Batalla contra la discriminaci¨®n a los negros en los jurados de EE UU
Varios Estados impulsan medidas para frenar la inexplicable exclusi¨®n de candidatos a participar en un proceso legal
El jurado que decidi¨® el pasado noviembre la suerte de los tres hombres blancos acusados de matar el 23 de febrero de 2020 a Ahmaud Arbery, un afroamericano de 25 a?os que hab¨ªa salido de casa para correr e iba desarmado, estaba compuesto ...
El jurado que decidi¨® el pasado noviembre la suerte de los tres hombres blancos acusados de matar el 23 de febrero de 2020 a Ahmaud Arbery, un afroamericano de 25 a?os que hab¨ªa salido de casa para correr e iba desarmado, estaba compuesto por 11 miembros blancos y uno negro. Los abogados de los acusados rechazaron a 11 de los 12 posibles jurados afroamericanos en un condado del Estado de Georgia donde aproximadamente el 25% de los residentes son negros. Este caso reciente del juicio de Arbey es un reflejo de c¨®mo la mayor¨ªa de los jurados seleccionados para participar en vistas judiciales en Estados Unidos son blancos, independientemente de que la composici¨®n racial de la poblaci¨®n del lugar del proceso sea diversa.
Aunque los tres hombres fueron declarados culpables de m¨²ltiples cargos y afrontan la cadena perpetua, el proceso reabri¨® un debate y un problema sobre el que el mundo acad¨¦mico lleva tiempo alertando: los afroamericanos est¨¢n subrepresentados en los jurados de los tribunales.
Uno de los principales factores que permiten la discriminaci¨®n racial en la selecci¨®n de los jurados es lo que se conoce como ¡°el desaf¨ªo perentorio¡±, una pr¨¢ctica que permite a los fiscales y abogados defensores rechazar a unos 15 candidatos por proceso ¡ªel n¨²mero var¨ªa seg¨²n el Estado¡ª sin tener que justificar por qu¨¦ no quieren que participen. Cuando se les agotan las opciones, pueden presentar ilimitadas impugnaciones, pero deben alegar una causa para ello. Estas suelen ir desde que el potencial jurado tiene a un familiar en prisi¨®n hasta que parece un traficante de drogas. Son pocos los negros que pasan ambas cribas.
Ahora, un pu?ado de Estados progresistas, como Washington y California, han puesto en marcha medidas para evitarlo y buscan endurecer los requisitos para que se pueda desestimar a un posible jurado y as¨ª poner freno al sistema discriminatorio.
La abogada Elisabeth Semel, que dirige un departamento de la Universidad de Berkeley (California) que representa a condenados a la pena capital y realiza estudios del tema, ha analizado cerca de 700 casos que llegaron a los tribunales de apelaciones tras pol¨¦micos desaf¨ªos perentorios entre 2006 y 2018. El estudio, titulado Blanqueando el palco del jurado, revel¨® que los fiscales utilizaron esta opci¨®n para eliminar a posibles jurados negros en el 72% de los casos, 28% en latinos, y 0,5% en blancos.
¡°Esto est¨¢ muy conectado con la muy lamentable y fea historia de Estados Unidos y el racismo. Es parte de nuestro presente tanto como de nuestro pasado¡±, explica Semel por tel¨¦fono. Entre las razones que ha escuchado para desestimar a un posible miembro del jurado figuran que el candidato es hombre y lleva pendientes o luce una melena afro. Los jueces, que son los que tienen la ¨²ltima palabra para aceptar o no el bloqueo, lo suelen dar por v¨¢lido, seg¨²n cuenta la abogada.
Adem¨¢s de las normas para descartar candidatos en los ex¨¢menes de selecci¨®n, William Snowden, fundador de Juror Project, una organizaci¨®n educativa sobre la discriminaci¨®n racial en la selecci¨®n del jurado, remarca que otro factor que pone en desventaja a los afroamericanos es el hecho de que los tribunales echan mano de las listas de registro de votantes y las de licencias de conducir para enviar las convocatorias de posibles jurados. Ronlad Wright, experto en Derecho Penal de la escuela Wake Forest, lo explica as¨ª: ¡°Las personas pobres, y en Estados Unidos eso significa que no son blancas, son excluidas con m¨¢s frecuencia que otras¡± de los procedimientos.
Adem¨¢s, un jurado racialmente diverso pasa m¨¢s tiempo deliberando, apunta Wright, lo que a priori significa que tiene m¨¢s cuidado, y, seg¨²n diferentes estudios, es m¨¢s probable que resulte m¨¢s preciso en su comprensi¨®n de los hechos, adem¨¢s de reflejar mejor las opiniones generales de la comunidad.
La discriminaci¨®n racial en la selecci¨®n del jurado ocurre desde que los negros conquistaron sus primeros derechos civiles. El Tribunal Supremo no se pronunci¨® sobre el problema hasta 1986, cuando dictamin¨® que los desaf¨ªos perentorios no pueden utilizarse para excluir jurados bas¨¢ndose ¨²nicamente en su etnia. Aquel fallo de Batson vs. Kentucky condujo a que se pudiera objetar esa pr¨¢ctica por considerar que incumple los criterios aceptables en los tribunales. Pero ¡°todos los estudios que se han realizado durante las ¨²ltimas d¨¦cadas han demostrado que esta no es una forma eficaz de reducir la discriminaci¨®n¡±, aduce Semel, quien remarca que la ¡°impugnaci¨®n Batson¡± requiere demostrar que el bloqueo de un candidato se bas¨® en una discriminaci¨®n intencionada, y es dif¨ªcil para los jueces acusar a un fiscal de ¡°racista¡±.
Thurgood Marshall, el primer juez negro del Tribunal Supremo, apoy¨® el fallo de Batson contra Kentucky, pero ya avanz¨® que la discriminaci¨®n racial en la selecci¨®n del jurado no se iba a acabar mientras no se eliminara la posibilidad de rechazar a candidatos sin alegar motivo alguno. El Reino Unido suprimi¨® el llamado desaf¨ªo perentorio en 1988 y Canad¨¢ en 2019. El pasado septiembre, Arizona se convirti¨® en el primer Estado de EE UU en prohibirlo.
Con el objetivo de reforzar la l¨ªnea marcada por el fallo del Supremo, el Tribunal Superior del Estado Washington adopt¨® en 2017 una norma que facilita a los abogados impugnar el desaf¨ªo perentorio sin tener que probar que hubo una intenci¨®n de discriminar por parte de fiscales o abogados defensores. William Snowden, que trabaj¨® como abogado defensor en Nueva Orleans, recuerda que los fiscales sol¨ªan preguntar a los posibles jurados si hab¨ªan tenido una mala experiencia con la polic¨ªa, y la mayor¨ªa de los que alzaban la mano eran negros o latinos. Acto seguido, los eliminaban por percibir prejuicios contra los agentes. ¡°Los fiscales ya no pueden usar esa respuesta como una raz¨®n para sacar a un candidato¡± de la lista en Washington, explica Snowden, ¡°ni las preocupaciones o cr¨ªticas que tengan al sistema criminal¡±.
Reforzar el control
El 1 de enero entr¨® en vigor una ley en California similar a la de Washington. La normativa permite al tribunal objetar un desaf¨ªo perentorio y pedir explicaciones y evaluar las razones con el objetivo de eliminar posibles sesgos raciales. Los tribunales de Connecticut, Nueva Jersey, Iowa, y del Distrito de Columbia, est¨¢n estudiando adoptar medidas similares. Snowden cree que deber¨ªan mantenerse los desaf¨ªos perentorios, pero que lo que hay que hacer es ¡°aumentar y brindar la protecci¨®n contra la discriminaci¨®n a nivel estatal¡± con medidas de control. En la misma l¨ªnea, Semel, que ha trabajado en la reforma californiana, cree que los Estados deber¨ªan seguir esa senda y reforzar la exigencia de argumentos para rechazar jurados.
El profesor Wright cree que el ¡°experimento¡± en Arizona podr¨¢ dar luz sobre si es efectivo o no dentro de un par de a?os, pero no cree que la mayor¨ªa de los Estados sigan sus pasos hasta dentro de 20 o 30 a?os. Tiene esperanzas de que en el corto plazo las Fiscal¨ªas y los defensores p¨²blicos analicen sus propios datos sobre la selecci¨®n de jurados y los hagan p¨²blicos para concienciar sobre la discriminaci¨®n en el sistema de jurados, y que esto genere presi¨®n social para tomar medidas.
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