La guerra de Gaza activa una bomba de relojer¨ªa econ¨®mica en Cisjordania
La prohibici¨®n de entrada de 200.000 trabajadores y el bloqueo de fondos palestinos por parte de Israel desde hace m¨¢s de tres meses pone al Gobierno y a las empresas al borde del colapso
Recorrer la veintena de kil¨®metros que separan Jerusal¨¦n de Ramala puede llevar m¨¢s de dos horas en medio del caos de los atascos, en la ¨²nica v¨ªa hacia la capital administrativa palestina que Israel ha dejado abierta. ¡°El bloqueo de nuestra econom¨ªa no empez¨® el 7 de octubre [cuando Ham¨¢s lanz¨® el ataque desde Gaza], pero se ha agravado desde entonces¡±, asegura Atef Alawneh, exviceministro de Finanzas y profesor universitario, en la sede de Instituto Palestino de Investigaci¨®n y Pol¨ªtica Econ¨®mica.
Desde el estallido del conflicto en la Franja mediterr¨¢nea, Cisjordania, parcialmente controlada por la Autoridad Nacional Palestina (ANP), se ha convertido en una bomba de relojer¨ªa econ¨®mica a punto de estallar. La prohibici¨®n de entrada de unos 200.000 trabajadores palestinos contratados por empresas israel¨ªes y la retenci¨®n de los tributos que Israel recauda en nombre de la ANP (unos 1.000 millones de euros al mes, que suponen unos dos tercios de sus ingresos) amenazan la estabilidad del territorio palestino. El recorte del sueldo de los empleados p¨²blicos y la desaparici¨®n de los 400 millones de euros que los trabajadores transfronterizos inyectaban cada mes en la demanda local han colocado a la econom¨ªa palestina al borde del colapso, mientras las empresas echan el cierre con las cajas registradoras vac¨ªas y agobiadas por las deudas.
Alawneh, de 74 a?os, fue hace ahora tres d¨¦cadas uno de los negociadores del Protocolo de Par¨ªs, que regula las relaciones econ¨®micas entre Israel y la ANP, en las que se impuso el sh¨¦quel como moneda ¨²nica tras el nacimiento del autogobierno en los Acuerdos de Oslo. ¡°Hay varios factores que est¨¢n golpeando de lleno la econom¨ªa palestina en plena guerra de Gaza¡±, explica este experto analista. ¡°El primero es la retenci¨®n de las transferencias desde Israel por las tasas aduaneras y el IVA que recauda en nombre de la ANP. Los 200.000 empleados y pensionistas p¨²blicos, que han visto recortadas sus retribuciones, no tienen ya dinero que gastar, y la demanda interna se resiente¡±, advierte. Las deudas del Gobierno con los hospitales privados, las compa?¨ªas el¨¦ctricas y los proveedores de servicios se elevan, seg¨²n sus c¨¢lculos, por encima de los 2.500 millones de sh¨¦queles (m¨¢s de 600 millones de euros).
¡°El dinero es nuestro¡±, clama Suha Awadal¨¢, de 47 a?os, directora general de relaciones internacionales del Ministerio de Econom¨ªa palestino, despu¨¦s de que Israel haya anunciado que va a entregar los tributos retenidos, pero no a la ANP, sino al Gobierno de Noruega, como mediador en los acuerdos de 1993. El objetivo de esa decisi¨®n es no transferir fondos a Gaza.
Awadal¨¢ afirma que el bloqueo financiero practicado por Israel es ¡°ilegal¡±, seg¨²n los pactos suscritos en Oslo y Par¨ªs, y que por esa raz¨®n se ha rechazado la oferta del Gobierno del primer ministro Benjam¨ªn Netanyahu. Las tasas y el IVA que recauda Israel en las aduanas suponen m¨¢s del 65% de todos los ingresos palestinos. Como detalla esta responsable ministerial, los tributos locales (20%) y las donaciones recibidas de la comunidad internacional (15%) son las ¨²nicas v¨ªas restantes para aportar fondos a las arcas de la ANP.
Subidas de precios
¡°Con 10 sh¨¦queles (2,5 euros) antes de la guerra se compraban tres kilos de tomates en Ramala, ahora solo dan para un kilo¡±, recuerda el profesor Alawneh. ¡°La separaci¨®n econ¨®mica entre Gaza y Cisjordania a causa del conflicto est¨¢ teniendo graves repercusiones¡±, precisa, ¡°sobre todo al haber cesado las transacciones agr¨ªcolas¡±.
De acuerdo con las estimaciones oficiales que maneja este analista, la econom¨ªa de Gaza se ha desplomado en un 85%, adem¨¢s de haber sido destruidas casi todas las infraestructuras con un resultado ¡°catastr¨®fico¡±. En Cisjordania, mientras tanto, la ca¨ªda de la actividad ha sido de un 30% en los tres ¨²ltimos meses. ¡°No creo que nos vayamos a recuperar a corto plazo¡±, pronostica, ¡°y llevar¨¢ muchos a?os de trabajo. Lo que est¨¢ ocurriendo en Gaza se est¨¢ trasladando Cisjordania¡±. La inflaci¨®n, que antes del 7 de octubre se situaba en el 1,7% se eleva ya por encima del 5%.
El exviceministro y exconsejero del Banco de Palestina resalta que la separaci¨®n interna impuesta por Israel en Cisjordania ha cortado los flujos entre Nablus (norte), Ramala (centro) y Hebr¨®n (sur), los tres grandes polos econ¨®micos: ¡°Ahora hay 600 barreras internas, puestos de control y retenes militares que fuerzan a soportar largas esperas por las v¨ªas que conectan las poblaciones palestinas¡±.
En su despacho del Ministerio de Econom¨ªa, Suha Awadal¨¢ reconoce que, como el resto de los funcionarios palestinos, a¨²n no ha cobrado la n¨®mina de diciembre. ¡°En octubre recibimos solo el 50% del salario, y en noviembre se elev¨® hasta el 66%, por un complemento... pero no estoy segura de que vayamos a percibir las retribuciones de enero ante la penosa situaci¨®n de los ingresos palestinos¡±.
La responsable de relaciones internacionales no cree, sin embargo, que se vaya a producir un estallido social. ¡°Si no hubiese guerra, ya habr¨ªa habido manifestaciones en el centro de Ramala, pero todos sabemos que tenemos que esperar a que vengan tiempos mejores¡±, razona, mientras menea la cabeza al referir c¨®mo sobrevive gracias a pr¨¦stamos familiares. ¡°Todos nos estamos apretando el cintur¨®n, la Administraci¨®n y los ciudadanos¡±, admite.
Despu¨¦s vuelve a arremeter contra Israel por pretender deducir de las transferencias a la ANP las subvenciones a las familias de presos palestinos en c¨¢rceles israel¨ªes, as¨ª como las facturas de suministros de electricidad y agua de empresas p¨²blicas de Israel. ¡°Se quedan con una cuarta parte de nuestros ingresos cada mes y esto se refleja tambi¨¦n en los salarios p¨²blicos, que llevan tres a?os recortados al 80% de su importe real¡±, precisa.
Destrucci¨®n del sector privado
¡°La Administraci¨®n palestina ha desaparecido de Gaza, junto con todo lo dem¨¢s. Y en Cisjordania est¨¢ a punto de colapsar, en paralelo al incremento del desempleo y la paralizaci¨®n de la econom¨ªa¡±, concluye. ¡°Y estamos siendo testigos, adem¨¢s, de la destrucci¨®n de nuestro sector privado, donde los cierres de empresas se concentran en el sector de los servicios, y en menor medida, en la industria¡±, puntualiza Awadal¨¢.
Los trabajadores palestinos en Israel aportaban una inyecci¨®n de ingresos fundamental en la econom¨ªa de Cisjordania, donde la tasa de desempleo se ha elevado del 18% al 29% en tres meses de guerra en Gaza. Bilal Jaled, de 30 a?os, casado y con dos hijos, so?aba con comprarse un terreno y construirse una casa a las afueras de Ramala. Llevaba cuatro a?os trabajando en una f¨¢brica de caramelos y dulces de Atarot, en Jerusal¨¦n Este, la zona de la ciudad que fue ocupada por el ej¨¦rcito israel¨ª en 1967. Ganaba cerca de 2.500 euros al mes y repart¨ªa dinero a manos llenas entre sus familiares, y pagaba los estudios de sus hermanos peque?os. ¡°Ese sue?o ya se ha desvanecido¡±, reconoce, mientras sirve bebidas y prepara cachimbas para fumar en un caf¨¦ de Ramala por menos de 400 euros al mes.
¡°Mi jefe israel¨ª me llam¨® el 7 de octubre y me dijo que no fuera a trabajar hasta nuevo aviso. No s¨¦ si volver¨¢ a contactarme alg¨²n d¨ªa, pero ahora se ha hundido mi mundo¡±, dice abatido en el rinc¨®n del caf¨¦ donde guarda las shishas o pipas de agua. Como otros cerca de 200.000 palestinos empleados en Israel, no todos con contrato legal, echa de menos los madrugones para acudir a trabajos a las seis de la ma?ana tras atravesar los controles de seguridad en direcci¨®n a un pol¨ªgono industrial israel¨ª.
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