La matanza de Babi Yar, el momento en que el Holocausto avanz¨® hacia el exterminio total
Ucrania conmemora el 80? aniversario del asesinato de casi 34.000 jud¨ªos en dos d¨ªas en un barranco junto a Kiev
Las tropas del Tercer Reich, en su avance hacia el coraz¨®n de la URSS en el oto?o de 1941, tomaron Kiev el 19 de septiembre. Solo diez d¨ªas despu¨¦s, los escuadrones de la muerte m¨®viles, los Einsatzgruppen C, apoyados por las SS y colaboradores locales, asesinaron en dos jornadas a 33.771 jud¨ªos en el barranco de ...
Las tropas del Tercer Reich, en su avance hacia el coraz¨®n de la URSS en el oto?o de 1941, tomaron Kiev el 19 de septiembre. Solo diez d¨ªas despu¨¦s, los escuadrones de la muerte m¨®viles, los Einsatzgruppen C, apoyados por las SS y colaboradores locales, asesinaron en dos jornadas a 33.771 jud¨ªos en el barranco de Babi Yar. Aquella matanza signific¨® un salto cualitativo en el Holocausto: el objetivo de los nazis no fue asesinar a los jud¨ªos de Kiev, como ven¨ªa ocurriendo en las zonas ocupadas desde 1939, sino asesinar a todos los jud¨ªos de la ciudad, el exterminio total.
Babi Yar, que entonces estaba en las afueras de la capital ucrania y hoy forma parte de la urbe, representa el punto culminante del llamado Holocausto de las balas, el asesinato de millones de personas, en su inmensa mayor¨ªa jud¨ªos, pero tambi¨¦n gitanos, prisioneros de guerra o resistentes, fusilados junto a barrancos, en fosas comunes excavadas a toda prisa, en bosques o en descampados cerca de los n¨²cleos urbanos. La ONG Yahad in Unum, dirigida por el sacerdote franc¨¦s Patrick Desbois, ha localizado miles de lugares de asesinato que hab¨ªan sido borrados de la memoria. Al final del conflicto, casi 100.000 personas hab¨ªan sido asesinadas en este barranco y un total de 1,5 millones de jud¨ªos hab¨ªan sido exterminados en Ucrania, seg¨²n datos recopilados por Raul Hilberg en su monumental La destrucci¨®n de los jud¨ªos de Europa (Akal).
¡°Esta matanza alcanz¨® una escala que no igual¨® ninguno de los campos de exterminio en un periodo de tiempo similar¡±, escribe el historiador y periodista de la BBC Laurence Rees en El Holocausto. Las voces de las v¨ªctimas y de los verdugos (Cr¨ªtica). ¡°Lo que las c¨¢maras de gas ofrec¨ªan no era tanto una forma de matar a m¨¢s personas en un solo d¨ªa, en comparaci¨®n con los fusilamientos, sino un medio de hacer que el asesinato resultara m¨¢s f¨¢cil¡ para los asesinos¡±.
Ochenta a?os despu¨¦s, la memoria de Babi Yar se recupera lentamente con una serie de esculturas reci¨¦n inauguradas que recuerdan a las v¨ªctimas, instaladas en lo que ahora es un parque, creadas entre otros artistas por la serbia Marina Abramovic. Durante la existencia de la URSS se ocult¨® deliberadamente que el objetivo de la masacre fueron jud¨ªos ¨Cen el primer monumento de 1977 ni siquiera se mencionaban¨C. ¡°En muchos pa¨ªses hay fosas comunes, pero nadie quiere recordar a las v¨ªctimas¡±, ha declarado esta semana a The Economist el sacerdote Desbois, quien considera que las nuevas esculturas representan un mensaje de las v¨ªctimas para los verdugos: ¡°Siempre volvemos¡±. En el 70? y 75? aniversarios se celebraron ceremonias de recuerdo con la presencia de dirigentes internacionales en torno al memorial que recuerda a las v¨ªctimas jud¨ªas, construido en 1991 tras la independencia de Ucrania, y en este 80? aniversario est¨¢ prevista una ceremonia de Estado en Kiev el 6 de octubre.
Para los historiadores, Babi Yar figura como de los momentos cruciales del Holocausto, cuando la voluntad homicida nazi dio un paso sin retorno hacia el abismo para los jud¨ªos europeos. La mayor¨ªa de los expertos cree que durante el invierno de 1941 Hitler orden¨® la llamada Soluci¨®n Final, que se tradujo en 1942 en la Operaci¨®n Reinhard, el exterminio de 1,7 millones de jud¨ªos polacos en un periodo de tres meses, y en las c¨¢maras de gas de Auschwitz, donde fueron asesinados un mill¨®n de jud¨ªos de toda Europa. Pero, antes de los campos de exterminio, la Shoah ya estaba en marcha: las matanzas comenzaron en Polonia al principio de la guerra y se aceleraron con la invasi¨®n de la URSS, en junio de 1941. En el final del verano y principios del oto?o de 1941 se produjo un punto de inflexi¨®n.
¡°Al principio los Einsatzgruppen no proced¨ªan a ejecuciones colectivas, ni fusilaban familias enteras¡±, escribe Hilberg. ¡°Estos hombres eran todav¨ªa aficionados en su oficio, matar todav¨ªa no se hab¨ªa convertido en una costumbre para ellos. Impregnados por una tradici¨®n secular, no atribuyeron inmediatamente a las instrucciones que hab¨ªan recibido, m¨¢s bien vagas, un significado universal. En su esp¨ªritu, el t¨¦rmino jud¨ªo no designaba m¨¢s que a los individuos masculinos. Solo en agosto de 1941, las matanzas tomaron un car¨¢cter masivo¡±. En su avance hacia el interior de la URSS, primero combat¨ªa el ej¨¦rcito regular. Una vez tomado un territorio, llegaban los escuadrones de la muerte con la misi¨®n de exterminar a todos aquellos que los nazis consideraban enemigos o seres inferiores. Su primer objetivo eran los jud¨ªos.
El nivel de brutalidad alcanzado por los nazis durante la invasi¨®n de la URSS, con apoyo de colaboradores locales, tiene pocos precedentes en la historia. As¨ª describe por ejemplo Saul Friedl?nder en su obra cl¨¢sica El Tercer Reich y los jud¨ªos (Galaxia Gutenberg) la llegada de los Einsatzgruppen A a Vilna, tomada el 24 de junio de 1941: ¡°Las muertes sistem¨¢ticas en la ciudad empezaron el 4 de julio. Las bandas lituanas hab¨ªan empezado a reunir a cientos de jud¨ªos varones, a quienes masacraron all¨ª mismo o bien en los bosques cercanos. La masacre de unos cinco mil varones jud¨ªos en Vilna durante el mes de julio inaugur¨® una serie de asesinatos en masa que se prolongaron durante todo el verano y el oto?o. A partir de agosto se incluyeron a las mujeres y los ni?os¡±.
En Kiev, que contaba con un 27% de poblaci¨®n jud¨ªa antes de la guerra, los primeros d¨ªas de la invasi¨®n parec¨ªan tranquilos. Sin embargo, pocos d¨ªas despu¨¦s, comenzaron a estallar edificios en el centro de la ciudad: la NKVD, la polic¨ªa pol¨ªtica de Stalin, hab¨ªa colocado explosivos en lugares estrat¨¦gicos. Los nazis culparon a los jud¨ªos y el 28 de septiembre colocaron carteles en toda la ciudad llam¨¢ndolos a presentarse al d¨ªa siguiente en un lugar cercano a Babi Yar, bajo la amenaza de ser fusilados si no lo hac¨ªan. No tuvieron ni tiempo para huir.
Mijael Sidko, uno de los ¨²ltimos supervivientes de la masacre, narr¨® as¨ª lo que ocurri¨® en aquel barranco, cuando recibi¨® este mes de septiembre la medalla de la Knesset, el Parlamento israel¨ª. ¡°Recuerdo todo, todos los peque?os detalles, pero no quiero recordarlo. Me duele¡±, relat¨® en la prensa israel¨ª. ¡°Recuerdo a una gran cantidad de personas de todo Kiev. Nos hicieron pasar por un puesto de control, se llevaron todos los documentos, todas las joyas, todo lo que ten¨ªamos. Despu¨¦s nos hicieron atravesar por otro puesto, el de los hombres sanos. Alguien ten¨ªa que trabajar porque los alemanes no lo har¨ªan. Los hombres fueron enviados a un lugar, las mujeres a otro, y los ni?os y ancianos a otro¡±. Arrastrados ante el barranco que se hab¨ªa convertido en una inmensa fosa com¨²n, los fusilamientos se prolongaron durante horas. Conforme fue avanzando la guerra, todo el pa¨ªs se transform¨® en una tumba, con pogromos salvajes en ciudades como Odesa, con cerca de 50.000 v¨ªctimas, y cientos de miles de fusilamientos a cielo abierto. Una de cada cuatro v¨ªctimas del Holocausto fue asesinada en alg¨²n barranco ucranio.
Al final del conflicto, el periodista sovi¨¦tico Vasili Grossman escribi¨® un art¨ªculo titulado Ucrania sin jud¨ªos, traducido al castellano por Ricard San Vicente para la revista Transfer. ¡°No hay jud¨ªos en Ucrania¡±, relataba el autor de Vida y destino. ¡°El pueblo ha sido vilmente asesinado. Han matado a viejos artesanos, maestros experimentados, sastres, sombrereros, zapateros, m¨¦dicos, joyeros, pintores, peleteros, encuadernadores¡ No se trata de una muerte ocurrida durante la guerra con las armas en la mano, no es la muerte de unos seres que han dejado en alguna parte su hogar, sus libros, su familia, su fe. Es el asesinato del ¨¢rbol de la vida, es la muerte de las ra¨ªces, no solo de las ramas y las hojas. Es el asesinato de los recuerdos y de las canciones tristes¡±.
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