Ir¨¢n afianza la imposici¨®n de la pena capital a mujeres al ejecutar al menos a 31 iran¨ªes en 2024
Un informe de la ONG Iran Human Rights relaciona ese ¡°hito funesto¡± con las protestas contra el r¨¦gimen de 2022 y la ¡°desigualdad de g¨¦nero sist¨¦mica¡±
Se sabe poco de Leila Ghaemi. Solo que ten¨ªa una hija y que un d¨ªa, al volver a casa, encontr¨® a su marido violando a la ni?a. La mujer se abalanz¨® sobre su c¨®nyuge y lo estrangul¨®. Ghaemi fue condenada a morir en la horca por asesinato. Hace ocho a?os, esta iran¨ª fue recluida en el corredor de la muerte de la c¨¢rcel de Qarchak, en la regi¨®n de Teher¨¢n, un lugar concebido como criadero de pollos, sin agua potable y donde rampan las cucarachas y las tar¨¢ntulas, seg¨²n diversas ONG. Laila Ghaemi muri¨® ahorcada el pasado 2 de octubre;...
Se sabe poco de Leila Ghaemi. Solo que ten¨ªa una hija y que un d¨ªa, al volver a casa, encontr¨® a su marido violando a la ni?a. La mujer se abalanz¨® sobre su c¨®nyuge y lo estrangul¨®. Ghaemi fue condenada a morir en la horca por asesinato. Hace ocho a?os, esta iran¨ª fue recluida en el corredor de la muerte de la c¨¢rcel de Qarchak, en la regi¨®n de Teher¨¢n, un lugar concebido como criadero de pollos, sin agua potable y donde rampan las cucarachas y las tar¨¢ntulas, seg¨²n diversas ONG. Laila Ghaemi muri¨® ahorcada el pasado 2 de octubre; fue una de las al menos 31 mujeres ejecutadas en Ir¨¢n en 2024, seg¨²n un informe de la organizaci¨®n iran¨ª asentada en Noruega Iran Human Rights (IHR). Esa cifra, la m¨¢s alta desde que la ONG tiene registros ¡ªlos ¨²ltimos 17 a?os¡ª, representa un nuevo paso en la tendencia al alza del uso de la pena capital contra mujeres de los ¨²ltimos a?os y supera con creces la cifra de 22 iran¨ªes ejecutadas en 2023. Ese n¨²mero represent¨® tambi¨¦n un incremento respecto a las 16 del a?o anterior.
El documento titulado Mujeres y pena de muerte en Ir¨¢n, una perspectiva de g¨¦nero define esa cifra de 31 mujeres ejecutadas el a?o pasado como ¡°un hito funesto (...) dos a?os despu¨¦s del comienzo del movimiento ¡®Mujer, vida y libertad¡±: las manifestaciones por la muerte bajo custodia policial de Yina Mahsa Amini, de 22 a?os, en las que al menos 551 personas murieron a manos de fuerzas de seguridad, seg¨²n la ONU. Amini hab¨ªa sido detenida el 13 de septiembre de 2022 por llevar el velo obligatorio de forma ¡°inapropiada¡±.
¡°Desde 1979, la Rep¨²blica Isl¨¢mica ha usado las ejecuciones como una herramienta para producir miedo y retener el poder¡±, asegura el informe de IRH. Su director, Mahmood Amiry-Moghadam, describe por tel¨¦fono desde Oslo como ¡°tr¨¢gico¡± el aumento de las ejecuciones en Ir¨¢n desde esas manifestaciones lideradas por mujeres y relaciona ese incremento con el prop¨®sito de ¡°disuadir a la poblaci¨®n de emprender nuevas protestas¡±. Especialmente a las iran¨ªes. El activista destaca un hecho in¨¦dito desde 2011: las condenas a muerte a tres mujeres por cargos relativos a la seguridad nacional. Son la sindicalista Sharifeh Mohammadi, la activista Verisheh Moradi y la trabajadora social Pakhshan Azizi.
Las tres son defensoras de los derechos de las mujeres. Todas han denunciado torturas en la c¨¢rcel, fueron acusadas de ¡°rebeli¨®n armada contra el Estado¡± y han terminado condenadas a muerte en juicios ¡°farsa¡±, seg¨²n Amnist¨ªa Internacional. Dos de ellas ¡ªMoradi y Azizi¡ª son kurdas, destaca el director de IRH. Como Yina Mahsa Amini.
Ir¨¢n es el segundo pa¨ªs del mundo que m¨¢s personas ejecuta, por detr¨¢s de China, y el primero en relaci¨®n con su poblaci¨®n. En 2024, al menos 901 reclusos fueron ahorcados, seg¨²n Naciones Unidas. La mayor¨ªa eran hombres. La Rep¨²blica Isl¨¢mica es tambi¨¦n la que m¨¢s mujeres ajusticia ¡ª16 de las 24 ejecutadas en todo el mundo en 2022¡ª. Son muchas menos que los hombres, pero sufren una violencia a¨²n mayor en raz¨®n de su g¨¦nero, destaca el informe de la ONG, que recuerda que, en los a?os ochenta, muchas condenadas a muerte eran violadas antes de la ejecuci¨®n. Esos abusos permanecen a menudo ¡°ocultos¡±. Muchas condenadas son pobres y a menudo son abandonadas por sus familias; carecen de voz.
El documento de IRH no incluye datos sobre ¡°el gran n¨²mero de presas pol¨ªticas ejecutadas en los a?os ochenta ni las mujeres sometidas a ahorcamiento o lapidaci¨®n por adulterio durante los primeros 30 a?os de la Rep¨²blica Isl¨¢mica [1979-2009]¡±. S¨ª recoge que Ir¨¢n ejecut¨® al menos a 241 mujeres entre 2010 y 2024. De 121 ni siquiera se sabe su nombre completo.
Este diario contact¨® hace d¨ªas con la Embajada de Ir¨¢n en Espa?a para recabar la versi¨®n oficial sobre estos datos. La legaci¨®n diplom¨¢tica a¨²n no ha respondido.
¡°Desesperaci¨®n¡±
De entre los delitos que en Ir¨¢n pueden castigarse con la pena capital ¡ªentre ellos, el sexo fuera del matrimonio, entre homosexuales o el adulterio¡ª, sobresalen dos: el asesinato y el narcotr¨¢fico. El 47% de las iran¨ªes ejecutadas desde 2010 fueron condenadas por ese primer delito y, de ellas, el 69% por haber matado a su pareja. Sus historias, deplora Amiry-Moghadam, son descriptivas de un ¡°apartheid de g¨¦nero¡±.
Muchas ¡°mataron por desesperaci¨®n¡±, destaca el informe, frente a un maltrato de a?os del que no pod¨ªan escapar. Las iran¨ªes solo pueden pedir el divorcio en poqu¨ªsimos casos y si lo logran pierden la custodia de sus hijos cuando estos cumplen siete a?os. ¡°Atrapadas en matrimonios abusivos (...) a menudo actuaron en leg¨ªtima defensa¡±, prosigue el documento. Ir¨¢n no reconoce la violencia machista ni la violaci¨®n dentro del matrimonio. Las mujeres no pueden ser juezas y su testimonio vale la mitad que el de un hombre. La edad de responsabilidad penal tambi¨¦n difiere seg¨²n el sexo. Para las ni?as, 9 a?os; para los hombres, 15.
Zahra Esmaili era una de esas iran¨ªes atrapadas. Fue obligada a casarse con su violador, que la hab¨ªa dejado embarazada, recoge el informe de IRH. El hombre la maltrataba, amenazaba con matarla e intent¨® violar a la hija de ambos varias veces. La mujer se lo impidi¨®. Esmaili hab¨ªa pedido el divorcio repetidamente, pero ni siquiera le contestaron. Despu¨¦s de que su c¨®nyuge le comunicara la fecha en la que pensaba asesinarla, ella y su hija lo mataron en 2017. El d¨ªa que iba a ser ejecutada, el 19 de febrero de 2021, Esmaili muri¨® de un ataque al coraz¨®n al presenciar c¨®mo ahorcaban a otros condenados. Los verdugos colgaron luego su cad¨¢ver de la soga y su suegra activ¨® el mecanismo del pat¨ªbulo. Una norma iran¨ª permite a los familiares de las v¨ªctimas de asesinato ahorcar con sus propias manos a los condenados. A dos iran¨ªes condenadas por matar a sus maridos maltratadores, las ejecutaron ese mismo a?o sus propios hijos.
Otro 44% de esas 241 ajusticiadas desde 2010 acabaron en el pat¨ªbulo por tr¨¢fico de drogas. Su perfil habitual era el de una mujer pobre, con poca o nula educaci¨®n; a menudo madres solas con proles numerosas de regiones desfavorecidas habitadas por minor¨ªas como la oriental Sist¨¢n y Baluchist¨¢n. La tr¨ªada perfecta de la discriminaci¨®n en Ir¨¢n tiene tres v¨¦rtices: ser mujer, pobre y pertenecer a una minor¨ªa ¨¦tnica, cultural o religiosa.
Desde finales de los a?os 2000, en Ir¨¢n solo se emplea el ahorcamiento como m¨¦todo de ejecuci¨®n, pero la crucifixi¨®n y la lapidaci¨®n son a¨²n legales. Esta ¨²ltima, rememora Amiry-Moghadam, se aplicaba mucho m¨¢s a mujeres que a hombres, sobre todo por adulterio. Los condenados eran enterrados en un agujero cavado en el suelo dentro de la prisi¨®n. Si el preso lograba zafarse y salir del hoyo, se le conmutaba la pena. A los hombres, se les sepultaba hasta la cintura. A las mujeres, hasta el pecho, por lo que ¡°era mucho m¨¢s dif¨ªcil¡± que sobrevivieran.
Pena ¡°encubierta¡±
Otra mujer podr¨ªa morir muy pronto en la c¨¢rcel de Evin, en Teher¨¢n. No est¨¢ condenada a muerte, pero su estado de salud es tan precario que su hija, Negar Sabet, teme que su regreso a prisi¨®n, tras una breve excarcelaci¨®n por motivos m¨¦dicos, sea una pena capital ¡°encubierta¡±, explica desde Australia. Es la poeta y profesora de la minor¨ªa religiosa bahai Mahvash Sabet, de 72 a?os. Sabet ha sido operada ¡°a coraz¨®n abierto y tiene un tumor en el pulm¨®n¡±, entre otros graves problemas de salud, explica su hija.
Esta poeta ha pasado ya 13 a?os en la c¨¢rcel, tres de ellos en aislamiento, relata Negar. Sus m¨¦dicos han dicho que probablemente morir¨¢ si es encarcelada de nuevo para cumplir los 10 a?os que restan de su pena por ¡°propaganda contra el sistema¡±, entre otros cargos. Este domingo termina el plazo para que ingrese de nuevo en la c¨¢rcel de Evin, en Teher¨¢n.
¡°Su ¨²nico crimen es ser bahai¡±, dice su hija. Tambi¨¦n el haber educado a los j¨®venes de esta minor¨ªa de 300.000 miembros, que tienen vetada la universidad porque el r¨¦gimen los considera herejes. Su familia y esta perseguida comunidad han iniciado una campa?a de firmas para pedir que no ingrese en la c¨¢rcel. En uno de sus textos, Mahvash Sabet recuerda c¨®mo una de sus compa?eras de celda en Evin, la trabajadora social Pakhsan Azizi, espera a ser conducida a la horca. Solo las autoridades iran¨ªes saben cu¨¢ntas mujeres est¨¢n en el corredor de la muerte en Ir¨¢n. A IRH le consta que al menos otras 47 est¨¢n acusadas de cargos que pueden llevar al pat¨ªbulo.