La transici¨®n en Sud¨¢n, en la cuerda floja ante la amenaza de los militares
La tensi¨®n entre los l¨ªderes civiles y los uniformados se ha disparado desde el intento de golpe de Estado en septiembre en el pa¨ªs, que vive su momento m¨¢s delicado en dos a?os
Miles de sudaneses se han movilizado este jueves en las calles de la capital, Jartum, y de otras ciudades del pa¨ªs en una nueva demostraci¨®n de fuerza por parte de los partidarios de una transici¨®n hacia un Gobierno civil y democr¨¢tico. Las manifestaciones se han producido cuando la tensi¨®n y el recelo entre los l¨ªderes civiles y militares encargados de dirigir a Sud¨¢n en su dif¨ªcil camino hacia la democracia se han disparado en las ¨²ltimas semanas a ra¨ªz de un intento de golpe de Estado abortado a finales de septiembre que ha degenerado en la crisis m¨¢s peligrosa que afronta el pa¨ªs desde el ...
Miles de sudaneses se han movilizado este jueves en las calles de la capital, Jartum, y de otras ciudades del pa¨ªs en una nueva demostraci¨®n de fuerza por parte de los partidarios de una transici¨®n hacia un Gobierno civil y democr¨¢tico. Las manifestaciones se han producido cuando la tensi¨®n y el recelo entre los l¨ªderes civiles y militares encargados de dirigir a Sud¨¢n en su dif¨ªcil camino hacia la democracia se han disparado en las ¨²ltimas semanas a ra¨ªz de un intento de golpe de Estado abortado a finales de septiembre que ha degenerado en la crisis m¨¢s peligrosa que afronta el pa¨ªs desde el inicio de la transici¨®n. Los reproches entre unos y otros, y las maquinaciones de una parte de las filas castrenses, han generado fracturas entre grupos civiles y han agravado la polarizaci¨®n social.
Una fr¨¢gil uni¨®n de conveniencia entre el Ej¨¦rcito y una alianza de grupos pol¨ªticos civiles ha gobernado Sud¨¢n desde poco despu¨¦s de la ca¨ªda del dictador Omar Al Bashir en 2019, tras meses de grandes movilizaciones populares. Durante dos a?os, la parte civil ha evitado el conflicto abierto con los militares pese a su constante fricci¨®n, un equilibrio complejo cuyos l¨ªmites e insostenibilidad dej¨® al desnudo el fallido golpe de Estado.
Desde entonces, la pugna ha quedado al descubierto y ambas partes han intercambiado afiladas acusaciones. Los l¨ªderes uniformados acusan a los civiles de ser incapaces de gestionar un pa¨ªs tan complejo como Sud¨¢n, les recriminan pelearse por cargos pol¨ªticos y descuidar las necesidades del pueblo, y han exigido la disoluci¨®n del Gobierno.
Miembros civiles del Ejecutivo, por su parte, han sugerido que el Ej¨¦rcito quiere hacerse con el poder, y han aprovechado el intento de golpe de Estado para reiterar la necesidad de realizar una reforma profunda de las instituciones de seguridad y militares y de someterlas al control civil, considerados dos de los pasos m¨¢s trascendentales de la transici¨®n. Asimismo, reprochan a los militares su reticencia a ceder el mando del Consejo Soberano, que act¨²a como jefatura de Estado, y su pol¨ªtica de obstrucci¨®n en cuestiones clave como depurar las instituciones del pa¨ªs, constituir un Parlamento de transici¨®n e investigar cr¨ªmenes de las fuerzas de seguridad.
Adem¨¢s, algunos l¨ªderes civiles acusan a uniformados y simpatizantes del r¨¦gimen de Al Bashir de estar fomentando la inestabilidad para crear una profec¨ªa autocumplida. En este sentido, manifestantes tribales han bloqueado desde mitad de septiembre la actividad en la zona portuaria de Puerto Sud¨¢n, en el Este, provocando escasez de productos b¨¢sicos y agravando la crisis econ¨®mica del pa¨ªs, algo de lo que el ej¨¦rcito se desmarca.
Los civiles les critican igualmente por sembrar la discordia entre sus filas con el fin de debilitarlos. As¨ª, las Fuerzas de la Libertad y el Cambio, una alianza civil que encabez¨® las protestas contra Al Bashir, ha visto como una facci¨®n escindida pr¨®xima a los militares ha pedido la disoluci¨®n del Gobierno y ha formado una alianza propia, que podr¨ªa ser utilizada por el Ej¨¦rcito como v¨ªa para hacerse con todo el poder bajo una cobertura civil.
En paralelo, desde el pasado s¨¢bado cientos de personas han acampado en Jartum para pedir a los militares que asuman abiertamente el poder, en una protesta envuelta en sospecha por las im¨¢genes que circularon en las redes y que capturaban el reparto de comida y dinero entre asistentes, as¨ª como la presencia de ni?os. En este contexto, Facebook anunci¨® el 11 de octubre el cierre de una red de p¨¢ginas no aut¨¦nticas vinculada a las Fuerzas de Apoyo R¨¢pido, un grupo paramilitar, que intentaba manipular la opini¨®n p¨²blica.
¡°Un golpe del Ej¨¦rcito puede adoptar varias formas¡±, apunta Kholood Khair, directora de Insight Strategy Partners, un centro de investigaci¨®n en Jartum. ¡°Pueden intentar tomar el poder directamente, lo que no creo que les funcione y creo que lo saben; pueden intentar colocar a alguien de primer ministro; o pueden dejar fluir las cosas, asegur¨¢ndose de que los islamistas est¨¢n bien armados y pueden recurrir a la violencia, y luego esperar a que las cosas estallen y usar el pretexto de la paz y la seguridad para tomar el poder¡±, agrega.
Las fuerzas revolucionarias y los partidarios de un Gobierno civil y democr¨¢tico, por su parte, no se han quedado atr¨¢s y han vuelto a demostrar este jueves que cuentan con una gran capacidad de movilizaci¨®n y que sus aspiraciones siguen siendo las m¨¢s populares, tal y como se?alan tambi¨¦n las encuestas. A finales de septiembre miles de personas se manifestaron en el pa¨ªs para mostrar su apoyo a los civiles y a la transici¨®n.
En las im¨¢genes que han circulado en las redes sociales se han podido observar riadas de personas en las calles de distintas ciudades, portando la bandera nacional y pancartas, y una presencia muy significativa de mujeres, ausentes en las protestas del reducido sector promilitar.
Las movilizaciones est¨¢n siendo pac¨ªficas, pero se ha registrado al menos un incidente violento en las inmediaciones del Parlamento en la ciudad de Omdurm¨¢n cuando las fuerzas de seguridad han atacado a manifestantes, seg¨²n ha denunciado en un comunicado la Asociaci¨®n de Profesionales Sudaneses, uno de los mayores grupos civiles del pa¨ªs.
La comunidad internacional conden¨® en bloque el intento de golpe y pa¨ªses como Estados Unidos, Francia y el Reino Unido han enviado representantes al pa¨ªs para expresar su apoyo al Gobierno civil. La misi¨®n de la ONU en el pa¨ªs, la UNITAMS, tambi¨¦n se ha mostrado muy activa.
En un intento de rebajar la tensi¨®n, el primer ministro Abdal¨¢ Hamdok se dirigi¨® a la naci¨®n el pasado viernes en un discurso en el que se lament¨® de que, en lugar de convertirse en una oportunidad, el intento de golpe de Estado hubiera precipitado luchas internas. Hamdok tambi¨¦n aprovech¨® para presentar una hoja de ruta para acabar con la crisis, y tras una reuni¨®n de emergencia del Gobierno celebrada el pasado lunes, el dirigente anunci¨® la formaci¨®n de un comit¨¦ de siete miembros, liderado por ¨¦l mismo, para buscar soluciones.
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