Merz, futuro canciller alem¨¢n, rompe un tab¨² al urgir a la ¡°independencia¡± de Europa respecto a Estados Unidos
Las amenazas, injerencias y gestos de Trump provocan un giro en la relaci¨®n de Alemania con Washington y llevan al vencedor de las elecciones a acercarse a la causa de la soberan¨ªa europea
El democristiano Friedrich Merz tard¨® unos minutos, despu¨¦s de confirmarse que el domingo hab¨ªa ganado las elecciones alemanas, en demostrar que ser¨ªa un canciller distinto a los dem¨¢s. ¡°Mi prioridad absoluta¡±, dijo, ¡°es reforzar Europa tan r¨¢pido como sea posible para que, paso a paso, alcancemos la independencia de Estados Unidos¡±. Con esta frase, dio un giro a la pol¨ªtica que durante d¨¦cadas ha guiado a Alemania, pa¨ªs a...
El democristiano Friedrich Merz tard¨® unos minutos, despu¨¦s de confirmarse que el domingo hab¨ªa ganado las elecciones alemanas, en demostrar que ser¨ªa un canciller distinto a los dem¨¢s. ¡°Mi prioridad absoluta¡±, dijo, ¡°es reforzar Europa tan r¨¢pido como sea posible para que, paso a paso, alcancemos la independencia de Estados Unidos¡±. Con esta frase, dio un giro a la pol¨ªtica que durante d¨¦cadas ha guiado a Alemania, pa¨ªs al que, a diferencia de Francia, le resultaba inconcebible pensarse como aut¨®nomo de EE UU.
La relaci¨®n transatl¨¢ntica, que para pocos pa¨ªses europeos es tan fundamental como para Alemania, se encuentra al borde de la ruptura tras el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. No solo por la voluntad del presidente estadounidense de negociar con su hom¨®logo ruso, Vlad¨ªmir Putin, una ¡°paz¡± en Ucrania sin contar ni con Ucrania ni con Europa. Ni por sus amenazas de torpedear la Alianza Atl¨¢ntica. Para los alemanes, los primeros pasos de Trump son algo casi personal. Su aliado, el magnate Elon Musk, apoy¨® con entusiasmo en las elecciones a la extrema derecha de Alternativa para Alemania (AfD). El vicepresidente, J.D. Vance, fue a M¨²nich en plena campa?a para decirles a los anfitriones que no respetaban la democracia y exigirles que levantasen el cord¨®n sanitario que impide a AfD gobernar.
Ning¨²n dirigente alem¨¢n hab¨ªa reaccionado con tanta contundencia como Merz el domingo en el tradicional debate poselectoral entre candidatos. Compar¨® la injerencia de Musk y Trump con la injerencia rusa. Dijo que los europeos deben prepararse para la hip¨®tesis de que la OTAN dejase de existir ¡°en su configuraci¨®n actual¡±. Unos d¨ªas antes, hab¨ªa avisado de que, con Trump, la defensa mutua entre los aliados pod¨ªa dejar de ser v¨¢lida, y hab¨ªa instado a estudiar una vieja propuesta francesa, la de compartir el paraguas nuclear con los socios europeos.
Que estas palabras vengan de Alemania, protegida por el paraguas estadounidense y reticente a discutir con los franceses sobre la europeizaci¨®n de la bomba at¨®mica, era impensable hasta hace poco. Es una novedad escucharlas en boca de un futuro canciller, al frente de un pa¨ªs que sol¨ªa recibir con desconfianza las propuestas (de nuevo, francesas) sobre la independencia militar europea. Desconcertante o¨ªrle decir que quiz¨¢ un d¨ªa no lejano la OTAN deje de servir (cuando Emmanuel Macron dijo hace unos a?os que la OTAN estaba en ¡°muerte cerebral¡±, en Berl¨ªn provoc¨® los suspiros habituales ante las salidas del presidente franc¨¦s). Que todo esto lo exprese un democristiano ¡ªes decir, miembro del m¨¢s atlantista de los partidos alemanes¡ª refleja la profundidad del cambio.
¡°Casi habr¨ªa podido haberlo dicho Macron¡±, dice Joseph de Weck, especialista del laboratorio de ideas Institut Montaigne, tras leer en voz alta la declaraci¨®n de independencia de Merz. ¡°Vivimos un cambio de ¨¦poca.¡±
Merz, en una rueda de prensa el lunes, suaviz¨® el mensaje, y dijo que ¨¦l guardaba a¨²n la esperanza de que las cosas se arreglaran con EE UU. Pero a?adi¨®: ¡°Hay que prepararse para el escenario peor¡±.
El cambio, para Alemania, es an¨¢logo al ocurrido con Rusia hace tres a?os. La invasi¨®n de Ucrania ech¨® por tierra una relaci¨®n que databa de los a?os setenta y que se basaba en el suministro de gas ruso y la dependencia alemana de su proveedor. El regreso de Trump podr¨ªa acabar con otra dependencia: la de Alemania respecto a la seguridad que le suministra EE UU.
¡°Alemania solo pudo rearmarse y reclamar la independencia de Rusia cuando el ala del SPD pacifista y favorable al di¨¢logo apoy¨® el aumento del gasto en defensa y el fin de los v¨ªnculos con Mosc¨²¡±, analiza, en una nota, Mark Leonard, director del laboratorio de ideas ECFR. ¡°Y es la tradici¨®n super-atlantista y fiscalmente conservadora de la Uni¨®n Democristiana de Merz la que le da fuerza para reclamar la independencia de EE UU, y le da la credibilidad para enterrar el freno a la deuda.¡± La reforma del l¨ªmite constitucional al endeudamiento permitir¨ªa a Alemania aumentar el gasto en defensa y la ayuda a Ucrania.
De Weck recuerda que Merz siempre fue partidario de una defensa europea y de tomarse en serio la oferta francesa de di¨¢logo, repetidamente ignorada por sus antecesores, sobre la dimensi¨®n europea de la force de frappe, la fuerza at¨®mica de Francia. Y siempre fue m¨¢s cr¨ªtico con Mosc¨² que sus antecesores, tanto el socialdem¨®crata Olaf Scholz como, antes, la democristiana Angela Merkel.
¡°Merz¡±, dice el experto del Institut Montaigne, ¡°es el ¨²ltimo pol¨ªtico de esta generaci¨®n de la posguerra en Alemania para la cual Europa no es un inconveniente sino una oportunidad. ?l se ve en la l¨ªnea de [los cancilleres] Konrad Adenauer y Helmut Kohl. Quiz¨¢ sea el m¨¢s gaullista de los cancilleres que Alemania jam¨¢s haya visto.¡±
La comparaci¨®n ¡ªun canciller alem¨¢n siguiendo la estela del general De Gaulle, que propugnaba un papel de Francia como potencia de equilibrio entre EE UU y la URSS¡ª da la medida del giro. Los democristianos como Merz, inscrito en el ala m¨¢s europe¨ªsta y m¨¢s atlantista del partido, ¡°han tomado conciencia de que Trump no es su amigo, de que va a por ellos¡±.
No est¨¢ claro c¨®mo se traducir¨¢n sus palabras a la hora de apoyar las iniciativas para la defensa europea o aumentar el gasto militar. Pero reflejan una toma de conciencia: no ser¨¢ tan sencillo, como hab¨ªa pensado el futuro canciller, tratar con Trump. El cambio que para Alemania supone su segunda presidencia puede resultar definitivo.