Cuando llegaron a la frontera de M¨¦xico con Estados Unidos, la maestra venezolana Mayerlin Mayor y su hija Victoria no esperaban encontrarse con un r¨ªo caudaloso. Los coyotes les hab¨ªan dicho que cuando lo cruzaran el agua apenas les llegar¨ªa a los tobillos. Pero una vez all¨ª, no hab¨ªa tiempo para pensarlo mucho. El 18 de enero de este 2022 cruzaron y en un punto ya no tocaron fondo, contaron sus familiares en Venezuela a medios locales. Seg¨²n el relato, cayeron en un hueco y la ni?a muri¨® ahogada en la traves¨ªa que miles de venezolanos est¨¢n haciendo para tocar suelo estadounidense, entregars...

Cuando llegaron a la frontera de M¨¦xico con Estados Unidos, la maestra venezolana Mayerlin Mayor y su hija Victoria no esperaban encontrarse con un r¨ªo caudaloso. Los coyotes les hab¨ªan dicho que cuando lo cruzaran el agua apenas les llegar¨ªa a los tobillos. Pero una vez all¨ª, no hab¨ªa tiempo para pensarlo mucho. El 18 de enero de este 2022 cruzaron y en un punto ya no tocaron fondo, contaron sus familiares en Venezuela a medios locales. Seg¨²n el relato, cayeron en un hueco y la ni?a muri¨® ahogada en la traves¨ªa que miles de venezolanos est¨¢n haciendo para tocar suelo estadounidense, entregarse a alg¨²n agente de la patrulla fronteriza y pedir asilo.

Tres d¨ªas despu¨¦s de que Mayerlin y su hija intentaran cruzar, entr¨® en vigencia la exigencia de visa para los venezolanos en M¨¦xico. La presi¨®n migratoria de los venezolanos en la regi¨®n sigue creciendo. La dura crisis econ¨®mica y social en el pa¨ªs petrolero empeora las condiciones de vida de los m¨¢s pobres y las reformas del Gobierno de Nicol¨¢s Maduro para abrir la econom¨ªa despu¨¦s de d¨¦cadas de controles han ensanchado la brecha de la desigualdad. Con ello, han ido en aumento las restricciones para intentar frenar un movimiento que ha desbordado a los pa¨ªses de la regi¨®n. La venezolana es la segunda mayor migraci¨®n del mundo despu¨¦s de la de los sirios que huyen de la guerra, seg¨²n ACNUR.

El a?o pasado, los venezolanos, despu¨¦s de los mexicanos, fueron el grupo m¨¢s numeroso que lleg¨® a la frontera norte con el objetivo de cruzar a Estados Unidos. M¨¢s de 100.000 lograron atravesar ese peligroso paso en 2021, 20 veces m¨¢s que el a?o anterior, seg¨²n Brian Fincheltub, comisionado para asuntos consulares del Gobierno interino del l¨ªder opositor Juan Guaid¨®, que cuenta con reconocimiento de Washington.

La exigencia de visa en M¨¦xico, que hace todo lo posible para contener el flujo de migrantes a Estados Unidos, ha sido la barrera m¨¢s reciente y ha significado un duro golpe para los venezolanos. No solo para los migrantes que esta semana protestaron en Tapachula, en el Estado de Chiapas, el primer torniquete de la frontera sur, sino tambi¨¦n para los m¨¢s de 80.000 que ya viven en M¨¦xico y que aspiraban reagrupar a sus familias.

Los requisitos para conseguir este documento son casi imposibles de cumplir para quienes se est¨¢n moviendo por la regi¨®n en busca de mejores oportunidades: demostrar arraigo al pa¨ªs a trav¨¦s de un contrato laboral, por ejemplo, y una solvencia econ¨®mica de m¨¢s de 2.500 d¨®lares, explica July Rodr¨ªguez, defensora de derechos humanos y fundadora, junto a la abogada Lizbeth Guerrero, de Apoyo a Migrantes, una organizaci¨®n que desde hace cinco a?os orienta gratuitamente a los venezolanos que han salido del pa¨ªs. ¡°Esta medida viola el derecho al asilo y a pedir refugio en M¨¦xico a una poblaci¨®n que ya es vulnerable¡±, denuncia Guerrero, de 56 a?os, que emigr¨® a Ciudad de M¨¦xico hace cuatro a?os, tiene a la mitad de su familia en Venezuela y comparte el trabajo social con migrantes con una venta de comida desde su casa.

En Apoyo a Migrantes responden cerca de cien mensajes al d¨ªa a trav¨¦s de un n¨²mero de WhatsApp y una p¨¢gina en Facebook de venezolanos en tr¨¢nsito ¡ªrecientemente tambi¨¦n de centroamericanos desde distintos puntos de la regi¨®n¡ª con dudas sobre los requisitos para entrar de forma legal, por necesidad de asistencia jur¨ªdica porque fueron detenidos o para pedir ayuda humanitaria porque est¨¢n en la calle. En pandemia, cuando pensaron que el trabajo bajar¨ªa, se triplic¨® por las crisis en los pa¨ªses de acogida. ¡°Est¨¢n cercando a la comunidad venezolana, que somos personas que no estamos saliendo de nuestro pa¨ªs por vacaciones¡±, dice Rodr¨ªguez a trav¨¦s de una videollamada.

Las activistas, junto a otras organizaciones, est¨¢n preparando un amparo para impugnar la medida. M¨¦xico ha sido el ¨²ltimo pa¨ªs en sumarse a la lista de quienes ponen restricciones a los venezolanos, el 21 de enero, y la semana pasada su vecino Belice tambi¨¦n anunci¨® que pedir¨ªa visas. En 2022 hay 98 pa¨ªses que piden visa a los venezolanos, 22 de ellos en la regi¨®n, y la mayor parte de este grupo lo ha impuesto en los ¨²ltimos cinco a?os.

Deportaciones

Junto a estos muros de requisitos, tambi¨¦n comienzan las deportaciones. Durante el Gobierno de Donald Trump, se deportaron venezolanos desde Estados Unidos a trav¨¦s de terceros pa¨ªses como Trinidad y Tobago, M¨¦xico o Rep¨²blica Dominicana, pues las relaciones entre Washington y Caracas est¨¢n rotas y no hay vuelos directos entre los dos pa¨ªses como parte de las sanciones aplicadas en 2019. Esta medida fue criticada duramente por un Joe Biden en campa?a presidencial, pero han continuado bajo la administraci¨®n dem¨®crata, pese a que el a?o pasado dict¨® un estatuto temporal de protecci¨®n para los venezolanos.

El 27 de enero, el Departamento de Seguridad Nacional inform¨® de que dos venezolanos fueron enviados en un vuelo comercial a Colombia bajo el T¨ªtulo 42, una cuestionada ley de los a?os cuarenta del siglo pasado, que permite expulsar extranjeros en un escenario de ¡°grave peligro¡±, en el que puedan ¡°introducir una enfermedad transmisible a los Estados Unidos¡±. Esta ley sanitaria anula la posibilidad de solicitar asilo y protecci¨®n humanitaria y se ha aplicado durante la pandemia, bajo el Gobierno de Trump, y ahora se ampl¨ªa con los venezolanos. En M¨¦xico, las activistas Rodr¨ªguez y Guerrero est¨¢n viendo m¨¢s casos de inadmisiones de asilo y expulsiones casi inmediatas desde la frontera con Estados Unidos.

La medida produjo un cruce de declaraciones entre Estados Unidos y Colombia. Washington argument¨® que los ciudadanos fueron enviados a Colombia porque con anterioridad hab¨ªan obtenido alg¨²n tipo de estatus migratorio en el pa¨ªs. Un portavoz de la Casa Blanca dijo que esperaban que los vuelos a Colombia con venezolanos deportados se realizaran de ¡°forma regular¡±, insinuando un acuerdo con el Gobierno de Iv¨¢n Duque, que su canciller ha negado.

Las deportaciones tambi¨¦n levantaron rechazo entre defensores de derechos humanos. M¨¢s de 100 organizaciones emitieron esta semana un comunicado en el que exigen detenerlas. ¡°Estas expulsiones bajo el T¨ªtulo 42 violan la ley y arriesgan a que se env¨ªen personas de vuelta a condiciones peligrosas, algunas veces las mismas que causaron que fueran en busca de un lugar seguro¡±, se?alan el texto que suscriben Amnist¨ªa Internacional, Oxfam y WOLA, entre otros.

Otros pa¨ªses, como Chile, batieron r¨¦cords en deportaciones en 2021, siendo los venezolanos y haitianos los m¨¢s numerosos. En diciembre, dos d¨ªas antes de la Navidad, el presidente de Per¨², Pedro Castillo, asisti¨® a la base militar a¨¦rea de Lima a presenciar la expulsi¨®n de 41 venezolanos, que al final no pudo concretarse porque no hubo comunicaci¨®n con la Canciller¨ªa venezolana.

Para la especialista en temas migratorios Claudia Vargas Ribas la respuesta de los Estados ha sido la usual cuando ocurren estas oleadas. ¡°Lo que est¨¢ cambiando son la cantidad y las condiciones en que est¨¢n saliendo los venezolanos y la diversificaci¨®n de las rutas ante estos muros jur¨ªdicos que imponen los pa¨ªses, adem¨¢s del empeoramiento de la crisis en los pa¨ªses latinoamericanos por la pandemia¡±, se?ala la soci¨®loga, investigadora de la Universidad Sim¨®n Bol¨ªvar en Caracas. ¡°En 2018 no imagin¨¢bamos que ¨ªbamos a ver personas irse del pa¨ªs caminando, ya lo vimos. Tampoco venezolanos aguantando altas temperaturas como las de Atacama en Chile, cruzando la peligrosa selva del Dari¨¦n o el r¨ªo Grande para llegar a Estados Unidos. Ojal¨¢ no los veamos en masa subidos a La Bestia (el tren de carga que recorre M¨¦xico de norte a sur)¡±, advierte.

El 20% de la poblaci¨®n venezolana ¡ªm¨¢s de seis millones de personas, seg¨²n ACNUR¡ª ha salido en los ¨²ltimos seis a?os y encabezan las peticiones de asilo en todo el mundo, aunque el porcentaje de aprobaci¨®n es bajo. En este momento, se?ala Vargas, los venezolanos comienzan a encarnar mucho mejor el concepto de di¨¢spora, pues no se est¨¢n produciendo migraciones a un destino, sino que ¡°los migrantes ya han estado en dos o tres pa¨ªses antes¡±.

En 2019 la Oficina del Alto Comisionado para los Refugiados pidi¨® protecci¨®n para los venezolanos y exhort¨® a la comunidad internacional a tratarlos como tal, aunque desde 2021 los cataloga como ¡°venezolanos desplazados en el exterior¡±, una categor¨ªa especial que ha sido cuestionada por defensores de derechos humanos. ¡°Sigue habiendo una migraci¨®n mixta entre profesionales de clase media y personas de pocos recursos, pero ahora est¨¢n saliendo los que viven con las m¨¢s grandes carencias en Venezuela, con mucha urgencia de dinero, muchas mujeres, jefas de familia, que antes no eran el grupo predominante, lo que ha incrementado la vulnerabilidad de los migrantes venezolanos¡±. La perspectiva, a?ade, es que sigan saliendo pues la crisis venezolana no tiene todav¨ªa un horizonte de mejora.

La soci¨®loga se?ala que Am¨¦rica Latina tiene una deuda hist¨®rica con una pol¨ªtica regional para la migraci¨®n, pues nunca antes hab¨ªa vivido un movimiento de personas tan grande en tan poco tiempo. ¡°Cada pa¨ªs tiene sus leyes, que terminan siendo incompatibles con los derechos migratorios¡±, se?ala Vargas. Agrega que mientras no se den pasos hacia la regularizaci¨®n e integraci¨®n, como ha hecho Colombia, donde hay 1,7 millones de venezolanos, se van a seguir incrementando las rutas informales, las redes de trata de personas y la xenofobia, ¡°que en muchos casos se alimenta desde el discurso oficial¡±.

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