Michelle Bachelet realizar¨¢ un controvertido viaje a China que incluye una visita a Xinjiang
Las ONG temen que la visita, a invitaci¨®n de Pek¨ªn, acabe en ¡°una operaci¨®n de relaciones p¨²blicas¡± para el Gobierno de Xi Jinping
La alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, Michelle Bachelet, comenzar¨¢ este lunes un pol¨¦mico viaje oficial a China, de cinco d¨ªas, en el que estar¨¢ incluida una etapa en Xinjiang. Las ONG alegan que la visita de la expresidenta chilena por invitaci¨®n de Pek¨ªn, que ha llevado cuatro a?os negociar, no se desarrollar¨¢ en las condiciones necesarias para establecer de modo independiente la situaci¨®n de los derechos humanos de la etnia uigur y otras minor¨ªas ...
La alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, Michelle Bachelet, comenzar¨¢ este lunes un pol¨¦mico viaje oficial a China, de cinco d¨ªas, en el que estar¨¢ incluida una etapa en Xinjiang. Las ONG alegan que la visita de la expresidenta chilena por invitaci¨®n de Pek¨ªn, que ha llevado cuatro a?os negociar, no se desarrollar¨¢ en las condiciones necesarias para establecer de modo independiente la situaci¨®n de los derechos humanos de la etnia uigur y otras minor¨ªas musulmanas en esa regi¨®n occidental china. Seg¨²n las organizaciones de defensa de los derechos humanos, que junto a Gobiernos occidentales y la propia ONU han denunciado graves abusos contra los uigures, el viaje corre el riesgo de convertirse en una mera ¡°operaci¨®n de relaciones p¨²blicas¡± para el Gobierno del presidente Xi Jinping.
Desde que la Oficina de la Alta Comisionada plante¨® en 2018 el deseo de viajar a Xinjiang y gozar de un ¡°acceso significativo¡± y sin trabas a personas y lugares en la regi¨®n hogar de la minor¨ªa uigur, Pek¨ªn hab¨ªa indicado que solo aceptar¨ªa una visita ¡°amistosa¡±. El viaje de Bachelet a China es el primero de un alto comisionado de Derechos Humanos de la ONU desde el que realiz¨® Louise Arbour en 2005. Seg¨²n la oficina de Bachelet, la funcionaria internacional visitar¨¢ Cant¨®n y las ciudades de Kashgar y Urumqi, en Xinjiang. No se desplazar¨¢ a Pek¨ªn, ya que la capital se encuentra en estado de semiconfinamiento debido a un brote de coronavirus. Aunque mantendr¨¢ encuentros con representantes de los Gobiernos nacionales y locales, al menos una parte se celebrar¨¢ por videoconferencia, como una conversaci¨®n con diplom¨¢ticos extranjeros destinados en la capital china.
Tambi¨¦n se reunir¨¢ con ¡°organizaciones de la sociedad civil, representantes de empresas y acad¨¦micos¡± y ofrecer¨¢ un discurso a los estudiantes de la Universidad de Cant¨®n. El d¨ªa 28, el ¨²ltimo de su estancia, emitir¨¢ un comunicado sobre las conclusiones de su visita y ofrecer¨¢ una rueda de prensa. La oficina de Bachelet no ha ofrecido informaci¨®n m¨¢s concreta sobre los t¨¦rminos en los que se desarrollar¨¢ la visita.
Es improbable que entre las personalidades con las que se re¨²na la antigua jefe de Estado figure el acad¨¦mico Ilham Tohti, defensor de la igualdad de derechos entre los uigures y los han ¨Dla etnia mayoritaria en China¨D y condenado a cadena perpetua tras haber sido declarado culpable de separatismo en 2014. Pek¨ªn ha negado por sistema desde entonces cada solicitud de diplom¨¢ticos y representantes extranjeros para visitarle en prisi¨®n.
La Oficina de la Alta Comisionada, Gobiernos occidentales y organizaciones defensoras de los derechos humanos acusan a China de graves abusos contra la minor¨ªa uigur, incluido el trabajo forzado. Algunos c¨¢lculos apuntan a que m¨¢s de un mill¨®n de integrantes de esta etnia, de un total de 12 millones en Xinjiang, fueron enviados a campos de reeducaci¨®n dentro de la campa?a que Pek¨ªn lanz¨® en 2016 tras una serie de atentados violentos en los a?os previos.
El Gobierno de Xi alega que esos campos son centros de formaci¨®n profesional a los que los residentes acuden voluntariamente para aprender un oficio y el idioma mandar¨ªn. Seg¨²n Pek¨ªn, los centros han sido una herramienta fundamental contra el extremismo y el independentismo en la regi¨®n, y la gran mayor¨ªa han quedado cerrados o reconvertidos tras cumplir su misi¨®n. Algunos analistas internacionales consideran que el resto se ha transformado en centros de alta seguridad.
En junio del a?o pasado, m¨¢s de 40 pa¨ªses en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU reclamaron un ¡°acceso sin cortapisas¡± a Xinjiang. Las ONG consideran que ese acceso debe incluir la posibilidad de hablar libremente con cualquiera, acceder al interior de prisiones y los centros que consideran de reeducaci¨®n.
M¨¢s de 200 de estas organizaciones han lanzado un llamamiento para que se cancele la visita, al considerar que el viaje no contar¨¢ con las condiciones para que Bachelet pueda examinar la situaci¨®n sobre el terreno de manera independiente.
Las ONG tambi¨¦n reclaman la publicaci¨®n del informe sobre Xinjiang redactado por la Oficina de la Alta Comisionada, en consulta con expertos, y que el organismo de la ONU indic¨® a finales del a?o pasado que ya hab¨ªa concluido. La divulgaci¨®n del documento, que inicialmente se esperaba para antes de los Juegos Ol¨ªmpicos de Pek¨ªn en febrero, se ha ido retrasando y la instituci¨®n con sede en Ginebra apunta ahora que la alta comisionada lo mostrar¨¢ a las autoridades chinas durante su visita para recabar su opini¨®n y comentarios.
¡°No es cre¨ªble que el Gobierno chino vaya a permitir a la alta comisionada ver nada que no quieran que vea, o dejar que los defensores de los derechos humanos, las v¨ªctimas y sus familias hablen con ella de modo seguro, sin supervisi¨®n y sin miedo a represalias¡±, ha declarado la directora para China de Human Rights Watch, Sophie Richardson. ¡°El legado de Bachelet como alta comisionada se medir¨¢ por su disposici¨®n a hacer rendir cuentas a un Estado poderoso por los cr¨ªmenes contra la humanidad perpetrados durante su mandato¡±.
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