El Estado Isl¨¢mico bombardea la estabilidad prometida por los talibanes
La seguridad, uno de los pilares del Emirato para intentar afianzarse, se resquebraja entre atentados y asesinatos
La imagen del cuerpo del terrorista suicida hecho pedazos junto a dos talibanes muertos y la nube de humo y polvo no se le quita de la cabeza a Mansur. Cuenta que los controles para acceder a la mezquita Eidgah de Kabul el domingo 3 de octubre eran exhaustivos. Se palpa la ropa, el cabello y hasta las orejas repitiendo el gesto de los que registraban a aquellos que llegaban al acto, que finalmente fue reventado por un kamikaze del brazo afgano del Estado Isl¨¢mico (ISKP, en sus siglas en ingl¨¦s). Se celebraba el funeral por la muerte de la madre de su t¨ªo y portavoz del Emirato Isl¨¢mico de Afga...
La imagen del cuerpo del terrorista suicida hecho pedazos junto a dos talibanes muertos y la nube de humo y polvo no se le quita de la cabeza a Mansur. Cuenta que los controles para acceder a la mezquita Eidgah de Kabul el domingo 3 de octubre eran exhaustivos. Se palpa la ropa, el cabello y hasta las orejas repitiendo el gesto de los que registraban a aquellos que llegaban al acto, que finalmente fue reventado por un kamikaze del brazo afgano del Estado Isl¨¢mico (ISKP, en sus siglas en ingl¨¦s). Se celebraba el funeral por la muerte de la madre de su t¨ªo y portavoz del Emirato Isl¨¢mico de Afganist¨¢n, Zabihullah Mujahid. ¡°Nunca en 20 a?os esto me hab¨ªa tocado tan de cerca y ha tenido que ser con los talibanes¡±, lamenta Mansur, que prefiere que su verdadero nombre no se publique.
En los ¨²ltimos d¨ªas, los terroristas han seguido golpeando objetivos importantes, entre ellos Kandahar, cuna del movimiento talib¨¢n, donde el viernes cometieron por vez primera un gran atentado con decenas de muertos. Tambi¨¦n coincidiendo con la oraci¨®n del viernes, la m¨¢s concurrida, atacaron otra mezquita en Kunduz el viernes anterior. En ambos casos el objetivo eran fieles chi¨ªes.
El mantra de que el pa¨ªs es ahora m¨¢s seguro, repetido por los talibanes desde que en agosto remataron la ocupaci¨®n total del Estado, hace claramente agua. Tras lograr poner fin a dos d¨¦cadas de presencia militar extranjera y al Gobierno que esta amparaba, la guerrilla yihadista dej¨® de lado muchos de sus ataques y atentados. Eso permiti¨® que fuera m¨¢s seguro moverse por el pa¨ªs y que la psicosis en torno a la seguridad se relajara en parte. Pero ese clima de tranquilidad era solo un espejismo.
El nuevo r¨¦gimen de Kabul no contaba con que la rama afgana del Estado Isl¨¢mico iba a seguir pisando el acelerador con el objetivo de desestabilizarlo. Los talibanes est¨¢n sufriendo ahora en sus propias carnes una guerra de guerrillas y unos atentados como los que ellos llevaron a cabo en los ¨²ltimos a?os para tratar de hacerse con el poder.
El ISKP hab¨ªa reivindicado hasta el jueves 7 de octubre ¡ªantes de los grandes ataques en Kunduz y Kandahar¡ª hasta 31 atentados contra el Emirato talib¨¢n (21 con bomba, 8 con armas de fuego, 1 mediante un terrorista suicida y 1 decapitaci¨®n), seg¨²n un balance de BBC Monitoring, un centro de seguimiento de medios de esa cadena brit¨¢nica. La mayor¨ªa, hasta 21, tuvieron como escenario la provincia de Nanganhar (en el este), donde hace algo m¨¢s de un lustro naci¨® este grupo terrorista que, seg¨²n los especialistas, no contar¨ªa con m¨¢s de 2.000 integrantes.
Los ataques a las mezquitas de Kunduz y Kandahar son los m¨¢s mort¨ªferos desde el que estos yihadistas cometieron en el aeropuerto de Kabul el pasado 26 de agosto con un resultado de al menos 170 muertos. El terrorista del ISKP que se inmol¨® entonces se llamaba Abdul Rehman Al Logari, seg¨²n inform¨® el grupo en el n¨²mero 302 de su revista Al Naba. Al Logari ¡ªeste apelativo hace referencia a que es originario de la provincia afgana de Logar¡ª acababa de escapar de la prisi¨®n de la base estadounidense de Bagram, en la provincia afgana de Parwan. Cientos de condenados por terrorismo de esa c¨¢rcel y otras del pa¨ªs quedaron en libertad cuando los talibanes les abrieron las puertas de las celdas en agosto. Varios expertos consultados consideran que ese es otro factor de la actual inestabilidad.
¡°No creo que los talibanes tengan en la actualidad la capacidad para hacer frente al ISKP¡±, afirma el investigador italiano Riccardo Valle, colaborador de la Universidad de Trieste y del centro Analytica for Intelligence and Security Studies. ¡°No tienen ninguna experiencia en la lucha contra el terrorismo¡±, explica. Tampoco cree que puedan salvaguardar a la minor¨ªa chi¨ª, perseguida tambi¨¦n por los talibanes. Valle opina que lo que los terroristas buscan atacando a chi¨ªes, como en Kunduz y Kandahar, es poner a los talibanes en el aprieto de tener que defenderlos y, al mismo tiempo, abrir en Afganist¨¢n una guerra sectaria como la de Irak.
En cambio, Faran Jeffery, director adjunto del centro de estudios brit¨¢nico Islamic Theology of Counter Terrorism (ICTC), opina: ¡°Si bien los talibanes tienen la capacidad militar para enfrentarse al ISKP, a¨²n no han desarrollado una capacidad legal y estrat¨¦gica integral para llevarla a cabo¡±. ¡°Ser¨¢ mucho m¨¢s f¨¢cil para los talibanes enfrentarse al ISKP con legitimidad y apoyo internacional y mucho m¨¢s dif¨ªcil sin ¨¦l¡±. Para ello, a?ade Jeffery, los responsables del Emirato afgano ¡°tendr¨¢n que evitar las ejecuciones extrajudiciales de sospechosos¡±.
En este contexto, Valle cree que los talibanes est¨¢n actuando de la misma manera que el Gobierno depuesto; es decir, apoy¨¢ndose ¨²nicamente en sospechas. ¡°Los talibanes est¨¢n llevando a cabo principalmente ejecuciones extrajudiciales de presuntos miembros del ISKP¡±, pero ¡°la mayor¨ªa de las personas asesinadas son salafistas no relacionados con el ISKP¡±, comenta el investigador italiano. A?ade, no obstante, que tampoco ve al grupo yihadista con potencial suficiente como para plantear una ¡°guerra total¡± a las nuevas autoridades de Kabul.
¡°Lo que los talibanes realmente necesitan es apoyo internacional, principalmente a trav¨¦s de la cooperaci¨®n con Estados Unidos, para contrarrestar con ¨¦xito la amenaza del ISKP¡±, entiende Faran Jeffery, que duda de que el Emirato pueda seguir soportando solo los cada vez m¨¢s frecuentes ataques. Calcula que el grupo cuenta con unos 2.000 integrantes en Afganist¨¢n en estos momentos y, m¨¢s all¨¢ de Kabul, Kunduz y Nanganhar podr¨ªa contar con c¨¦lulas tambi¨¦n en las provincias de Parwan, Khost y Jauzjan. Pero Riccardo Valle no ve posible ahora mismo la colaboraci¨®n estadounidense, justo cuando se ha puesto fin a dos d¨¦cadas de ocupaci¨®n liderada por Washington. El analista italiano ve m¨¢s factible que acepten la ayuda de Islamabad, tradicional aliado de los talibanes.
¡°Todo apunta a que el ISIS ha reorganizado sus c¨¦lulas en zonas urbanas para golpear a la comunidad chi¨ª y a los talibanes¡±, se?ala un analista afgano sobre asuntos de terrorismo y seguridad que prefiere no ser identificado. Para ¨¦l, atentados como los de Kunduz o Kandahar suponen un claro fallo del espionaje talib¨¢n. Tambi¨¦n cree que van a necesitar de Islamabad si quieren contener la amenaza de los terroristas sun¨ªes.
¡°Imagino que c¨ªrculos salafistas en Pakist¨¢n los estar¨¢n apoyando (al Estado Isl¨¢mico) en Afganist¨¢n¡±, a?ade este especialista. Que Nanganhar, la provincia en la que el ISKP es m¨¢s activo y donde naci¨® hace algo m¨¢s de un lustro, est¨¦ junto a la frontera de Pakist¨¢n, no es casualidad. Los yihadistas de ambos pa¨ªses, sean talibanes o del Estado Isl¨¢mico, se retroalimentan. Los talibanes pertenecen, sin embargo, a una rama menos radical del islam sun¨ª como es la deobandi o hanaf¨ª, frente a la a¨²n m¨¢s estricta del salafismo que defiende el Estado Isl¨¢mico. Los chi¨ªes, una minor¨ªa representada esencialmente en Afganist¨¢n por la poblaci¨®n de etnia hazara, son, a su vez, perseguidos por el brazo local del Estado Isl¨¢mico y los talibanes.
¡°El objetivo ¨²ltimo del ISKP es establecer un califato isl¨¢mico global¡±, y eso en Afganist¨¢n se consigue haciendo frente a los extranjeros, los talibanes y los chi¨ªes, seg¨²n Riccardo Valle.
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