Zelenski, 40; Putin, 0
Rusia proclam¨® la conquista de Bajmut el fin de semana, pero el presidente de Ucrania obtuvo una victoria diplom¨¢tica al reunirse con unos 40 l¨ªderes en 48 horas mientras Putin tiene graves limitaciones para salir de su pa¨ªs
El presidente de Ucrania, Volod¨ªmir Zelenski, se reuni¨® durante el pasado fin de semana con unos 40 l¨ªderes mundiales en sendos viajes a Arabia Saud¨ª (cumbre de la Liga ?rabe) y Jap¨®n (cumbre del G-7). El mandatario ruso, Vlad¨ªmir Putin, no solo no tuvo una gran agenda diplom¨¢tica en los ¨²...
El presidente de Ucrania, Volod¨ªmir Zelenski, se reuni¨® durante el pasado fin de semana con unos 40 l¨ªderes mundiales en sendos viajes a Arabia Saud¨ª (cumbre de la Liga ?rabe) y Jap¨®n (cumbre del G-7). El mandatario ruso, Vlad¨ªmir Putin, no solo no tuvo una gran agenda diplom¨¢tica en los ¨²ltimos d¨ªas, sino que no ha hecho ning¨²n viaje al exterior este a?o m¨¢s all¨¢ de algunas visitas a la Ucrania ocupada (que Rusia considera parte de su territorio), seg¨²n la recopilaci¨®n de la p¨¢gina web del Kremlin dedicada a ello. Significativamente, mientras Zelenski viajaba, medios rusos informaron de que las autoridades rusas hab¨ªan emitido una orden de arresto contra el fiscal de la Corte Penal Internacional que, a su vez, impuls¨® hace meses un mandato de detenci¨®n contra el l¨ªder ruso. El contraste dice algunas cosas acerca de la posici¨®n internacional de los dos. No hay que magnificarlo. Tampoco subestimarlo. Veamos.
Putin y Rusia no se hallan aislados. Unos 140 pa¨ªses respaldaron en la ONU la votaci¨®n de condena de la invasi¨®n, con 35 que se abstuvieron y cinco favorables. Pero solo unos cuarenta implementan sanciones o restricciones contra Rusia. La segunda econom¨ªa mundial, China, cultiva una asociaci¨®n estrat¨¦gica con Mosc¨² y su presidente, Xi Jinping, ha viajado recientemente a Rusia; la quinta, la India, mantiene lazos estrechos que proceden del pasado, pero persisten en el presente. Abundan los pa¨ªses que no aprueban la invasi¨®n y, sin embargo, no tienen inconveniente en seguir interactuando con Rusia como antes. Muchos de ellos reprochan a pa¨ªses occidentales la hipocres¨ªa de la doble vara de medir entre Irak y Ucrania.
Pero es evidente que Putin se halla en una situaci¨®n de profunda dificultad diplom¨¢tica. Si en alg¨²n momento pens¨® que su desaf¨ªo frontal al orden mundial plasmado por Occidente habr¨ªa cosechado el respaldo ¡ªmoral si no material¡ª de otros pa¨ªses insatisfechos con el mismo, su c¨¢lculo fue errado. Solo cuatro pa¨ªses respaldaron a Rusia en la ONU. Hay decenas que siguen haciendo negocio, que no tienen inter¨¦s en enfrentarse a Mosc¨², pero que a todas luces no tienen especial ganas de hacerse fotos con el invasor en una guerra descomunal que ni siquiera llama como tal.
La orden de arresto emitida por La Haya vincula, te¨®ricamente, a los 123 pa¨ªses miembros del Estatuto de Roma. En la pr¨¢ctica, como ya ha ocurrido en el pasado en otros casos, pueden incumplirla sin sufrir consecuencias porque no hay mecanismos sancionatorios para ello. Sin embargo, es indudable que este asunto representa un riesgo enorme que frena m¨¢s a¨²n la proyecci¨®n diplom¨¢tica de Putin. Medios de Sud¨¢frica han informado recientemente de que el Gobierno local habr¨ªa desaconsejado al l¨ªder ruso asistir presencialmente a la cumbre de los BRICS prevista para agosto. Este problema es todo un s¨ªmbolo, ya que los BRICS precisamente encarnan un foro de contrapeso a Occidente.
En contraste con esa situaci¨®n, Zelenski ha podido asistir a una cumbre de la Liga ?rabe, organizaci¨®n que re¨²ne a 22 pa¨ªses, y a otra del G-7 en la que, adem¨¢s de los siete socios y los l¨ªderes de la UE, estaban presentes mandatarios de ocho pa¨ªses invitados y l¨ªderes de instituciones internacionales como la ONU. Tuvo pues la oportunidad de exponer sus argumentos ante ellos y, en muchos casos, de cultivar o entablar relaciones personales con reuniones bilaterales.
Ello no supone de por s¨ª lograr un viraje en las posiciones pol¨ªticas de los dem¨¢s. Estas, por supuesto, se cimientan en intereses nacionales o en visiones ideol¨®gicas dif¨ªciles de cambiar. No es pues de esperar ning¨²n vuelco. Tanto en el bloque ¨¢rabe, en el que Arabia Saud¨ª protagoniza desde hace tiempo una estrecha cooperaci¨®n con Rusia en la modulaci¨®n del mercado del petr¨®leo en el marco de la OPEP+, como con el pu?ado de no alineados invitados al G-7. El fallido encuentro con Lula es s¨ªntoma de las dificultades. Aunque la motivaci¨®n del desencuentro no resulta cristalinamente clara, el mismo hecho habla de las dificultades pendientes.
Pero los l¨ªderes de pa¨ªses importantes y no alineados con Occidente como Arabia Saud¨ª o la India s¨ª mantuvieron encuentros con Zelenski, con actitud sonriente y distendida. Le escucharon. Y todos los liderazgos tienen un componente personal, humano, en el que el contacto directo puede tener una influencia. De todas formas, a priori, que sus buenos amigos de Riad y Nueva Delhi se re¨²nan sonrientes con el jefe de la supuesta banda de nazis en el poder en Kiev ¡ªseg¨²n la consabida ret¨®rica del Kremlin¡ª es un trago amargo para Mosc¨².
Todo ello tiene relevancia en dos planos en los que, incluso sin grandes virajes que no cabe esperar, leves cambios tambi¨¦n pueden ser ¨²tiles. Primero, con respecto al nivel de disponibilidad de pa¨ªses terceros a prestarse como mercados de sorteo de sanciones. Hay una zona gris entre no aplicarlas y facilitar su burla. La segunda es con respecto a lo que puedan ser futuras negociaciones de paz, en las que un desplazamiento, aunque moderado, de la presi¨®n puede ser favorable. Zelenski aprovech¨® su gira para vender su plan, explicar sus argumentos, subrayar que dejar que se viole la soberan¨ªa y la integridad territorial de otros pa¨ªses es malo para todos. Y que el que haya precedentes no significa que un nuevo caso deba ser aceptado sin m¨¢s.
El fin de semana ha demostrado que Kiev cuenta con el respaldo completo de potencias occidentales que desmienten toda sospecha de fatiga al abrir la v¨ªa a un proyecto de largo plazo como la entrega de los F-16. Tambi¨¦n que cuenta con una posibilidad de interlocuci¨®n directa con no alineados con los que Mosc¨² espera cooperar para montar un orden alternativo.
Rusia, por su parte, cuenta con el apoyo de China, pero desde luego este no es incondicional. Al contrario, tiene enormes l¨ªmites, y en cierto sentido es m¨¢s una relaci¨®n de utilizaci¨®n e incipiente vasallaje que de apoyo. A la vez, claro est¨¢, Mosc¨² no cuenta con facilidades para desplegar diplom¨¢ticamente su proyecto.
Nada de ello es decisivo. El mismo fin de semana en el que se produjo este llamativo desajuste diplom¨¢tico favorable a Kiev, Mosc¨² anunciaba la supuesta conquista de Bajmut tras meses de batalla. Zelenski lo desminti¨®. En cualquier caso, el hecho recuerda que la maquinaria b¨¦lica rusa sigue siendo temible. Sin embargo, en el campo diplom¨¢tico, es dif¨ªcil rebatir que la victoria fue de Zelenski.
Sigue toda la informaci¨®n internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.