El h¨¢bito de perder la inocencia
Estados Unidos, un pa¨ªs a¨²n joven, vive el en¨¦simo momento cr¨ªtico de su historia
¡°Yo no quiero recuperar mi inocencia. Quiero el placer de perderla de nuevo¡±. Este era el punto de vista de Scott Fitzgerald en su novela A este lado del para¨ªso. Tal vez Scott Fitzgerald, que escribi¨® la frase poco despu¨¦s de finalizar la Primera Guerra Mundial, reflejara un rasgo com¨²n a toda una sociedad. Estados Unidos es un pa¨ªs relativamente joven, casi adolescente, propenso a las grandes crisis y a los momentos decisivos tras los que pierde la inocencia y se convence de que nada volver¨¢ a ser igual.
El reportero empieza a ser seriamente mayor y a lo largo de su vida ha le¨ª...
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¡°Yo no quiero recuperar mi inocencia. Quiero el placer de perderla de nuevo¡±. Este era el punto de vista de Scott Fitzgerald en su novela A este lado del para¨ªso. Tal vez Scott Fitzgerald, que escribi¨® la frase poco despu¨¦s de finalizar la Primera Guerra Mundial, reflejara un rasgo com¨²n a toda una sociedad. Estados Unidos es un pa¨ªs relativamente joven, casi adolescente, propenso a las grandes crisis y a los momentos decisivos tras los que pierde la inocencia y se convence de que nada volver¨¢ a ser igual.
El reportero empieza a ser seriamente mayor y a lo largo de su vida ha le¨ªdo o escuchado muchas veces lo de la p¨¦rdida de la inocencia de Estados Unidos. La primera vez, de peque?o, en 1963, tras el asesinato de John Kennedy. La ¨²ltima, hace apenas unos d¨ªas: Frank Bruni, articulista en The New York Times, dec¨ªa que la presidencia de Donald Trump hab¨ªa supuesto para ¨¦l y para el pa¨ªs una ¡°p¨¦rdida de inocencia¡±. Hablamos, parece, de una inocencia inagotable, que se regenera como la cola de las lagartijas.
Frente al centro de votaci¨®n de la escuela primaria de South Pointe, en Miami, el reportero intenta conversar con electores de edad avanzada y, por tanto, con una cierta perspectiva hist¨®rica. Edward, de 81 a?os, acude con un perrito chihuahua. Su rostro recuerda al de Charles Bukowski. Durante su vida laboral se dedic¨® a ¡°los negocios¡± y no es un republicano a ultranza: en 1996 vot¨® a Bill Clinton. Asegura que este momento es quiz¨¢ el m¨¢s cr¨ªtico en la historia de Estados Unidos. ¡°Joe Biden es un viejo, tiene casi mi edad y s¨¦ muy bien que a estas alturas la cabeza no nos funciona del todo bien¡±. ¡°Biden¡±, sigue, ¡°es correcto, pero si ganara no durar¨ªa un mandato y tomar¨ªan el poder quienes le acompa?an, la extrema izquierda, el socialismo. Este pa¨ªs ir¨ªa a la guerra civil y a la ruina¡±.
?Supondr¨ªa eso el fin de la inocencia para Estados Unidos? Edward cavila. ¡°No, creo que eso ocurri¨® en los setenta con todas aquellas drogas. Perd¨ª a mis amigos por la hero¨ªna. Yo estaba todo el rato con el alcohol y el LSD¡±. Se va, papeleta en mano, con un ¡°hasta la vista¡± en espa?ol.
Rose naci¨® en 1931. Su esposo, Daniel, en silla de ruedas, en 1932. Una enfermera los acompa?a. La conversaci¨®n se desarrolla con una ampl¨ªsima distancia cautelar. Han votado a Donald Trump, que les parece grosero (¡°rude, very very rude¡±, subraya ella), pero mejor que Biden a la hora de garantizar la rentabilidad de los ahorros con que viven. ?Creen que es un momento cr¨ªtico? Se encogen de hombros. Dialogan entre ellos y concluyen que el d¨ªa m¨¢s cr¨ªtico en la historia de Estados Unidos fue el 7 de diciembre de 1941, cuando Jap¨®n atac¨® Pearl Harbor. ¡°?Estuvieron a punto de invadirnos! Descubrimos que, pese a los oc¨¦anos, ¨¦ramos vulnerables¡±. El reportero recuerda que en 1991, cuando se cumpli¨® medio siglo de aquel ataque, los especiales informativos insistieron en que aquel ataque japon¨¦s hab¨ªa supuesto ¡°la p¨¦rdida de la inocencia¡±. El propio reportero hizo uso y abuso de esa frase en septiembre de 2001, tras los atentados terroristas contra las Torres Gemelas y el Pent¨¢gono.
¡°Perdimos la inocencia en 1963, con el asesinato de John Kennedy. Fue el momento m¨¢s cr¨ªtico que yo recuerdo, una sobredosis de horror y paranoia¡±, afirma John, un caballero elegante de 76 a?os con el cabello blanqu¨ªsimo. Resulta normal que rememore el magnicidio de Dallas, porque ¨¦l era entonces un jovenc¨ªsimo mensajero en la Casa Blanca. Luego trabaj¨® para el Museo Aeroespacial de Washington y, con motivo del quinto centenario del viaje de Crist¨®bal Col¨®n, llev¨® a Madrid una exposici¨®n sobre las exploraciones del pr¨®ximo milenio.
¡°El momento tambi¨¦n es grave ahora, debemos recuperar nuestra democracia¡±, comenta John. ¡°Trump se convertir¨¢ en una simple nota a pie de p¨¢gina en la historia de Estados Unidos¡±. ?Y si gana? ¡°Los da?os ser¨¢n irreparables¡±. ?Seguro? Estados Unidos es un pa¨ªs joven y ha superado continuamente problemas enormes. ¡°S¨ª, hasta ahora siempre hemos rebotado. Pero no quiero ni pensar en otro mandato de Trump¡±.
En unas horas o d¨ªas, sea quien sea el ganador, Estados Unidos habr¨¢ perdido de nuevo su inocencia o la habr¨¢ recuperado. La inocencia es una cosa muy rara.
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