Moderaci¨®n o radicalidad, el dilema de la extrema derecha en Europa
El fen¨®meno del ultra Zemmour y las dudas de Le Pen sobre su plan de ¡®desdemonizaci¨®n¡¯ ilustran en Francia tensiones ideol¨®gicas y estrat¨¦gicas que se reproducen en Italia y Alemania
Las dudas desgarran a la derecha nacionalista europea. ?Ad¨®nde ir? En Francia, en Italia o en Alemania ¡ªen los partidos de la extrema derecha cl¨¢sica y en las formaciones del nacionalismo populista¡ª se repite la batalla que hace unos a?os se desarroll¨® en el Partido Republicano de Estados Unidos cuando Donald Trump lanz¨® una opa que radicaliz¨® y transform¨® al viejo partido de Ronald Reagan y la familia Bush.
La batalla, en Europa, enfrenta, por un lado, a quienes consideran que los europeos no son estadounidenses y que, para conquistar al poder, es necesaria una dosis de moderaci¨®n que ...
Las dudas desgarran a la derecha nacionalista europea. ?Ad¨®nde ir? En Francia, en Italia o en Alemania ¡ªen los partidos de la extrema derecha cl¨¢sica y en las formaciones del nacionalismo populista¡ª se repite la batalla que hace unos a?os se desarroll¨® en el Partido Republicano de Estados Unidos cuando Donald Trump lanz¨® una opa que radicaliz¨® y transform¨® al viejo partido de Ronald Reagan y la familia Bush.
La batalla, en Europa, enfrenta, por un lado, a quienes consideran que los europeos no son estadounidenses y que, para conquistar al poder, es necesaria una dosis de moderaci¨®n que les permita deshacerse del estigma ultra y atraer a los votantes que reh¨²yen las estridencias y a las clases medias que deciden las elecciones. En el otro lado est¨¢n quienes sostienen que sus respectivas naciones afrontan peligros existenciales como la inmigraci¨®n y que no es el momento de las medias tintas. La soluci¨®n es la radicalidad.
En Francia, la pelea entre moderadores y radicalizadores se libra estos d¨ªas entre Marine Le Pen ¡ªl¨ªder del Reagrupamiento Nacional (RN, heredero del hist¨®rico Frente Nacional) y candidata por tercera vez a la presidencia en 2022¨D y ?ric Zemmour, el polemista que ha desbordado a dirigente por la derecha, sin haberse declarado todav¨ªa candidato, y la iguala o supera en algunos sondeos. En Italia, compiten el dirigente de La Liga y exministro del Interior, Matteo Salvini, y, a su derecha, Giorgia Meloni, la l¨ªder de los Hermanos de Italia y aliada de Vox en Espa?a. En Alemania, la resaca de las elecciones federales de septiembre siembra la discordia entre moderados y radicales en uno de los derrotados, el partido de la derecha radical, Alternativa para Alemania (AfD, por sus siglas alemanas).
¡°Es una tensi¨®n que en realidad se observa en el bloque de derechas en su conjunto¡±, precisa el polit¨®logo Crist¨®bal Rovira Kaltwasser, coautor de Populismo. Una breve introducci¨®n (Alianza editorial) y profesor de la Universidad Diego Portales en Chile. Y as¨ª es. En Francia o en Espa?a, la tensi¨®n entre el centrismo y el giro a la derecha dura tambi¨¦n planea sobre los partidos de la derecha tradicional. A?ade Rovira Kaltwasser: ¡°En cualquier partido de derechas sucede: ¡®O nos movemos m¨¢s hacia el votante de centro o m¨¢s hacia el votante radical¡¯. Y esto tambi¨¦n se ve en estas derechas de corte populista y radical. Se dicen: ¡®?Vale la pena seguir radicaliz¨¢ndonos y ser fieles a nuestra ideolog¨ªa pura? ?O adaptamos algunas de nuestras ideas para ganar la batalla?¡±.
Le Pen lleva una d¨¦cada, desde que tom¨® las riendas el Frente Nacional, intentando limar los ¨¢ngulos m¨¢s ¨¢speros del partido que fund¨® su padre, Jean-Marie Le Pen. Es lo que en Francia se ha llamado la desdemonizaci¨®n: salir del rinc¨®n de los apestados. Marine Le Pen ha cambiado el nombre del partido, ha dicho que ella no era ni de izquierdas ni de derechas y ha captado al voto obrero. En ocasiones se ha presentado incluso como una dirigente feminista y ecologista. Ha reivindicado a la figura central del consenso democr¨¢tico franc¨¦s (y bestia negra de su padre) como es el general Charles De Gaulle. Y ha aparcado un punto central en su programa: la salida de Francia de la Uni¨®n Europea y del euro.
El resultado es considerable, pero insuficiente. En 2017, Le Pen hija lleg¨® a la segunda vuelta de las presidenciales y, aunque perdi¨® ante Macron, casi 11 millones de franceses votaron por ella. Dos a?os despu¨¦s, su partido fue el m¨¢s votado en las elecciones europeas en Francia. Pero, en parte debido al sistema electoral franc¨¦s, que prima al partido o candidato m¨¢s votado, el RN no ha tocado poder en todo este tiempo: tiene seis diputados y, de los 36.000 municipios franceses, solo gobierna una decena de pueblos o peque?as ciudades.
Zemmour, que en poco m¨¢s de un mes ha pasado de la nada a un 15% de votos en algunos sondeos, ha ocupado el espacio vac¨ªo que Le Pen ha dejado en la extrema derecha con un discurso apocal¨ªptico contra los inmigrantes y sus hijos y contra el islam. ¡°Apela a personas frustradas por el RN, cansadas porque han visto que nueve tentativas presidenciales ¡ªseis de Jean-Marie y tres, con la actual, de Marine Le Pen¡ª no funcionan¡±, comenta el polit¨®logo Jean-Yves Camus, especialista en la extrema derecha. Al no estar manchado por la marca Le Pen o Frente Nacional, y aunque su discurso sea m¨¢s extremista, tambi¨¦n atrae a votantes de la derecha tradicional ¡ªla de los presidentes Jacques Chirac y Nicolas Sarkozy¡ª que jam¨¢s hubieran votado a un Le Pen y, en cambio, se dejan seducir por Zemmour. ¡°Yo soy el candidato del RPR¡±, ha dicho el polemista en alusi¨®n al viejo partido gaullista de Jacques Chirac. Su intenci¨®n es clara: una opa sobre la derecha tradicional a imagen de la de Trump sobre el Partido Republicano.
Hay ecos de la pugna entre Le Pen y Zemmour en el pulso que en Italia mantienen Salvini y Meloni en el amplio espacio que va de la derecha populista, nacionalista y radical. Salvini, tras su tumultuoso paso por el Gobierno que coloc¨® a Italia en la cresta de la ola populista europea en la estela de la victoria Trump en EE UU, emprendi¨® un viaje al centro. El antiguo euroesc¨¦ptico vot¨® a favor de la investidura como presidente del Consejo del pope europe¨ªsta Mario Draghi, que cuenta en su Gobierno con ministros de La Liga. ¡°Mi ambici¨®n no es representar a la derecha radical¡±, ha dicho Salvini, convencido de que, para ser una fuerza hegem¨®nica, hay que salir del rinc¨®n populista y radical. La pujante Meloni, una pol¨ªtica con or¨ªgenes en el neofascismo e integrada en el mismo grupo que Vox en el Parlamento Europeo, ha sobrepasado en los sondeos a un desdibujado Salvini, correligionario del partido de Le Pen en la UE.
La AfD, en Alemania, vive tensiones similares que las legislativas del pasado septiembre han agravado. El partido de la ultraderecha alemana es la quinta fuerza con poco m¨¢s de un 10% de votos, aunque se ha hecho fuerte en dos Estados de la antigua Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana. Su copresidente, J?rg Meuthen, considerado el representante del ala moderada, anunci¨® esta semana que renunciaba al cargo.
Trump, presidente de EE UU desde 2017 hasta el pasado enero, sigue proyectando su sombra en Europa. Rovira Kaltwasser analiza: ¡°La se?al de Donald Trump, en el caso norteamericano, es clara: lo que dice el Partido Republicano es que la soluci¨®n pasa por radicalizarse, no por moderarse. Esto lo observan partidos populistas de derecha radical, y dicen: ¡®Miren el ejemplo, debemos mantenernos fieles a nuestros principios y solo as¨ª podemos tratar de aumentar nuestro caudal electoral¡±. La estrategia opuesta ser¨ªa la de l¨ªderes como Le Pen, quien, despu¨¦s de sucesivos intentos de acceder al poder, ha concluido que necesitaba suavizar aspectos de su programa. ¡°Pero creo¡±, apunta el polit¨®logo, ¡°que hay facciones en estos partidos para las que, en realidad, la cuesti¨®n del acceso al poder les importa menos: lo que quieren es que sus ideas ganen terreno en el espacio p¨²blico¡±.
Es una pelea familiar: ideol¨®gica y estrat¨¦gica. Es decir, un debate de ideas y un debate sobre el camino hacia el poder. La inc¨®gnita es si las querellas acaban frustrando estos esfuerzos. En Alemania, la AfD ha perdido un mill¨®n de votos respecto a las anteriores legislativas. En Francia, la suma de los apoyos de voto de Le Pen y Zemmour en los sondeos se acerca o supera el 30%, m¨¢s que Macron y que la izquierda. La divisi¨®n no es siempre un signo de debilidad.
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