El Gobierno holand¨¦s investiga las sospechas de que polic¨ªas chinos act¨²an en su territorio para perseguir a disidentes
Una investigaci¨®n de la ONG Safeguards Defenders sostiene que Pek¨ªn ha instalado oficinas de seguridad no autorizadas en una veintena de pa¨ªses, entre ellos Espa?a
El Gobierno holand¨¦s est¨¢ investigando la existencia de dos oficinas policiales chinas que presuntamente operan en Pa¨ªses Bajos sin autorizaci¨®n. Una investigaci¨®n apunta a que se trata de establecimientos ilegales, abiertos desde 2018 en ?msterdam y R¨®terdam, desde donde se acosa o se intimida a ciudadanos chinos. Safeguards Defenders, una ONG especializada en China y asentada en Espa?a, relata la existencia de al menos 54 de estos centros en una veintena de pa¨ªses, incluida Espa?a. De constatarse, la...
El Gobierno holand¨¦s est¨¢ investigando la existencia de dos oficinas policiales chinas que presuntamente operan en Pa¨ªses Bajos sin autorizaci¨®n. Una investigaci¨®n apunta a que se trata de establecimientos ilegales, abiertos desde 2018 en ?msterdam y R¨®terdam, desde donde se acosa o se intimida a ciudadanos chinos. Safeguards Defenders, una ONG especializada en China y asentada en Espa?a, relata la existencia de al menos 54 de estos centros en una veintena de pa¨ªses, incluida Espa?a. De constatarse, la actividad de estos centros se considerar¨ªa una violaci¨®n de la soberan¨ªa nacional holandesa: la polic¨ªa de un pa¨ªs no puede actuar impunemente en el territorio de otro. La recogida de datos comprometedores de la poblaci¨®n emigrada debe contar con un permiso oficial del pa¨ªs de acogida, y las labores administrativas regulares est¨¢n en manos de los consulados. Cualquier otra actividad que no se haya anunciado previamente se considera fuera de la ley.
En su informe, Safeguards Defenders presenta una lista de oficinas de esta ¨ªndole en el mundo. En Espa?a, las ubica en Madrid, Barcelona, Valencia y Santiago de Compostela. Hay tambi¨¦n, seg¨²n sus datos, presencia en otros pa¨ªses, entre ellos Portugal, Italia, Francia, Irlanda, Rep¨²blica Checa, Reino Unido y Grecia. Fuera de Europa las cita en Am¨¦rica, Asia y ?frica: desde Canad¨¢ y Estados Unidos a Ecuador, Jap¨®n, Brasil y Nigeria.
El ministerio holand¨¦s de Asuntos Exteriores ¡°no ha sido informado de la existencia de estas oficinas a trav¨¦s de los canales diplom¨¢ticos ordinarios¡±, asegura la portavoz Maxime Hovenkamp, que a?ade: ¡°Estamos investigando su naturaleza y labor¡±. El Gobierno holand¨¦s s¨ª conoc¨ªa el informe publicado por Safeguards Defenders, una ONG radicada desde 2016 en Madrid. Su trabajo apunta a que parte de la labor de estos centros consiste en favorecer, mediante ¡°la persuasi¨®n¡±, el regreso de cr¨ªticos y disidentes a China. Wang Wen Bin, portavoz del Ministerio chino de Exteriores, asegur¨® este mi¨¦rcoles durante una rueda de prensa, que se trata de ¡°centros de servicio¡±. ¡°China lucha contra el crimen transnacional observando las leyes internacionales y la soberan¨ªa de otros pa¨ªses¡±, argument¨®.
Un reportaje publicado por la cadena televisiva RTL Nieuws y el grupo period¨ªstico de investigaci¨®n Follow de Money, ambos holandeses, se?ala a su vez que las oficinas de polic¨ªa en cuesti¨®n se ocupan en principio de asuntos administrativos: desde la renovaci¨®n del carn¨¦ de conducir a documentar cambios de estado civil. Sin embargo, ambos medios han hablado con Wang Jingyu, un ciudadano chino cr¨ªtico con el Gobierno de Pek¨ªn y residente en suelo holand¨¦s. Huy¨® el a?o pasado de su pa¨ªs, y ha asegurado que se ha sentido intimidado por agentes que dec¨ªan trabajar para estas agencias. ¡°Me dijeron que regresara para solucionar mis problemas y que pensase en mis padres¡±, declara. Tambi¨¦n asegura que recibi¨® llamadas amenazadoras.
¡°Que un pa¨ªs abra oficinas policiales en otro sin molestarse en decirlo es una novedad. Esto viene de las polic¨ªas locales chinas, aunque ha tenido que ser aprobado a nivel central¡±, considera Frank Pieke, catedr¨¢tico de estudios de China Moderna en la universidad de Leiden, y en el East Asian Institute, en Singapur. En conversaci¨®n telef¨®nica, explica que hay casos de disidentes o activistas chinos que han sido acosados por las autoridades locales a trav¨¦s de estos centros. ¡°Pero creo que la presi¨®n policial viene sobre todo de varias regiones del sur de China, de donde han salido grandes cantidades de personas que ahora residen en otros pa¨ªses¡±, dice.
¡°Es posible que hagan tareas administrativas, pero si alg¨²n ciudadano de origen chino tuvo problemas legales all¨ª y ahora est¨¢, por ejemplo, en Pa¨ªses Bajos, se le presiona supuestamente para que regrese. Ejercen tambi¨¦n presi¨®n sobre los familiares que puedan seguir en China, y todo esto viola el imperio de la ley, adem¨¢s de los principios de las relaciones diplom¨¢ticas entre pa¨ªses. Viola la soberan¨ªa holandesa, y hay que decirles que no lo toleraremos¡±, explica el experto. Pieke subraya que esos centros son gestionados por residentes chinos en Pa¨ªses Bajos, algunos de los cuales fueron polic¨ªas en su tierra, y hay que ser muy vigilante con la intimidaci¨®n hacia los disidentes. ¡°Pero lo esencial es que la polic¨ªa regular china opera desde suelo europeo y eso no puede ser¡±, concluye.
Este experto define como una ¡°muestra de originalidad sin precedentes¡± por parte de las autoridades chinas el hecho de que ¡°pretendan que estos trabajos puedan ser vistos como normales sin generar problemas; que puedan esconderse o que no importe¡±. De ah¨ª que abogue por este plan de tres puntos: ¡°Cierre de las oficinas, para dejar claro que estamos dispuestos a hablar del cumplimiento de la ley en el extranjero por v¨ªas igualmente legales; hablar con los residentes chinos en Pa¨ªses Bajos, para que entiendan que vulneran la legalidad si participan en estas actividades, aunque pensaran que no era as¨ª¡±. El colof¨®n ser¨ªa ¡°hacer un esfuerzo coordinado en la UE para que esto no pase¡±.
Otro experto en China, Frans Paul van der Putten, recuerda que la presencia de ciudadanos de origen chino en otros pa¨ªses no es, en absoluto, un fen¨®meno reciente. Vinculado al instituto Clingendael de Relaciones Internacionales, el acad¨¦mico cree que no ser¨¢ f¨¢cil para el Gobierno holand¨¦s ¡°investigar en el seno de la comunidad china porque es diversa, y este puede ser un asunto policial, pero tambi¨¦n de la inteligencia holandesa¡±. ¡°Hay grupos vulnerables, ya sean minor¨ªas ¨¦tnicas o disidentes pol¨ªticos, y las autoridades chinas pueden querer influirles¡±, dice.
Van der Putten recuerda que para las labores administrativas ya est¨¢n los consulados, e ilustra la posible ilegalidad de estos centros con el caso contrario. Se trata de las patrullas policiales que trabajaron de manera legal y junto con las polic¨ªas locales en varios pa¨ªses europeos antes de que la pandemia frenara en seco el flujo de turistas chinos. ¡°Entre 2015 y 2019, hubo gran afluencia de turistas chinos, y en Italia y Serbia, entre otros, las polic¨ªas cooperaron por si los visitantes necesitaban ayuda. El instinto tradicional del Gobierno chino es saber qu¨¦ hace su poblaci¨®n, incluso si est¨¢n en el extranjero, porque puede ser pol¨ªticamente relevante¡±, afirma. Para los pa¨ªses europeos que operaron entonces as¨ª, ¡°pudo ser una forma de mostrar que ten¨ªan buenas relaciones con China¡±. Con las oficinas ahora destapadas, tiene otro parecer: ¡°Si operan sin permiso, es probable que el Gobierno holand¨¦s ponga fin a estas actividades¡±, concluye.
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