Una flota de petroleros ¡®en la sombra¡¯ y nuevas rutas asi¨¢ticas: as¨ª trata Rusia de esquivar las sanciones occidentales
Mosc¨² y sus ciudadanos exploran todas las v¨ªas posibles para tratar de sobrevivir a las represalias europeas y estadounidenses por la invasi¨®n de Ucrania
La mejor prueba de que las sanciones occidentales sobre Rusia est¨¢n funcionando es c¨®mo el Kremlin se est¨¢ viendo obligado a aguzar su ingenio para tratar de evitarlas. En los ¨²ltimos meses, a medida que los vetos a la compraventa de productos rusos se multiplicaban, las autoridades (y los ciudadanos) del pa¨ªs euroasi¨¢tico se han visto obligados a explorar todas las v¨ªas posibles para vender los productos vetados, hacerse con productos importados o transferir o recibir dinero hacia o desde el exterior.
Las recientes experiencias de Ir¨¢n o de Venezuela han servido como inspiraci¨®n: ambos son, como Rusia, grandes exportadores energ¨¦ticos obligados a convivir en los m¨¢rgenes de las sanciones y ¡ªpor tanto¡ª tambi¨¦n obligados a utilizar todos los atajos posibles para esquivarlas. Esos precedentes, sin embargo, valen hasta un punto: nunca antes una potencia de este calado hab¨ªa acumulado un volumen tal de vetos y medidas para torpedear su actividad econ¨®mica en un periodo de tiempo tan corto. De la noche a la ma?ana, un pa¨ªs que ¡ªcomo recuerda Craig Kennedy, historiador y experto en Rusia del Davis Center¡ª lleva 140 a?os vendiendo ininterrumpidamente crudo a Europa, se ha visto en fuera de juego. As¨ª est¨¢ siendo su reacci¨®n:
Una misteriosa flotilla de petroleros
Las sanciones occidentales al crudo ruso discurren por dos frentes: un veto total en la UE y en los pa¨ªses del G-7, y un tope de 60 d¨®lares sobre el precio de los barriles de crudo procedentes del gigante euroasi¨¢tico y transportados por navieras occidentales hacia cualquier destino.
El primer punto es dif¨ªcil de esquivar por parte de Mosc¨²: mezclar su petr¨®leo con el de otros or¨ªgenes es la ¨²nica v¨ªa para tratar de colar este producto energ¨¦tico en Occidente, y eso solo est¨¢ sucediendo con cuentagotas. En el segundo caso, el Kremlin ha optado por ir a lo grande, con una flotilla de centenares de buques para transportar su propio crudo. Es lo que el trader Erik Broekhuizen, de la firma neoyorquina Poten&Partners, califica de ¡°flota en la oscuridad¡±, auspiciada y financiada por Rusia pero que opera bajo bandera de terceras jurisdicciones: sobre todo, de India, China y Emiratos ?rabes Unidos, seg¨²n Viktor Katona, jefe de an¨¢lisis de petr¨®leo de Kpler.
Esta flotilla est¨¢ mayoritariamente compuesta por barcos de segunda mano, algunos de ellos con d¨¦cadas de antig¨¹edad a sus espaldas y sin transpondedor (el sistema que emite informaci¨®n en tiempo real sobre su posici¨®n), para evitar ser detectados. Un riesgo may¨²sculo de accidente y, por tanto, tambi¨¦n una aut¨¦ntica amenaza para la salud de los oc¨¦anos. Todo, en el constante juego de sombras en el que se mueve el siempre opaco mercado petrolero.
¡°Antes de la guerra, estos barcos se utilizaban para transportar crudo iran¨ª o venezolano y desafiar as¨ª las sanciones estadounidenses¡±, explica Broekhuizen por correo electr¨®nico. Los entre 150 y 200 buques en la sombra que hab¨ªa entonces en todo el mundo han pasado a ser entre 300 y 600, seg¨²n los c¨¢lculos de este trader. El coste de cada uno de ellos no es precisamente menor: entre 20 millones y 30 millones de euros, seg¨²n Katona. Pero es su ¨²nica v¨ªa posible de esquivar el yugo de las sanciones.
La India como escapatoria energ¨¦tica
Desaparecido Occidente, un nombre emerge con especial fuerza en la nueva cadena de suministro de crudo ruso: India. No solo como cobijo para buena parte de esta flotilla de petroleros, sino como destino ¨²ltimo de su producci¨®n. ¡°El Kremlin ha tejido una gran relaci¨®n de confianza con este pa¨ªs: desde el inicio de la guerra, no ha habido ning¨²n mes en el que la India no haya dejado de aumentar las compras de crudo ruso¡±, expone el analista de Kpler. Las cifras respaldan sus palabras: esas importaciones se han sextuplicado en el ¨²ltimo a?o.
El gigante asi¨¢tico, a su vez, ha disparado sus exportaciones de carburantes ¡ªy muy especialmente, de di¨¦sel¡ª a Europa. Dicho de otra forma: buena parte del gas¨®leo que la UE antes compraba directamente a Rusia, ahora llega v¨ªa Nueva Delhi. A un precio mayor, claro, e igualmente producido con crudo ruso.
La nueva ruta, sin embargo, tiene un importante coste para Mosc¨². Primero, por los fort¨ªsimos descuentos que est¨¢ teniendo que aplicar sobre sus barriles para hacerlo atractivo para los importadores indios. Segundo, por los mayores fletes: est¨¢ mucho m¨¢s lejos que sus clientes tradicionales en el Viejo Continente. La combinaci¨®n de ambos factores est¨¢ llevando los ingresos petroleros rusos al entorno de 30 d¨®lares por barril, seg¨²n los c¨¢lculos de Kennedy. Es decir, la mitad que el tope occidental y mucho menos de lo necesario para cuadrar sus hoy maltrechas cuentas p¨²blicas. ¡°Aunque sigue exportando, lo hace con unos costes mucho m¨¢s altos y, por tanto, con una rentabilidad menor¡±, refrenda Maia Nikoladze, analista del Atlantic Council especializada en Rusia y Eurasia.
China: yuan, oro, gas, petr¨®leo y gas
Dos potencias, una en claro declive (Rusia) y otra en imparable ascenso (China) se necesitan m¨¢s que nunca, sobre todo en una direcci¨®n: la reciente visita del presidente chino, Xi Jinping, a Mosc¨² ha escenificado hasta qu¨¦ punto el Kremlin tiene y tendr¨¢ que tirar de Pek¨ªn para tomar ox¨ªgeno ante el asedio occidental. La propuesta de usar el yuan en sus transacciones con Asia, ?frica o Am¨¦rica Latina busca desdolarizar lo que queda de sus redes comerciales.
El fiduciario no es, sin embargo, el ¨²nico segmento en el que Vlad¨ªmir Putin est¨¢ tirando de China para esquivar las sanciones occidentales. El gigante asi¨¢tico se ha convertido en un enorme comprador de oro ruso ¡ªvetado en Occidente¡ª a cambio de jugosos descuentos. Rebajas, tambi¨¦n, que el Kremlin est¨¢ teniendo que aplicar a su crudo para hacerlo atractivo a ojos de Pek¨ªn y no solo a los de Nueva Delhi.
El a?o pasado, tras la invasi¨®n de Ucrania, ambos pa¨ªses firmaron un acuerdo valorado en m¨¢s de 108.000 millones de euros para la compra de petr¨®leo y, tambi¨¦n, de gas ruso. Una tarea que facilitar¨¢, y mucho, el futuro gasoducto Power-of-Siberia 2. Proyectado antes de la pandemia, el tubo atravesar¨¢ Mongolia y deber¨ªa estar listo antes de 2030.
Turqu¨ªa como v¨ªa paralela para importar
Forzado por la necesidad de mantener el flujo de bienes occidentales, y bajo el eufemismo de ¡°importaciones paralelas¡±, Mosc¨² ha legalizado el contrabando: seg¨²n el propio jefe del Servicio de Aduanas, Vlad¨ªmir Bulavin, entre marzo y diciembre de 2022 entraron por esa v¨ªa productos valorados en m¨¢s de 18.000 millones de euros. No es la panacea, ni mucho menos, pero s¨ª ha permitido satisfacer la demanda de la poblaci¨®n m¨¢s apegada a Occidente.
¡°Gran parte de la poblaci¨®n, la que apoya a Putin, ha notado menos las restricciones porque consume productos sencillos: muebles, ropa, alimentos o electrodom¨¦sticos fabricados en Rusia¡±, afirma, al otro lado del tel¨¦fono, el economista y polit¨®logo ruso Vladislav Inoz¨¦mtsev. ¡°Hay una gran cantidad de productos que no han ca¨ªdo bajo las sanciones, como los productos del hogar, los materiales de construcci¨®n y vacunas para animales. Y muchos otros bienes que, si no llegasen, la econom¨ªa rusa ir¨ªa mucho peor, pero nadie se dispone a prohibirlas, como los medicamentos¡±.
Para dar esquinazo a las sanciones que s¨ª pesan sobre otros bienes que pueden tener un doble uso militar, como equipos inform¨¢ticos, chips, l¨¢seres, c¨¢maras de v¨ªdeo o algunos productos qu¨ªmicos, se han abierto varias rutas de importaciones paralelas. Por ellas pasan adem¨¢s los productos de las multinacionales occidentales que han dejado el pa¨ªs, desde m¨®viles de ¨²ltima generaci¨®n a prendas de moda.
La mayor de estas rutas¡ªaunque no ¨²nica¡ª es Turqu¨ªa, donde las compras de productos desde la UE se ha disparado al mismo ritmo que se hund¨ªan las exportaciones de los Veintisiete a Rusia. Aunque beneficiosa en lo econ¨®mico, la posici¨®n turca no es precisamente c¨®moda: miembro de la OTAN, sus dos principales destinos exportadores son Alemania y Estados Unidos, a a?os luz de Rusia.
En plena oleada de presi¨®n internacional ¡ªliderada por Europa¡ª, a principios de marzo Ankara estrech¨® el cerco sobre las empresas que participan en este esquema de triangulaci¨®n y asegur¨® a los aliados que frenar¨¢ en seco el tr¨¢nsito de esos productos a trav¨¦s de su territorio. Otra v¨ªa que se cierra ¡ªal menos formalmente¡ª; y otra raz¨®n m¨¢s para aguzar el ingenio en busca de un nuevo canal para boicotear los vetos de Occidente.
Asia Central: tecnolog¨ªa y alimentos
A Turqu¨ªa se una otra ruta tradicional en el pasado y exacerbada en los ¨²ltimos tiempos: Ir¨¢n. Y alguna m¨¢s, seg¨²n Matthew Klein, coautor de Las guerras comerciales son guerras de clase (Capit¨¢n Swing, 2022), que a?ade varios nombres fuera de foco, todos ellos en Asia Central, entre los que destacan dos nombres: Kazajist¨¢n y Kirguist¨¢n. ¡°Adem¨¢s de los chips que est¨¢n llegando v¨ªa Turqu¨ªa o Hong Kong y los drones a trav¨¦s de los Emiratos ?rabes Unidos, algunos pa¨ªses fronterizos, como Kazajist¨¢n, est¨¢n siendo usados para evadir las sanciones¡±, resume Elina Ribakova, n¨²mero dos del departamento de an¨¢lisis del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por sus siglas en ingl¨¦s) e investigadora de Bruegel.
Esa es una de las rutas elegidas, por ejemplo, para el tr¨¢nsito de algunos productos, como los ansiados tel¨¦fonos m¨®viles. Aunque est¨¢ prohibido venderlos en Rusia, no est¨¢ vetado que los rusos los compren en esos pa¨ªses: ¡°Se ha intentado identificar a las empresas que compran los productos, pero no tiene sentido porque esta semana tienen un nombre y la pr¨®xima otro¡±, afirma Inoz¨¦mtsev, que tambi¨¦n apunta a los gigantes tecnol¨®gicos como posible alternativa de bloqueo, puesto que disponen de los medios para saber qu¨¦ dispositivos han sido llevados a Rusia ilegalmente.
En cualquier caso, las restricciones a la importaci¨®n de chips o drones est¨¢n ayudando a frenar a la maquinaria b¨¦lica rusa. ¡°Por eso el Kremlin est¨¢ recurriendo a Ir¨¢n para armarse, y busca que China ceda¡±, apunta Inoz¨¦mtsev. Con todo, Maia Nikoladze, del Atlantic Council, recuerda que en los ¨²ltimos tiempos se han encontrado chips de origen estadounidense usados en equipamiento militar ruso en Ucrania, ¡°probablemente vendidos a trav¨¦s de Turqu¨ªa o Kazajist¨¢n¡±. Una v¨ªa de escape que, dice, Occidente debe esforzarse a¨²n m¨¢s en cerrar.
Muchas multinacionales anunciaron el pasado a?o su salida de Rusia y la venta de sus activos a antiguos socios que pueden operar en el pa¨ªs para facilitar un posible regreso en el futuro. Lo hicieron gigantes como McDonald¡¯s, Coca-Cola, Ikea, Inditex o Valio, por citar algunos ejemplos recurrentes. ¡°Muchas no han cambiado los proveedores de Asia, y llegan los productos con otras etiquetas¡±, afirman fuentes empresariales. Otras multinacionales ten¨ªan f¨¢bricas en territorio ruso antes de la guerra y desarrollaron un complicado esquema log¨ªstico para mantenerlas abiertas. La surcoreana Samsung, por ejemplo, decidi¨® que su planta de la regi¨®n de Kaluga venda sus productos a los dem¨¢s pa¨ªses de la Uni¨®n Econ¨®mica Euroasi¨¢tica (Armenia, Bielorrusia, Kazajist¨¢n y Kirguist¨¢n), y despu¨¦s estos son ¡°repatriados¡± a Rusia a trav¨¦s de las importaciones paralelas.
UnionPay y Mir, dos alternativas inestables al sistema de pagos Swift
Tras la desconexi¨®n del sistema de transferencias internacionales Swift, Mosc¨² no ha dejado de buscar v¨ªas alternativas para evitar un aislamiento total. La principal, el mecanismo Mir, logr¨® aceptaci¨®n en Turqu¨ªa y otros pa¨ªses asi¨¢ticos en los primeros meses de la guerra, pero desde que Estados Unidos amenaz¨® en septiembre con sancionar tambi¨¦n a los bancos que lo usasen, muchos se echaron atr¨¢s.
A rengl¨®n seguido apareci¨® el sistema chino UnionPay, pero es totalmente inestable fuera de Rusia y muchos clientes se quejan de que no pueden hacer operaciones bancarias cuando detectan su procedencia. ¡°Todo depende de la entidad rusa que emiti¨® la tarjeta, la terminal de pago espec¨ªfica y el pa¨ªs¡±, advierte el banco Tinkoff sobre sus fallos. ¡°Mi experiencia es terrible: no puedo traspasar mis ahorros¡±, cuenta a este peri¨®dico Yulia, una mujer de Volgogrado que abandon¨® el pa¨ªs a finales del a?o pasado para intentar empezar una nueva vida en Estambul, donde se abri¨® una cuenta UnionPay en el banco turco DenizBank.
Un banco austriaco y el mundo cripto, dos puertas traseras que se cierran
La puerta trasera con la banca europea ha sido, hasta ahora, la entidad austriaca Raiffeisen, que gan¨® un r¨¦cord de 3.600 millones de euros en 2022 con el pa¨ªs euroasi¨¢tico como principal origen. Este banco ha permitido hasta ahora enviar euros y d¨®lares a cuentas abiertas en su filial en Mosc¨², aunque siempre sujetas al corralito ruso, que solo permite retirar el dinero cambiando obligatoriamente a rublos y que ¡ªen el caso de Raiffeisen¡ª implica un tipo mucho peor que el oficial. Este esquema, muy ¨²til para los expatriados y para los negocios vinculados con Occidente, se encamina a su final desde febrero, cuando Estados Unidos abri¨® una investigaci¨®n sobre ¨¦l.
Desde entonces, la entidad acata las sanciones. El pen¨²ltimo paso lo ha dado hace unos d¨ªas, al imponer un m¨ªnimo de 20.000 euros para las transferencias a otros bancos rusos, lo que ¡ªen la pr¨¢ctica¡ª impide a las pymes y a las personas f¨ªsicas operar con normalidad para pagar gastos comunes, como un alquiler. El ¨²ltimo paso lo dio el viernes, cuando revel¨® que vender¨¢ su filial rusa y que limitar¨¢ su actividad al m¨ªnimo para mantener la licencia bancaria por si regresa alg¨²n d¨ªa.
Otro de los sistemas m¨¢s recurrentes para obtener divisas en Rusia ha sido el de las plataformas de intercambio de criptomonedas. El mecanismo es sencillo: con una billetera se compra a otros usuarios criptos con rublos, y la divisa virtual se convierte despu¨¦s en euros o d¨®lares y viceversa. Esta puerta, sin embargo, tambi¨¦n se cierra: la mayor de todas estas plataformas, Binance, prohibi¨® a partir del 9 de marzo la compra de divisas occidentales en Rusia, y de rublos en Europa y Estados Unidos. En previsi¨®n de ese paso, los bancos rusos han promovido su integraci¨®n con las criptos. Sberbank, la mayor entidad del pa¨ªs con 100 millones de clientes, tiene ya su propia plataforma compatible con el sistema Ethereum.
?Y ahora qu¨¦?
Rusia est¨¢ consiguiendo diluir el impacto de las sanciones occidentales, pero ni mucho menos evitarlas del todo. Su econom¨ªa, de hecho, ya est¨¢ encajando el golpe en varios frentes: menos exportaciones, menos industria, menos consumo ¡ªcon un zarpazo equiparable al de la primera ola del coronavirus¡ª y, en definitiva, menos riqueza.
¡°Ni ha sido el colapso econ¨®mico inmediato que algunos esperaban ni se ha producido el da?o grave que algunos preve¨ªan sobre los aliados, consumidores de energ¨ªa rusa¡±, media Klein. Sin embargo, contin¨²a, ¡°los rusos han emigrado en masa, llev¨¢ndose consigo su dinero; las propias autoridades admiten que la falta de inversi¨®n y de acceso a bienes de alta tecnolog¨ªa provocar¨¢ da?os econ¨®micos a largo plazo¡±. De ah¨ª que, a pesar de estas escapatorias temporales, Mosc¨² est¨¦ ¡°desesperado¡± por lograr el levantamiento de las sanciones. Atajos al margen, el futuro que enfrenta el pa¨ªs euroasi¨¢tico es ¡°sombr¨ªo y aislado¡±, en palabras de Ribakova, del IIF.
¡°Ahora es cuando Rusia se est¨¢ dando cuenta de la dificultad de encontrar buenas alternativas a Europa¡±, sentencia Kennedy, del Davis Center. Incluso con la sarta de atajos mencionada, ¡°con el paso de los meses, la debilidad de sus ingresos petroleros degradar¨¢ su capacidad de resistencia. Y acelerar¨¢ el momento en el que Rusia decida que continuar con la agresi¨®n a Ucrania no es la mejor opci¨®n¡±, conf¨ªa. Mucho menos claro lo tiene Inoz¨¦mtsev: el Kremlin, dice, a¨²n dispone de reservas para aguantar ¡°uno o dos a?os¡±: ¡°Putin est¨¢ determinado a continuar con la guerra, es algo maniaco e irracional¡±.
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