Omar al Bashir, el dictador acorralado
El presidente sudan¨¦s, que lleg¨® al poder hace 30 a?os con un golpe de Estado, se enfrenta a un pueblo movilizado en su contra
El cerco se estrecha alrededor de Omar al Bashir. La polic¨ªa sudanesa ha anunciado hoy su rechazo a reprimir por la fuerza a los miles de manifestantes que llevan ya cinco d¨ªas concentrados en torno al cuartel general de las Fuerzas Armadas en la capital, Jartum, reclamando la ca¨ªda del dictador, que lleva 30 a?os en el poder y se niega a dimitir. Las fuerzas de seguridad se unen por primera vez al Ej¨¦rcito, que no ha participado en la represi¨®n y cuyo m¨¢ximo responsable asegur¨® que su responsabilidad era ¡°defender a los ciudadanos¡±. Todas las miradas se dirigen ahora a Al Bashir y sus pr¨®ximos movimientos.
El presidente ha decidido guardar un silencio sepulcral. Desde que las protestas comenzaran el pasado mes de diciembre lo ha intentado todo, tanto el palo como la zanahoria. Ha usado la fuerza de su temible agencia de espionaje y de la polic¨ªa antidisturbios, lo que ha provocado hasta 38 muertos, encerr¨® a miles de personas y declar¨® el estado de emergencia el 22 de febrero, pero las protestas siguieron adelante. Luego destituy¨® a pr¨¢cticamente todo el Gobierno y nombr¨® militares al frente de las regiones, liber¨® a los detenidos e hizo llamadas al di¨¢logo y la serenidad, pero el malestar ciudadano, latente en los ¨²ltimos dos meses, ha vuelto a reaparecer con toda su fuerza.
Aunque ahora se enfrenta a su peor pesadilla, perder el apoyo de su propio Ej¨¦rcito ante un pueblo movilizado, el dictador, de 75 a?os, est¨¢ acostumbrado a moverse en el alambre. Desde que lleg¨® al poder en 1989 mediante un golpe de Estado ha vivido en la guerra permanente. Primero un conflicto civil entre el norte y el sur de Sud¨¢n y luego con las constantes rebeliones como la de Darfur, en la que la contundencia de las milicias a sus ¨®rdenes provoc¨® al menos 300.000 muertos. Por ello ha sido el primer jefe de Estado en ejercicio acusado por la Corte Penal Internacional de cr¨ªmenes de guerra y contra la humanidad. Fue en 2009, pero Al Bashir se ha paseado por medio mundo sin que la orden de arresto se haya ejecutado.
Hijo de ganaderos que lleg¨® a ser general del Ej¨¦rcito, es un hombre de pocas palabras, incluso t¨ªmido, seg¨²n quienes le conocen. Ha sobrevivido a la guerra, a la primavera ¨¢rabe, a las sanciones econ¨®micas estadounidenses, a las acusaciones de La Haya y a las revueltas internas. Hasta ahora. Sostenido por el petr¨®leo y por su estrat¨¦gica alianza con China y Rusia, jugando un d¨ªa a ser islamista y otro antioccidental, ha gobernado Sud¨¢n con mano de hierro, persiguiendo con inquina a opositores y periodistas y ganando una elecci¨®n tras otra incluso antes de ir a las urnas.
Pero en estos cinco d¨ªas, la presi¨®n popular que comenz¨® en diciembre pasado por la subida del precio del pan se ha elevado hasta un l¨ªmite dif¨ªcil de gestionar incluso para Al Bashir. La noche del martes al mi¨¦rcoles fue la primera en que los manifestantes congregados en Jartum no sufrieron la violencia de los gases lacrim¨®genos y los intentos de desalojo despu¨¦s de que un portavoz policial anunciara que sus responsables hab¨ªan dado orden de ¡°no intervenir¡± contra los ciudadanos. ¡°Queremos la uni¨®n del pueblo sudan¨¦s para que se alcance un acuerdo que permita una transferencia pac¨ªfica del poder¡±, a?adi¨® dicho portavoz. Testigos confirmaron a la agencia France Presse que ¡°desde entonces no ha habido incidentes¡±.
El Ej¨¦rcito, por su parte, se mantiene en su actitud pasiva y de defender ¡°a los ciudadanos¡±, como asegur¨® el pasado lunes el jefe de las Fuerzas Armadas, el general Kamal Abdelmarouf. De hecho, fuentes de la Asociaci¨®n de Profesionales Sudaneses, la organizaci¨®n que est¨¢ detr¨¢s de las protestas, aseguran que algunos soldados tiraron al aire para impedir la represi¨®n policial del fin de semana y que otros se unieron a los manifestantes para reclamar el derrocamiento del presidente. Su posici¨®n ser¨¢ determinante en lo que suceda en los pr¨®ximos d¨ªas. Este jueves est¨¢ prevista una marcha del partido en el poder. La partida de ajedrez contin¨²a. El jaque a Al Bashir sigue en marcha.
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