Las elecciones estadounidenses y su incierto camino hacia el Supremo

Todo fue transcurriendo seg¨²n el guion escrito por Donald Trump. Ante la falta de un vencedor claro en la jornada del 3 de noviembre, el presidente de Estados Unidos impugnaba, de facto, un resultado electoral que todav¨ªa no se conoc¨ªa. No es que no hubiera avisado. Lo advirti¨® ya el 24 de septiembre: que los comicios de 2020 acabar¨ªan en el Tribunal Supr...

Todo fue transcurriendo seg¨²n el guion escrito por Donald Trump. Ante la falta de un vencedor claro en la jornada del 3 de noviembre, el presidente de Estados Unidos impugnaba, de facto, un resultado electoral que todav¨ªa no se conoc¨ªa. No es que no hubiera avisado. Lo advirti¨® ya el 24 de septiembre: que los comicios de 2020 acabar¨ªan en el Tribunal Supremo porque, acus¨®, los dem¨®cratas estaban cocinando un fraude electoral.

Y lo dijo sin complejos en su comparecencia en la madrugada de este mi¨¦rcoles, desde la misma Casa Blanca, ante una audiencia selecta: ¡°Vamos a ir al Tribunal Supremo y pedir que todo el voto termine. No queremos que se cuenten votos a las cuatro de la ma?ana y los a?adan a la lista, ?okay?¡±. El mandatario estaba a un paso de autoproclamarse vencedor: ¡°Por lo que a m¨ª concierne, ya hemos ganado¡±.

¡°Esto es un fraude para el pueblo americano¡±, prosigui¨® Trump, sin absolutamente ninguna base que probara su teor¨ªa. El peor escenario acababa de consumarse tras d¨ªas y d¨ªas en los que el mandatario hab¨ªa ido poco a poco haciendo calar entre su base -esa que le perdona todo, hasta los 225.000 muertos por la pandemia- la idea de que los resultados o le favorec¨ªan a ¨¦l o estaban manipulados.

¡°Vamos a ir con nuestros abogados¡±, declar¨® Trump dos d¨ªas antes de las elecciones. ¡°Vamos a ir esa misma noche, en cuanto terminen los comicios¡±, insisti¨®. Antes ya hab¨ªa atacado al poder judicial por una serie de dict¨¢menes recientes que permit¨ªan a los Estados continuar contando votos llegados despu¨¦s de la jornada electoral.

No es un mal momento el actual para amenazar con resolver un litigio en el Tribunal Supremo. Aunque existen serias diferencias con la elecci¨®n de este a?o y la que resolvi¨® la m¨¢xima Corte en 2000 en la disputa entre George W. Bush y Al Gore. En 2000 se trat¨® de un recuento, es decir, hab¨ªa que volver a contar los votos para asegurarse de a qui¨¦n pertenec¨ªa el m¨ªnimo margen de victoria de 537 votos en Florida. En 2020, sencillamente, hay quiz¨¢ millones de votos que todav¨ªa no han sido procesados y tabulados.

Tras el fallecimiento de Ruth Bader Ginsburg, el pasado 18 de septiembre, los republicanos elevaron a categor¨ªa de religi¨®n el doble rasero que han practicado para suplir con un nuevo juez la vacante dejada por la juez progresista.

En un tiempo r¨¦cord -a Barack Obama le negaron reemplazar a un magistrado de la Corte cuando a¨²n le quedaban nueve meses de presidencia-, los republicanos nombraron y aceptaron en el Congreso a la ultraconservadora Amy Coney Barrett. La apelaci¨®n de Trump al Supremo como su salvador para hacerse con las elecciones llega justo ocho d¨ªas despu¨¦s de que el Senado confirmara a Barrett, de 48 a?os, para el cargo vitalicio.

En este momento, la configuraci¨®n de la corte es claramente de jueces conservadores (uno nombrado por George Bush padre; dos, por George Bush hijo y tres, por Donald Trump) y tres progresistas (uno nombrado por Bill Clinton y dos, por Barack Obama). Pero todav¨ªa es m¨¢s interesante el hecho de que tres de esos jueces jugaron un papel de mayor o menor importancia en el litigio de Bush-Gore en Florida. El presidente del Supremo, John G. Roberts y Brett M. Kavanaugh formaron parte del equipo legal que llev¨® a Bush a la Casa Blanca. Con 28 a?os y solo tres despu¨¦s de haber terminado sus estudios de leyes, la juez Barrett fue enviada por el despacho de Washington en el que trabajaba a apoyar a los abogados del entonces Gobernador de Texas.

Sin un ganador claro y con el presidente declarado en rebeld¨ªa queda por saber hasta cu¨¢ndo mantendr¨¢ Trump su pelea. ?Hasta el ocho de diciembre, cuando se supone que todos los Estados deben tener sus escrutinios finalizados? ?Hasta el 14 de diciembre, cuando el Colegio Electoral se re¨²ne? ?Hasta el mismo 20 de enero, cuando el nuevo presidente debe jurar el cargo en las escalinatas del Capitolio? Solo Donald Trump lo sabe.

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