Margarita L¨®pez Maya, historiadora: ¡°Venezuela puede pasarse un tiempo m¨¢s metida en este pantano¡±
La intelectual venezolana sostiene que el Gobierno de Nicol¨¢s Maduro ha triunfado en su pulso con la oposici¨®n, cuyo ciclo, afirma, se ha cerrado
Margarita L¨®pez Maya es miembro del Comit¨¦ Directivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, vicepresidenta de la Latin American Studies Association y profesora titular del Centro de Estudios para el Desarrollo (Cendes) de la Universidad Central de Venezuela en Caracas. Cr¨ªtica del desempe?o opositor desde hace tiempo, es una figura muy consultada por la sociedad civil venezolana. L¨®pez Maya (Nueva York, 71 a?os) observa que, en este momento, el presidente ...
Margarita L¨®pez Maya es miembro del Comit¨¦ Directivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, vicepresidenta de la Latin American Studies Association y profesora titular del Centro de Estudios para el Desarrollo (Cendes) de la Universidad Central de Venezuela en Caracas. Cr¨ªtica del desempe?o opositor desde hace tiempo, es una figura muy consultada por la sociedad civil venezolana. L¨®pez Maya (Nueva York, 71 a?os) observa que, en este momento, el presidente Nicol¨¢s Maduro hace concesiones pol¨ªticas a sus adversarios para consolidar su poder, y que esa flexibilizaci¨®n podr¨ªa ayudarlo a ser aceptado y considerado como inevitable en el marco pol¨ªtico internacional actual.
Pregunta. ?Piensa usted que es necesario levantar las sanciones internacionales al pa¨ªs, como lo ha propuesto un grupo de personalidades hace poco?
Respuesta. Depende. El tema de las licencias para explotar petr¨®leo, por ejemplo, es fundamental, imprescindible para la reactivaci¨®n de la econom¨ªa. Queda claro que Estados Unidos no va a levantar las sanciones al r¨¦gimen chavista hasta que no vea un cambio de conducta, un compromiso de Maduro con la democracia, cosa que nadie ha visto. Pero la poblaci¨®n pasa por una situaci¨®n de extrema gravedad, y es necesario normalizar la producci¨®n de petr¨®leo en el pa¨ªs. Todo el marco estrat¨¦gico actual contra Maduro est¨¢ caduco y la oposici¨®n no lo quiere reconocer. Al Gobierno Interino le ha pasado lo que en otros pa¨ªses que reciben un apoyo tan expreso de Estados Unidos: terminan corrompidos. Pol¨ªticos que viven de los subsidios, de los activos venezolanos en el exterior. Hay un status quo, intereses creados en torno a su propia existencia.
P. Hay un grupo nuevo, desgajado de la direcci¨®n opositora, llamado Fuerza Vecinal, que ha ido cobrando impulso, tolerado por el chavismo. ?Le asigna posibilidades?
R. No tengo demasiados conocimientos sobre ellos. Parece que este tipo de organizaciones est¨¢ tratando de adaptarse a la l¨®gica de la dictadura para poder crecer. Cu¨¢les de esos partidos estar¨ªan dispuestos a ir a una lucha por la recuperaci¨®n de la democracia, o a ser organizaciones decorativas de la autocracia, a m¨ª no me queda claro.
P. ?C¨®mo interpreta la apertura que ensaya Maduro en este momento en el terreno econ¨®mico y sindical?
R. Todo es parte de la estrategia del Gobierno para prolongar su hegemon¨ªa. No veo en esa apertura un aut¨¦ntico plan estrat¨¦gico y econ¨®mico. Una verdadera estrategia econ¨®mica necesita seguridad jur¨ªdica, acceso al cr¨¦dito internacional. El nuevo Tribunal Supremo de Justicia que eligi¨® el Parlamento del chavismo no da nada de seguridad jur¨ªdica, los jueces m¨¢s cuestionados han terminado reelectos. Hay un modelo autoritario mundial emergente, que se est¨¢ vendiendo como viable, este tipo de reg¨ªmenes iliberales, las autocracias del siglo XXI, que tienen apoyos e influencias internacionales para sobrevivir. Venezuela ha perdido relevancia en la pol¨ªtica internacional. Maduro est¨¢ tratando de recuperar posiciones, y si puede intentar¨¢ ganar limpiamente las presidenciales de 2024. La oposici¨®n no encuentra el camino. Venezuela puede pasarse un tiempo en este marasmo, metida en ese pantano. Mientras, la sociedad civil hace lo que puede, su trabajo de hormiga, abriendo espacios para el di¨¢logo a ver si consigue mejoras en los servicios p¨²blicos, en la alimentaci¨®n.
P. Parece ganar terreno en las facciones opositoras la organizaci¨®n de una consulta interna con sus bases, unas primarias para unificar estrategias y liderazgo para 2024.
R. He o¨ªdo algo de eso. Me parece bien, pueden tener alg¨²n efecto, pero tiene que haber un trabajo dentro de los partidos pol¨ªticos de la oposici¨®n, desde las bases. ?C¨®mo va a gobernar la oposici¨®n en ese desastre, dividida por todos lados? ?Cu¨¢nto va a durar ese Gobierno?
P. ?Ve usted posible la reactivaci¨®n del di¨¢logo pol¨ªtico en M¨¦xico?
R. Esa puerta est¨¢ abierta. Al Gobierno de Maduro le interesa negociar sobre todo con Estados Unidos, con Europa, tener unos canales expeditos con ellos.
P. ?Qu¨¦ le parece la actual pol¨ªtica de la Administraci¨®n de [Joe] Biden con Maduro?
R. No hay comparaci¨®n con Donald Trump, que era simplemente una burda manipulaci¨®n instrumental del problema venezolano, pero claro que le falta claridad a esta estrategia.
P. ?Piensa que puede aparecer una figura nueva, desconocida, que abra una brecha en el actual tablero?
R. Quiero ver eso. Si la oposici¨®n es capaz de deponer sus ambiciones personales y alcanzar el consenso con un outsider.
P. ?Piensa usted que sigue vivo en la sociedad venezolana el sue?o de un cambio pol¨ªtico?
R. Lo que pasa es que a lo mejor podemos cambiar, pero no para bien. Pensar¨ªa que lo m¨¢s probable es que estemos movi¨¦ndonos a un r¨¦gimen pol¨ªtico a lo mejor un poco m¨¢s tolerante, y algo m¨¢s eficiente, con m¨¢s participaci¨®n privada, pero no un regreso a un sistema de libertades civiles pol¨ªticas y un Estado de derecho como el que tuvimos en el siglo XX.
P. ?En ese marco, no le parece factible que Maduro decida barrer con lo que quede, llevarse preso a todo el mundo, terminar de una vez con la sociedad civil que le adversa?
R. No. Este modelo emergente de Maduro tiene campo. Es el modelo de los turcos, de Hungr¨ªa, son las dictaduras del siglo XXI, con unos visos, unos matices. Esos modelos dictatoriales blandos tienden a ser aceptados. Adem¨¢s, Maduro lo sabe.
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