El Parlamento ajusta cuentas con Boris Johnson y aprueba por una aplastante mayor¨ªa el informe de sus mentiras sobre el ¡®partygate¡¯
Los partidarios del ex primer ministro se ausentan de un debate protagonizado por la oposici¨®n, que se salda con una votaci¨®n con 354 votos a favor del texto y siete en contra
Hubo un tiempo en que la mera presencia de Boris Johnson llenaba a rebosar la bancada conservadora de la C¨¢mara de los Comunes, dispuesta a jalear sus bromas y abuchear a la oposici¨®n. Cuando este lunes ha llegado el momento de debatir el informe de la Comisi¨®n parlamentaria de Privilegios, que acusa al ex primer ministro de haber ocultado la verdad a los diputados sobre las fiestas prohibidas en Downing Street durante la pandemia...
Hubo un tiempo en que la mera presencia de Boris Johnson llenaba a rebosar la bancada conservadora de la C¨¢mara de los Comunes, dispuesta a jalear sus bromas y abuchear a la oposici¨®n. Cuando este lunes ha llegado el momento de debatir el informe de la Comisi¨®n parlamentaria de Privilegios, que acusa al ex primer ministro de haber ocultado la verdad a los diputados sobre las fiestas prohibidas en Downing Street durante la pandemia, el esc¨¢ndalo conocido como partygate, la sede de la soberan¨ªa nacional brit¨¢nica presentaba un aspecto triste y desangelado. El propio Johnson, en el mismo d¨ªa que cumpl¨ªa 59 a?os, celebraba su aniversario lejos del Parlamento. Hab¨ªa renunciado a su esca?o poco antes de que el informe se publicara, y desde entonces se ha dedicado a acusar de sesgados e injustos a los miembros de la comisi¨®n y de desleal al actual Gobierno. A la hora de votar, la mayor¨ªa que ha respaldado el informe ha sido aplastante.
El primer ministro, Rishi Sunak, ha enmascarado en motivos de agenda su ausencia del Parlamento. Como ¨¦l, muchos conservadores est¨¢n hartos de la permanente presencia de Johnson en el debate p¨²blico, pero no quieren remover m¨¢s la herida interna. La mejor opci¨®n, para muchos de ellos, era la abstenci¨®n, ante un ejercicio in¨²til ¡ªla comisi¨®n recomienda la suspensi¨®n durante 90 d¨ªas de alguien que ya ni siquiera es diputado¡ª que solo pod¨ªa producir melancol¨ªa. Todo eso a pesar de los continuos reproches lanzados desde la bancada de la oposici¨®n contra Sunak por faltar a su promesa de recuperar la integridad y la dignidad en Downing Street. Y del hecho hist¨®rico de que un ex primer ministro fuera acusado de perjurio por mentir ante el Parlamento.
Formalmente, sin embargo, el Gobierno ha cumplido con lo que los usos parlamentarios reclamaban. Penny Mordaunt, la l¨ªder de la C¨¢mara de los Comunes (un cargo con rango ministerial, equivalente a la Secretar¨ªa espa?ola de Relaciones con las Cortes), ha presentado la moci¨®n y el debate, a la vez que anunciaba su voluntad de votar a favor del informe: ¡°Respaldar¨¦ con mi voto el informe de la comisi¨®n y sus recomendaciones, pero creo que cada diputado debe decidir en libertad lo que desea hacer, sin presiones del resto¡±, ha anunciado Mordaunt.
Mucho m¨¢s demoledora resultaba la intervenci¨®n de Theresa May. La ex primera ministra brit¨¢nica sufri¨® la deslealtad, la mofa y hasta la traici¨®n de Johnson cuando intentaba sacar adelante sus planes del Brexit. La venganza es un plato que se sirve fr¨ªo, y May se ha hartado en los ¨²ltimos meses de tom¨¢rsela con su sucesor. ¡°Voy a votar a favor del informe. Y pido a todos los miembros de esta C¨¢mara que hagan lo mismo, para defender los est¨¢ndares de ¨¦tica que exige una vida de servicio p¨²blico; para demostrar que todos asumimos la responsabilidad que sobre nosotros han depositado los ciudadanos a los que servimos; y para restaurar la fe en nuestra democracia parlamentaria¡±, ha reclamado May mientras los pocos diputados conservadores que estaban presentes en el debate agachaban la cabeza o miraban para otro lado.
Ha sido Jacob Rees-Mogg, el diputado euroesc¨¦ptico m¨¢s extravagante y m¨¢s incondicional en su apoyo a Johnson, el ¨²nico en intentar un ¨²ltimo conato de defensa del ex primer ministro. Otros, como John Baron o Nicholas Fletcher, recordaban con tristeza los escasos logros del mandato de Johnson para admitir a continuaci¨®n que votar¨ªan a favor del informe de la comisi¨®n, para mantener la dignidad e integridad del Parlamento.
El en¨¦simo v¨ªdeo de la verg¨¹enza
Durante el fin de semana muchos diputados hab¨ªan podido ver hasta la saciedad la exclusiva del tabloide Daily Mirror: un nuevo v¨ªdeo mostraba a un grupo de voluntarios del Partido Conservador, los responsables de la campa?a a la alcald¨ªa de Londres de Shaun Bailey, bailando y bebiendo en la sede de la formaci¨®n el 14 de diciembre de 2020, cuando el resto de ciudadanos brit¨¢nicos sufr¨ªa el rigor del confinamiento y cumpl¨ªa con las normas de distanciamiento social. A uno de los participantes en la fiesta se le oye decir ir¨®nicamente, al ser grabado con el tel¨¦fono m¨®vil: ¡°Mientras no hagamos un streaming [video en directo] que demuestre c¨®mo estamos forzando las reglas¡±.
Los familiares de las v¨ªctimas de la covid-19 mostraban de inmediato su disgusto y repulsi¨®n por el v¨ªdeo. El ministro Michael Gove, en nombre del Gobierno, ped¨ªa disculpas y calificaba de ¡°indefendibles¡± las im¨¢genes, y la Polic¨ªa Metropolitana de Londres confirmaba que hab¨ªa abierto una investigaci¨®n al respecto.
¡°Boris Johnson es un mentiroso¡±
Ante ese panorama, la sensaci¨®n general entre los conservadores era el lunes de hartazgo. Las intervenciones de los diputados durante el debate sobre el informe de la comisi¨®n se han prolongado durante toda la tarde, pero la mayor¨ªa de ellas correspond¨ªan a miembros de la oposici¨®n. Algunos de los diputados del Partido Nacional Escoc¨¦s recordaban c¨®mo su anterior portavoz, Ian Blackford, hab¨ªa sido expulsado en su d¨ªa de la C¨¢mara por llamar a Johnson ¡°mentiroso¡±. Uno tras otro reivindicaban la verdad finalmente demostrada por la Comisi¨®n de Privilegios que supuso a su compa?ero, al pronunciarla antes de tiempo, una mancha en su expediente parlamentario. ¡°Boris Johnson es un mentiroso¡±, dec¨ªan uno tras otro de los miembros del SNP, y algunos diputados laboristas se sumaban al desahogo.
Quedaba claro, desde el comienzo de la sesi¨®n parlamentaria, que el informe saldr¨ªa adelante. Y que la en¨¦sima rebeli¨®n anunciada de los diputados partidarios de Johnson quedar¨ªa en nada. Porque ese grupo, salvo un pu?ado de incondicionales, ya no existe. Y porque el deseo mayoritario de los tories, a un a?o de las pr¨®ximas elecciones generales, es sobre todo dejar atr¨¢s la era de Johnson. Cerca de las 22.00 (23.00, horario peninsular espa?ol), la C¨¢mara votaba el informe: 354 votos a favor, siete en contra. La soledad del ex primer ministro se hac¨ªa m¨¢s patente que nunca.
Sigue toda la informaci¨®n internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.