El dinero ya no conf¨ªa en la derecha italiana
La elecci¨®n de los candidatos para las pr¨®ximas elecciones municipales muestra la falta de cuadros dirigentes y el vac¨ªo ideol¨®gico dejado por la descomposici¨®n de Forza Italia
Italia celebra la primera semana de octubre la ¨²ltima gran cita electoral antes de que el Parlamento nombre en enero al siguiente presidente de la Rep¨²blica, la persona que deber¨¢ sustituir al popular Sergio Mattarella. Los comicios municipales en las principales ciudades del pa¨ªs (Roma, Tur¨ªn, Mil¨¢n, N¨¢poles, Bolo?a¡) aportar¨¢n la temperatura aproximada de una batalla pol¨ªtica silenciada por la sordina impuesta en el Gobierno de unidad del presiden...
Italia celebra la primera semana de octubre la ¨²ltima gran cita electoral antes de que el Parlamento nombre en enero al siguiente presidente de la Rep¨²blica, la persona que deber¨¢ sustituir al popular Sergio Mattarella. Los comicios municipales en las principales ciudades del pa¨ªs (Roma, Tur¨ªn, Mil¨¢n, N¨¢poles, Bolo?a¡) aportar¨¢n la temperatura aproximada de una batalla pol¨ªtica silenciada por la sordina impuesta en el Gobierno de unidad del presidente del Consejo de Ministros, Mario Draghi. Los sondeos, el ¨²nico recuerdo de la convulsa pol¨ªtica anterior a esta era tecn¨®crata, apuntan a algunos cambios que pueden inclinar la balanza a favor de la derecha. Pero sus candidatos, la mayor¨ªa personajes de segunda fila, no ilusionan a los ciudadanos ni al sector empresarial que tradicionalmente les hab¨ªa apoyado. Faltos de una derecha liberal y moderada, los poderes econ¨®micos se sienten inc¨®modos con la deriva nacionalista y el tono agresivo de la nueva derecha.
El fin de semana pasado, en el Foro Ambrosetti, la gran cita econ¨®mica del inicio de curso, muchos asistentes lamentaban el bajo nivel del banquillo de un espectro pol¨ªtico tradicionalmente cercano. Por primera vez en mucho tiempo, el establishment italiano desconf¨ªa de la derecha y de su habilidad para crear problemas con Europa en pleno boom econ¨®mico. Desaparecida del mapa la Forza Italia de Silvio Berlusconi, no hay un aliado claro. ¡°La derecha que aspira a gobernar no tiene cuadros dirigentes que transmitan confianza. Solo hay que fijarse en lo que han tenido que sudar para conseguir a dos candidatos que no conoc¨ªa nadie para las dos ciudades m¨¢s importantes de Italia¡±, se?alaba un hist¨®rico representante de ese mundo el s¨¢bado por la ma?ana. Se refer¨ªa a Enrico Michetti, un locutor de radio local con inc¨®modos arrebatos nost¨¢lgicos del Imperio Romano, y a Luca Bernardo, un m¨¦dico desconocido que pretende disputarle la alcald¨ªa al actual regidor socialdem¨®crata, Giuseppe Sala.
La coalici¨®n de derechas, compuesta por Hermanos de Italia, La Liga y Forza Italia, pas¨® meses imponiendo vetos sobre los candidatos que propon¨ªan sus socios. No lograron ponerse de acuerdo. Hab¨ªa pocos y siempre demasiado inclinados hacia un lado. Matteo Salvini, l¨ªder de La Liga, ha perdido ahora m¨¢s de una decena de puntos en los sondeos, pero su partido creci¨® desorbitadamente en pocos a?os y el aumento de apoyo no fue acompa?ado de la ampliaci¨®n s¨®lida de los dirigentes del partido. Hermanos de Italia es demasiado joven y Forza Italia se encuentra en descomposici¨®n. De modo que para estas elecciones buscaron en la sociedad civil. ¡°Fue una locura. Hab¨ªa candidatos pol¨ªticos fuertes. El miedo a la subida de Fratelli di Italia ha sido clave para cometer ese error. Y para poner de acuerdo a los tres partidos se ha terminado buscando a figuras irrelevantes: tanto en Mil¨¢n como en Roma¡±, admite un peso pesado del partido de Giorgia Meloni.
El problema de las listas de la derecha en algunos lugares como Roma trasciende a los cabezas de cartel. Los aspirantes a consejeros emergen de un espectro grotesco que va desde los antivacunas a ultras de f¨²tbol con tatuajes abiertamente nazis [Francesco Cuomo]. Pese a todo, el candidato Michetti encabeza las encuestas. Su problema, como el de algunos de sus colegas en otras ciudades, ser¨¢ la segunda vuelta, donde no tiene ninguna posibilidad de imponerse. La fotograf¨ªa de Roma dice hoy que quien quede segundo en la primera votaci¨®n ganar¨¢ las elecciones en el llamado ballottaggio (la segunda vuelta, que se activa si nadie llega al 50,1% de los votos en la primera ronda).
El Partido Democr¨¢tico (PD), que en algunas ciudades formar¨¢ una novedosa coalici¨®n con el Movimiento 5 Estrellas, ofrece m¨¢s confianza al establishment. Se presenta en la capital en solitario con el exministro de Econom¨ªa, Roberto Gualtieri, que apunta al segundo puesto en la primera vuelta. Los socialdem¨®cratas buscaron en sus filas a alguien de peso para competir con la actual alcaldesa, Virginia Raggi. ¡°Hab¨ªa otros posibles candidatos¡±, lamenta un miembro de la Liga. El PD encarna as¨ª de forma m¨¢s n¨ªtida los deseos de cierto establishment italiano: qu¨¦ mejor que un exministro de Econom¨ªa para poner orden en el caos financiero y de gesti¨®n de la capital. De hecho, una lista de empresarios y constructores, tradicionalmente ligados a la derecha, ha mostrado ya su apoyo al candidato del PD.
La falta de cantera pol¨ªtica, coincide todo el mundo, es la principal causa de la desconexi¨®n de la derecha con el mundo que tradicionalmente la sostuvo. Roberto D¡¯Alimonte, analista pol¨ªtico y experto en sondeos, atribuye la autor¨ªa del problema a Salvini. ¡°Hizo una gran operaci¨®n de metamorfosis con La Liga convirtiendo un partido regional en uno nacional y nacionalista. Pas¨® del 4% de apoyos al 33%. Pero ahora el partido debe volver a mutar y convertirse en la formaci¨®n de referencia de la derecha moderada. El apoyo al Gobierno de Draghi parec¨ªa parte de ese plan, pero Salvini no lo est¨¢ llevando a cabo hasta el final. Se le ve con dudas. Dice s¨ª a Draghi, pero sigue usando ret¨®ricas populistas por miedo al crecimiento de Meloni. Y el establishment no se f¨ªa de esas incoherencias¡±.
La lenta desaparici¨®n de Forza Italia, debido a la obsesi¨®n de Berlusconi por perpetuarse al frente del ¨²nico partido que representaba a una derecha moderada, ha dejado espacio a los populismos en ese espectro ideol¨®gico. Giuliano Urbani, uno de los fundadores de la formaci¨®n en 1994, exministro de Cultura entre 2001 y 2005 y preciso analista pol¨ªtico, cree que el sue?o del partido liberal de masas qued¨® incompleto. ¡°No lo logramos por esa falta de clase dirigente. El sue?o se desvaneci¨®, porque no pudimos ocupar ese espacio. Pero sucede tambi¨¦n lo mismo ahora. La derecha ha elegido el populismo, la protesta. Y se encuentra enfrente, en la izquierda, algo parecido. Y eso ha producido una clase dirigente como el propio Salvini, capaces de decir lo que no quieren, pero incapaces de proponer ideas para el desarrollo o generar riqueza¡±, apunta.
El ¨²nico candidato de la derecha que parece en condiciones de seducir por s¨ª mismo al electorado y a parte del poder econ¨®mico es Paolo Damilano, un empresario que se presenta como cabeza de lista en Tur¨ªn. La capital piamontesa ha estado gobernada en los ¨²ltimos cinco a?os por Chiara Appendino, una de las dos mujeres del Movimiento 5 Estrellas que lograron hacerse con grandes ciudades en los comicios de 2016 (junto a Virginia Raggi, en Roma). La ciudad, uno de los motores econ¨®micos de Italia, se encomend¨® entonces a ella, justamente, por su curr¨ªculum y cercan¨ªa con las clases dirigentes. Pero tampoco funcion¨® y hoy es la gran esperanza de la derecha en las pr¨®ximas municipales.
Sigue toda la informaci¨®n internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.