En el frente de Donetsk no se le ve fin a la guerra
Militares y civiles que conocen el infierno de la primera l¨ªnea de fuego desconf¨ªan de cualquier acuerdo de paz con Rusia
Los aliados de Ucrania despliegan distintas f¨®rmulas para terminar con la guerra sobre moquetas de palacios a miles de kil¨®metros del frente. En Donetsk, en lugares embarrados y helados como Pokrovsk, Kur¨¢jove, Velika Novolsika o Chasiv Yar, donde Rusia acosa a las tropas ucranias en ...
Los aliados de Ucrania despliegan distintas f¨®rmulas para terminar con la guerra sobre moquetas de palacios a miles de kil¨®metros del frente. En Donetsk, en lugares embarrados y helados como Pokrovsk, Kur¨¢jove, Velika Novolsika o Chasiv Yar, donde Rusia acosa a las tropas ucranias en las batallas m¨¢s encarnizadas de este fin de a?o, ni civiles ni militares le ven fin al conflicto. Aterrorizados y exhaustos, unos y otros quieren que todo acabe ya, pero desconf¨ªan profundamente de Mosc¨². Cualquier alto el fuego, advierten, servir¨¢ para que el enemigo se recupere, se rearme y vuelva con m¨¢s fuerza a su objetivo de tomar todo el pa¨ªs.
La situaci¨®n es dram¨¢tica en esos puntos del frente del este, donde Rusia avanza a su mejor ritmo desde los inicios de la invasi¨®n a gran escala, en febrero de 2022. Los rusos est¨¢n a pocos kil¨®metros de Pokrovsk, un centro log¨ªstico clave en Donetsk. All¨ª se concentran los ¡°combates m¨¢s duros¡± de los ¨²ltimos meses, como dijo la semana pasada el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, Oleksandr Sirski, que inform¨® de que los rusos tienen unas 400 bajas al d¨ªa, entre muertos y heridos, pero no dio detalles sobre las ucranias.
En la ciudad quedan unas 11.000 personas de las 60.000 que viv¨ªan all¨ª antes de la guerra. A Marina Volidimira, de 28 a?os, la evacuaron el pasado mi¨¦rcoles despu¨¦s de pasar varios d¨ªas sin luz, agua, ni gas. Un d¨ªa despu¨¦s, con el terror y el fr¨ªo todav¨ªa clavados en el cuerpo, detalla los ataques constantes, las ventanas de su casa destrozadas, la ciudad desabastecida y los cohetes sobrevolando su cabeza si se atrev¨ªa a salir de casa.
Sentada sobre una cama en una sala de teatro reconvertida en dormitorio comunal de un centro de tr¨¢nsito para evacuados, con el gorro y el abrigo puestos, advierte sobre la velocidad del avance ruso. ¡°Se mueven muy r¨¢pido. Pueden llegar a cualquier sitio¡±, dice temerosa, a pesar de estar en Pavlograd, en la regi¨®n de Dnipr¨®, a unos 110 kil¨®metros de su casa, en un lugar gestionado por ONG y organizaciones como la Agencia de la ONU para refugiados, Acnur.
El ej¨¦rcito ucranio ha relevado al comandante Olexander Lutsenko, responsable de las operaciones en Donetsk, por Olexander Tarnavski, tras varias derrotas importantes, seg¨²n la prensa ucrania. La ca¨ªda de Pokrovsk ¡ªun cruce de caminos donde adem¨¢s se encuentra una mina fundamental para la industria del acero que ha tenido que suspender parcialmente sus operaciones¡ª facilitar¨ªa la campa?a rusa para tomar Chasiv Yar.
El sargento Anatoli Yakimets, de 57 a?os, acaba de salir de un ¡°infierno¡± de 22 d¨ªas en una posici¨®n de infanter¨ªa en primera l¨ªnea en el sector de Chasiv Yar. Perdi¨® 13 kilos. La log¨ªstica de elementos tan b¨¢sicos como comida y agua era casi imposible, pero de todas formas, el hambre hab¨ªa desaparecido con el estr¨¦s y la adrenalina. ¡°Dorm¨ªa cuando hab¨ªa bombardeos, porque cuando todo estaba en silencio me preocupaba que los rusos estuviesen preparando algo¡±, cuenta el s¨¢bado a unos 70 kil¨®metros del frente, en un lugar donde descansar y dedicarse a lo suyo: reparar armamento.
En su sector en el frente, la guerra no ha aflojado ni hay se?ales de un fin a la vista. Al contrario, la intensidad de los ataques con drones, morteros, artiller¨ªa y metralletas es tal que el sargento lleg¨® a perder la cabeza y tuvo un brote psic¨®tico en el que crey¨® que sus compa?eros eran enemigos. ¡°Por suerte no llegu¨¦ a dispararles¡±, recuerda.
El militar quiere que el conflicto, donde tambi¨¦n luchan sus dos hijos, acabe cuanto antes, pero desconf¨ªa de los pol¨ªticos. ¡°Ya no hay tanta gente motivada para luchar como al principio, porque la guerra nos est¨¢ matando, y cada vez hay menos buenos combatientes; esto tiene que acabar ya¡±, dice. En las trincheras no hablan de negociaciones ni del fin de la guerra, ni les llegan noticias del exterior. All¨ª solo est¨¢n las tropas de Rusia. ¡°Tienen mucha m¨¢s gente y parece que tienen munici¨®n ilimitada. Empujan, empujan y empujan¡±.
Yakimets sirve en la 33? Brigada mecanizada, que combate junto a la 79? Brigada Aerotransportada de Asalto y la 46? Brigada a¨¦rea en el sector de Kur¨¢jove. Las tropas rusas asedian esa ciudad, que resiste a duras penas, y embolsan a tropas ucranias en el sur de la localidad. ¡°La situaci¨®n es muy complicada, pero seguimos resistiendo¡±, asegura el portavoz de la 33?, Nazar Voiterkov. ¡°Los rusos son superiores en tropas, armamento y metralletas¡±, explica en la misma aldea donde Yakimets se repone junto a algunos hombres. ¡°Nosotros tenemos falta de personal¡±, a?ade, y asegura que por cada soldado ucranio hay 10 rusos.
Volod¨ªmir Kozatski, 55 a?os, viv¨ªa en Kur¨¢jove hasta el pasado 27 de noviembre, cuando un vecino y ¨¦l vieron la oportunidad de coger sus bicis hasta la aldea de al lado, desde donde les evacuaron. Queda poca gente en la ciudad. Unos 3.000, seg¨²n la agencia AP, de los 18.000 que resid¨ªan antes de la guerra. Sobre todo gente mayor, que no se puede mover, cuenta Kozatski en el centro de tr¨¢nsito para evacuados de Pavlograd. ¡°Es imposible quedarse all¨ª, los bombardeos son constantes¡±. Tambi¨¦n el acoso de los drones rusos, que hace imposible salir de casa.
Kozatski, que trabajaba en el mantenimiento de las tuber¨ªas de una empresa gas¨ªstica, rechaza opinar sobre las negociaciones. ¡°No soy pol¨ªtico¡±, zanja. Pero s¨ª dice con seguridad: ¡°La guerra no se va a acabar pronto¡±. Como recuerdan bien en esta regi¨®n del este de Ucrania, que junto con Lugansk forma parte de Donb¨¢s, el conflicto con Rusia por su territorio dura ya 10 a?os. Desde el 1 de agosto, 139.725 personas han huido de Donetsk, incluyendo 28.546 de zonas en el frente, seg¨²n la Administraci¨®n regional. Unas 318.028 personas resid¨ªan en las zonas controladas por Ucrania, 54.677 en ¨¢reas con ataques activos, con datos actualizados hasta el 6 de diciembre y recogidos por Acnur.
El sargento j¨²nior Voiterkov tampoco quiere hablar de pol¨ªtica, pero no cree en las negociaciones. ¡°Rusia es un Estado terrorista. No se puede mantener la paz con ellos. Aprovechar¨¢n para recargarse y volver¨¢n, porque su plan es capturar toda Ucrania. Pueden congelar la guerra unos a?os, pero empezar¨¢ otra vez y ser¨¢ peor¡±, afirma mientras de fondo se escuchan disparos de artiller¨ªa, de los suyos. Otro oficial que prefiere mantenerse en el anonimato, advierte: ¡°Los europeos tendr¨¢n que enfrentarse a las consecuencias de la paz con la que est¨¢n presionando a Ucrania, porque despu¨¦s de la pausa (en el conflicto) vendr¨¢ la III Guerra Mundial¡±.
En Iskra, la primera aldea de Donetsk desde la carretera de Zaporiyia, a menos de 30 kil¨®metros del frente, los soldados se acercan a la oficina de correos a recoger paquetes y a comprar algunas cosas de primera necesidad. La m¨¦dica militar de nombre en clave Hungry, de 28 a?os, se para un momento antes de meter una caja en su coche y reconoce que la situaci¨®n en el campo de batalla es p¨¦sima: ¡°Perdemos a mucha gente y los rusos avanzan muy r¨¢pido. Parecen imparables¡±. En el frente, corrobora, no se habla sobre negociaciones. Ella tiene esperanza en que la guerra acabe pronto ¡ª¡±ya hemos tenido suficiente¡±, dice¡ª, pero no conf¨ªa en los pol¨ªticos.
Un soldado de 33 a?os, cuyo apodo militar es Citroen, es de los que se opone a negociar con Rusia, porque tambi¨¦n cree que no cejar¨¢ en su empe?o de ocupar todo el pa¨ªs. ¡°El enemigo se fortalecer¨¢ y volver¨¢ a atacar una y otra vez, pueblo a pueblo¡±. Citroen es zapador en el frente de Velika Novosilka. Cuenta que su brigada sigue sosteniendo su posici¨®n, pero el enemigo no deja de atacar, tambi¨¦n ah¨ª, con una correlaci¨®n de fuerzas de 1 a 10.
Sus compa?eros fuman junto a su coche, un viejo Lada destartalado aparcado ante la tienda en Iskra, sin equipos antidrones. Muestran en el m¨®vil la foto de un veh¨ªculo blindado que tuvieron, delante del cual posa un compa?ero muerto por un ataque ruso. No quieren hablar de las intenciones del presidente electo de EE UU, Donald Trump, de terminar la guerra antes incluso de volver a la Casa Blanca el pr¨®ximo 20 de enero. Ni de la posibilidad de hacer concesiones territoriales a Rusia para acordar un alto el fuego. Citroen s¨ª: ¡°Si dependiese de m¨ª, dir¨ªa que no¡±. ¡°No apoyo las negociaciones. ?Para qu¨¦ ha sido todo esto, todas estas vidas perdidas, este precio tan caro? Queremos descansar, pero no olvidamos a nuestros amigos y compa?eros muertos¡±, concluye mientras apura un cigarro. ¡°Y por eso vamos a seguir luchando¡±.