Gabriel Boric rescata la ¨¦pica de Salvador Allende en su primer discurso como presidente

Gabriel Boric atraves¨® en la tarde del viernes la plaza de la Constituci¨®n, frente a La Moneda, ya ungido como presidente. Luc¨ªa a¨²n la banda que hab¨ªa recibido por la ma?ana en el Congreso, evidencia de su nuevo cargo, y deb¨ªa ahora hablar a la multitud desde uno de los balcones de la sede del Gobierno. Pero antes de llegar a la puerta de acceso rompi¨® el protocolo, abandon¨® la alfombra roja y se dirigi¨® hacia su izquierda. Se detuvo entonces frente a la estatua del expresidente ...

Gabriel Boric atraves¨® en la tarde del viernes la plaza de la Constituci¨®n, frente a La Moneda, ya ungido como presidente. Luc¨ªa a¨²n la banda que hab¨ªa recibido por la ma?ana en el Congreso, evidencia de su nuevo cargo, y deb¨ªa ahora hablar a la multitud desde uno de los balcones de la sede del Gobierno. Pero antes de llegar a la puerta de acceso rompi¨® el protocolo, abandon¨® la alfombra roja y se dirigi¨® hacia su izquierda. Se detuvo entonces frente a la estatua del expresidente Salvador Allende, muerto en su despacho de La Moneda durante el golpe perpetrado por Augusto Pinochet el 11 de septiembre de 1973. Fue un homenaje simple pero estudiado, que anticip¨® el esp¨ªritu de lo que vendr¨ªa despu¨¦s. Boric impregn¨® su discurso de la ¨¦pica del l¨ªder socialista, mientras sus seguidores coreaban el nombre de Allende. Hubo incluso algunas l¨¢grimas.

¡°Estas paredes han sido testigos del horror de un pasado de violencia y opresi¨®n que no hemos olvidado y no olvidaremos. Por donde hablamos hoy, ayer entraban cohetes y eso nunca m¨¢s se puede volver a repetir en nuestra historia¡±, dijo casi en el arranque de su discurso, en referencia al bombardeo sobre La Moneda durante el golpe militar. Volvi¨® a Allende m¨¢s tarde, para cerrar: ¡°Como pronosticara hace casi 50 a?os Salvador Allende, estamos de nuevo, compatriotas, abriendo las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, el hombre y la mujer libre, para construir una sociedad mejor¡±. ¡°Se siente, se siente, Allende est¨¢ presente¡±, le respondieron.

El clima en la plaza era el de la satisfacci¨®n del sue?o cumplido. Patricia Requena, actriz, naci¨® en 1957 y recuerda que era una adolescente durante el gobierno socialista. ¡°Yo viv¨ª el tiempo de Allende, era muy chiquita, y nunca m¨¢s tuvimos un proyecto colectivo como ese. La decepci¨®n estaba en nuestros corazones, sobre todo en la generaci¨®n nuestra. Y ahora celebro la alegr¨ªa colectiva de sentir que todo es posible. Boric proyecta algo distinto, transparente¡±, cuenta.

Aquellos que no vivieron el Chile previo a la dictadura tambi¨¦n celebraban las referencias de Boric al l¨ªder socialista. Como Rodrigo Mart¨ªnez, un contador de 42 a?os que se acerc¨® a la plaza acompa?ado por su esposa. ¡°Venimos luchando por esto muchos, muchos a?os. Esto es un sue?o, porque es el momento en que se har¨¢n los cambios que se necesitan para ser, por fin, un pa¨ªs desarrollado. Desde Allende pasaron muchos a?os, y ahora hay un cambio generacional donde ya tenemos la capacidad para crear un pa¨ªs m¨¢s justo¡±, dice. O Ignacio Salinas, un estudiante de publicidad de 24 a?os que dice que conoce ¡°todo de Allende¡± gracias a su abuelo: ¡°?l fue capaz de pasarme el conocimiento sobre Allende, y c¨®mo no lo dejaron gobernar. La gran diferencia entre Allende y Boric es que ahora el pueblo lo apoya, el Congreso lo apoya y tiene todas las armas para triunfar¡±.

Boric regres¨® desde el balc¨®n de La Moneda a las ra¨ªces de la izquierda chilena y apenas nombr¨® como referente a Michelle Bachelet, la ¨²ltima presidenta socialista. Obvi¨® al otro mandatario de ese partido, Ricardo Lagos. El resto de su discurso lo dedic¨® a enumerar los que ser¨¢n los ejes de su Gobierno. No esquiv¨® los temas m¨¢s espinosos, como la violencia por el control de tierras ind¨ªgenas en el sur del pa¨ªs y la presi¨®n migratoria en el norte. ¡°En el sur tenemos un problema¡±, admiti¨® el presidente chileno. ¡°Algunos dec¨ªan el conflicto mapuche, no se?ores, no es el conflicto mapuche, es el conflicto entre el Estado chileno y un pueblo que tiene derecho a existir. Y all¨ª la soluci¨®n no es ni ser¨¢ la violencia¡±, dijo, ratificando as¨ª que retirar¨¢ al Ej¨¦rcito de las zonas en conflicto. Sobre la cuesti¨®n migratoria, prometi¨® trabajar en conjunto con los pa¨ªses lim¨ªtrofes para recuperar el control de las fronteras, pero antes pidi¨® no olvidar que los migrantes ¡°son seres humanos¡±.

Boric traz¨® tambi¨¦n un duro panorama econ¨®mico, pero insisti¨® con las reformas que fueron eje de su campa?a, sobre todo las referidas al r¨¦gimen previsional y la educaci¨®n. Y ocup¨® buena parte de su discurso para apostar sin matices por el proceso constituyente que acompa?ar¨¢ los primeros meses de su Gobierno. De all¨ª deber¨¢ salir en julio una nueva Constituci¨®n que reemplace a la heredada de la dictadura de Pinochet. Boric dijo que la Constituci¨®n vigente ¡°fue impuesta a sangre, fuego y fraudes por la dictadura¡±, y pidi¨® defender una que ¡°nazca en democracia, de manera paritaria, con participaci¨®n de los pueblos ind¨ªgenas¡±. ¡°Necesitamos¡±, dijo ¡°una Constituci¨®n que sea para el presente y para el futuro, una Constituci¨®n que sea para todos y no para unos pocos¡±.

Hubo tambi¨¦n gui?os hacia la regi¨®n, con un pedido de Boric a los chilenos para que dejen ¡°de mirar con distancia¡± a los pa¨ªses vecinos. ¡°Somos profundamente latinoamericanos¡±, repiti¨® dos veces, lo que puede anticipar un giro de la pol¨ªtica exterior chilena desde el eje del Pac¨ªfico hacia el del Atl¨¢ntico y el Mercosur, el bloque que integran Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, adem¨¢s de Bolivia como asociado. ¡°Desde aqu¨ª, desde este continente¡±, dijo Boric, ¡°haremos esfuerzos para que la voz del sur se vuelva a escuchar firme en un mundo cambiante¡±.

En ese sur que imagina Boric hay, sin embargo, pa¨ªses a los que no est¨¢ dispuesto a apoyar, como Venezuela. Sin nombrar directamente al Gobierno de Nicol¨¢s Maduro (ausente en la investidura en Santiago), Boric advirti¨® que su Administraci¨®n ¡°promover¨¢ siempre el respeto de los Derechos Humanos, en todo lugar y sin importar el color del Gobierno que los vulnere¡±.

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