El ej¨¦rcito de Sud¨¢n se desmorona ante el r¨¢pido avance de los paramilitares
Las Fuerzas Armadas est¨¢n en desbandada y apenas defienden zonas estrat¨¦gicas mientras los abusos generalizados de las Fuerzas de Apoyo R¨¢pido causan pavor
Despu¨¦s de varios meses de estancamiento en el frente, el ej¨¦rcito regular de Sud¨¢n se ha desmoronado en las ¨²ltimas semanas en m¨²ltiples posiciones estrat¨¦gicas del pa¨ªs ante el r¨¢pido avance de las paramilitares Fuerzas de Apoyo R¨¢pido, con las que lleva enzarzado en una guerra por el poder que est¨¢ devastando a la naci¨®n desde abril de este a?o. El progreso del grupo paramilitar va acompa?ado de g...
Despu¨¦s de varios meses de estancamiento en el frente, el ej¨¦rcito regular de Sud¨¢n se ha desmoronado en las ¨²ltimas semanas en m¨²ltiples posiciones estrat¨¦gicas del pa¨ªs ante el r¨¢pido avance de las paramilitares Fuerzas de Apoyo R¨¢pido, con las que lleva enzarzado en una guerra por el poder que est¨¢ devastando a la naci¨®n desde abril de este a?o. El progreso del grupo paramilitar va acompa?ado de graves violaciones de derechos humanos, est¨¢ causando p¨¢nico y malestar en los territorios que a¨²n controlan las filas castrenses, y se produce ante la ausencia de una iniciativa diplom¨¢tica de peso para frenar la contienda.
Uno de los peores reveses para el ej¨¦rcito se consum¨® este martes, cuando las Fuerzas de Apoyo R¨¢pido se hicieron sin apenas oposici¨®n con el control de Wad Madani, una de las ciudades m¨¢s importantes de Sud¨¢n. La localidad, donde viv¨ªan 700.000 personas, se encuentra unos 130 kil¨®metros al sur de la capital, Jartum, y en los ¨²ltimos meses se hab¨ªa convertido tanto en un refugio seguro para cientos de miles de desplazados internos como en un centro log¨ªstico y de operaciones clave para agencias de ayuda humanitaria.
Como en el resto de zonas que han capturado, los paramilitares saquearon Wad Madani de forma generalizada, seg¨²n denunciaron organizaciones civiles locales. Un grupo de abogados de derechos humanos asegura haber verificado im¨¢genes de asesinatos, torturas, quema y mutilaci¨®n de cuerpos en el Estado de Gezira, del que Wad Madani es la capital. EL PA?S contact¨® con las Fuerzas de Apoyo R¨¢pido pero, en el momento de la publicaci¨®n de este art¨ªculo, no hab¨ªa recibido respuesta.
En los d¨ªas previos a la llegada de los milicianos, tambi¨¦n las autoridades castrenses arrestaron sin debido proceso y por su perfil ¨¦tnico a numerosas personas a las que acusaron de integrar c¨¦lulas durmientes afines a las Fuerzas de Apoyo R¨¢pido, de acuerdo con medios locales y v¨ªdeos difundidos en las redes sociales. El alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Volker T¨¹rk, ha pedido que se investiguen todos los informes sobre abusos.
300.000 desplazados internos
La guerra en Sud¨¢n estall¨® en abril por la falta de acuerdo entre el ej¨¦rcito y las Fuerzas de Apoyo R¨¢pido sobre una reforma del sector de seguridad y su incapacidad de cimentar su autoridad tras haber ejecutado un golpe de Estado conjunto a finales de 2021. La asonada termin¨® con una fr¨¢gil transici¨®n democr¨¢tica iniciada en el pa¨ªs dos a?os antes, al poco de que el expresidente Omar Al Bashir fuera derrocado despu¨¦s de 30 a?os en el cargo.
Hasta el mi¨¦rcoles, al menos 300.000 personas hab¨ªan huido del estado de Gezira ante el avance de los paramilitares. Debido a la falta de medios de transporte, muchos lo han hecho a pie, seg¨²n la Organizaci¨®n Internacional para las Migraciones (OIM). Antes de que la guerra la alcanzara, en Gezira viv¨ªan casi seis millones de personas, incluidos 500.000 desplazados internos, de los cuales m¨¢s de 85.000 se hallaban en Madani, seg¨²n la OIM.
¡°Vivimos en muy malas condiciones. Y han empeorado por todo lo que ha pasado¡±, afirma Mozdalifah, una joven de Jartum que se hab¨ªa desplazado a Wad Madani tras el estallido de la guerra y que se encontraba en una localidad cercana cuando esta cay¨® en manos de los paramilitares. ¡°Las [Fuerzas de] Apoyo R¨¢pido est¨¢n en todas partes y entran en cualquier sitio¡±, agrega, ¡°no hay seguridad en Sud¨¢n; no hay ning¨²n lugar adecuado¡±.
La ca¨ªda de Wad Madani y la pr¨¢ctica totalidad de Gezira ha interrumpido las operaciones de las agencias humanitarias que se encontraban en la zona, incluido el Programa Mundial de Alimentos de la ONU, que ha suspendido su ayuda a m¨¢s de 800.000 personas. Gezira es adem¨¢s el Estado m¨¢s f¨¦rtil de Sud¨¢n, y se teme que la llegada de la guerra merme la producci¨®n agr¨ªcola y agrave los alarmantes niveles de seguridad alimentaria en el pa¨ªs.
¡°En cuanto a operaciones humanitarias, es muy significativo porque Wad Madani es el primer centro humanitario fuera de la capital. No solo atend¨ªa a la poblaci¨®n de Wad Madani y del Estado, sino tambi¨¦n de los Estados circundantes. Y desde all¨ª realiz¨¢bamos evacuaciones de Jartum e intent¨¢bamos enviar ayuda a Jartum¡±, explica Mathilde Vu, directora de incidencia pol¨ªtica para Sud¨¢n de la ONG Consejo Noruego para Refugiados (NRC).
Antes de lanzarse sobre Wad Madani, las Fuerzas de Apoyo R¨¢pido cimentaron su control y presencia en la regi¨®n occidental de Darfur, su feudo tradicional y donde se han hecho desde finales de octubre con el control efectivo de cinco de los seis Estados que la forman sin que el ej¨¦rcito opusiera apenas resistencia. El avance m¨¢s destacado fue la toma de Nyala, la capital de Darfur del Sur y la segunda mayor ciudad de Sud¨¢n.
Tambi¨¦n en estas regiones, el progreso de los paramilitares ha ido de la mano de la muerte de cientos de civiles, miles de desplazados, asesinatos selectivos, violaciones, detenciones arbitrarias, torturas, saqueos y acusaciones de limpieza ¨¦tnica. Las peores atrocidades se documentaron en Ardamata, un suburbio de la capital de Darfur Oeste, El Geneina, donde miembros de las Fuerzas de Apoyo R¨¢pido y de milicias ¨¢rabes aliadas perpetraron una masacre de personas de etnia masalit. Seg¨²n el recuento inicial de un grupo de derechos humanos local, m¨¢s de 1.300 personas, incluidos ni?os y ancianos, fueron asesinados.
Cr¨ªticas al ej¨¦rcito
La r¨¢pida ca¨ªda de Wad Madani y de toda Gezira, que tradicionalmente se hab¨ªa mantenido alejada de los conflictos perif¨¦ricos de Sud¨¢n, ha generado un profundo desconcierto y una gran conmoci¨®n social. Tambi¨¦n ha multiplicado la desconfianza hacia el ej¨¦rcito y las cr¨ªticas hacia la c¨²pula castrense, incluido hacia su comandante, Abdelfat¨¢ al Burhan.
Entre quienes han alzado la voz figuran sectores prodemocr¨¢ticos, pero ahora tambi¨¦n l¨ªderes del movimiento islamista de Sud¨¢n, que retiene influencia dentro del ej¨¦rcito y es uno de sus principales aliados. Las Fuerzas Armadas han asegurado estar investigando su retirada de Madani, algo que no hicieron en Darfur. Adem¨¢s, el miedo a los paramilitares ha disparado las llamadas a alistarse y a agilizar la formaci¨®n y la entrega de armas a los nuevos reclutas, y algunos grupos armados del este del pa¨ªs est¨¢n tomando posiciones.
La ca¨ªda de Gezira tambi¨¦n abre un nuevo cap¨ªtulo de la guerra, porque sit¨²a a las Fuerzas de Apoyo R¨¢pido en una posici¨®n mucho m¨¢s aventajada para mantener su ofensiva hacia Estados vecinos, como Gedaref y Sennar, mientras el ej¨¦rcito trata de recomponerse. Las Fuerzas Armadas solo retienen peque?as bolsas de territorio en el Estado de Jartum, sobre todo limitadas a bases militares fortificadas, as¨ª como la mayor¨ªa del este y norte del pa¨ªs.
En Darfur, toda la atenci¨®n est¨¢ centrada en la capital del Estado norte, Al Fasher, donde vive m¨¢s de un mill¨®n de personas, muchas de ellas desplazadas de otros Estados de la regi¨®n. All¨ª se encuentra el ¨²ltimo gran basti¨®n del ej¨¦rcito en la regi¨®n y se han movilizado varios movimientos armados de peso para defender la ciudad en caso de que sea asaltada.
Los ¨²ltimos avances de los paramilitares han ocurrido menos de dos semanas despu¨¦s de que un bloque de pa¨ªses de ?frica Oriental (IGAD) anunciara, tras una reuni¨®n en Yibuti, que los l¨ªderes de las fuerzas enfrentadas en Sud¨¢n hab¨ªan acordado encontrarse en menos de 15 d¨ªas. Esta informaci¨®n fue r¨¢pidamente desmentida. En los ¨²ltimos d¨ªas, fuentes diplom¨¢ticas sudanesas han vuelto a asegurar a medios locales y regionales que ambos l¨ªderes han acordado reunirse pronto, pero la fecha y la agenda tampoco han sido fijadas. Las principales negociaciones entre las partes se han realizado en Yeda bajo los auspicios de Arabia Saud¨ª y de Estados Unidos, aunque la ¨²ltima ronda, en octubre, volvi¨® a concluir sin progreso.
El conflicto ha dejado ya m¨¢s de 12.000 muertos, seg¨²n los recuentos m¨¢s conservadores, y ha provocado una extensa devastaci¨®n y una crisis humanitaria sin precedentes en el pa¨ªs, que actualmente es el que tiene m¨¢s desplazados internos del mundo.
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