Caminando sobre muertos: las mujeres que escarban en la tierra de los narcos
El documental 'Te nombr¨¦ en el silencio' recoge la faceta m¨¢s ¨ªntima de las Rastreadoras de El Fuerte, un grupo de mujeres que lleva desde el 2014 buscando los restos de sus familiares desaparecidos en Sinaloa
Las Rastreadoras salen cada mi¨¦rcoles y domingo a buscar a sus muertos. Solo interrumpidas por la pandemia, este grupo de mujeres inquebrantables recorre desde hace seis a?os los predios des¨¦rticos de Sinaloa para traer de vuelta a los desaparecidos. Escarban la tierra en frente de un sol de infierno, de las v¨ªboras, de los narcos y del Gobierno ¡ªtambi¨¦n del Gobierno¡ª. Desde que se inici¨® la llamada guerra contra las drogas en 2006, instigada por el ex...
Las Rastreadoras salen cada mi¨¦rcoles y domingo a buscar a sus muertos. Solo interrumpidas por la pandemia, este grupo de mujeres inquebrantables recorre desde hace seis a?os los predios des¨¦rticos de Sinaloa para traer de vuelta a los desaparecidos. Escarban la tierra en frente de un sol de infierno, de las v¨ªboras, de los narcos y del Gobierno ¡ªtambi¨¦n del Gobierno¡ª. Desde que se inici¨® la llamada guerra contra las drogas en 2006, instigada por el expresidente Felipe Calder¨®n (2006-2012), constan como desaparecidas oficialmente m¨¢s de 60.000 personas en M¨¦xico. No las busca el Estado, solo sus familias.
¡°Aqu¨ª encontramos su mano, en este ¨¢rbol, aqu¨ª la dejaron¡±. Quien se?ala es Mirna Medina, la fundadora de las Rastreadoras de El Fuerte, y madre de Roberto Corrales, desaparecido con 21 a?os el 14 de julio de 2014, cuando fue levantado en la gasolinera en la que trabajaba. Medina lo encontr¨® tres a?os despu¨¦s en un paraje de Ocolome, un municipio cercano a El Fuerte. ¡°Fue el cuerpo 93 que encontramos¡±, detalla entera y tambi¨¦n rota en el documental Te nombr¨¦ en el silencio, un largometraje que recoge la b¨²squeda de estas mujeres con garras.
Mirna cuenta en esos 90 minutos de pel¨ªcula que ella siempre va en tacones, incluso en los rastreos, que comenz¨® en esto cuando la polic¨ªa le asegur¨® que ellos no buscaban a desaparecidos, y que se despide del altar de su hijo y de su gata cada vez que sale por la puerta por si no le permiten volver. Delante de la c¨¢mara dirigida por Jos¨¦ Mar¨ªa Espinosa de los Monteros (Culiac¨¢n, 1989), Mirna canta, llora, se rompe y rehace; tambi¨¦n delante de c¨¢mara manda callar a las ¡°pinches viejas¡± de sus compa?eras de grupo, que son su familia, y las abraza y consuela, y sobre todo, delante y detr¨¢s de la c¨¢mara, Mirna sigue viviendo. El sinaloense y su equipo pasaron dos meses y medio con las rastreadoras para completar un retrato profundo y complejo. ¡°Entramos derechos a sus vidas, pero en vez de enfocarnos solo hacia el dolor, que por supuesto est¨¢, tambi¨¦n se ve el ¨ªmpetu que tienen ellas hacia la vida, se ve ese brillo de esperanza, que ah¨ª est¨¢¡±, cuenta el director.
Ese intimismo, dif¨ªcil de captar en los pocos p¨¢rrafos de un art¨ªculo, nace de una confianza mutua entre el equipo y las rastreadoras, asegura Espinosa: ¡°La labor en este documental es de acompa?amiento, de respeto. Si les vas a pedir a estas mujeres que te cuenten c¨®mo se llevaron a su hijo o su hija, y eso es un salto al vac¨ªo para ellas, t¨² tienes que estar ah¨ª para cacharlas¡±.
El proyecto, que comenz¨® hace cuatro a?os y medio, ha conseguido recaudar los 150.000 pesos (unos 6.700 d¨®lares) que le faltaban para ver la luz en una plataforma de crowdfunding estas ¨²ltimas semanas. Espinosa de los Monteros, que estudi¨® Marketing y se define como autodidacta ¡ª¡°un hijo de YouTube¡±¡ª, reconoce que nunca pens¨® que pod¨ªa tener en sus manos un tema tan importante: ¡°Y haberla librado, salir limpio. Lograr hacer las cosas bien, que las piezas se hayan acomodado. No podr¨ªa estar m¨¢s contento de lo que creamos con las rastreadoras, de la pel¨ªcula que creamos¡±.
Actualmente, las Rastreadoras de El Fuerte act¨²an en coordinaci¨®n con la Fiscal¨ªa General de Justicia del Estado (FGJE) y la Procuradur¨ªa General de la Rep¨²blica (PGR). Les han facilitado capacitaci¨®n en antropolog¨ªa y arqueolog¨ªa, pero no las ayudan a buscar, critica Medina: ¡°Gobierno a Gobierno es la misma chingadera: ellos no nos van a sacar de apuro¡±. Cuenta, adem¨¢s, que antes ¡°el Gobierno ni siquiera quer¨ªa reconocer que hab¨ªa desapariciones. No era bueno que hubiera mujeres escarbando la tierra¡±.
As¨ª, este grupo de mujeres, que se juega la vida con cada rastreo, viven constantemente acosadas y amenazadas por el narco. ¡°Siempre tengo miedo. Siempre, siempre. Legalmente tengo todo listo. Solo estoy esperando que lo hagan¡±, revela Medina en la cinta. Durante el rodaje del documental, mientras grababan en un predio en las afueras de El Mochis (al noroeste de Sinaloa), en una zona donde hab¨ªa mucha vegetaci¨®n, fueron rodeados a balazos. ¡°Ni nos inmutamos, la gente sigui¨® haciendo su trabajo, ellas buscando y nosotros grabando, que a eso ¨ªbamos todos. No encontramos ning¨²n resto y nos fuimos¡±, revela Espinosa de los Monteros, que cuenta c¨®mo durante la grabaci¨®n han sido vigilados y perseguidos en cada rancher¨ªa, observados desde lomas por hombres emperchados con rifles. ¡°Si eso lo vivimos nosotros durante los meses que estuvimos, ?qu¨¦ viven ellas? Ellas son las valientes y las que se la rifan¡±.
Las rastreadoras reciben pitazos (chivatazos) con informaci¨®n de d¨®nde pueden encontrar cuerpos enterrados. En ocasiones, son enga?adas con localizaciones falsas, y muchas de ellas, antes de unirse al grupo, fueron extorsionadas. Les pidieron dinero para mantener a sus hijos con vida o para revelarles su supuesto paradero. Todas prefieren creer que su hijo est¨¢ trabajando exhausto en los campos de marihuana que debajo de la tierra que pisan. Mirna, la l¨ªder del grupo, las obliga a mantener la cabeza fr¨ªa: ¡°Mientras no los encontremos, tenemos la esperanza, pero quiero que tengamos los pies en la tierra¡±.
¡ª?T¨² c¨®mo buscas a tu marido?
¡ªMuerto.
¡ªMuerto. Es la triste realidad, pero, ?cu¨¢ntos hemos encontrado con vida?
Otro de los objetivos de este joven director era nombrar a los que no est¨¢n: alejarse de las cifras fr¨ªas. ¡°Ya no son n¨²meros, son Roberto Corrales Medina, hijo de Mirna Medina, es Zumiko F¨¦lix Ortega, hija de Lizbeth Ortega, es Juan Francisco Angulo Lugo, hijo de Maqui Lugo. Son personas que se fueron, que ten¨ªan a?oranzas y sue?os y los tenemos que nombrar¡±, dice Espinosa de los Monteros, que en el documental muestra peque?os v¨ªdeos familiares donde estos j¨®venes juegan con sus hijos, bailan o bromean con sus madres.
El momento m¨¢s emocionante de la grabaci¨®n, cuenta el director, que lo considera adem¨¢s uno de los m¨¢s bonitos y dolorosos de su vida, ocurri¨® en 2018 cuando el equipo acompa?¨® a Mirna Medina a buscar restos de Roberto ¡ªde quien todav¨ªa no ha aparecido el cuerpo completo¡ª en el cerro donde lo dejaron. Mientras pronunciaban algunas oraciones, el ch¨®fer del equipo encontr¨® dos dedos del joven. ¡°En ese momento te quieres morir ah¨ª, es una tristeza absoluta. Despu¨¦s nos fuimos al pante¨®n, se cant¨® el corrido de Roberto, se platic¨® sobre ¨¦l y poco a poco, empez¨® a cambiar el ambiente y termin¨® siendo una fiesta de vida y de muerte. Una celebraci¨®n por la vida de Roberto y tambi¨¦n por la de las rastreadoras¡±.