Los tanques apagan la revuelta en Kazajist¨¢n
El presidente Tok¨¢yev nombra un nuevo primer ministro y anuncia la retirada de las tropas rusas
Si no fuera por la tanqueta de color verde oliva apostada en un control militar a la entrada de Shymkent, nadie dir¨ªa que en este pa¨ªs ha habido, hace unos d¨ªas, unas violentas revueltas que han puesto en jaque al Estado. La primera ciudad que uno se encuentra al entrar en Kazajist¨¢n desde la vecina Uzbekist¨¢n, atravesando el paso fronterizo de la Ruta de la Seda, se despliega tras el checkpoint como una sucesi¨®n de edificios deslucidos y aceras agrietadas por ...
Si no fuera por la tanqueta de color verde oliva apostada en un control militar a la entrada de Shymkent, nadie dir¨ªa que en este pa¨ªs ha habido, hace unos d¨ªas, unas violentas revueltas que han puesto en jaque al Estado. La primera ciudad que uno se encuentra al entrar en Kazajist¨¢n desde la vecina Uzbekist¨¢n, atravesando el paso fronterizo de la Ruta de la Seda, se despliega tras el checkpoint como una sucesi¨®n de edificios deslucidos y aceras agrietadas por las que vuelve a fluir la vida como si nada hubiera pasado.
¡°Todo marcha bien en la ciudad¡±, sonr¨ªe el dependiente de Allo Kebab, un local de comida r¨¢pida ubicado en una larga y gris¨¢cea avenida, a los pies de un mural que muestra el perfil centelleante de Lenin junto a unos trabajadores. Alg¨²n edificio local de la ciudad fue atacado, concede el muchacho. Y a¨²n hay toque de queda al caer la noche. Por lo dem¨¢s, los ni?os corretean por la calle este martes a media tarde, los transe¨²ntes deambulan como siempre, unos mustios, otros alegres, y los autobuses se detienen regularmente tragando y escupiendo viajeros.
El dinero s¨ª se ha vuelto una complicaci¨®n. Tras d¨ªas de protestas, que han dejado decenas de muertos (no hay una cifra contrastable) ¡ªy 10.000 detenidos, seg¨²n datos oficiales del Gobierno kazajo¡ª, la gran mayor¨ªa de ellas en Almaty, la capital financiera de este inmenso pa¨ªs de Asia central, encajonado entre China y Rusia, el pago con tarjeta o tel¨¦fono se ha vuelto casi imposible. De modo que resulta necesario obtener efectivo a la vieja usanza, en los cajeros autom¨¢ticos, y esto se ha convertido a su vez en una peque?a odisea cotidiana: los dispensadores de billetes que funcionan est¨¢n atiborrados de personas, que piden la vez al llegar y esperan ordenadamente su turno, para poder sacar un m¨¢ximo de 10.000 tenges (unos 20 euros), el l¨ªmite que da la m¨¢quina por cliente.
Kazajist¨¢n recupera la calma despu¨¦s de un arranque de a?o sangriento que ha sembrado de interrogantes el teatro geopol¨ªtico de Asia central, mientras Rusia tensa en otro extremo de su viejo imperio, a las puertas de Ucrania, la cuerda con la UE y Estados Unidos. Regresa internet, que hab¨ªa sido limitada para dificultar las comunicaciones, reabren tambi¨¦n la mayor parte de aeropuertos y, mientras, el presidente de Kazajist¨¢n, Kasim-Yomart Tok¨¢yev, ha anunciado este martes que en dos d¨ªas comenzar¨¢ la retirada de las tropas de la Organizaci¨®n del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), una asociaci¨®n militar del espacio postsovi¨¦tico, liderada por Rusia, que entr¨® en el pa¨ªs la semana pasada y despleg¨® r¨¢pidamente m¨¢s de 2.000 militares para contener la crisis.
Para entonces, las protestas pac¨ªficas por el alza vertiginosa del precio del gas licuado de petr¨®leo se hab¨ªan transformado en tiroteos en las calles de Almaty, y sobrevolaba entre las fuerzas de seguridad la orden del presidente de disparar ¡°sin previo aviso¡± contra los manifestantes, que ya no eran tales, al menos en palabras del presidente, sino una supuesta horda de ¡°terroristas¡± y ¡°bandidos¡± venidos del extranjero con la intenci¨®n de subvertir el orden. Los cifr¨® en unos 20.000, un dato que no ha podido ser contrastado de forma independiente.
¡°La misi¨®n principal de las fuerzas de mantenimiento de la paz de la OTSC se ha completado con ¨¦xito¡±, ha se?alado Tok¨¢yev este martes en un discurso pronunciado por videoconferencia ante el Parlamento de Kazajist¨¢n. ¡°Se desat¨® una guerra terrorista contra el pa¨ªs¡±, ha a?adido, seg¨²n la agencia AFP. ¡°Podr¨ªamos haber perdido el pa¨ªs¡±.
En un giro de guion sin precedentes, el presidente ha cargado tambi¨¦n contra el legado de su predecesor y el hombre fuerte que rigi¨® los designios de este pa¨ªs de 19 millones de personas entre 1991 y 2019: Nursult¨¢n Nazarb¨¢yev, el l¨ªder que tom¨® las riendas tras la ca¨ªda de la URSS y cuyo rostro a¨²n es reverenciado en esculturas, carteles y fotograf¨ªas por todas partes. Tok¨¢yev lo ha culpado de haber fomentado ¡°una casta de ricos, incluso para los par¨¢metros internacionales¡±, la cual dominar¨ªa los sectores clave de este pa¨ªs rico en recursos, pero cuyos beneficios no acaban de permear en todas las capas sociales. El se?alado expresidente Nazarb¨¢yev a¨²n no ha aparecido p¨²blicamente desde el inicio de una crisis que se ha llevado tambi¨¦n por delante al Ejecutivo kazajo.
El Parlamento del pa¨ªs ha respaldado, adem¨¢s, este martes a Alij¨¢n Sma¨ªlov como primer ministro, cargo que comenz¨® a ejercer de forma interina el 5 de enero, en el pico de las violentas revueltas, a propuesta de Tok¨¢yev. En los primeros compases de las protestas el actual presidente tambi¨¦n destituy¨® a Nazarb¨¢yev como presidente del Consejo de Seguridad y ces¨® y arrest¨® al jefe de los servicios secretos kazajos, Karim Masimov, bajo sospecha de alta traici¨®n al Estado. Poco a poco van encajando algunas piezas del complejo puzle kazajo del que Tok¨¢yev parece salir reforzado, alejado de quien lo coloc¨® en su silla, y m¨¢s cerca de Mosc¨².
Los movimientos pol¨ªticos y promesas de reformas y recuperaci¨®n econ¨®mica, que ha lanzado el presidente en su discurso, llegan con el ocaso de unas protestas que arrancaron a principios de a?o en la provincia de Mangystau, a orillas del mar Caspio, uno de esos lugares parad¨®jicos, con el aire estepario, depauperado y carcomido del salvaje Oeste, pero ba?ada de hidrocarburos que manan, en abundancia, hacia China. De all¨ª la mecha fue prendiendo por el resto del pa¨ªs, hasta alcanzar Almaty, en el extremo oriental, una urbe moderna situada a un paso de la frontera china. En sus calles empinadas, a los pies de una sierra nevada, encontr¨® la gasolina para acabar en estallido.
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