La CDU elige al derechista Merz para liderar la era pos-Merkel
Las bases democristianas han votado abrumadoramente por un giro conservador al elegir con el 62% de los votos al enemigo hist¨®rico de la canciller
El fin de la era Merkel tambi¨¦n lo es para su partido, la Uni¨®n Cristianodem¨®crata (CDU) alemana, que este viernes ha elegido cerrar el periodo centrista que domin¨® la excanciller en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas y virar hacia la derecha. Friedrich Merz, de 66 a?os ¡ªun pol¨ªtico liberal en lo econ¨®mico y conservador en lo social¡ª se convertir¨¢ en el pr¨®ximo presidente de los democristianos tras superar ampliamente ...
El fin de la era Merkel tambi¨¦n lo es para su partido, la Uni¨®n Cristianodem¨®crata (CDU) alemana, que este viernes ha elegido cerrar el periodo centrista que domin¨® la excanciller en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas y virar hacia la derecha. Friedrich Merz, de 66 a?os ¡ªun pol¨ªtico liberal en lo econ¨®mico y conservador en lo social¡ª se convertir¨¢ en el pr¨®ximo presidente de los democristianos tras superar ampliamente a sus dos rivales, los centristas Norbert R?ttgen y Helge Braun, en una votaci¨®n entre las bases del partido.
Con m¨¢s del 62% de los votos, los afiliados han apoyado masivamente el giro a la derecha que representa Merz, rival hist¨®rico de Angela Merkel y que se presentaba por tercera vez para liderar la formaci¨®n. El resultado de esta in¨¦dita consulta deber¨¢ ser ratificado en un congreso virtual en enero que se presenta casi como un tr¨¢mite: nadie duda de que los delegados escuchar¨¢n la contundente opini¨®n de la militancia. Merz ha tenido que esperar m¨¢s de 20 a?os, pero ha acabado derrotando a su eterna n¨¦mesis. El legado de Merkel ha empezado a desdibujarse apenas una semana despu¨¦s de abandonar el poder.
La estrepitosa derrota en las elecciones del pasado 26 de septiembre oblig¨® a la CDU a replantearse su futuro, tanto en la cuesti¨®n del liderazgo como en el rumbo ideol¨®gico del anta?o partido de masas. Armin Laschet, el desafortunado candidato con el que los democristianos concurrieron a los comicios, anunci¨® poco despu¨¦s de la debacle ¡ª24,1% de los votos, el peor resultado hist¨®rico de la formaci¨®n¡ª un golpe de tim¨®n. La desconexi¨®n con las bases y los simpatizantes se hab¨ªa hecho tan evidente que solo cab¨ªa renovar todos los cargos directivos y dar voz por primera vez a los m¨¢s de 400.000 afiliados del partido.
Dos tercios de los militantes participaron en la consulta, que el partido plante¨® como unas primarias, con un debate a tres y entrevistas retransmitidas en directo para que los candidatos pudieran presentarse. Un formato muy distinto al de los congresos federales, donde vota un selecto grupo de 1.001 delegados, y que benefici¨® a Merz, muy popular entre los militantes de base y no tanto en las estructuras del partido.
El futuro l¨ªder de los democristianos asegur¨® que escuchar¨¢ y representar¨¢ a todas las corrientes. ¡°Realmente, a todas¡±, subray¨® Merz en un breve discurso en la Casa Konrad Adenauer, la sede de la CDU en Berl¨ªn. El pol¨ªtico hereda una formaci¨®n que no ha conseguido fijar un liderazgo fuerte desde que en 2018 Merkel anunci¨® su salida de la pol¨ªtica. Los dos ¨²ltimos presidentes han durado en el cargo alrededor de un a?o en una CDU dividida entre el ala m¨¢s conservadora y la centrista que representaba la excanciller. Merz deber¨¢ integrar las diferentes sensibilidades al tiempo que le da un nuevo rumbo al partido; est¨¢ por ver c¨®mo de escorado a la derecha.
Segunda vida pol¨ªtica
Esta es la segunda vida pol¨ªtica de Merz. Considerado un halc¨®n del ala liberal en la econom¨ªa de la CDU, millonario de los que viajan en avi¨®n privado, en los a?os noventa era una de las mayores promesas del partido. Se afili¨® muy joven y fue conquistando puestos hasta llegar a liderar el grupo parlamentario. Su carrera se fren¨® cuando Merkel se hizo con su puesto en 2002 y le orill¨® hasta que decidi¨® abandonar la pol¨ªtica y pasarse a la empresa privada en 2009. Trabaj¨® en su propio bufete de abogados, como asesor en multitud de empresas y tambi¨¦n fue presidente del consejo de supervisi¨®n en Alemania de BlackRock, la mayor gestora de fondos del mundo. Cuando en 2018 Merkel anunci¨® que dejaba la presidencia del partido y que no se presentar¨ªa a las siguientes elecciones, vio abrirse su ventana de oportunidad.
Intent¨® llegar a la cima del partido por primera vez en el congreso de Hamburgo de diciembre de 2018, donde perdi¨® en segunda vuelta y por muy pocos votos frente a la protegida de Merkel, Annegret Kramp-Karrenbauer, hasta hace unos d¨ªas ministra de Defensa. Cuando ella tir¨® la toalla poco despu¨¦s, incapaz de consolidar su liderazgo, Merz volvi¨® a la carga y se enfrent¨® al actual presidente, Armin Laschet, en enero de 2021. Una vez m¨¢s, los delegados se vieron en la tesitura de escoger entre la continuidad merkeliana y el marcado perfil conservador de Merz. Tampoco se rindi¨® en la segunda derrota. Vio perder a Laschet y esper¨® de nuevo su momento.
A la tercera fue la vencida, su victoria p¨®stuma sobre Merkel. Desde que volvi¨® a la arena pol¨ªtica, Merz promete recuperar lo que ¨¦l llama ¡°las esencias del partido¡±, es decir, bascular de nuevo hacia la derecha para tratar de recuperar al casi un mill¨®n de votantes que fueron seducidos en 2017 por la extrema derecha de Alternativa para Alemania (AfD). Pero tambi¨¦n deber¨¢ tener en cuenta que en septiembre m¨¢s de dos millones y medio de antiguos votos conservadores fueron a parar al actual tripartito (socialdem¨®cratas, verdes y liberales). Sin el centro dif¨ªcilmente se ganan elecciones.
Abogado de profesi¨®n, buen orador, Merz siempre fue muy cr¨ªtico con la excanciller, especialmente con su pol¨ªtica migratoria. Incluso cuando no estaba en pol¨ªtica lo llamaban para participar en tertulias pol¨ªticas como contrapeso a lo que algunos consideraron la ¡°deriva socialdem¨®crata¡± de su rival. En esta campa?a, sin embargo, ha sido mucho m¨¢s moderado y ha evitado criticar abiertamente la etapa de Merkel, que se ha despedido despu¨¦s de 16 a?os en el poder, invicta en cuatro elecciones consecutivas.
Por ahora se desconoce si integrar¨¢ a sus rivales en su equipo m¨¢s cercano. R?ttgen, de 56 a?os, exministro de Medio Ambiente de Merkel y presidente de la Comisi¨®n de Exteriores del Bundestag, obtuvo el 25,8% de los votos. Era su segundo intento. Compiti¨® contra Merz y Laschet en el congreso de enero pasado. Con un 12,1%, el tambi¨¦n centrista Helge Braun, de 49 a?os, era el ¨²nico de los candidatos que aportaba algo de novedad al tr¨ªo que aspiraba al liderazgo conservador. M¨¢s joven, del Estado de Hesse (los otros candidatos y Laschet proceden de Renania del Norte-Westfalia) y m¨¦dico de formaci¨®n, ha sido hasta hace unos d¨ªas la mano derecha de Merkel en el Gobierno de gran coalici¨®n como ministro de la Canciller¨ªa.
Nadie quiere sentarse junto a la ultraderecha en el Bundestag
Los operarios del Bundestag tendrán más trabajo estos días prenavideños. Antes de la próxima sesión deberán tener lista la nueva disposición de los grupos parlamentarios, que exige desmontar y montar sillas, redibujar los pasillos y volver a conectar micrófonos y teléfonos. Los liberales se han salido con la suya y podrán mudarse al centro del hemiciclo, como llevaban intentando desde 2017. No se trataba solo de sentirse mejor representados simbólicamente justo en el medio de los grupos que consideran a su izquierda y a su derecha ideológicamente; sobre todo les pesaba tener que sentarse al lado de los 82 ruidosos diputados del partido de ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD).
Su lugar lo ocupará ahora el grupo que forman la CDU y su partido hermano bávaro, la CSU, conocido como la Unión. Visto desde la presidencia, los democristianos se mueven hacia la derecha, mientras que los liberales pasan a sentarse al lado de los verdes. Así, los tres socios del tripartito (socialdemócratas, verdes y liberales) quedan agrupados. Varios diputados liberales se quejaron la anterior legislatura de sus vecinos de bancada, que insultan y hacen comentarios impropios a un volumen lo suficientemente alto como para que les escuche el grupo de al lado, pero demasiado bajo para que les oiga la presidenta y les amoneste.
Los conservadores votaron en contra del cambio este jueves en una sesión bronca. Tampoco querían quedar arrinconados al lado de los ultraderechistas, pero se impuso la mayoría de los partidos de la coalición gobernante. La presidenta del Bundestag, Bärbel Bas, del SPD, había advertido al inicio de la sesión de que no se puede estar discutiendo la disposición de los escaños cada vez que haya elecciones. “El tripartito quiere montar un bloque gubernamental monolítico en el medio”, criticó el diputado de la CDU Thorsten Frei, que se quejó de que su grupo queda “marginado” al lado de AfD.
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