Ucrania necesita m¨¢s soldados, pero pocos quieren ir ahora a la guerra
El Gobierno y las Fuerzas Armadas activan un plan para llamar a filas a miles de hombres que han evitado alistarse; los que se niegan se enfrentan a penas de prisi¨®n
Los ucranios que se presentaron voluntarios para defender a la patria est¨¢n exhaustos, han sido heridos o han muerto. Y muchos de los que deber¨ªan reemplazarlos, tras 21 meses de guerra, prefieren no hacerlo. La sociedad ucrania se encuentra en un momento determinante, el de la segunda gran ola de reclutamiento para detener al invasor ruso. Las Fuerzas Armadas Ucranias y las autoridades civiles han intensificado las acciones para llamar a filas, incluso...
Los ucranios que se presentaron voluntarios para defender a la patria est¨¢n exhaustos, han sido heridos o han muerto. Y muchos de los que deber¨ªan reemplazarlos, tras 21 meses de guerra, prefieren no hacerlo. La sociedad ucrania se encuentra en un momento determinante, el de la segunda gran ola de reclutamiento para detener al invasor ruso. Las Fuerzas Armadas Ucranias y las autoridades civiles han intensificado las acciones para llamar a filas, incluso bajo amenaza de prisi¨®n, a varones entre los 27 y los 60 a?os. El Gobierno tiene por delante un doble reto: plantar cara al invasor con nuevas tropas y hacer frente a la desmotivaci¨®n de buena parte de la poblaci¨®n que no quiere ir a la guerra.
Kiril Babii es un oficial de artiller¨ªa ucranio que sirve en Bajmut, en uno de los frentes m¨¢s cruentos de la guerra. Es de Crimea, la pen¨ªnsula anexionada ilegalmente por Rusia en 2014. Desde entonces hab¨ªa residido en J¨¢rkov. ?l sabe lo que es perder su hogar. Cuando los rusos iniciaron en febrero de 2022 la invasi¨®n a gran escala de Ucrania, no lo dud¨® y se alist¨® voluntario. Como ¨¦l han sido casi medio mill¨®n de hombres ¡ªy 62.000 mujeres¡ª los que lo hicieron, sobre todo durante el a?o pasado. Babii public¨® el 20 de noviembre en Instagram un texto que tuvo un gran impacto en el debate interno ucranio: anunciaba que en febrero de 2024, cuando se cumplan dos a?os de guerra, dejar¨¢ el ej¨¦rcito. Babii asume que ir¨¢ a prisi¨®n condenado por deserci¨®n, pero considera que el sistema de reclutamiento es injusto.
¡°Hace un mes me hice una pregunta: ?y si la guerra dura cinco a?os, Kiril? Y empec¨¦ a llorar. Son las dos de la madrugada. No quiero estar tres a?os m¨¢s aqu¨ª, por la guerra. Estoy mentalmente agotado. Los permisos de descanso no son ¨²tiles¡±. Esto escribi¨® Babii, palabras que han repetido otros militares ucranios a EL PA?S: ¡°Los d¨ªas de descanso, cuando llegan [de media, pueden ser dos semanas al a?o], no sirven para desconectar. El cerebro contin¨²a pensando en la guerra¡±. El texto de Babii da de lleno en lo que muchos camaradas suyos piensan: ¡°Es err¨®neo que los que nos movilizamos voluntariamente y defendimos a nuestro pa¨ªs, tengamos tan pobres expectativas [de futuro]. De hecho, para eso hay una reserva de movilizados¡±. Este oficial conclu¨ªa: ¡°Por eso escribo esto, para que haya cambios, cambios que transformen al Ej¨¦rcito, de una prisi¨®n a una instituci¨®n bien organizada para la defensa del pa¨ªs en una guerra a largo plazo¡±.
La protesta de Babii no es un caso ¨²nico y el presidente, Volod¨ªmir Zelenski, corrobor¨® en su mensaje en v¨ªdeo del pasado viernes que su Gobierno pondr¨¢ en marcha un nuevo sistema de movilizaci¨®n, pero tambi¨¦n de desmovilizaci¨®n de las tropas que llevan casi dos a?os combatiendo.
El enviado especial de EL PA?S ha visitado en el ¨²ltimo mes varias ciudades del oeste y del este de Ucrania; de Lviv a Jers¨®n, de Mikolaiv a Dnipro; de Kiev a Zaporiyia. En todas, las entrevistas con una docena de j¨®venes de diferente condici¨®n social han terminado con la misma conclusi¨®n: no quieren ir a la guerra. En Lviv, la ciudad del pa¨ªs donde el nacionalismo ucranio es m¨¢s fuerte, Stanislav, recepcionista de un hotel, lamenta que tanta gente del este de Ucrania contin¨²e hablando ruso. Preguntado por si est¨¢ listo para alistarse, lo rechaza: ¡°?Para qu¨¦ tantos muertos? ?Para avanzar 20 kil¨®metros? Esto no tiene sentido¡±.
Stanislav se refer¨ªa al m¨ªnimo progreso que ha conseguido el Ej¨¦rcito de Tierra en la gran contraofensiva que empez¨® el pasado junio en el frente de Zaporiyia. Los tres primeros meses de la ofensiva, entre junio y agosto, fueron los que causaron m¨¢s bajas entre las tropas ucranias. Las Fuerzas Armadas Ucranias no aportan datos de sus p¨¦rdidas humanas, pero fuentes militares estadounidenses aseguraron el pasado agosto a The New York Times que los soldados heridos desde el inicio de la invasi¨®n pod¨ªan ser 120.000 y los muertos, 70.000. No hay datos de las posibles bajas en los ¨²ltimos tres meses.
La mayor¨ªa en Ucrania contin¨²a dando apoyo a los esfuerzos b¨¦licos para detener la invasi¨®n rusa. As¨ª lo indican las encuestas, como la del centro demosc¨®pico estadounidense Gallup del pasado octubre, que apuntaba a que un 60% de los ucranios ¡°apuesta por continuar luchando hasta ganar la guerra¡±. Por ganar la guerra entiende un 91% de estos que se expulse a las tropas rusas de todo el territorio ucranio, seg¨²n Gallup. En el mismo estudio publicado por Gallup en octubre de 2022, la mayor¨ªa a favor de continuar la guerra era del 70%.
El Estado Mayor ucranio mantiene en secreto el n¨²mero de personas que va incorporando al ej¨¦rcito y los reemplazos que necesita, pero fuentes militares en el frente de Zaporiyia estimaron el pasado octubre a este diario que se requieren 200.000 nuevos soldados.
El hotel en el que trabaja Stanislav se encuentra en la avenida Svoboda, en el centro de Lviv. Los fines de semana, antes del toque de queda [a medianoche], los bares y las tiendas de bebidas de la zona est¨¢n llenos de j¨®venes que se abastecen para hacer alguna fiesta. Stanislav fue testigo en noviembre de c¨®mo una patrulla de militares de una oficina de reclutamiento se llevaba en una furgoneta, por la fuerza, a un grupo de j¨®venes. En los dos ¨²ltimos meses han aumentado los v¨ªdeos de situaciones de este tipo. Estos v¨ªdeos, grabados con el m¨®vil de alg¨²n observador accidental, han volado por las redes sociales, pero ahora aparecen con frecuencia en los medios de comunicaci¨®n, en art¨ªculos de denuncia sobre casos de abuso de poder.
El Ej¨¦rcito no tiene poder para forzar a un ciudadano a aceptar sus citaciones. Es la administraci¨®n civil la que puede hacerlo. Las oficinas de reclutamiento pueden enviar las citaciones por correo, entregarlas en persona en la v¨ªa p¨²blica o visitando domicilios. Cada persona es libre de firmar en ese momento el acuse de recibo. Si una persona se niega de forma reiterada a presentarse en la oficina de reclutamiento ¡ªsea para inscribirse, para declarar su situaci¨®n personal y los motivos por los que no debe ser llamado a filas, para pasar los ex¨¢menes m¨¦dicos o para incorporarse al ej¨¦rcito¡ª, se abre contra ella una causa judicial, que puede terminar en una multa o en penas de dos a cinco a?os de prisi¨®n.
Desde este oto?o se han intensificado las patrullas militares para reclutar en la v¨ªa p¨²blica. Oleksii Danilov, secretario del Consejo de Seguridad Nacional, confirm¨® el 27 de noviembre al diario The Guardian que ser¨¢ anunciado un nuevo programa de reclutamiento. Este plan incluye la contrataci¨®n de dos grandes empresas de recursos humanos que identificar¨¢n a los ciudadanos que pueden ser alistados de forma m¨¢s precisa, seg¨²n sus estudios o profesi¨®n. Danilov asegur¨® que esto aportar¨ªa m¨¢s confianza a los nuevos reclutas de que realizar¨¢n funciones acordes con su formaci¨®n.
Fin de la ¡°movilizaci¨®n amable¡±
El diario Pravda public¨® un reportaje el 1 de noviembre en el que indicaba que debe finalizar el tiempo de ¡°la movilizaci¨®n amable¡±. Este medio ucranio entrevistaba a un capell¨¢n castrense, Andrii Zelinskii, que repudiaba la dicotom¨ªa entre la vida casi normal que se ve en ciudades alejadas del frente como Kiev y las zonas de combates: ¡°En Ucrania hay hoy una realidad alternativa, una alternativa al dolor, a las heridas, a la muerte, a la guerra. Y esta es la principal amenaza para resistir al enemigo¡±.
Pero no todo es jolgorio en la capital ucrania, tambi¨¦n hay ansiedad. Rostislav tiene 28 a?os y desde el pasado septiembre sale siempre a la calle con botas, chaqueta y mochila militar. No es soldado, pero cree que as¨ª no ser¨¢ abordado en la calle por los militares del comisariado de reclutamiento. Irina tiene 30 a?os y es contable en una empresa. Busca pareja mediante la aplicaci¨®n de citas Tinder; un hombre con el que entabl¨® conversaci¨®n en octubre vive en los suburbios del este de Kiev. Ella pidi¨® citarse en alguna cafeter¨ªa del centro de la ciudad, pero ¨¦l lo rechaz¨® y le admiti¨® que no sal¨ªa de su barrio porque no quiere coger el transporte p¨²blico y que le pare una patrulla de reclutamiento. Lo advert¨ªa el medio Telegraf en un art¨ªculo del 27 de noviembre, que muchos varones limitan sus salidas al exterior para evitar ser movilizados.
Un ejemplo paradigm¨¢tico de lo que pasa por la mente de muchos ucranios es Oleksandr, el nombre falso de un hombre de Zaporiyia de 27 a?os que prefiere mantenerse en el anonimato. A 25 kil¨®metros de su ciudad se encuentra el frente de guerra. Oleksandr sufre depresi¨®n porque al no tener un empleo fijo, sabe que tarde o temprano puede ser llamado a filas. Los sueldos en el Ej¨¦rcito son elevados, comparados con la media ucrania, oscilan entre los 750 a los 2.500 euros mensuales, dependiendo del riesgo y responsabilidades. Pero en su entorno de amigos hay militares, y todos le sugieren que haga lo posible para evitarlo: ¡°Tengo dos grandes amigos; uno fue destinado a una unidad de fuerzas especiales y hace dos meses lo desmovilizaron porque su madre est¨¢ enferma y debe cuidar de ella. Lo primero que me dijo es que el ej¨¦rcito es un caos y que no piensa volver. Mi otro amigo pag¨® este oto?o 5.500 d¨®lares a un gu¨ªa que le llev¨® andando por bosques durante dos horas hasta la frontera eslovaca. Ahora est¨¢ fuera del pa¨ªs, no quer¨ªa ir a la guerra¡±. Los hombres mayores de edad y hasta los 65 a?os no pueden abandonar el pa¨ªs, seg¨²n la ley marcial.
El primo de Oleksandr est¨¢ en el registro de personas buscadas por no haberse registrado en la oficina militar local, un procedimiento obligatorio para todos los hombres adultos hasta la edad de jubilaci¨®n. El ej¨¦rcito se person¨® la ¨²ltima semana de noviembre en casa de su madre para entregarle otro requerimiento; su hijo est¨¢ escondido en Kiev. El mensaje que m¨¢s le ha afectado lo comparti¨® en Instagram un buen amigo suyo, Bogdan, m¨¦dico en un pelot¨®n de infanter¨ªa de 12 hombres, de los que todos han causado baja por herida o muerte. Bogdan escribi¨® en Instagram que su objetivo era escribir un libro para convencer a otros como ¨¦l de que no se alistaran. Su mensaje fue borrado y lleva semanas sin estar activo en esta red social. ¡°Yo era optimista en mayo sobre el desenlace de la guerra¡±, explica Oleksandr, ¡°en aquel momento hubiera podido ir al ej¨¦rcito, pero no ha habido avances y ahora es ir a luchar a una guerra que no tiene fin, ser¨ªa como cumplir condena durante a?os, sin saber cu¨¢ndo podr¨¦ volver a ser libre¡±.
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