Rafael Salmer¨®n, Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil: ¡°Tenemos tendencia a tratar a los adolescentes como si fuesen tontos¡±
El escritor asegura que dirigirse a los menores le ayuda a mantener viva la conexi¨®n con el ni?o que fue. En sus novelas presenta personajes de todo tipo, pero siempre evita juzgarlos. Con su ¨²ltimo libro, ¡®La rama seca del cerezo¡¯, une la Hiroshima de la bomba nuclear con la actual a trav¨¦s de la joven Sakura
¡°Para mi padre, que siempre crey¨® en m¨ª y en esta historia, y que no tuvo tiempo de verla convertida en lo que ahora es¡±. Con esta emotiva dedicatoria arranca La rama seca del cerezo (Anaya), el libro de literatura juvenil con el que el escritor Rafael Salmer¨®n (Madrid, 1972) ha conquistado todos los premios literarios habidos y por haber, entre ellos, el Premio Anaya 2021, el Premio Fundaci¨®n Cuatro Gatos 2021 y, m¨¢s recientemente, el ...
¡°Para mi padre, que siempre crey¨® en m¨ª y en esta historia, y que no tuvo tiempo de verla convertida en lo que ahora es¡±. Con esta emotiva dedicatoria arranca La rama seca del cerezo (Anaya), el libro de literatura juvenil con el que el escritor Rafael Salmer¨®n (Madrid, 1972) ha conquistado todos los premios literarios habidos y por haber, entre ellos, el Premio Anaya 2021, el Premio Fundaci¨®n Cuatro Gatos 2021 y, m¨¢s recientemente, el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil 2022, concedido por el Ministerio de Cultura y Deporte. El jurado de este ¨²ltimo galard¨®n destac¨® la ¡°estructura s¨®lida, el rico lenguaje y el cuidado estilo¡± con el que Salmer¨®n ¡°consigue envolver al lector hasta el final¡±.
La dedicatoria a su padre no es balad¨ª. En primer lugar, porque fue ¨¦l quien le anim¨® a retomar una historia escrita en 2012 y guardada en un caj¨®n. ¡°Le fallaba algo, la present¨¦ a alg¨²n sitio y no acababa de cuajar, as¨ª que la dej¨¦ apartada. Y justo durante el confinamiento mi padre me insisti¨® mucho en que la retomara, as¨ª que le hice una serie de cambios y la present¨¦. Si te soy sincero, cuando me llamaron para decirme que hab¨ªa ganado el premio Anaya ni siquiera recordaba muy bien haberlo enviado¡±, confiesa entre risas a EL PA?S.
Y en segunda instancia, porque, aunque no es ni de lejos el tema principal, la figura del padre ¡ªde los padres¡ª tambi¨¦n est¨¢ muy presente en la novela y en la vida de sus protagonistas. En este punto, las risas dan paso a la emoci¨®n. La voz del escritor parece entrecortarse al otro lado de la l¨ªnea telef¨®nica: ¡°Mi padre me ense?¨® a interesarme por el mundo, a tener curiosidad, a tener la mente abierta, a no intentar imponerme en nada. Me ense?¨® que puedo tener una forma de ver la vida, pero que hay otras. Eso marca c¨®mo escribo. En mis novelas presento personajes de todo tipo, pero hay una cosa de la que huyo como la peste: juzgarlos. Los personajes que los juzgue el lector, pero yo no soy una especie de narrador omnipotente que decide lo que est¨¢ bien y lo que est¨¢ mal. Las cosas son lo que son y luego cada uno, desde su lugar, tiene que ser capaz de tomar partido. Eso me lo ense?¨® mi padre¡±.
Esa curiosidad y ese inter¨¦s por el mundo legados por su progenitor tambi¨¦n se aprecian en La rama seca del cerezo. Una obra may¨²scula que une la Hiroshima de la bomba nuclear (agosto de 1945) con la actual ¡ªcon el accidente nuclear de Fukushima de 2011 como tel¨®n de fondo¡ª, a trav¨¦s de una adolescente, Sakura, que sobrevive a las burlas de sus compa?eros y la incomunicaci¨®n familiar provocadas por su mano deforme, y un harapiento anciano superviviente de la boma que vive anclado en aquel verano de 1945.
¡°En un documental sobre las bombas nucleares de Hiroshima y Nagasaki vi una imagen de una persona que estaba muy cerca de donde cay¨® la bomba y de la que solo qued¨® una sombra en una pared. Esa imagen me atrap¨®. Fue como encontrar una primera pieza de un puzle¡±, cuenta el escritor, que explica que a partir de entonces empez¨® a empaparse de la realidad nipona para ser lo m¨¢s fiel posible a ella. ¡°Cuando hago un libro que trata de cosas que no conozco a la perfecci¨®n, hago una investigaci¨®n muy exhaustiva, a veces casi enfermiza. Es una especie de inmersi¨®n. Hablan de los actores de m¨¦todo, pues yo soy un escritor de m¨¦todo¡±, a?ade Salmer¨®n, que reconoce que una amiga suya, de origen nip¨®n, ha supervisado todos los t¨¦rminos japoneses utilizados en el libro y tambi¨¦n la forma en la que se expresan las emociones, la manera de relacionarse de los personajes. ¡°Quer¨ªa que todo fuera apropiado a la realidad de la sociedad japonesa, a esa contenci¨®n tan brutal y distinta a la de una sociedad tan extrovertida y emocional como la nuestra¡±, argumenta.
El reto de ser le¨ªdo entre tanta oferta
Para Salmer¨®n, todos los premios cosechados por La rama seca del cerezo son una reafirmaci¨®n (¡°ser¨¢ que algo estoy haciendo bien¡±); y tambi¨¦n un empuj¨®n de visibilidad. Confiesa que desde que recibi¨® el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil apenas ha podido avanzar en la novela en la que est¨¢ trabajando entre peticiones de entrevistas e invitaciones a eventos y a proyectos. ¡°Lo que cambia es la percepci¨®n que tienen otros de ti¡±, se?ala el escritor, que curiosamente sigue categorizado por Google como ilustrador, pese a que hace a?os que no ilustra un libro, ni siquiera los suyos: ¡°Empec¨¦ a ilustrar cuando ten¨ªa 21 a?os y he ilustrado muchos libros. Hace tiempo que ya no lo hago, pero en los colegios me siguen conociendo m¨¢s por esa faceta. Como la mayor parte de los libros que he escrito son para Secundaria, para los adolescentes y en los institutos s¨ª que soy escritor¡±.
Cuando se le pregunta qu¨¦ le aporta escribir para ni?os y adolescentes, Rafa Salmer¨®n no lo duda ni un segundo: mantener viva una conexi¨®n con el ni?o que fue. ¡°Yo escribo para el ni?o que fui, aquello que me hubiera gustado leer cuando era adolescente y no encontraba. He sido adolescente, tengo dos hijos adolescentes y siento que, en general, el mundo adulto trataba y trata al adolescente o con rechazo o con condescendencia. A veces tengo la sensaci¨®n incluso de que tenemos tendencia a tratarlos como si fuesen tontos. Y a m¨ª no me gusta ninguna de las tres cosas¡±, reflexiona el escritor, que en las p¨¢ginas de La rama seca del cerezo aborda temas duros (conflictos b¨¦licos, conflictos familiares, acoso escolar, depresi¨®n, suicidio, etc¨¦tera) y deja frases redondas que invitan a la reflexi¨®n sobre nuestro modelo de vida actual (neoliberalismo, uniformizaci¨®n de las personas...). ¡°Somos muy hip¨®critas con los adolescentes, porque, por una parte, les exigimos cosas de adultos (que sean responsables, que piensen en las consecuencias de sus actos, etc¨¦tera), pero, a la vez, les tratamos como si fuesen ni?os peque?os. Hay que tratarles como lo que son: adolescentes. Y entienden mucho m¨¢s de lo que pensamos y son perfectamente capaces de hablar de temas serios¡±.
Estos temas, adem¨¢s, est¨¢n presentados con una escritura bell¨ªsima y po¨¦tica ya desde el mismo t¨ªtulo de la obra, una escritura de alt¨ªsima calidad que convierte a La rama seca del cerezo en claro ejemplo de obra crossover: recomendada a partir de los 12 a?os, pero apta para cualquier edad. ¡°Esa es la literatura juvenil que a m¨ª me interesa, porque yo cuando la leo como adulto la disfruto¡±, sostiene Salmer¨®n. El escritor lamenta el ritmo fren¨¦tico con el que se publican libros en el sector editorial espa?ol: ¡°Ante este panorama, los libros que tienen m¨¢s visibilidad suelen ser productos que muchas veces no tienen la calidad literaria que creo que ser¨ªa recomendable. Son productos de consumo r¨¢pido, fast food de la literatura. Y el problema es que hay libros fant¨¢sticos y maravillosos que pasan desapercibidos¡±.
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