Tohti, el intelectual m¨¢s emblem¨¢tico de la represi¨®n china contra los uigur
Su condena a cadena perpetua en 2014 fue el preludio a la campa?a de internamientos de las minor¨ªas musulmanas en campos de reeducaci¨®n en la provincia china de Xinjiang
Ilham Tohti, el ganador de la edici¨®n de este a?o del premio europeo S¨¢jarov a la libertad de expresi¨®n, es el intelectual m¨¢s emblem¨¢tico de la campa?a de represi¨®n de China contra la etnia uigur, de religi¨®n musulmana. De 49 a?os, Tohti cumple una condena a cadena perpetua desde que un tribunal chino le declar¨® culpable de separatismo, en una sentencia que marc¨® el comienzo de una nueva fase m¨¢s dura del dr¨¢stico control de Pek¨ªn sobre esta minor¨ªa y su cultura ancestral en la regi¨®n de Xinjiang.
La instituci¨®n europea se inclin¨® por Tohti por sus actividades para ¡°alentar el di¨¢logo¡± entre la etnia han, mayoritaria en China, y la minor¨ªa uigur, que afronta una dura campa?a de control e internamiento en campos de reeducaci¨®n en Xinjiang. M¨¢s de un mill¨®n de uigures, seg¨²n los c¨¢lculos de los expertos, se han visto recluidos en esos centros, que Pek¨ªn asegura que son de formaci¨®n profesional.
El premio amenaza con desencadenar la ira de China, que acusa al antiguo catedr¨¢tico de Teor¨ªa Econ¨®mica en la Universidad de las Minor¨ªas de Pek¨ªn de incitar a la violencia y a la desintegraci¨®n de la unidad nacional. Despu¨¦s de que el Comit¨¦ Nobel concediera en 2010 el premio Nobel de la Paz al disidente Liu Xiaobo, muerto en 2017 mientras cumpl¨ªa una pena de c¨¢rcel de 11 a?os, el Gobierno chino tard¨® a?os en descongelar sus relaciones con Noruega. Ya a comienzos de este mes, el Ministerio chino de Exteriores aseguraba que al considerar la candidatura del acad¨¦mico, el Parlamento Europeo apoyaba ¡°el separatismo y el terrorismo¡±.
Hasta su detenci¨®n en su domicilio de Pek¨ªn en enero de 2014, Tohti hab¨ªa sido uno de los defensores m¨¢s entusiastas de los derechos de los uigures en China. De ideolog¨ªa muy moderada, hab¨ªa creado una p¨¢gina web ¡ªbloqueada desde 2013¡ª, Uyghur Online, con la que buscaba tender puentes y favorecer el entendimiento entre esta etnia y la han.
Tohti siempre ha defendido en¨¦rgicamente el derecho de esta comunidad a poder educarse en su lengua ¡ªde origen t¨²rquico, y que utiliza el alfabeto ¨¢rabe¡ª o a practicar su religi¨®n, pero desde una perspectiva moderada. Sus propuestas se basaban en el di¨¢logo como v¨ªa para resolver las diferencias, y subrayaba constantemente que no era partidario del independentismo.
La sentencia que le conden¨® le declar¨® culpable de ¡°atraer y accionar¡± a estudiantes de minor¨ªas ¨¦tnicas para formar ¡°una banda criminal¡± e incitar a la violencia en su p¨¢gina web. Su condena, entonces vista como sumamente severa, represent¨® un cambio en la estrategia de Pek¨ªn para consolidar su control sobre una regi¨®n, la de Xinjiang, rica en recursos naturales y que hab¨ªa sido terreno de violencia ¨¦tnica entre los uigur y los han. En 2009 se produjeron los peores enfrentamientos en lo que va de siglo entre las dos etnias, que dejaron cerca de 200 muertos.
En los a?os siguientes, los atentados, se fueron haciendo m¨¢s complejos y mortales. Un ataque con cuchillos en la estaci¨®n de tren de Kunming, en el suroeste de China, dej¨® 35 muertos. En 2014, meses antes del juicio a Tohti, una serie de explosiones en un mercado mat¨® a 31 personas.
China atribu¨ªa la violencia a grupos extremistas isl¨¢micos que quer¨ªan separar por la fuerza a Xinjiang del resto de China. En cambio, los grupos de uigures en el exilio denunciaban dificultades para practicar su religi¨®n, discriminaci¨®n frente a los chinos han y menos oportunidades econ¨®micas.
Inicialmente, la respuesta de Pek¨ªn a los atentados fue de redadas, juicios masivos y ejecuciones. Aunque con el nombramiento en 2016 de un nuevo secretario general del Partido Comunista local -el cargo de m¨¢s poder en una provincia, por encima del gobernador-, Chen Quanguo, la estrategia cambi¨®.
Bajo la supervisi¨®n de Chen, que llegaba a Xinjiang con las credenciales de haber pacificado T¨ªbet mediante un modelo de f¨¦rreo control, Xinjiang comenz¨® a poner en marcha un programa de internamientos masivos de uigures y otras minor¨ªas en lo que Pek¨ªn describe como ¡°campos de reeducaci¨®n¡±.
Pek¨ªn, que al principio neg¨® la existencia de esas instalaciones, finalmente comenz¨® a reconocerla a finales de 2018. Seg¨²n el Gobierno chino, los internos de estos centros reciben ense?anza del mandar¨ªn, nociones patri¨®ticas y formaci¨®n profesional que les alejan del extremismo y que les permiten a su salida encontrar trabajos que les permitan ganarse la vida. Numerosos familiares de reclusos, ONG y pol¨ªticos extranjeros rechazan esta versi¨®n y aseguran que la funci¨®n principal de estos centros es adoctrinar a los reclusos -muchos de los cuales, puntualizan, ya son profesionales que no necesitan adiestramiento- por las buenas o las malas.
¡°Es absurdo. Mi padre era int¨¦rprete de uigur y mandar¨ªn. Hablaba chino mejor que uigur, incluso. Mi madre era periodista. A ninguno de los dos les hac¨ªa falta aprender mandar¨ªn, ni ning¨²n oficio¡±, explica Halmurat Harri, m¨¦dico y activista finland¨¦s de origen uigur cuyos padres estuvieron detenidos hasta diciembre pasado en los campos.
Quienes han pasado por los centros de reeducaci¨®n denuncian adoctrinamiento pol¨ªtico, malos tratos, hacinamiento y privaciones sin ning¨²n tipo de procedimiento judicial ni, en muchos casos, informaci¨®n a sus familias. Organizaciones pro derechos humanos como Amnist¨ªa Internacional o Human Rights Watch, o el Comit¨¦ contra la Discriminaci¨®n Racial de la ONU han recabado testimonios de antiguos reclusos que denuncian torturas.
El control no se limita a los internos en los campos. Seg¨²n dos estudios del acad¨¦mico alem¨¢n Adrian Zenz, publicados el a?o pasado por el centro de estudios Jamestown Foundation, en 2017 el gasto en seguridad en esta regi¨®n aument¨® en un 92,8%, para situarse en 58.000 millones de yuan (7.587 millones de euros).
?¡°Sin lugar a dudas, se trata de un intento de eliminar la cultura uigur y de hacer que seamos iguales a los han¡±, asegura Harri. El temor es que en un par de generaciones, los uigur est¨¦n completamente asimilados, indistinguibles de los han ¡ªla mayor¨ªa ¨¦tnica en China¡ª?y desconozcan su cultura ancestral.
Las organizaciones uigures en el exilio han celebrado con j¨²bilo el galard¨®n al c¨¦lebre acad¨¦mico. En un comunicado, el World Uighur Congress, con sede en Washington, calific¨® el premio de ¡°una importante declaraci¨®n de que el Parlamento Europeo no permanecer¨¢ callado frente a los sistem¨¢ticos abusos de los derechos humanos por parte de China. Pedimos de nuevo al Gobierno chino que ponga en libertad a Ilham Tohti de su detenci¨®n arbitraria¡±.
Otros intelectuales detenidos
Despu¨¦s de la detenci¨®n de Tohti se han producido numerosos arrestos entre intelectuales y representantes de la cultura uigur. Abdurehim Heyit, apodado ¡°el rey del dutar¡± ¡ªun instrumento de dos cuerdas similar a un la¨²d¡ª, lleg¨® a ser dado por muerto a principios de este a?o, antes de que China se viera obligada a emitir un video demostrando que estaba vivo. Ablajan, el cantante pop m¨¢s popular en Xinjiang, desapareci¨® sin dejar rastro. La etn¨®grafa Rahile Dawut, una eminencia mundial en folklore y santuarios uigures, est¨¢ desaparecida desde diciembre de 2017, desde que comunic¨® a una amiga que se marchaba inesperadamente a Pek¨ªn.
Seg¨²n un informe de la ONG Uyghur Human Rights Project, con sede en Alemania, al menos 338 intelectuales uigur han sido ¡°internados, presos o desaparecidos por la fuerza¡± desde abril de 2017, despu¨¦s de que el presidente chino Xi Xinping ordenara una ¡°Gran Muralla de Hierro¡± en la regi¨®n aut¨®noma. Entre esos detenidos se encuentran 61 profesores universitarios ¡ª21 de ellos de la Universidad de Xinjiang, la m¨¢s prestigiosa de la regi¨®n¡ª?y 96 estudiantes. La lista incluye tambi¨¦n periodistas, m¨²sicos, c¨®micos y escritores, en lo que la ONG describe como ¡°una campa?a de limpieza cultural¡±.
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