afganos, tan solo permiten el acceso a quienes tienen pasaporte extranjero¡±.
¡±En este momento lo m¨¢s dif¨ªcil es llegar a la base, la zona segura pr¨®xima al aeropuerto¡±, aseguran las mismas fuentes, cercanas al equipo formado fundamentalmente por 17 agentes del GEO (Grupo Especial de Operaciones) y de la UIP (Unidades de Intervenci¨®n Policial) destacados en Kabul como personal de seguridad de la Embajada espa?ola.
¡±La entrada a la terminal de pasajeros est¨¢ bloqueada porque la zona del sector civil no funciona¡±, advierten estas fuentes. ¡°Solo se puede entrar por las puertas de acceso a la base militar del aeropuerto y en cada una de ellas hay miles de personas¡±. El caos es la constante en la capital afgana, describen.
¡±Los miembros de la legaci¨®n espa?ola no se ir¨¢n hasta lograr sacar del pa¨ªs a todos los colaboradores¡±, se?alan. ¡°La consigna es no dejar a nadie atr¨¢s¡±, insisten. Sin embargo, la tarea de localizaci¨®n, citaci¨®n y traslado de los centenares de personas que han trabajado tanto con las Fuerzas Armadas espa?olas desplegadas en Afganist¨¢n, como en la embajada o en proyectos de la Uni¨®n Europea es tit¨¢nica para esos pocos agentes de la polic¨ªa espa?ola que llevan d¨ªas trabajando sin descanso, mientras los aviones militares para trasladar a los refugiados y sus familias llegan con cuentagotas al aeropuerto de Kabul.
¡±Los talibanes no solo controlan las v¨ªas de acceso al aer¨®dromo, sino que patrullan las calles, hay controles aleatorios, y la gente tiene miedo de ser interceptada con sus familias y no siempre ven seguro acudir a los puntos de encuentro¡±, explican las mismas fuentes, que se?alan que adem¨¢s ¡°las comunicaciones telef¨®nicas son muy malas y fallan¡±. Entre los colaboradores que quieren ser evacuados hay personal de todo tipo: ¡°Conductores, secretarias, traductores, personal local, gente que trabajaba en proyectos europeos de desarrollo de la agricultura, de promoci¨®n de la mujer, de higiene y sanidad...¡±. Con los muchos empleados de la UE se ha hecho un reparto por pa¨ªses con las correspondientes listas de nombres y contactos.
Se estima que las personas que habr¨ªan de ser evacuadas por Espa?a podr¨ªan ser unas 500 o 600. De momento, solo han llegado 89 al aeropuerto de la base militar de Torrej¨®n (Madrid) en la madrugada de este jueves, 53 en un vuelo militar y otras 36 en un avi¨®n civil que hizo escala en Italia. Cinco son espa?oles y el resto, de nacionalidad afgana. Esta ma?ana, un segundo vuelo, con 110 afganos a bordo, ha despegado de Kabul rumbo a Dub¨¢i. Se espera que otro vuelo aterrice en el aeropuerto de la capital afgana en las pr¨®ximas horas para regresar con nuevos solicitantes de asilo haciendo escala en Dub¨¢i el s¨¢bado por la tarde, si las condiciones de seguridad lo permiten.
A las afueras del aeropuerto se encontraba este jueves Has¨¢n (nombre ficticio), int¨¦rprete que trabaj¨® con el Ej¨¦rcito espa?ol y que intenta salir del pa¨ªs con sus hijas. ?l y otros seis traductores se afanaban por acercarse de nuevo a la entrada. Una cola ¡°de casi dos kil¨®metros¡± se lo imped¨ªa.
¡±La pista de Kabul tiene muchas entradas. Este, oeste, norte, sur. Y cada d¨ªa nos dirigen a una puerta y cuando llegamos ah¨ª, est¨¢ lleno de jaleo, de mucha gente¡±, narraba este jueves Has¨¢n a trav¨¦s de una nota de voz de WhatsApp. Mientras intentaban acercarse al aeropuerto en autob¨²s, los traductores procedentes de la provincia de Badghis, en el oeste del pa¨ªs, ped¨ªan a las autoridades espa?olas que enviasen a alguien a por ellos. ¡°Los brit¨¢nicos, los americanos y los turcos, cuando llegan sus int¨¦rpretes, salen a por ellos y les permiten entrar y los espa?oles no tienen a nadie¡±.
Has¨¢n y sus compa?eros vivieron la misma situaci¨®n el d¨ªa anterior. Estuvieron desde las ocho de la ma?ana del mi¨¦rcoles, hora local (5.30 en la Espa?a peninsular) parados en una de las entradas del aeropuerto. Los traductores que trabajaron con la misi¨®n espa?ola en Afganist¨¢n llegaron el lunes a la capital despu¨¦s de recibir una llamada del Ministerio de Asuntos Exteriores avis¨¢ndoles de que ten¨ªan que estar en la puerta del aer¨®dromo. Sin embargo, el traductor cuenta que nadie sali¨® tampoco a por ellos ese d¨ªa. ¡°Llamamos varias veces al mismo n¨²mero para que pudi¨¦ramos entrar, pero nadie sal¨ªa a por nosotros. Estuvimos esperando hasta las ocho de la noche¡±. Has¨¢n y sus colegas ped¨ªan a las autoridades espa?olas que les informasen de otro m¨¦todo para poder acercarse a las colapsadas entradas del aeropuerto.
Jahid (nombre ficticio) no se ha atrevido a salir del apartamento donde se encuentra. Teme por su vida, la de sus dos hijos y tres hijas. El traductor afgano trabaj¨® de 2010 a 2013 con el Ej¨¦rcito espa?ol. ¡°Nos han dicho por correo electr¨®nico que llamar¨ªan a todos los int¨¦rpretes. Estamos todav¨ªa esperando¡±, contaba este jueves por mensaje. El colaborador sali¨® de Gazhni cuando cay¨® en manos de los talibanes hace una semana y se dirigi¨® a la capital. Ahora est¨¢ a la espera de ser llamado por alguna autoridad espa?ola. Jahid narra que su situaci¨®n es preocupante. ¡°Los talibanes aprovechan su tiempo para visitar algunas casas y hace dos noches llegaron a donde nos alojamos. Sali¨® el due?o, que es un hombre de barba blanca, y yo me escond¨ª por miedo¡±. Despu¨¦s de ese episodio, cuenta que cambi¨® de alojamiento.
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