Activistas afganas acusan a los talibanes de detener a dos mujeres que participaron en una manifestaci¨®n
El grupo niega que est¨¦n bajo custodia, pero hombres armados que se identificaron como polic¨ªas se las llevaron de sus casas el mi¨¦rcoles por la noche
Zakia Kawiyan se ha ido a vivir a casa de un hermano de su marido. Considera que es lo m¨¢s seguro despu¨¦s de la desaparici¨®n de dos mujeres que, como ella, participaron el pasado domingo en una protesta en Kabul contra las restricciones que les imponen los talibanes. No hay noticias de Tamana Zaryab Paryani y Parvaneh Ibrahimkhel desde que el mi¨¦rcoles por la noche unos hombres armados las sacaran por la f...
Zakia Kawiyan se ha ido a vivir a casa de un hermano de su marido. Considera que es lo m¨¢s seguro despu¨¦s de la desaparici¨®n de dos mujeres que, como ella, participaron el pasado domingo en una protesta en Kabul contra las restricciones que les imponen los talibanes. No hay noticias de Tamana Zaryab Paryani y Parvaneh Ibrahimkhel desde que el mi¨¦rcoles por la noche unos hombres armados las sacaran por la fuerza de sus domicilios, junto a tres hermanas de la primera. Kawiyan y otras activistas afganas alertan de que la represi¨®n se est¨¢ extendiendo.
¡°Las mujeres que protestamos estamos acostumbradas a las amenazas y los problemas¡±, conf¨ªa a EL PA?S Zakia Kawiyan, col¨ªder de uno de los grupos que organiz¨® la manifestaci¨®n. Pero lo ocurrido a Ibrahimkhel y Paryani resulta m¨¢s grave. Nadie sabe d¨®nde est¨¢n. Los talibanes han negado haberlas detenido. Sin embargo, los hombres que se las llevaron se identificaron como miembros del ¡°departamento de inteligencia¡± de la milicia. La interlocutora teme por sus vidas.
Antes de su detenci¨®n, Paryani logr¨® grabar un v¨ªdeo en su m¨®vil en el que ped¨ªa auxilio y que difundi¨® la agencia Aamaj News. ¡°Ayuda, por favor, los talibanes se han presentado en nuestra casa¡ Solo mis hermanas est¨¢n en casa¡±, se la oye decir muy nerviosa. La familia de Paryani ha confirmado la captura de Tamana y sus tres hermanas por parte de los talibanes, aunque, seg¨²n las activistas, estas no participaron en las protestas.
El portavoz de la polic¨ªa de Kabul, el general talib¨¢n Mobin Khan, se ha burlado en Twitter del v¨ªdeo, que tacha de ¡°montaje¡±. Por su parte, Khalil Hamraz, vocero de la Direcci¨®n General de Inteligencia, ha acusado a las activistas de ¡°difamar a los nuevos gobernantes de Afganist¨¢n y sus fuerzas de seguridad para obtener asilo en Occidente¡±.
Hamraz ha advertido que ¡°ya no se van a tolerar los insultos a los valores nacionales y religiosos de los afganos¡±. Sus palabras se interpretan como una referencia a la manifestaci¨®n del domingo, en la que al parecer Paryani prendi¨® fuego a un burka, el say¨®n que cubre el cuerpo de las mujeres de la cabeza a los pies con apenas una rejilla a la altura de los ojos.
Aunque oficialmente los talibanes no han impuesto el burka, cada vez hay m¨¢s carteles y recomendaciones en ese sentido. En la ¨²ltima protesta, adem¨¢s de reclamar ¡°igualdad de derechos¡± y ¡°justicia¡±, las mujeres tambi¨¦n se quejaron de la imposici¨®n de ¡°velos y t¨²nicas¡±, antes de que los milicianos las dispersaran utilizando espray de pimienta. Al menos una de las manifestantes acab¨® en el hospital.
Los talibanes se hicieron con el poder el pasado agosto. En sus primeras medidas solo pidieron que las mujeres respetaran el hiyab, es decir, que se cubran el cabello y las formas del cuerpo, pero no impusieron un modelo preciso ni restringieron su libertad de movimientos. Incluso prometieron que, a diferencia de su anterior dictadura (1996-2001), iban a poder estudiar y trabajar. Sin embargo, la realidad les desmiente cada d¨ªa.
¡°Dictan lo que las mujeres deben vestir, c¨®mo deben viajar, la segregaci¨®n por sexo en el trabajo e incluso el tipo de tel¨¦fono que deben usar¡±, denuncia la organizaci¨®n de derechos humanos Human Rights Watch en un informe referido a la provincia de Ghazni, pero que es aplicable al resto del pa¨ªs.
Las afganas no se resignan al oprobio a que les condena el r¨¦gimen talib¨¢n. A pesar de la prohibici¨®n de las manifestaciones, han seguido protestando. Cada d¨ªa es m¨¢s peligroso. Kawiyan, responsable de Comunicaci¨®n en el Ministerio de la Mujer que los talibanes han clausurado, recibe continuas amenazas en su Facebook.
¡°Hace poco mi hijo estaba comprando en una tienda cerca de casa, [los talibanes] le dijeron que me hab¨ªan visto en televisi¨®n y que me transmitiera que dejara de hacerlo¡±, cuenta en un intercambio de mensajes. ¡°Es cierto que son terribles y monstruos, pero este es mi pa¨ªs, no tengo miedo y sigo protestando. Aprend¨ª de mi madre, que se enfrent¨® a los talibanes hace 20 a?os, a pesar de que la golpearon y azotaron varias veces¡±, concluye.
Reuni¨®n en Oslo
Miembros del Gobierno talibán de Afganistán van a reunirse con representantes de la comunidad internacional y con grupos civiles afganos en Oslo del domingo al martes próximo, informa este viernes el Ministerio de Asuntos Exteriores noruego. Entre los grupos afganos figuran líderes femeninas, periodistas y personas involucradas en cuestiones de derechos humanos, ayuda humanitaria y temas económicos, sociales y políticos, según el comunicado.
"Estamos muy preocupados por la grave situación en Afganistán. Es una catástrofe humanitaria a gran escala para millones de personas. Para ayudar a los civiles en Afganistán, la comunidad internacional y afganos de distintos grupos sociales deben dialogar con los talibanes", afirma la ministra noruega de Exteriores, Anniken Huitfeldt.
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