Rumania prepara una ley que recupera las pr¨¢cticas de delaci¨®n de la ¨¦poca comunista
La filtraci¨®n del borrador de una norma que obliga a ciudadanos y empresas a actuar como informantes inquieta a los colectivos m¨¢s afectados
El espectro de la temida Securitate, la polic¨ªa secreta del r¨¦gimen comunista que aliment¨® un clima de temor y paranoia, acecha de nuevo a la sociedad rumana. M¨¢s de tres d¨¦cadas despu¨¦s del ajusticiamiento del s¨¢trapa Nicolae Ceausescu, un borrador de un conjunto de leyes de seguridad nacional ha resucitado su terrible legado al establecer la obligaci¨®n que tendr¨¢ cualquier ciudadano de delatar a otros si as¨ª lo solicitan los servicios de inteligencia. Se trata de una medida muy controv...
El espectro de la temida Securitate, la polic¨ªa secreta del r¨¦gimen comunista que aliment¨® un clima de temor y paranoia, acecha de nuevo a la sociedad rumana. M¨¢s de tres d¨¦cadas despu¨¦s del ajusticiamiento del s¨¢trapa Nicolae Ceausescu, un borrador de un conjunto de leyes de seguridad nacional ha resucitado su terrible legado al establecer la obligaci¨®n que tendr¨¢ cualquier ciudadano de delatar a otros si as¨ª lo solicitan los servicios de inteligencia. Se trata de una medida muy controvertida para este pa¨ªs de la Europa del Este que vivi¨® casi medio siglo de pr¨¢cticas de delaciones instigadas por los poderes p¨²blicos. Vecinos, amigos cercanos y hasta gente de la misma familia se denunciaban entre s¨ª.
Ahora, bajo el trasfondo de la guerra en la vecina Ucrania, el paquete de 10 leyes elaboradas por las agencias de espionaje, el Servicio Rumano de Informaci¨®n (SIE) y el Servicio de Informaci¨®n Exterior (SIE), con el benepl¨¢cito del presidente, el conservador Klaus Iohannis, y el Gobierno de coalici¨®n entre liberales y socialdem¨®cratas, confiere m¨¢s poder a los servicios de inteligencia. El texto, desvelado a principios de mes por el portal de noticias g4media.ro, fija nuevas disposiciones que est¨¢n ahora sobre la mesa del Ejecutivo y que deber¨¢n ser examinadas por el Parlamento.
El precepto que m¨¢s ha hecho saltar las alarmas ha sido la obligaci¨®n que se establece para cualquier persona de cooperar en secreto; es decir, delatar pasar¨ªa a ser una obligaci¨®n mediante una simple solicitud de los servicios secretos. La revelaci¨®n del borrador provoc¨® el enfado de Iohannis, que evit¨® dar explicaciones sobre el contenido, pero s¨ª censur¨® la filtraci¨®n al considerarla ¡°un gran error¡±. Y a?adi¨®: ¡°La gente est¨¢ preocupada¡±. Para tratar de calmar los ¨¢nimos, el presidente rumano asegur¨®: ¡°Nadie desea restaurar la antigua Securitate¡±. Su mensaje, que alud¨ªa a la controvertida polic¨ªa secreta que actu¨® durante la ¨¦poca comunista, inclu¨ªa un sutil ataque a la libertad de prensa, que ha sido denunciado por el medio de comunicaci¨®n que anunci¨® el borrador y por m¨¢s de una decena de organizaciones. Entre ellas figura Reporteros sin Fronteras, que lament¨® que ¡°Iohannis haya amenazado a la prensa y a las fuentes que han revelado un controvertido proyecto de ley del servicio secreto¡±.
Las se?ales de alerta sobre las consecuencias de esta legislaci¨®n llegan de diversos colectivos afectados. ¡°Rumania va camino de convertirse en un Estado militar; este proyecto es obra de los servicios de informaci¨®n, no del poder legislativo¡±, explica Dan Tapalaga, periodista de g4media.ro, adem¨¢s de subrayar: ¡°Los servicios secretos han cometido una ilegalidad al redactar un proyecto de ley que deber¨ªa ser confeccionado por el Gobierno con el asesoramiento, por supuesto, de los especialistas de estas instituciones¡±. Tambi¨¦n se cuestiona ¡°c¨®mo ha podido llegar una simple publicaci¨®n de un borrador ilegal de ley a convertirse en una amenaza a la seguridad nacional¡±.
Adem¨¢s de consagrar esa labor de informantes para todos los ciudadanos, el proyecto estipula que los servicios secretos ya no est¨¦n obligados a informar sobre los fondos utilizados para las operaciones que realizan. Tambi¨¦n que puedan participar en actividades econ¨®micas sin control alguno por el poder legislativo y que solo sean investigados por agentes de espionaje avalados ¨²nicamente por el jefe de Estado. De este modo, los servicios secretos dejar¨ªan de rendir cuentas al Parlamento y, adem¨¢s, se extender¨ªa la lista de amenazas a la seguridad nacional de manera significativa. ¡°Retirar los servicios secretos del control parlamentario y aumentar sus poderes junto con las prerrogativas presidenciales plantea serios problemas respecto a la democracia en Rumania¡±, se?ala Cristian Pirvulescu, decano de la Facultad de Ciencias Pol¨ªticas de la Escuela Nacional de Estudios Pol¨ªticos y Administrativos de Bucarest. ¡°Se trata de la impunidad de los servicios de informaci¨®n, que se convertir¨ªan en una casta con muchos privilegios y con mayores posibilidades de controlar a la sociedad¡±, prosigue el polit¨®logo.
Dos semanas despu¨¦s de conocerse el contenido sali¨® a la palestra el director del Servicio Rumano de Informaci¨®n, Eduard Hellvig, para intentar rebajar la pol¨¦mica, aunque rechaz¨® discutir sobre las disposiciones y evit¨® asumir la responsabilidad. ¡°Comentar¨¦ el contenido de las leyes solo cuando hayan sido adoptadas en el proceso legislativo, que incluir¨¢ una consulta p¨²blica y en el que el SRI tiene ¨²nicamente un papel consultivo¡±, se?al¨® Hellvig, quien busc¨® desviar su participaci¨®n en el borrador al denunciar presuntos intereses de un grupo que tiene como objetivo crear un conflicto artificial entre segmentos de la sociedad y las instituciones del Estado.
Como respuesta a las nuevas leyes, las organizaciones civiles acusan a las agencias de espionaje de influencia excesiva. Como ejemplo, se?alan el despido de un conocido comunicador, Cristian Tudor Popescu, de la cadena de televisi¨®n Digi24, despu¨¦s de que criticara duramente esas iniciativas legales. El analista pol¨ªtico afirm¨® que ¡°el partido ¨²nico en el poder [en referencia al Gobierno] quiere tener los servicios de inteligencia en su mano como una herramienta¡± y apunt¨® que estas leyes pretenden ¡°devolver al SRI la funci¨®n fundamental de la Securitate¡±, que constaba en ¡°controlar el estado de ¨¢nimo y la opini¨®n de las masas, identificar y cortar por la yugular las corrientes contrarias al r¨¦gimen¡±.
En la Rumania del ¡°Genio de los C¨¢rpatos¡±, como le gustaba denominarse a Ceausescu, la Securitate lleg¨® a reclutar hasta a medio mill¨®n de informadores de los entonces 22 millones de habitantes. ¡°Hay elementos antidemocr¨¢ticos que nos remiten a la Rusia putinista o la Hungr¨ªa orbanista, al tiempo que nos alejan de occidente¡±, concluye el polit¨®logo Pirvulescu.
Sigue toda la informaci¨®n internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.