Israel-Ham¨¢s: un frente explosivo en un mundo que se hunde en el desorden global
El conflicto amenaza con consecuencias como el enfriamiento del di¨¢logo israelo-saud¨ª, nuevas tensiones entre Occidente e Ir¨¢n, reproches a Occidente por doble rasero y pol¨¦micas en las izquierdas democr¨¢ticas
La nueva llamarada de violencia prendida por el inaceptable, b¨¢rbaro ataque de Ham¨¢s contra Israel en el contexto de la ilegal y opresora ocupaci¨®n israel¨ª de Palestina tiene, por supuesto, ra¨ªces locales. Pero una precisa interpretaci¨®n de su g¨¦nesis, objetivos y consecuencias requiere aplicar una mirada no solo local o regional, sino global. Las acciones e inacciones de otros actores ¡ªcercanos y lejanos¡ª son clave. Tambi¨¦n lo es el contex...
La nueva llamarada de violencia prendida por el inaceptable, b¨¢rbaro ataque de Ham¨¢s contra Israel en el contexto de la ilegal y opresora ocupaci¨®n israel¨ª de Palestina tiene, por supuesto, ra¨ªces locales. Pero una precisa interpretaci¨®n de su g¨¦nesis, objetivos y consecuencias requiere aplicar una mirada no solo local o regional, sino global. Las acciones e inacciones de otros actores ¡ªcercanos y lejanos¡ª son clave. Tambi¨¦n lo es el contexto de un mundo en el que, de forma violenta o de otras maneras, muchos pa¨ªses intentan cambiar el orden global, en el que se configuran nuevas alianzas y cambios de relaciones, en el que grandes acontecimientos acaparan la atenci¨®n y hacen que se descuiden otros asuntos.
Pero no solo el contexto influye en el conflicto, tambi¨¦n ser¨¢ al rev¨¦s. Este estallido sin precedentes tendr¨¢ impacto en ese escenario global agitado, donde brotan guerras ¡ªUcrania, Azerbaiy¨¢n¡ª o proliferan tensiones ¡ªentre las superpotencias, Estados Unidos y China; o en el Sahel, con una serie de golpes de Estado¡ª. Con toda probabilidad, ser¨¢ un impacto intenso.
G¨¦nesis
De los m¨²ltiples factores externos que influyen en el estallido cabe destacar dos, de muy distinta ¨ªndole. El primero, directo, es el apoyo f¨¢ctico que Ir¨¢n presta a Ham¨¢s, considerada una organizaci¨®n terrorista por la UE o EE UU, entre otros. Est¨¢ pendiente de esclarecer si Teher¨¢n ha desempe?ado un papel de ayuda planificadora, pero desde luego su soporte material es esencial. Cabe recordar que Ir¨¢n est¨¢ muy alineado con Rusia y China, y que esta ¨²ltima ejerce influencia sobre el primero por la v¨ªa de su importancia econ¨®mica para un pa¨ªs sin acceso a los mercados occidentales.
En un plano diferente, poca duda cabe de que el olvido internacional de la cuesti¨®n palestina, la escasa o nula presi¨®n sobre sucesivos gobiernos de Netanyahu, y no solo para que revirtieran sus pol¨ªticas de ocupaci¨®n y negociaran con los palestinos, han facilitado la alimentaci¨®n de una bomba de ira que ha estallado ahora de manera radicalmente condenable.
Finalidades
Tampoco cabe duda de que las finalidades principales del ataque de Ham¨¢s tienen una dimensi¨®n global. No solo la gen¨¦rica de reclamar la atenci¨®n sobre una situaci¨®n de opresi¨®n sin ninguna perspectiva de mejora tras medio siglo de ocupaci¨®n. Tambi¨¦n la espec¨ªfica de dinamitar el proceso de normalizaci¨®n de relaciones entre Israel y pa¨ªses ¨¢rabes, patrocinado primero por la Administraci¨®n Trump (con Emiratos ?rabes y Marruecos) y ahora por la de Biden (con Arabia Saud¨ª). Esto es la clave fundamental.
Consecuencias
Las primeras son, por supuesto, las que afectan a las v¨ªctimas civiles del conflicto. La acci¨®n de Ham¨¢s merece una condena sin matices. Israel tiene el derecho de defenderse, pero debe hacerlo con contenci¨®n, respetando el derecho internacional. El anuncio del ministro de Defensa, que apunta a un asedio que corte el agua, la comida y la electricidad a la ciudadan¨ªa de Gaza, es un castigo colectivo inaceptable. Est¨¢ por ver si el conflicto se extender¨¢ con una confrontaci¨®n abierta entre Israel y Hezbol¨¢.
Pero, aunque en un segundo plano, las consecuencias geopol¨ªticas tambi¨¦n van a ser muy relevantes. Cabe temer que sean p¨¦simas sobre un tablero global ya agitado, creando una nueva fractura que genera contraposiciones y animosidades.
Ante el conflicto hay tres bloques. Uno encabezado por Occidente y la India ¡ªcuyo primer ministro desarrolla una pol¨ªtica nacionalista hind¨² que margina a los musulmanes¡ª, desplegados en defensa cerrada de Israel. Otro, en el que figuran China, Rusia y gran parte de los pa¨ªses del sur global, que se limita a reclamar un cese de las hostilidades y que denuncia una fuerte hipocres¨ªa de Occidente por la aquiescencia ante la ocupaci¨®n israel¨ª. En este bloque se hallan los gobiernos de algunos pa¨ªses ¨¢rabes o musulmanes no ¨¢rabes, que afrontan el problema de un sentimiento popular muy favorable a los palestinos, como demuestran los coros en algunos estadios. Y luego un tercer bloque, liderado por Ir¨¢n, con aquellos que respaldan la causa palestina.
Esta configuraci¨®n espec¨ªfica relacionada con el conflicto sin duda incidir¨¢ en el fluido estado de las relaciones internacionales. Vivimos una etapa de profundo cambio marcada por la impugnaci¨®n del orden mundial por parte de potencias como China, India y Rusia. En esta reconfiguraci¨®n, los distintos actores del marco multipolar buscan afianzar sus posiciones con nuevas relaciones.
La espiral de violencia desatada por Ham¨¢s complicar¨¢, de entrada, el desarrollo de las maniobras de normalizaci¨®n de las relaciones entre pa¨ªses ¨¢rabes e Israel. Propina adem¨¢s un golpe dur¨ªsimo a quienes se esforzaban en encauzar las relaciones entre Occidente e Ir¨¢n y garantizar un renovado control internacional sobre su programa nuclear. Y, por supuesto, distraer¨¢, parcialmente, a Estados Unidos de sus prioridades estrat¨¦gicas.
Dar¨¢, por otra parte, alas a quienes reprochan a Occidente doble est¨¢ndares cuando se trata del sufrimiento de ¨¢rabes o africanos. Esto es un argumento muy consolidado en el sur global. Un ejemplo, entre tantos, es la intervenci¨®n el pasado mes de septiembre del presidente de Colombia, Gustavo Petro, en la ONU, cuando pregunt¨®: ¡°?Cu¨¢l es la diferencia entre Ucrania y Palestina? ?No es hora de acabar con ambas guerras?¡±. Obviamente, hay diferencias, porque Israel no estaba bombardeando todos los d¨ªas a gran escala a los palestinos, como hace Rusia en Ucrania, pero est¨¢ claro que hay un punto moral en el lavarse las manos de Occidente ante la sustancia y la forma de la ocupaci¨®n israel¨ª.
En esta l¨ªnea, cabe notar otra brecha: aquella en el seno de las izquierdas en los pa¨ªses democr¨¢ticos. Ya pas¨® con la guerra de Ucrania, en la que las alas extremas no quisieron respaldar el apoyo a Kiev para defenderse ante la invasi¨®n en una interpretaci¨®n, cuando menos, radical del concepto de pacifismo. Ahora, a la vista de las evidentes injusticias sufridas por el pueblo palestino, a algunos les cuesta pronunciar una condena rotunda y sin paliativos de acciones violentas con caracter¨ªsticas completamente inaceptables.
El anuncio de un comisario europeo seg¨²n el que se suspend¨ªa la ayuda humanitaria de la UE a los palestinos tambi¨¦n evidenci¨® posibles l¨ªneas de fricci¨®n en la Uni¨®n, con algunos gobiernos inmediatamente inc¨®modos con la decisi¨®n y otros favorables. Posteriormente, otro comisario rectific¨® la posici¨®n. Al margen del desenlace, el episodio muestra otra posible v¨ªa de tensi¨®n. Una m¨¢s en la amplia serie que, desde este peque?o rinc¨®n de la Tierra, se propagan a escala global como c¨ªrculos en el agua tras caer una piedra pesada.
Sigue toda la informaci¨®n internacional en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.