Dar el pecho: ?elecci¨®n o imposici¨®n?
Las mujeres sentimos presiones de colores y por distintos francos. El embarazo, el parto y el posparto entran en las ciencias y los dict¨¢menes de las ¡°autoridades¡± morales, cient¨ªficas y patriarcales
La teta es lo mejor. Lo dice la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, lo dicen las matronas, los ginec¨®logos, los pediatras, las abuelas y las vecinas. La leche materna es oro l¨ªquido para los beb¨¦s. Dar el pecho es maravilloso, pero ?os contaron que puede hacerse cuesta arriba? ?Os preguntaron qu¨¦ quer¨ªais hacer? ?Tenemos margen de maniobra en c¨®mo alimentar a nuestros peques? ?Podemos negarnos a dar un biber¨®n si los ¡°expertos¡± lo recomiendan? ?Puede haber una leche materna mala? ?No estar¨¢n intentando controlar nuestros cuerpos con el rollo de la leche?
Amalia Arroyo cuenta que desde las clases preparto recibi¨® presiones para dar pecho a pesar de que fue operada de una reducci¨®n mamaria. En la primera visita con la enfermera pediatra inform¨® de su operaci¨®n y aunque pudo dar el pecho, cree que no ten¨ªa suficiente producci¨®n de leche. Usaba sacaleches y no sal¨ªa lo suficiente. Lo viv¨ªa con tremenda ansiedad y angustia. Cuenta que la enfermera le insist¨ªa en que era su culpa porque no pon¨ªa la ni?a suficiente en el pecho. A los diez d¨ªas el beb¨¦ mostraba claros s¨ªntomas de deshidrataci¨®n. Su primer biber¨®n de f¨®rmula se lo dio llorando: ¡°Todo lo que hab¨ªa o¨ªdo en las clases, a las otras madres y le¨ªdo en las webs de maternidad se iba por el desag¨¹e¡±. La maternidad es un camino dif¨ªcil cuando se vive con tanta presi¨®n, con culpabilidad y con el sentimiento de ser mala madre. Amalia hace d¨ªas se qued¨® sorprendida por la cantidad de testimonios y vivencias de otras supuestas malas madres que recog¨ªa el Instagram de la pediatra Anna Estap¨¦.
Dice la doctora Anna Estap¨¦ que, aunque est¨¢ estudiado y demostrado que la lactancia materna es la mejor alimentaci¨®n para el beb¨¦, lo principal es que la mujer decida dar el pecho desde el coraz¨®n, no influenciada o por presiones externas. La doctora Beatriz Lorente aconseja como ginec¨®loga la teta, considera que los beneficios no son solo para el beb¨¦, tambi¨¦n para nosotras: ¡°Ayuda a la recuperaci¨®n posparto. La lactancia libera oxitocina que a su vez hace contraer el ¨²tero, disminuyendo el riesgo de hemorragia posparto y ayudando a recuperar su estado previo. La oxitocina es la hormona del bienestar por lo que una lactancia satisfactoria puede proteger la salud mental materna. Adem¨¢s, se correlaciona con una reducci¨®n del riesgo de c¨¢ncer de mama¡±. Y por ¨²ltimo y nada despreciable, la lactancia es un sustancial ahorro econ¨®mico para las familias. La doctora Lorente ha dado el pecho durante tres a?os: ¡°Lo que m¨¢s me gusta es la sensaci¨®n de tener en m¨ª, en cualquier momento y lugar, todo lo que necesita mi hija: alimento, calma, consuelo, cari?o y risas. Y lo que menos me gusta tal vez sea lo mismo¡±. Beatriz tambi¨¦n habla de sus momentos de crisis en los que ¡°te sientes como una teta con patas, situaci¨®n que te sobrepasa¡±.
La matrona Cristina Trivi?o es prolactancia aunque respeta las decisiones que toman las mujeres. ¡°Hay veces que si veo que a una madre la teta le est¨¢ generando much¨ªsimo estr¨¦s y conflicto les animo a dar el biber¨®n, pero tambi¨¦n les aviso, que dar biber¨®n no quita que, m¨¢s adelante, si le apetece y las circunstancias acompa?an, puede reengancharse a dar teta¡±. Cristina cree que en ocasiones tambi¨¦n se nos presiona por meter cuanto antes biberones. ¡°En esta sociedad de consumo nos han inducido a pensar que algo comprado, manipulado, distribuido por una farmacia es mejor que lo propio de una mujer. Intentan desautorizar y desvalorizar nuestros cuerpos. Las madres han perdido la confianza en su propio cuerpo, han perdido la sensaci¨®n de saber qu¨¦ necesita mi criatura¡±. Cristina Trivi?o ha montado un grupo de cuidados, sede en el centro de salud de la calle Y¨¦benes (Madrid) que lo forman m¨¢s de cien madres. La lactancia es uno de los temas estrella; dudas, sugerencias, apoyo mutuo, experiencias, conflictos, todo se soluciona en comunidad. ¡°Es prioritario tener una red de apoyo para la crianza¡±, a?ade la matrona.
Olga Portabella tiene una ni?a llamada A?na, de casi siete meses. Ella nunca ha sentido ningunas ganas de dar el pecho, ni curiosidad ni fascinaci¨®n. La decisi¨®n la ten¨ªa tomada antes de dar a luz. Cuenta que, aunque supuestamente es una decisi¨®n libre, se la ha culpabilizado y moralizado, que ha tenido que estar constantemente justific¨¢ndose. Unas de las teor¨ªas que se les presenta a las madres es la del v¨ªnculo. Parece que la teta es la llave para establecer el apego con el beb¨¦. Olga no lo cree, considera que la lactancia, como la maternidad, es una construcci¨®n social y algunos discursos prolactancia y proapego entienden a la madre biol¨®gica como ¨²nica (o principal) cuidadora del beb¨¦. He ah¨ª la trampa.
Las mujeres sentimos presiones de colores y por distintos francos. El embarazo, el parto y el posparto entran en las ciencias y los dict¨¢menes de las ¡°autoridades¡± morales/cient¨ªficas/patriarcales. Beatriz Gimeno es la autora de La lactancia materna, cuenta que ella no quiso dar el pecho a su ni?o, pero no fue una decisi¨®n precisamente f¨¢cil y exenta de opiniones. ¡°La lactancia materna se sigue utilizando para controlar nuestros cuerpos. Con el pecho se aseguran que seamos las principales cuidadoras. La Liga de la Leche americana no anima a las mujeres a trabajar fuera de casa. Si hay fuerte paro en el futuro, habr¨¢ m¨¢s presiones para que las mujeres dejen el mercado del trabajo¡±. Para Beatriz Gimeno dar el pecho tambi¨¦n est¨¢ relacionado con forjar identidades fuertes, y la madre lactante es una. ¡°Tiene que ver con las mujeres que en los 60/70 salieron a trabajar, que les contaron que hombres y mujeres ¨¦ramos iguales y que ten¨ªamos las mismas oportunidades. Y hemos descubierto que no, que hay un techo de cristal y un suelo pegajoso. Por eso las mujeres se han replegado a identidades fuertes, que hace que crean que son due?as y tienen el control sobre algo. Pero el patriarcado no va a dejar emanciparnos tan r¨¢pido¡±.
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