McCarthy y el Congreso, rehenes de Trump y los radicales
El dram¨¢tico espect¨¢culo de la elecci¨®n del presidente de la C¨¢mara de Representantes augura una legislatura disfuncional y conflictiva
¡°DT¡±. Marjorie Taylor Greene, una de las congresistas m¨¢s cercanas a Donald Trump, tend¨ªa su tel¨¦fono a la desesperada a uno de los republicanos rebeldes tras la 14? derrota de Kevin McCarthy en la votaci¨®n para ser elegido presidente de la C¨¢mara de Representantes. El que estaba al otro lado de la l¨ªnea, como delataban esas iniciales que se ve¨ªan en la pantalla, era el expresidente de Estados Unidos. Seg¨²n McCarthy, sus llamadas fueron decisivas. El l¨ªder republicano ...
¡°DT¡±. Marjorie Taylor Greene, una de las congresistas m¨¢s cercanas a Donald Trump, tend¨ªa su tel¨¦fono a la desesperada a uno de los republicanos rebeldes tras la 14? derrota de Kevin McCarthy en la votaci¨®n para ser elegido presidente de la C¨¢mara de Representantes. El que estaba al otro lado de la l¨ªnea, como delataban esas iniciales que se ve¨ªan en la pantalla, era el expresidente de Estados Unidos. Seg¨²n McCarthy, sus llamadas fueron decisivas. El l¨ªder republicano fue finalmente elegido speaker, pero tras pagar un alto precio en forma de concesiones al ala m¨¢s radical de su partido. Ha logrado el cargo, pero tras rendir pleites¨ªa a Trump y plegarse a los ultras, de los que queda reh¨¦n. Y con McCarthy, son rehenes el Partido Republicano, el Congreso y la gobernabilidad de Estados Unidos.
La elecci¨®n puso fin a una semana de drama pol¨ªtico en Washington sin precedentes desde hace un siglo, pero da comienzo a una legislatura de dos a?os que se augura tormentosa y disfuncional por el poder demostrado por los extremistas. La veintena de radicales prefieren jugar a la contra y dedicarse a la agitaci¨®n y la propaganda antes que tomar medidas o aprobar leyes.
El nuevo l¨ªder republicano fue elegido en una sesi¨®n que empez¨® el d¨ªa del segundo aniversario del asalto al Capitolio. Seg¨²n denunci¨® el congresista dem¨®crata Pete Aguilar en el pleno, asumen el mando ¡°los mismos individuos que avivaron las llamas del 6 de enero, que dijeron a sus seguidores y a los seguidores de sus seguidores que necesitaban contraatacar y que desafiaron la jura de los miembros bas¨¢ndose en una falsa reclamaci¨®n¡± sobre las elecciones presidenciales en las que Biden derrot¨® a Trump.
Los rebeldes han hecho una demostraci¨®n de fuerza y han arrancado a McCarthy algunos puestos de privilegio y modificaciones reglamentarias sobre el funcionamiento de la C¨¢mara, pero tambi¨¦n concesiones de fondo, sobre todo en materia de deuda y gasto p¨²blico, que pueden condicionar la segunda mitad del mandato del presidente de Estados Unidos, Joe Biden. Los republicanos tratar¨¢n adem¨¢s de convertir la C¨¢mara en un infierno para Biden con investigaciones y comparecencias sobre la retirada de tropas de Afganist¨¢n, el control de la migraci¨®n en la frontera con M¨¦xico y lo que consideran un uso partidista del Departamento de Justicia, en referencia a los casos que salpican a Trump.
El Congreso ya est¨¢ de por s¨ª dividido. Los dem¨®cratas controlan el Senado y los republicanos tienen mayor¨ªa en la C¨¢mara de Representantes. Para aprobar cualquier ley o autorizaci¨®n de gasto p¨²blico har¨¢ falta el concurso de dem¨®cratas y republicanos, lo cual ya se vaticinaba complicado. Pero, adem¨¢s, una vez que el ala dura del Partido Republicano ha mostrado su poder en la C¨¢mara de Representantes, el margen de maniobra de Biden se ha estrechado a¨²n m¨¢s y est¨¢ en duda que puedan salir adelante incluso leyes esenciales para financiar el funcionamiento de la Administraci¨®n, aunque el presidente afronta la situaci¨®n con un paquete de gasto de 1,7 billones de d¨®lares reci¨¦n aprobado.
Gasto p¨²blico
Adem¨¢s de trumpistas, muchos de los d¨ªscolos, agrupados en el Freedom Caucus (Grupo de la Libertad), son herederos del Tea Party y de sus draconianas posiciones sobre el gasto p¨²blico, que amenazan incluso la continuidad del apoyo militar a Ucrania. Estados Unidos puede seguir funcionando con normalidad si no se aprueban nuevas leyes sobre armas, sobre el aborto o sobre el cambio clim¨¢tico, pero si no se aprueban las partidas presupuestarias o se eleva el techo de deuda, el resultado puede ser una crisis econ¨®mica en toda regla.
En Estados Unidos, el Congreso fija el l¨ªmite de deuda p¨²blica viva que puede emitir el Gobierno federal y cuando se acerca a ese nivel, es necesario ampliarlo para evitar lo impensable, que el pa¨ªs entre en suspensi¨®n de pagos. Los economistas calculan que el l¨ªmite actual se puede alcanzar en la segunda mitad de este a?o. Uno de los rebeldes m¨¢s destacados, el tejano Chip Roy, ha sugerido que su facci¨®n ha arrancado a McCarthy un compromiso para ligar el aumento del techo de deuda a imponer recortes de gastos al Gobierno de Biden.
Tambi¨¦n se avecina la renovaci¨®n de los subsidios agr¨ªcolas, lo que se hace normalmente de forma quinquenal. Aunque en principio es un programa que beneficia a distritos rurales de mayor¨ªa republicana, los radicales pueden volver a exigir un precio por aprobarlos. A eso se suman otras concesiones aceptadas inicialmente por el candidato para la aprobaci¨®n de gasto p¨²blico: que cada vez que se apruebe una nueva partida haya que recortar de otro lado. Y otras medidas para que, en caso de que se aproxime una situaci¨®n de cierre del Gobierno, es decir, de supresi¨®n de servicios federales por falta de financiaci¨®n, para desbloquearlo sean necesarios m¨¢s recortes.
Estados Unidos nunca en su historia ha incumplido los compromisos de su deuda y los precedentes de cierre del Gobierno apuntan a que se vuelven contra quienes los provocan. Pero dada la propensi¨®n de llevar al extremo sus exigencias que han hecho patente los extremistas, es un riesgo que no cabe descartar. Es, de nuevo, una especie de chantaje, del mismo tipo del que han sometido a McCarthy para otorgarle la presidencia de la C¨¢mara, y puede volver a llevar al hemiciclo escenas dram¨¢ticas y ca¨®ticas como las que se han visto esta semana.
Esas escenas se han difundido en directo como nunca antes por el canal C-SPAN, que suministra la se?al del Congreso. El speaker fija las reglas de las retransmisiones, que normalmente se limitan a planos de quienes tienen el uso de la palabra y tomas generales de la C¨¢mara. Sin embargo, con el vac¨ªo de poder por la falta de presidente, los c¨¢maras y realizadores de C-SPAN han tenido la libertad de ofrecer las idas y venidas de los congresistas, sus discusiones y hasta una escena en que Mike Rogers, aliado de McCarthy, era sujetado por otro colega republicano cuando parec¨ªa dispuesto a llegar a las manos con Matt Gaetz, que neg¨® al candidato el voto decisivo en la 14? votaci¨®n.
Fue el momento m¨¢s tenso. Gaetz, m¨¢ximo exponente del grupo Never Kevin (Nunca Kevin), no hab¨ªa atendido la primera llamada y su voto resultaba decisivo. Dijo ¡°presente¡±, el equivalente a una abstenci¨®n. McCarthy, que necesitaba un s¨ª, se levant¨® alterado y se acerc¨® con cara de pocos amigos al esca?o de Gaetz para intentar convencerle de que cambiase su voto, pues estaba a tiempo. Los dem¨¢s republicanos tambi¨¦n le presionaron, pero no hubo manera. McCarthy volvi¨® a su esca?o abatido. Los republicanos pidieron aplazar la sesi¨®n hasta el lunes, pero mientras se votaba esa propuesta los tel¨¦fonos empezaron a echar humo. Donald Trump se hab¨ªa movilizado. Los d¨ªscolos trasladaron a McCarthy que si la votaci¨®n se repet¨ªa saldr¨ªa elegido. As¨ª fue.
Al abandonar el Capitolio, McCarthy le dio las gracias ¡°especialmente¡± a Trump. Este le correspondi¨® este s¨¢bado desde su red social: ¡°Ha sido un gran honor¡±.
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