Los conspiranoicos que le susurran al o¨ªdo a Pedro Castillo
Un nuevo grupo formado por ultraderechistas de car¨¢cter autoritario influye de manera directa en las decisiones del presidente de Per¨², que da marcha atr¨¢s al decreto de emergencia horas despu¨¦s de anunciarlo
El acceso a Pedro Castillo se ha convertido en un asunto de Estado. Tener la puerta abierta del despacho del presidente de Per¨², sentarse en la silla frente a su escritorio y explicar su visi¨®n del pa¨ªs al profesor que daba clase a ni?os en los Andes es un privilegio que quien lo tiene lo guarda y lo esconde con celo, por miedo a que se lo arrebaten. A menudo los propios ministros tienen problemas para llegar hasta ¨¦l, y se han acostumbrado a que los deje en visto y sin respuesta en WhatsApp. Su decisi¨®n de no dejar salir a la calle a los ciudadanos de Lima para tratar de frenar las protestas ...
El acceso a Pedro Castillo se ha convertido en un asunto de Estado. Tener la puerta abierta del despacho del presidente de Per¨², sentarse en la silla frente a su escritorio y explicar su visi¨®n del pa¨ªs al profesor que daba clase a ni?os en los Andes es un privilegio que quien lo tiene lo guarda y lo esconde con celo, por miedo a que se lo arrebaten. A menudo los propios ministros tienen problemas para llegar hasta ¨¦l, y se han acostumbrado a que los deje en visto y sin respuesta en WhatsApp. Su decisi¨®n de no dejar salir a la calle a los ciudadanos de Lima para tratar de frenar las protestas por el alza de precios tiene la firma de la gente que le rodea en este momento: ultraderechistas de car¨¢cter autoritario, gente propensa a creer en las conspiraciones, un rasgo que encaja con la personalidad de Castillo.
Esta no ha sido la primera ocasi¨®n en la que Castillo pens¨® en aplicar el estado de emergencia. En noviembre del a?o pasado, seg¨²n una fuente cont¨® a EL PA?S en un reportaje, Castillo quiso llevarlo a cabo. La oposici¨®n hab¨ªa convocado una marcha en la capital para promover su destituci¨®n. Le dijo a su gente de confianza que ten¨ªa informantes en provincia y que ven¨ªan muchos autobuses, que iba a ser una manifestaci¨®n gigantesca. ¡°?C¨®mo vamos a sacar los militares a la calle? Esto no es Centroam¨¦rica¡±, le cuestion¨® su n¨²mero dos en ese momento, Mirtha V¨¢squez, una pol¨ªtica serena y sensata. Otros ministros, sin embargo, creyeron que era una buena idea. Horas despu¨¦s, el presidente desisti¨® del plan. La marcha fue del tama?o de una reuni¨®n de amigos, no tuvo apenas repercusi¨®n. ¡°?Ve presidente? No era nada¡±, le escribieron por chat.
Ahora ha apretado ese bot¨®n, rodeado de un entorno distinto. Sobre las 17.30 de este martes lo dej¨® sin efecto, pero Per¨² no se ha recuperado todav¨ªa del shock. Esto dice un editorial del peri¨®dico El Comercio: ¡°Es un atropello al Estado de derecho y a las libertades individuales, y se trata de un claro intento por obstaculizar el derecho a la protesta que asiste a todo ciudadano¡±. Sorprende una decisi¨®n as¨ª de un presidente que, hasta hace nada, era la cabeza visible de un sindicato de profesores que a menudo organizaba manifestaciones para reivindicar sus derechos laborales. Ahora Castillo est¨¢ del otro lado. La actitud de su Gobierno respecto a las protestas de los ¨²ltimos siete d¨ªas se ha movido entre dos extremos, desde?arlas o agrandarlas. El Ministro de Interior, el polic¨ªa en retiro Alfonso Ch¨¢varry, dijo el domingo que los agentes del orden actuaron ¡°con tino para evitar el costo social¡±.
A esas alturas, un joven llamado Erwin Romero Corilloclla ya hab¨ªa perdido un ojo y un adolescente que hu¨ªa de las cargas policiales muri¨® ahogado en un r¨ªo. No sab¨ªa nadar. El padre del muchacho culpa a los agentes de lo ocurrido. Otro joven de 18 a?os, Alexander Trujillo Nolasco, muri¨® por la tarde por un disparo de la polic¨ªa a la altura del o¨ªdo durante las protestas de agricultores y transportistas en la regi¨®n Hu¨¢nuco.
El ministro de Defensa, Jos¨¦ Gavidia, contralmirante en retiro de la Marina, denunciado por violencia psicol¨®gica por su esposa, pertenece a su grupo que ahora asesora de manera directa al presidente. Dijo el lunes sobre las muertes: ¡°Son cuatro, no ha habido nada m¨¢s¡±. Algo ocurri¨® en las siguientes 12 horas para pasar de minimizar los hechos a declarar el estado de emergencia. Y quiz¨¢ tenga que ver con los rumores. El lunes, en Lima circularon en WhatsApp y Twitter v¨ªdeos y fotos registrados en otra ¨¦poca de autobuses incendiados o violentados por v¨¢ndalos, y rumores de saqueos. Un v¨ªdeo de un asalto a un supermercado de otra regi¨®n fue incluso difundido como si fuera de Lima. La ¨¦lite clasista y racista se lo crey¨® de inmediato. Un congresista, Jorge Montoya, dio veracidad a este rumor y asegur¨® que exist¨ªa informaci¨®n de inteligencia de que las personas que viven en los cerros, la parte m¨¢s pobre de la ciudad, bajar¨ªan a la capital a saquear.
En Palacio hab¨ªa calado esa misma idea. Ahora el ambiente all¨ª es distinto despu¨¦s de varias crisis pol¨ªticas. En marzo, varios funcionarios perdieron peso en favor de los reci¨¦n llegados. Fuentes con conocimiento de lo que ocurre dentro indican que el nuevo secretario general de la presidencia, Jorge Ricardo Alva, niega audiencias a personas que solicitan reuni¨®n, a diferencia de los anteriores en el cargo. Por otro lado, una nueva encargada de prensa es Cristina Boyd Jara, una comunicadora con formaci¨®n en inteligencia en la Marina, que ten¨ªa un canal en Youtube donde charlaba sobre conspiraci¨®n y estrategia. La funcionaria ha reclutado para su equipo a un conocido operador fujimorista.
Acabado el toque de queda, algunos manifestantes tomaron las calles. Provocaron altercados en el centro de Lima y atacaron la sede del poder judicial. Los colegios suspendieron sus clases para ma?ana por el temor a que haya nuevos incidentes. ¡°Este no es un Gobierno represor ni dictador¡±, sali¨® a decir el ministro de Cultura, Alejandro Salas.
En febrero, dos ministros que renunciaron ¡ªla ex primera ministra V¨¢squez y el titular del Interior, Avelino Guill¨¦n¡ª denunciaron que el presidente casi no despachaba con ellos, les daba largas, y prestaba m¨¢s atenci¨®n a sus consejeros, que eran conocidos como el gabinete en la sombra. Las veces que los recib¨ªa, explicaron los dos ministros, acordaba algo con ellos, pero despu¨¦s, al hablar con esos asesores plenipotenciarios, cambiaba de opini¨®n. ¡°A Castillo se le llena la boca con el pueblo, pero no hace nada por ¨¦l¡±, dijo Guill¨¦n cuando se fue dando un portazo, en una entrevista.
El gabinete en la sombra ha sido relevado. Un nuevo asesor del presidente es Henry Shimabukuro, un empresario cercano a los hijos de Alberto Fujimori, quienes hace algunos a?os le encargaron una obra en un terreno de su empresa y no le pagaron. Shimabukuro ha sido contratado por la Direcci¨®n Nacional de Inteligencia, pero est¨¢ destacado en Palacio de Gobierno y desde hace un par de meses act¨²a en la pr¨¢ctica como consejero. Fuentes que estuvieron al tanto de la preparaci¨®n del mensaje que ley¨® Castillo para informar de la prohibici¨®n de salir a la calle, indican que el texto lo redactaron Castillo, Shimabukuro, Boyd, y la secretaria del jefe de Estado. Los conspiranoicos han tomado Palacio.
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