¡°Si la lactancia se salva ser¨¢ porque las mujeres recuperen su cultura, no porque los m¨¦dicos la salven¡±
El pediatra y fundador de e-lactancia.org, analiza la lactancia materna como fen¨®meno biol¨®gico y cultural en ¡®El libro de la lactancia¡¯
La lactancia materna es uno de los saberes m¨¢s antiguos ¨Ctanto como la propia humanidad¨C, y pese a ello hoy no es f¨¢cil aprender este arte. Faltan referentes en nuestro entorno m¨¢s cercano, faltan medidas sociales, econ¨®micas y laborales que nos sirvan de soporte y, a veces tambi¨¦n, falta confianza en nuestros cuerpos y en nuestras propias capacidades. Dar el pecho no es s¨®lo un fen¨®meno biol¨®gico que nos define como especie, tambi¨¦n es un comportamiento determinado por la cultura.
¡°Es importante conocer la historia que hay detr¨¢s de la lactancia, que es una historia muy rica, porque si...
La lactancia materna es uno de los saberes m¨¢s antiguos ¨Ctanto como la propia humanidad¨C, y pese a ello hoy no es f¨¢cil aprender este arte. Faltan referentes en nuestro entorno m¨¢s cercano, faltan medidas sociales, econ¨®micas y laborales que nos sirvan de soporte y, a veces tambi¨¦n, falta confianza en nuestros cuerpos y en nuestras propias capacidades. Dar el pecho no es s¨®lo un fen¨®meno biol¨®gico que nos define como especie, tambi¨¦n es un comportamiento determinado por la cultura.
¡°Es importante conocer la historia que hay detr¨¢s de la lactancia, que es una historia muy rica, porque si no sabemos de d¨®nde venimos no sabremos ni d¨®nde estamos ni hacia d¨®nde vamos¡±, cuenta Jos¨¦ Mar¨ªa Paricio, pediatra, fundador de la APILAM y de e-lactancia.org. Acaba de publicar El libro de la lactancia. Todo lo que las madres y la ciencia nos han ense?ado sobre la lactancia (VERGARA), una completa recopilaci¨®n de todo lo que rodea el amamantamiento, desde las cuestiones m¨¢s t¨¦cnicas o cient¨ªficas (funcionamiento del pecho, composici¨®n y propiedades de la leche), hasta aspectos hist¨®ricos, culturales y sociales que influyen en la lactancia materna. Tanto en el libro como al otro lado del tel¨¦fono, Paricio insiste en que dar el pecho ha sido hist¨®ricamente maltratado y en c¨®mo la misoginia ha marcado este aspecto de la vida de las mujeres.
Una historia de la lactancia sin voces de mujer
Dado que la historia de la lactancia, al igual que el resto de la Historia, ha sido escrita mayoritariamente por hombres, es muy dif¨ªcil encontrar voces de mujeres que nos hablen del amamantamiento. Todo lo que se sabe de la lactancia a lo largo de la Historia proviene de la lactancia ¡°mercenaria¡± o ¡°asalariada¡±: de las historias de las nodrizas, de sus contratos y de sus leyes. A partir de ah¨ª es desde donde puede reconocerse c¨®mo se amamantaba, durante cu¨¢nto tiempo (los contratos sol¨ªan ser de tres a?os) o c¨®mo era la t¨¦cnica.
¡°Hay referencias a esta figura en textos de hace m¨¢s de 4.000 a?os. Est¨¢ documentado que en todos los tiempos y en todas las civilizaciones sin excepci¨®n ha habido mujeres con una situaci¨®n econ¨®mica superior que no amamantaron, sino que delegaron esta tarea en otras mujeres con una situaci¨®n econ¨®mica inferior¡±, asegura Paricio, para quien en definitiva se trata de un problema de ac¨²mulo de poder de clases sociales y por el cual todos los implicados salen perdiendo. ¡°Muchas veces se vende la historia de las nodrizas como una historia bonita, y aunque es cierto que muchas veces establec¨ªan lazos de intimidad con el ni?o que amamantaban, esconde una terrible realidad: en un lado, personas que pagan para que le hagan algo que no quieren hacer; en el otro, gente que no tiene dinero y acepta vender parte de su cuerpo y de su vida para sobrevivir. Es un intercambio econ¨®mico muy duro, y en el que todos salen perdiendo: la madre que es separada de su hijo y el hijo que es separado de su madre, pero tambi¨¦n la mujer que le amamanta arrastrada por la necesidad¡±, asegura.
A finales del siglo XIX, los m¨¦dicos, todos hombres, empezaron a escribir relatos ¡°sin sentido¡± sobre la t¨¦cnica de la lactancia materna. Cuenta Paricio que en aquel momento comenz¨® el proceso de medicalizaci¨®n de la lactancia, y con ¨¦l, la aniquilaci¨®n de ese saber que se transmit¨ªa entre mujeres. ¡°La misoginia ha marcado muchas cosas en la vida de las mujeres. No os han dejado decir casi nunca nada¡±, dice. ¡°Creo que tambi¨¦n tengo que hablar sobre todas las ¡°tonter¨ªas¡± que les dijeron a esas madres, y que dije yo tambi¨¦n hasta que me di cuenta de que aquello no cuadraba para nada. He tratado de ser lo m¨¢s respetuoso posible con su saber y siendo consciente de que nunca podr¨¦ decirlo bien del todo¡±, afirma.
Otra cosa ocurri¨® en aquel momento. Hasta finales del siglo XIX, todos los ni?os sin excepci¨®n deb¨ªan ser amamantados con leche de mujer para sobrevivir. ¡°Los ni?os menores de tres o cuatro meses que eran alimentados con otras leches fallec¨ªan. Esto se debe a que la leche humana es muy diferente en su composici¨®n a la de otros animales¡±. No fue hasta que se comprendi¨® la cuesti¨®n de su composici¨®n que aparecieron las primeras leches artificiales; un surgimiento que el fundador de APILAM considera ¡°inevitable¡± por ser la consecuencia de una ¡°b¨²squeda hist¨®rica¡±. La propagaci¨®n de aquel invento fue r¨¢pida, tanto que a comienzos del siglo XX ya exist¨ªan casi 30 marcas y las tasas de lactancia materna empezaron a caer estrepitosamente: ¡°Los ni?os de los pa¨ªses desarrollados, con Estados Unidos a la cabeza, empiezan cada vez a ser menos amamantados. En los a?os cincuenta, en ese pa¨ªs ning¨²n ni?o sal¨ªa del hospital sin biber¨®n. S¨®lo un 20% era amamantado, pero en su mayor¨ªa en combinaci¨®n con el biber¨®n y, de hecho, las que daban el pecho eran madres ¡°extra?as¡± en este contexto. En estos a?os la cultura de la lactancia materna pr¨¢cticamente hab¨ªa desaparecido¡±.
En 1956 un grupo de mujeres comienza a juntarse para hablar de crianza y de sus lactancias. Entonces se dan cuenta de que hablando entre ellas se ayudabanJos¨¦ Mar¨ªa Paricio, pediatra, fundador de la APILAM
Lleg¨® un momento en el que las propias madres comenzaron a plantearse lo que estaba ocurriendo con la lactancia, mucho antes de que la OMS, las instituciones m¨¦dicas o las organizaciones pedi¨¢tricas se percataran de la situaci¨®n. ¡°En 1956, un grupo de mujeres comienza a juntarse para hablar de crianza y de sus lactancias. Entonces se dan cuenta de que hablando entre ellas se ayudaban¡±, explica Paricio. Surg¨ªa as¨ª La Liga de la leche y comenzaban a escribirse las primeras notas acerca de lo que es amamantar. Dos a?os despu¨¦s aquello se materializar¨ªa en un libro que es toda una referencia: El arte femenino de amamantar.
Seg¨²n Jos¨¦ Mar¨ªa Paricio esta historia fue distinta en nuestro pa¨ªs: ¡°En aquel momento en Espa?a ni siquiera hab¨ªamos hecho la revoluci¨®n industrial. Era m¨¢s dif¨ªcil un marco comparable al de Estados Unidos, pero s¨ª es cierto que muchos ni?os en las ciudades ya empezaban a ser amamantados con biberones, y con leches de muy dudosa composici¨®n. En nuestro caso, fue en los a?os setenta y ochenta cuando las tasas de lactancia materna descendieron abruptamente. Las madres en su mayor¨ªa ni siquiera se planteaban dar el pecho en un principio, y si se lo planteaban, las recomendaciones que les d¨¢bamos m¨¦dicos y enfermeras en las maternidades eran tan nefastas que a los tres d¨ªas les arruin¨¢bamos el gusto¡±. Hoy se sabe que m¨¢s del 90% de las mujeres quiere dar el pecho inicialmente. La formaci¨®n en lactancia materna, aunque ha mejorado con respecto a aquellas d¨¦cadas, sigue siendo un enorme reto si pensamos en el lugar que ocupa ¨¦sta en los planes de estudios sanitarios: la mayor¨ªa de estos profesionales se forman por su cuenta como respuesta a sus propias inquietudes.
Recuperar la cultura de la lactancia materna en un entorno incoherente
En Espa?a, s¨®lo el 30% de los beb¨¦s es amamantado hasta al menos los seis meses de vida, y despu¨¦s son pocos los que contin¨²an con lactancia materna hasta al menos los dos a?os de vida. ?C¨®mo recomendar tiempos ¨®ptimos de lactancia cuando los permisos de maternidad s¨®lo alcanzan las 16 semanas? Responde Jos¨¦ Mar¨ªa Paricio que no hay coherencia entre los imperativos de salud y la marcha social y pol¨ªtica y la legislaci¨®n. ¡°Conciliar las dos esferas, trabajo y lactancia, es muy complicado. Las madres lo pasan mal para llegar al menos a esos seis meses m¨ªnimos que se recomiendan en exclusiva. Algo tan natural, tan ¨ªntimo, como es la lactancia, se termina tecnificando de forma que s¨®lo surgen inconvenientes¡±. Asegura el pediatra que sin tener nada en contra de las extracciones, ve en esto una dificultad a?adida: ¡°La lactancia, como cualquier otra actividad de la vida, es una actividad ¡°pesada¡±, que requiere una dedicaci¨®n y el empleo de una energ¨ªa. Si adem¨¢s de amamantar tienes que ponerte a extraer leche de manera manual o mec¨¢nica, aprender sobre los tiempos y formas de congelaci¨®n¡ Tienes que hacer cosas rar¨ªsimas por la ausencia total de conciliaci¨®n real¡±.
La equiparaci¨®n del permiso de 16 semanas, que es incompatible con las recomendaciones actuales, no tiene sentido para Paricio, que ve inaudito que a¨²n ning¨²n partido pol¨ªtico se haya hecho eco de esta demanda. ¡°Durante a?os nunca ha habido dinero para aumentar la baja de maternidad y ahora, de repente, s¨ª lo ha habido para aumentar el permiso de paternidad. Y est¨¢ muy bien que se aumente el de los padres, pero vamos a dar prioridad a quienes antes lo han pedido. Hay mujeres que tienen que estar haciendo verdaderas maravillas para poder amamantar a sus hijos porque queriendo hacerlo, no tienen el soporte para ello¡±.
La ausencia de referentes tambi¨¦n impacta negativamente en el amamantamiento. ¡°Los problemas m¨¢s habituales surgen en los primeros d¨ªas, y la mayor¨ªa de las veces son problemas en la t¨¦cnica por esa ausencia de la cultura de la lactancia, del consejo de tu propia familia, de amigas, hermanas, de tus pares. La soledad de los primeros d¨ªas es determinante cuando surgen problemas como dolor en el pez¨®n, grietas¡ Hoy en d¨ªa estamos m¨¢s solos que nunca y con la crianza no iba a ser menos. Hay madres que deben ir a los tutoriales para ver c¨®mo se da pecho porque no tienen a nadie a su alrededor que las puedan ayudar¡±, sostiene.
Los grupos de lactancia, formados por madres que se apoyan en sus lactancias, han venido a llenar el vac¨ªo que existe con respecto a esta pr¨¢ctica. Para recuperar la cultura del amamantamiento, ?no ser¨ªa necesario liberarnos de la necesidad de ¡°institucionalizar¡± los aspectos relacionados con la maternidad y la crianza? Reconoce Paricio que ha tenido desencuentros con algunos grupos de madres por ser muy dependientes de los estamentos m¨¦dicos, del gur¨² m¨¦dico. ¡°A veces empiezan a consultarlo todo y a medicalizar muchas cosas que no tienen por qu¨¦ medicalizarse. Eso me duele, porque empiezan a aparecer muchas mastitis que no existen, se empiezan a eliminar frenillos que no existen¡ Es cierto que surgen problemas, pero son ocasionales. Esa dependencia exagerada de la parte m¨¦dica de la lactancia no puede predominar, porque si la lactancia se va a salvar ser¨¢ porque las mujeres recuperen su cultura, no porque vengamos los m¨¦dicos a salvarla. La lactancia es todo un arte de las mujeres, que han llevado a cabo durante muchos siglos, y s¨®lo durante el ¨²ltimo hemos empezado los m¨¦dicos a decir que esto se hace as¨ª o as¨¢¡±.
?Qu¨¦ se necesita para recuperar la cultura de la lactancia? Ganar confianza. Explica Paricio que est¨¢ descrito que el mayor porcentaje de ¨¦xito en la lactancia se da entre madres con confianza en ellas mismas. ¡°La autoconfianza es un factor muy importante de ¨¦xito, pero hay que cultivarla primero, hay que haber tenido una vivencia familiar previa, o muchos conocimientos por haber le¨ªdo o escuchado mucho. Eso es fundamental, pero para eso hacen falta conocimientos, pero no m¨¦dicos, sino conocimientos de ese arte milenario. Y la autoconfianza hay que tenerla muy fuerte porque te la puede desmontar con dos palabras el primer pediatra o la primera enfermera que te encuentres con comentarios que pueden ser demoledores para muchas madres¡±, concluye.
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