El lujo prohibido entra a Rusia por el sur
El flujo constante de coches, joyas y relojes de alta gama exhibe los l¨ªmites de las sanciones occidentales por la invasi¨®n de Ucrania. La importaci¨®n paralela de m¨®viles y ropa tambi¨¦n crece
No solo son el petr¨®leo, los aviones o los productos de uso dual (civil y militar). Los sucesivos paquetes de sanciones contra Rusia aprobados por la UE, Estados Unidos y el Reino Unido tambi¨¦n conten¨ªan ¡ªy contienen¡ª importantes restricciones de venta de productos occidentales de lujo, tan del gusto de las clases altas rusas: coches de alta gama, relojes y joyas. Productos que no deber¨ªan estar entrando en el gigante euroasi¨¢tico desde el inicio de la invasi¨®n de Ucrania. Esa es la teor¨ªa; la realidad, en cambio...
No solo son el petr¨®leo, los aviones o los productos de uso dual (civil y militar). Los sucesivos paquetes de sanciones contra Rusia aprobados por la UE, Estados Unidos y el Reino Unido tambi¨¦n conten¨ªan ¡ªy contienen¡ª importantes restricciones de venta de productos occidentales de lujo, tan del gusto de las clases altas rusas: coches de alta gama, relojes y joyas. Productos que no deber¨ªan estar entrando en el gigante euroasi¨¢tico desde el inicio de la invasi¨®n de Ucrania. Esa es la teor¨ªa; la realidad, en cambio, discurre por otros derroteros: casi tres a?os despu¨¦s, a los m¨¢s acaudalados sigue sin faltarles de nada.
Las tiendas de Herm¨¨s y de LVMH en Mosc¨² fueron de las primeras en cerrar sus puertas, muy poco despu¨¦s del inicio de la guerra y adelant¨¢ndose al gran consumo. Poco despu¨¦s lo har¨ªan los concesionarios Maybach o Rolls-Royce, dejando a una minor¨ªa ¡ªel 55% de los trabajadores rusos no llega a los 550 euros mensuales de salario y nueve de cada diez no alcanza siquiera la categor¨ªa de mileurista¡ª sin forma de acceder a sus caprichos. Por poco tiempo.
Bajo cuerda, el flujo de productos de alta gama desde pa¨ªses vecinos ha sido una constante desde entonces. En esa direcci¨®n apuntan los ¨²ltimos datos internacionales de aduanas, donde se percibe un fuerte crecimiento ¡ªpr¨¢cticamente vertical¡ª de las importaciones de pa¨ªses vecinos como Georgia o Kazajist¨¢n. Aumentos que las din¨¢micas de consumo de estos pa¨ªses no pueden explicar. Y un indicio importante de su concurso en una triangulaci¨®n que est¨¢ posibilitando la llegada de estos productos selectos a Rusia, su verdadero destino final.
¡°Hay una fuerte evidencia circunstancial de que los bienes occidentales llegan a Rusia a trav¨¦s del C¨¢ucaso y de Asia Central. As¨ª se refleja en los datos comerciales espejo de la UE y de otros pa¨ªses¡±, constata Benjamin Hilgenstock, especialista del German Council on Foreign Relations. ¡°Los productores de estos bienes no est¨¢n controlando adecuadamente sus redes de distribuci¨®n, y tampoco tienen incentivos suficientes para hacerlo¡±, responde por correo electr¨®nico. ¡°Los Gobiernos occidentales¡±, escrib¨ªa recientemente Robin Brooks, investigador de la Brookings Institution, ¡°saben lo que est¨¢ pasando: tomar medidas en¨¦rgicas [para frenar las reexportaciones] es solo una cuesti¨®n de voluntad pol¨ªtica¡±.
La UE tiene vetada la exportaci¨®n a Rusia de joyas y coches de m¨¢s de 50.000 euros desde hace casi dos a?os. Sin embargo, las alternativas para hacerlos llegar a su destino surgieron casi de inmediato. La primera fue Turqu¨ªa, tambi¨¦n como pa¨ªs de tr¨¢nsito. Una v¨ªa que pronto dej¨® paso a Bielorrusia, un pa¨ªs claramente alineado con Mosc¨². El pasado verano, los Veintisiete trataron de cerrar ese vac¨ªo con un nuevo paquete de sanciones que evitase la evidente elusi¨®n por parte de Minsk. A¨²n est¨¢ por ver con qu¨¦ ¨¦xito.
Hoy, con todo, el mayor agujero est¨¢ al sur: en Georgia, Azerbaiy¨¢n y Kazajist¨¢n. Una reciente investigaci¨®n period¨ªstica del portal georgiano iFact no dudaba en calificar la frontera de ese pa¨ªs con Rusia de ¡°para¨ªso para el tr¨¢nsito de veh¨ªculos¡±, con porsches y lamborghinis proliferando en las imponentes monta?as del C¨¢ucaso, l¨ªmite natural entre ambos pa¨ªses.
Es una maquinaria bien engrasada. El comprador ruso deposita su confianza en un trasportista, pieza clave en el proceso y que registra el veh¨ªculo a su nombre fuera de Georgia y contrata un seguro. Una vez atravesado el paso de Lars ¡ªel ¨²nico posible desde Georgia y en el que se centraba la investigaci¨®n de iFact¡ª, lo entrega a su contraparte rusa. Regreso a Georgia y vuelta a empezar.
A ese coche le quedar¨¢n otros 1.800 kil¨®metros hasta Mosc¨² o 2.500 hasta San Petersburgo, las ciudades en las que viven pr¨¢cticamente todos los ricos de Rusia. Por el camino, un reguero de rublos, laris (la moneda de curso oficial en Georgia), euros y d¨®lares para intermediarios, transportistas y otros actores involucrados en un trasiego de lo m¨¢s lucrativo. Un mercado gris, en fin, con muchos ganadores y un claro perdedor: Ucrania.
M¨¢s de 100.000 rusos se han establecido en Georgia huyendo de la movilizaci¨®n, no necesariamente opuestos al Gobierno de Vlad¨ªmir Putin, sino simplemente temerosos de ser enviados al frente de Ucrania. ¡°Los rusos han abierto m¨¢s negocios en Georgia en los ¨²ltimos dos a?os que en todos los treinta a?os anteriores¡±, se queja un miembro de la oposici¨®n georgiana. Y algunas de esas empresas son clave en este comercio, afirma la investigaci¨®n de iFact.
Oficialmente, no hay comercio de veh¨ªculos entre Georgia y Rusia. Aunque el Gobierno de Tbilisi no ha establecido sanciones bilaterales contra Rusia, el a?o pasado prohibi¨® expl¨ªcitamente la reexportaci¨®n de veh¨ªculos al pa¨ªs vecino: ¡°No queremos que Georgia se utilice para burlar las sanciones a Rusia¡±, explica a EL PA?S el jefe del comit¨¦ de Exteriores del Parlamento, Nikoloz Samkharadze, cuyo partido ¨Den el Gobierno desde 2012¨D ha sido acusado de alinearse cada vez m¨¢s con Mosc¨². Preguntado por el tr¨¢fico de veh¨ªculos en el paso de Lars, el pol¨ªtico responde:
¨DEsos coches son armenios.
¨DPero todo el mundo sabe que, en realidad, no son veh¨ªculos armenios.
¨DBueno, el coche llega a la aduana y tiene papeles oficiales armenios. No podemos detener a nadie que viaje de Armenia a Rusia.
Este comercio, por tanto, no queda registrado en las estad¨ªsticas oficiales. Pero los datos de la Oficina Nacional de Estad¨ªsticas de Georgia s¨ª que muestran un aumento considerable de las exportaciones de veh¨ªculos desde Georgia, un pa¨ªs que no fabrica autom¨®viles. Si entre 2012 y 2021, el pa¨ªs cauc¨¢sico exportaba una media de 50.000 autom¨®viles al a?o, en 2022 export¨® casi 80.000 y el a?o pasado 108.000. En cuanto a los beneficios, se han disparado: si esta reexportaci¨®n reportaba a Georgia unos 400 millones de euros al a?o, ahora supera los 2.000, lo que indica que el precio por unidad de veh¨ªculo tambi¨¦n se ha disparado.
Casi la totalidad de estas exportaciones van a Armenia, Azerbaiy¨¢n, Kazajist¨¢n o Kirguist¨¢n, pa¨ªses muy implicados en el comercio con Rusia de productos occidentales prohibidos. El Gobierno georgiano lo sabe. ¡°Estos coches se est¨¢n exportando ahora desde Georgia a pa¨ªses de Asia Central. Y luego estos pa¨ªses los exportan a Rusia¡±, dice Samkharadze encogi¨¦ndose de hombros: ¡°Es decir, no es nuestra culpa¡±.
El contrabando de lo ¡®premium¡¯
Mosc¨² sigue siendo pante¨®n y cielo de los mercedes. Entre los hombres, los m¨¢s populares son los gigantes y lujosos G66, de la clase G. Casi todos, de color negro. Entre las mujeres, los GLS. ¡°Los recambios tardan m¨¢s y la aplicaci¨®n de Mercedes, capaz de encender los motores a distancia, no funciona. Pero, por todo lo dem¨¢s, va bien¡±, comenta a este peri¨®dico bajo anonimato un moscovita propietario de dos veh¨ªculos de la marca alemana.
El contrabando apenas representa un 8% de los veh¨ªculos importados, seg¨²n un estudio del banco Otkrytiye y el canal Avtomarket¨®log, pero est¨¢ copado por la gama premium. Basta con echar un ojo a los precios en los portales de compraventa para ver que un coche de gama baja o media no compensa. Los modelos m¨¢s populares son los coches de lujo europeos y las marcas de gama alta chinas que no salen del gigante asi¨¢tico, como los Lixiang y los Zeekr.
Cerca de la Plaza Roja, a unos cientos de metros del monumento a Karl Marx y bajo el lema ?Proletarios de todos los pa¨ªses, un¨ªos! se encuentra un concesionario especializado en bentleys. Forma parte de la red de distribuci¨®n rusa Avilon, que compr¨® tambi¨¦n los locales de otras marcas occidentales cuando ¡ªsupuestamente¡ª abandonaron el pa¨ªs. ¡°?Los concesionarios de las marcas Volkswagen, Audi, ?koda, Bentley, Lamborghini y Ducati siguen trabajando para ti!¡±, anunciaba el grupo el a?o pasado.
Otra tienda del grupo, un enorme edificio acristalado del sureste de Mosc¨², vende coches de las marcas Jaguar y Range Rover. Un v¨ªdeo promocional de su p¨¢gina web tranquilizaba al cliente a la hora de adquirir un veh¨ªculo de lujo de contrabando: ¡°?Cu¨¢nto tarda en llegar? ?Qu¨¦ pasa con las aduanas? ?El equipo Avilon resuelve todo!¡±. Su director, adem¨¢s, da una pista a las autoridades europeas: ¡°Los nuevos Range Rover llegan de Europa y Asia¡±.
Hay, b¨¢sicamente, dos opciones para adquirir un coche de contrabando. La m¨¢s f¨¢cil es dirigirse a los concesionarios, que tienen m¨²sculo financiero para importar grandes lotes de veh¨ªculos. Si, en cambio, se quiere un modelo espec¨ªfico, lo m¨¢s operativo es recurrir a intermediarios con contactos en Europa.
¡°El esquema es sencillo: alguien ayuda a comprar y transportar el autom¨®vil hasta la frontera, alguien lo registra en la aduana, alguien lo conduce y alguien participa en el registro¡±, explica Avto.ru, un portal de compraventa de coches importados. Sin embargo, seg¨²n reconoce otro broker, la empresa Avtorevizorro, desde mediados de este a?o se ha complicado la importaci¨®n directa desde Europa a trav¨¦s de Bielorrusia. ?El motivo? Las autoridades polacas y lituanas exigen ahora muchos m¨¢s documentos y ¡°a veces retienen los veh¨ªculos durante d¨ªas¡±.
Tel¨¦fonos y jers¨¦is
Un grupo de turistas rusos llegados de otras regiones se fotograf¨ªa junto a la fuente central del hist¨®rico centro comercial Gum, colindante con la ic¨®nica Plaza Roja. Sobre sus cabezas, en la segunda planta, se encuentra la tienda de Lacoste, donde las etiquetas muestran el sobrecoste de evadir las sanciones: el jersey de algod¨®n que en Espa?a vale 160 euros, en Rusia cuesta 20.000 rublos, entre 30 y 40 euros m¨¢s. En Gum contin¨²an operando tambi¨¦n tiendas oficiales de ense?as occidentales como Karl Lagerfeld, Hugo Boss, Dolce Gabbana o Dior, por citar algunas.
Otras, en cambio, mantienen una presencia m¨ªnima para no perder definitivamente el paso en este mercado. Ese es, por ejemplo, el caso de Levi¡¯s, que en los primeros compases de la guerra vendi¨® sus establecimientos a un empresario local ¡ªque las renombr¨® Dzhins¡¯a (Jeans-a, en ruso)¡ª y que dej¨® una oficina desde la que ha puesto un centenar de denuncias a otras tiendas de ropa por vender sus productos sin permiso. ¡°Solo tenemos una prenda de Levi¡¯s, ahora vendemos m¨¢s marcas¡±, responde un empleado de Dzhins¡¯a en conversaci¨®n con este peri¨®dico. Su hueco lo ha conquistado Replay, una firma de moda italiana que no ha tenido tapujos en seguir en Rusia.
La importaci¨®n paralela se ha disparado en los ¨²ltimos tiempos. Y provoca, por ejemplo, que los tel¨¦fonos m¨®viles cuesten bastante m¨¢s que en el resto del mundo. En Gum, Samsung vende el Galaxy Z de 256 gigas por 189.990 rublos, unos 1.800 euros. Son 700 euros m¨¢s que en Espa?a. ¡°El servicio oficial te repara el tel¨¦fono aqu¨ª, en nuestros casi 300 centros en Rusia y tambi¨¦n en el extranjero. Y si traes otro tel¨¦fono, te hacemos un descuento en la compra del nuevo¡±, insiste una y otra vez uno de sus vendedores.
Los productos de las marcas que han abandonado totalmente Rusia tambi¨¦n siguen presentes. El nuevo iPhone 16 de Apple sali¨® a la venta aqu¨ª d¨ªas antes de su estreno oficial, a pesar de que el gigante tecnol¨®gico estadounidense ha cerrado a cal y canto su negocio en el pa¨ªs. ¡°Garantizamos la reparaci¨®n en nuestros propios centros, pero el tel¨¦fono no tiene una garant¨ªa oficial de Apple. Ya sabes, importaciones paralelas¡±, dice, parco en palabras, el vendedor de Re:Store, una cadena rusa que ocupa hoy el lugar en el que una vez estuvo la firma californiana.
Re:Store es menos t¨ªmida en su web oficial: ¡°Muchas empresas recurrir¨¢n a las importaciones paralelas de productos extranjeros en un futuro pr¨®ximo¡±, augura la firma rusa. Aunque el Tribunal Constitucional prohibi¨® el contrabando en 2018, al inicio de la guerra el Kremlin lo legaliz¨® para sortear las sanciones.
¡°La importaci¨®n paralela no legaliza en modo alguno los productos falsificados: hablamos ¨²nicamente de la entrega de productos originales. Si los minoristas intentan introducir falsificaciones en el pa¨ªs, esto se considerar¨¢ una grave violaci¨®n de la ley¡±, destaca Re:Store junto a un croquis en el que justifica un pirateo que sigue un esquema de lo m¨¢s sencillo: la f¨¢brica vende el tel¨¦fono a un tercer pa¨ªs y lo reexporta a Rusia.
Pese al cierre de las tiendas f¨ªsicas, Apple no ha abandonado del todo el gigante euroasi¨¢tico. La empresa de la manzana mantiene abierta su tienda de aplicaciones online, la AppStore, y acata las ¨®rdenes del Kremlin para borrar el contenido que permite eludir la censura. Pese a ello, y tambi¨¦n pese a sus precios ¡ªun iPhone 16 Pro Max vale 209.990 rublos, unos 550 euros m¨¢s que los 1.449 a los que se vende en Espa?a¡ª, hasta la Administraci¨®n rusa licita los m¨®viles prohibidos.
Dudas sobre la efectividad de las sanciones
El de las sanciones al lujo es solo uno m¨¢s en la lista de puenteos rusos a las sanciones del G-7. Lejos del apocalipsis econ¨®mico que muchos anticiparon en los primeros compases de la invasi¨®n, el PIB de Rusia ha sobrevivido mejor de lo previsto a la tesitura: tras caer un 1,2% en 2022, repunt¨® un 3,6% el a?o pasado y va camino de anotarse un crecimiento similar este, seg¨²n la ¨²ltima proyecci¨®n del Fondo Monetario Internacional (FMI). Alimentado, eso s¨ª, por un gasto militar desbocado, que opaca el da?o sobre otras constantes vitales. ¡°El aumento de la demanda de la industria militar ha sostenido la econom¨ªa¡±, sentencia por tel¨¦fono Maxim Mironov, profesor del IE Business School y autor de varios estudios sobre sanciones. ¡°Pero el PIB ya no representa la realidad econ¨®mica del pa¨ªs: la capacidad de consumo de las familias ha ca¨ªdo, y mucho¡±.
Las sanciones, contin¨²a Mironov, ¡°han tenido impacto econ¨®mico, pero no el suficiente para parar la guerra. Hay muchos menos productos occidentales en Rusia y su precio se ha disparado, as¨ª que el gran perjudicado ha sido el pueblo, las familias. La pobreza ha crecido, pero la capacidad de gasto de Putin en la guerra se ha mantenido¡±. Su conclusi¨®n es clara: ¡°Las restricciones no son suficientes y, sobre todo, tienen que estar mejor dise?adas¡±. La UE se encuentra en pleno proceso de revisi¨®n de sus represalias econ¨®micas a Rusia para poder tapar los agujeros a¨²n existentes. En especial, los que permiten la llegada de materiales cr¨ªticos para el Kremlin a trav¨¦s de China. Otro mel¨®n por abrir.