Un Putin con la disidencia fulminada se siente cada vez m¨¢s fuerte
El Kremlin intensifica la represi¨®n interna un mes antes de unas supuestas elecciones sin rivales y avanza en la guerra de Ucrania cuando la ayuda de EE UU se tambalea
Rusia se asfixia por la represi¨®n, el miedo y la desidia. En su b¨²nker ¡ªmental y f¨ªsico¡ª, Vlad¨ªmir Putin ejecuta otro movimiento a su favor con las cartas marcadas. A primera vista se siente fuerte. Ha silenciado a Alex¨¦i Navalni, el carism¨¢tico opositor que le desafi¨® hasta el punto de regresar a Rusia pese a la amenaza de acabar como lo ha hecho: fulminado. A la desaparici¨®n de otro de sus enemigos se suma ...
Rusia se asfixia por la represi¨®n, el miedo y la desidia. En su b¨²nker ¡ªmental y f¨ªsico¡ª, Vlad¨ªmir Putin ejecuta otro movimiento a su favor con las cartas marcadas. A primera vista se siente fuerte. Ha silenciado a Alex¨¦i Navalni, el carism¨¢tico opositor que le desafi¨® hasta el punto de regresar a Rusia pese a la amenaza de acabar como lo ha hecho: fulminado. A la desaparici¨®n de otro de sus enemigos se suma la toma por las tropas rusas del basti¨®n ucranio de Avdiivka ¡ªo lo que queda de la ciudad minera¡ª y el tambaleo de EE UU, donde el apoyo a Kiev se est¨¢ resintiendo cuando la guerra a gran escala va a cumplir dos a?os, y ante la perspectiva del regreso del republicano Donald Trump a la Casa Blanca, que ha clamado contra la ayuda a Ucrania.
El jefe del Kremlin se encamina con esa coraza de fuerza, represi¨®n y cinismo hacia su sexto mandato a trav¨¦s de una votaci¨®n, el mes pr¨®ximo, que le encumbrar¨¢ hasta 2030. Gobierna desde hace un cuarto de siglo. Y no tiene rivales. Ha eliminado toda oposici¨®n ¡ªmuertos, en prisi¨®n o en el exilio¡ª y ha segado hasta los cimientos las redes de una sociedad civil que podr¨ªa formar una masa cr¨ªtica y movilizarse contra la invasi¨®n a gran escala y contra la situaci¨®n interna de Rusia, donde impera una econom¨ªa en crisis permanente.
Porque el Kremlin libra dos guerras, la externa y la interna, se?ala el analista Alexander Baunov en un informe para el Instituto Carnegie. Y Putin cree que est¨¢ ganando ambas: la de Ucrania, para la que prepara otra ofensiva en junio, seg¨²n advierten fuentes de inteligencia occidental, y la que lleva a cabo contra la ciudadan¨ªa rusa, en la que no quiere ni un atisbo de cr¨ªtica. El viernes, desafiando a ese miedo que lo corroe todo hoy en el pa¨ªs euroasi¨¢tico, unas pocas decenas de personas salieron a las calles en varias ciudades para protestar por la muerte de Navalni, el disidente que fue una espina en el costado del jefe del Kremlin y que logr¨® movilizar durante a?os a miles de personas contra la corrupci¨®n y el ama?o electoral.
Durante la madrugada, en Mosc¨², Ekaterimburgo, San Petersburgo o Arcangelsk polic¨ªas encapuchados borraron todo rastro de las flores, fotograf¨ªas y ofrendas al disidente. Las autoridades rusas han detenido a 340 personas en las protestas en todo el pa¨ªs, que continuaron este s¨¢bado. No son solo manifestaciones no autorizadas: la organizaci¨®n de Navalni fue declarada ¡°extremista¡± en 2021, y cualquier vinculaci¨®n con ella puede llevar a ser juzgado por delitos equivalentes a terrorismo.
¡°Todo el mundo tiene miedo¡±
¡°El Kremlin est¨¢ preparando el terreno para algo gordo despu¨¦s de las elecciones¡±, lanza en un caf¨¦ del centro de Mosc¨² una defensora de derechos humanos bajo la condici¨®n de anonimato. ¡°Todo el mundo tiene miedo¡±, remarca antes de a?adir: ¡°Estamos jodidos¡±.
En la Rusia de hoy, cautiva del aparato de seguridad y de un l¨ªder fan¨¢tico de la historia que se ha propuesto devolver a su pa¨ªs a un gran papel de actor superpoderoso que imagina a medio camino entre la pujanza del imperio zarista y la fuerza de la URSS, el simple hecho de dejar flores en memoria del disidente puede suponer terminar entre rejas. En enero de 2021, cuando Navalni regres¨® a Mosc¨² desde Alemania, donde se recuper¨® del grav¨ªsimo ataque con veneno perpetrado por los servicios de seguridad rusos en Siberia, cientos de personas le esperaban en el aeropuerto. Fue detenido all¨ª mismo y nunca m¨¢s volvi¨® a pisar la calle en libertad. Su arresto, duramente criticado por Occidente, deriv¨® aquel invierno en grandes protestas en casi toda Rusia.
Ahora, muchos de los que salieron a la calle entonces no se atreven a volver a hacerlo. Otros est¨¢n ya fuera del pa¨ªs. Seg¨²n el Ministerio de Defensa, 1,3 millones de personas se marcharon entre 2022 y 2023, aunque muchos han regresado. Seg¨²n el grupo de investigaci¨®n Exodus-22, un tercio de los que se fueron tras anunciarse la movilizaci¨®n militar, en septiembre de 2022, ten¨ªa intenci¨®n de retornar o ha vuelto.
Anastasiya fue una de las que acudi¨® a recibir al opositor al aer¨®dromo de Vnukovo. ¡°Alex¨¦i Navalni era la encarnaci¨®n de una Rusia viva donde hay lugar para la elecci¨®n y la verdad. No creo que con su c¨ªnico asesinato haya desaparecido la esperanza de un futuro mejor. La esperanza ya desapareci¨® antes, cuando Rusia atac¨® a Ucrania y el pueblo ruso hizo la vista gorda¡±, se lamenta.
Protestar en Rusia tiene un alt¨ªsimo coste. A partir de la invasi¨®n de Ucrania, el 24 de febrero de 2022, han sido arrestadas al menos 20.000 personas, seg¨²n la organizaci¨®n contra la represi¨®n pol¨ªtica OVD¨CInfo. Putin, un antiguo esp¨ªa del KGB que se ha apoyado en antiguos compa?eros para formar su c¨ªrculo de confianza, lleg¨® al poder el 31 de diciembre de 1999. Y desde entonces, sus diferentes gobiernos han aprobado poco a poco numerosas leyes represivas que se multiplicaron tras el Mundial de f¨²tbol que Rusia acogi¨® en el verano de 2018. Desde entonces, la persecuci¨®n a todo tipo de organizaciones ¡ªdesde entidades en defensa del medio ambiente a asociaciones por los derechos de las mujeres¡ª, la persecuci¨®n pol¨ªtica y la fulminaci¨®n de cualquier rival ha sido una constante.
Las autoridades rusas se han servido de la etiqueta de ¡°agente extranjero¡±, con reminiscencias sovi¨¦ticas a ¡°enemigo del pueblo¡±, que se ha deformado tanto estos ¨²ltimos dos a?os que ya permite enviar a prisi¨®n y confiscar sus bienes a todo ciudadano considerado ¡°bajo influencia extranjera¡±. Adem¨¢s, al inicio de la guerra, el Parlamento ruso aprob¨® otra ley para castigar con la c¨¢rcel a cualquier persona que ¡°desacredite¡± las acciones del ej¨¦rcito o su presidente. Seg¨²n el portal OVD-Info, las autoridades rusas han abierto 883 casos penales contra disidentes que han expresado su oposici¨®n a la invasi¨®n de Ucrania.
Pero las protestas por la guerra a gran escala no han sido numerosas en un pa¨ªs devorado por la desidia, donde ha imperado un acuerdo t¨¢cito entre los rusos y el Kremlin en el que Putin ten¨ªa carta blanca mientras no les afectase personalmente, y en el que la mayor parte de la ciudadan¨ªa se alimenta del men¨² de propaganda que vierten los canales estatales, en los que el clamor contra el ¡°Occidente colectivo¡± y contra la degradaci¨®n de los ¡°valores tradicionales¡± es constante.
Nadie est¨¢ libre de ser arrestado por cualquier motivo. En San Petersburgo, el obispo Grigori Mijnov-Vaitenko, reconocido por dirigir una de las mayores redes de ayuda a los refugiados de la guerra, fue apresado este s¨¢bado por anunciar en su canal de Telegram que iba a oficiar una misa por Navalni.
El miedo y la falta de costumbre para protestar se ha hecho evidente este a?o en el que se multiplicaron las aver¨ªas por las sanciones occidentales sobre Rusia: cientos de miles de rusos se quedaron sin calefacci¨®n ni luz en uno de los inviernos m¨¢s duros en a?os. Y no hubo una sola manifestaci¨®n por ello.
¡°Putin trata de demostrar que est¨¢ en una posici¨®n fuerte, pero tras esa pantalla hay una enorme desconfianza hacia todo¡±, reflexiona una veterana diplom¨¢tica occidental, que conoce muy bien Rusia. Cree que lo que ha sucedido con Navalni ¡ªsea un asesinato o la consecuencia del hostigamiento constante al opositor y las duras condiciones de vida en prisi¨®n, responsabilidad de las autoridades rusas¡ª es en realidad un s¨ªntoma de inseguridad de Putin. El Kremlin no es capaz siquiera de ignorar las peque?as protestas por su muerte. El nombre del opositor sonaba para incluirse en la lista de posibles activos para intercambiar con la UE y EE UU. ¡°El jefe del Kremlin no lo quer¨ªa suelto. Tiene p¨¢nico a que la oposici¨®n pueda organizarse de verdad en el exterior. Ahora no lo est¨¢, pero podr¨ªa suceder¡±, dice la diplom¨¢tica.
La analista Tatiana Stanovaya no piensa lo mismo. Cree que Putin no ten¨ªa miedo a Navalni, sino que lo trataba de forma despectiva. Pero su tr¨¢gica historia, su regreso, su arresto y su desaparici¨®n, tienen consecuencias severas para Rusia y suponen ¡°la derrota total de la oposici¨®n no sist¨¦mica¡±. Aquella que, como el partido que formo Navalni, no tolera el r¨¦gimen que s¨ª se sirve de la oposici¨®n sist¨¦mica que forman, por ejemplo el Partido Comunista o el ultranacionalista Partido Liberal Democr¨¢tico, formaciones con representaci¨®n parlamentaria ¨²tiles al Kremlin para tratar de camuflar que el pa¨ªs es en realidad una autocracia.
Una votaci¨®n a mayor gloria del l¨ªder
La votaci¨®n que se celebrar¨¢ entre el 15 y el 17 de marzo y de la que saldr¨¢ el nuevo presidente est¨¢ dise?ada para mayor gloria de Putin, de 71 a?os. El l¨ªder ruso, que ha modificado la ley para poder presentarse de nuevo, supera al dictador sovi¨¦tico Josef Stalin en a?os en el poder. En la boleta electoral no aparecer¨¢ tampoco Bor¨ªs Nadezhdin, que se postul¨® como el candidato a favor de la paz con Ucrania y recolect¨® unas 200.000 firmas de apoyo. El 8 de febrero, el comit¨¦ electoral central rechaz¨® su inscripci¨®n.
El viernes, tras el anuncio de la muerte de Navalni, la polic¨ªa hizo una redada en la casa de uno de los organizadores de la campa?a de Nadezhdin, que de manera inaudita ten¨ªa espacio habitual en los coloquios de la propaganda rusa, que normalmente vetan a los opositores reales. Esa redada ha sembrado muchas dudas, reconoce la defensora de derechos humanos, que explica que ha llegado a temer que todo haya sido una ¡°operaci¨®n¡± orquestada por el Servicio Federal de Seguridad (FSB) para destapar a la disidencia. ¡°Si es una maniobra, desde luego es la mejor de todas¡±, se?ala la mujer.
Algunos rusos pensaron que el Kremlin hab¨ªa asesinado a Navalni en diciembre, cuando desapareci¨® tres semanas durante su traslado a la remota colonia penal que report¨® su fallecimiento el viernes. La muerte del disidente ahora, a una semana del discurso anual de Putin ante la Asamblea Federal (las dos c¨¢maras del Parlamento), y un mes antes de la votaci¨®n presidencial, ha sido incluso m¨¢s impactante.
El presidente ruso llega a esa cita con la conquista de la ciudad ucrania de Avdiivka, en la regi¨®n de Donetsk para publicitar. Y con Occidente en una renovada posici¨®n de alarma por la amenaza rusa. La OTAN no ha cambiado su nivel de alerta, pero varios aliados de la organizaci¨®n militar creen que el Kremlin puede tratar de probar en la pr¨®xima d¨¦cada el compromiso de seguridad mutuo de la Alianza. Adem¨¢s, esta semana, la Casa Blanca ha confirmado que Rusia cuenta con una nueva arma antisat¨¦lite ¡°preocupante¡± pero ¡°a¨²n no activa¡±.
El segundo aniversario de la invasi¨®n a gran escala sobre Ucrania, que Putin justifico en la supuesta protecci¨®n de la ciudadan¨ªa rusoparlante del pa¨ªs vecino y que present¨® como una ¡°operaci¨®n especial¡± para ¡°desnazificarlo¡±, llega en un momento dif¨ªcil para Kiev. Tambi¨¦n para Occidente. Ucrania es candidata a la UE y son muchos los l¨ªderes europeos que han asegurado que los soldados y la ciudadan¨ªa ucrania est¨¢n librando una guerra por los valores compartidos y por la UE. La Uni¨®n ha prometido apoyar a Ucrania ¡°tanto tiempo como sea necesario¡±, pero cada vez cuesta m¨¢s dar pasos hist¨®ricos que aquilaten ese sost¨¦n y sacar adelante f¨®rmulas para presionar a Putin.
Occidente ha reaccionado con contundencia verbal a la muerte de Navalni. Pero por ahora no ha pasado de ah¨ª. El eurodiputado y ex primer ministro belga Guy Verhofstadt reclama m¨¢s sanciones ¡ªque implican congelaci¨®n de activos y prohibici¨®n de pisar territorio comunitario¡ª por lo ocurrido al opositor y tambi¨¦n que se convoque un Consejo Europeo extraordinario en el que los l¨ªderes de los 27 Estados miembros aprueben ¡°bonos de guerra¡± para Ucrania, adem¨¢s de m¨¢s pol¨ªticas para formar una ¡°uni¨®n europea de defensa com¨²n adecuada¡±.
¡°Se est¨¢ calentando una tormenta perfecta entre un Mosc¨² imperial, una Europa mal preparada y mal dirigida que acude a las urnas [las elecciones a la Euroc¨¢mara son en junio] y una impresionable opini¨®n p¨²blica estadounidense impulsada por los llamados republicanos desquiciados y amantes de Putin¡±, ha clamado este s¨¢bado el pol¨ªtico liberal las redes sociales.
La UE ha impuesto a Rusia 12 paquetes de sanciones ¡ªy debate un decimotercero¡ª para tratar de ahogar su maquinaria de guerra. Pero mientras se suceden los anuncios de m¨¢s apoyo a Kiev, de un nuevo centro de entrenamiento de la OTAN para las tropas ucranias, de una novedosa coalici¨®n para el env¨ªo de drones, las tropas en los frentes se enfrentan a restricciones de munici¨®n y reclaman armas m¨¢s sofisticadas.
La UE aprob¨® el 1 de febrero un salvavidas financiero para Ucrania de 50.000 millones de euros para mantener a flote el pa¨ªs, pero Estados Unidos mantiene congelado su paquete de 55.000 millones de euros (que podr¨ªa ir por ejemplo para financiar armas) por la oposici¨®n de una parte de los republicanos. Ese retraso ya est¨¢ teniendo un impacto en Ucrania, ha asegurado el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.
Europa culpa de los retrasos en el suministro a la capacidad de su industria de defensa, pero cada vez son m¨¢s las voces que dudan de la profundidad del compromiso y advierten de que la UE no es consciente de las consecuencias para Occidente de una hipot¨¦tica derrota de Ucrania. Los soldados ucranios remarcan desde la zona m¨¢s caliente de la batalla que el material que les env¨ªan les da lo suficiente para resistir, pero nunca bastante para ganar.
Mientras, Rusia incrementa su producci¨®n de armas. Putin visit¨® el jueves la mayor f¨¢brica de tanques del pa¨ªs, la planta de Uralvagonzavod, filial del gigante armament¨ªstico estatal Rostec. All¨ª, junto a los Urales, contempl¨® en sus instalaciones la producci¨®n de los carros T-72 y T-90 que pronto ser¨¢n desplegados en su ofensiva contra Ucrania, y destac¨® c¨®mo el Kremlin se ha preparado para una guerra larga al quintuplicar su fabricaci¨®n de tanques en a?o y medio.
Sin embargo, a¨²n teme que se desmorone su castillo de naipes por el lado m¨¢s d¨¦bil, el frente. Las esposas de algunos civiles movilizados para la guerra exigen su regreso a casa. Algunas de ellas fueron interrogadas por los servicios de seguridad rusos. Pero el Kremlin sabe que tocar a las esposas de los soldados puede tener repercusiones en primera l¨ªnea de combate, donde los militares ya ven con hartazgo c¨®mo en Mosc¨² y otras grandes ciudades la gente vive como si la guerra fuera lejana y organiza fiestas subidas de tono. Al no poder disolver por la fuerza las protestas de las mujeres, el Kremlin opt¨® por detener a los periodistas que las cubr¨ªan.
Putin aprendi¨® una lecci¨®n importante de la asonada fallida del due?o del grupo Wagner, Yevgueni Prigozhin, en junio de 2023. El jefe de los mercenarios, que dej¨® al descubierto la debilidad del r¨¦gimen ruso en un momento clave de la contraofensiva ucrania ¡ªque tambi¨¦n termin¨® por fracasar¡ª muri¨® en septiembre cuando su avi¨®n se precipit¨® al vac¨ªo y tras confiar en el perd¨®n presidencial. Putin, por su propia historia dentro del espionaje, siempre desconfi¨® del ej¨¦rcito ¡ªsu ministro de Defensa, el general Sergu¨¦i Shoig¨², no es militar de carrera, sino un pol¨ªtico fiel al mandatario¡ª. Tras purgar la c¨²pula militar y Wagner, la represi¨®n de Putin se extendi¨® m¨¢s all¨¢ de los dem¨®cratas a varias cabezas visibles del sector ultranacionalista.
El silenciamiento de Navalni deja el miedo a su legado. ¡°Ahora las emociones pueden desempe?ar un papel¡±, indica la analista Stanovaya. La madre de Navalni recibi¨® la notificaci¨®n oficial de su muerte este s¨¢bado. Con las manos ocultando el rostro, la mujer lleg¨® a la c¨¢rcel IK-3 de Jarp, en el c¨ªrculo polar ¨¢rtico, con uno de los abogados del opositor para tratar de esclarecer lo sucedido. La familia, sin embargo, no ha podido ver el cuerpo y se enfrenta a una nueva lucha para recuperarlo. Ni en la muerte, el Kremlin deja en paz a Navalni.
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