M¨¦xico a¨²n no encuentra al ladr¨®n de su historia
El Archivo General del pa¨ªs demanda penalmente a una casa de subastas para frenar el saqueo de documentos hist¨®ricos
El 4 de octubre de 1810, casi dos semanas despu¨¦s de que el cura Miguel Hidalgo y Costilla llam¨® al grito de independencia de M¨¦xico, el heroico sacerdote ya se sent¨ªa invencible. Su ej¨¦rcito hab¨ªa logrado controlar lugares clave como Guanajuato y, en medio de los combates, decidi¨® escribir una carta a uno de sus aliados secretos en el ej¨¦rcito realista, el coronel Narciso de la Canal. ¡°Puse particular cuidado en no mezclar ni que se nombrara a usted en nuestros movimientos, temeroso de que si el ¨¦xito no c...
El 4 de octubre de 1810, casi dos semanas despu¨¦s de que el cura Miguel Hidalgo y Costilla llam¨® al grito de independencia de M¨¦xico, el heroico sacerdote ya se sent¨ªa invencible. Su ej¨¦rcito hab¨ªa logrado controlar lugares clave como Guanajuato y, en medio de los combates, decidi¨® escribir una carta a uno de sus aliados secretos en el ej¨¦rcito realista, el coronel Narciso de la Canal. ¡°Puse particular cuidado en no mezclar ni que se nombrara a usted en nuestros movimientos, temeroso de que si el ¨¦xito no correspond¨ªa a los santos deseos de que est¨¢bamos animados, quedase usted envuelto en nuestras mismas desgracias¡¯', escribi¨® el cura en su corta carta escrita a mano. ¡°Ahora que las cosas han tomado un aspecto demasiado favorable, no temo convidar a usted a que uniendo sus poderosos influjos, participe de las glorias del libertador de nuestra Patria¡±.
El plan no sali¨® como esperaba: el coronel no se ali¨® a la lucha de los guerreros y, despu¨¦s de varias derrotas, el cura Hidalgo termin¨® fusilado y decapitado por sus enemigos. Pero la corta carta es un testimonio breve de la esperanza independentista que Miguel Hidalgo despert¨® en 1810, un peque?o tesoro de la emoci¨®n revolucionaria que se celebra cada septiembre en M¨¦xico.
¡°Nos parece que por ser un asunto de inter¨¦s p¨²blico ser¨ªa importante que el Archivo que usted dirige se?ale si se han cumplido los requisitos legales para esa venta¡±, escribieron un grupo de historiados al director del Archivo General de la Naci¨®n
El pa¨ªs se independiz¨® despu¨¦s de varias guerras y, 210 a?os despu¨¦s, la carta de Hidalgo ha vuelto a tomar relevancia entre los amantes de la historia. La casa de subastas Morton, la m¨¢s grande del pa¨ªs, la incluy¨® esta semana en una de sus cat¨¢logos especiales, en el que subastaba 252 documentos y objetos de la independencia. Ten¨ªa previsto ofrecer la carta de Hidalgo el martes, por un precio entre 110.000 y 130.000 pesos mexicanos (entre 4.000 y 5.000 euros). El precio de salida del fervor revolucionario.
¡°Estamos intrigados sobre el origen de dichos documento¡±, le escribieron un d¨ªa antes de la subasta nueve historiadores mexicanos al director del Archivo General de la Naci¨®n (AGN), Carlos Ruiz Abreu. Aseguran que la copia de la carta de Hidalgo deber¨ªa estar previamente, de acuerdo a sus fuentes, en el Archivo General. Adem¨¢s, otro de los manuscritos ofertados en la misma subasta ¡ªuna carta de 1814 del comandante Jos¨¦ Mar¨ªa Morelos pidiendo formar una Academia Militar para profesionalizar a los revolucionarios¡ª no se conoc¨ªa entre los historiadores. ¡°Nos parece que por ser un asunto de inter¨¦s p¨²blico ser¨ªa importante que el Archivo que usted dirige se?ale si se han cumplido los requisitos legales para esa venta¡±, escribieron. Le recordaron que una ley del 2018 le exige a las casas de subastas notificar previamente la venta de este tipo de documentos, y supon¨ªan que Morton no hab¨ªa cumplido con el requerimiento.
Tras recibir la carta, en menos de 24 horas, Ruiz Abreu decidi¨® demandar penalmente a la casa de subastas ante la Fiscal¨ªa. El Archivo alega ¡°la probable comercializaci¨®n de Patrimonio Documental de la Naci¨®n¡± en 75 de los 252 objetos ofertados en la subasta del martes. Morton no inform¨® al Archivo de esta venta, dice la denuncia, y ¡°en caso de omitirse dicha notificaci¨®n, el AGN podr¨¢ anular la transacci¨®n o, en su caso, solicitar la expropiaci¨®n de dichos documentos¡±.
A pesar de la amenaza penal horas antes de la subasta, Morton no la cancel¨®. Pero al llegar al lote 77, la carta de Hidalgo, el subastador anunci¨® a los compradores que el lote ¡°estaba retirado¡±, y sigui¨® con la subasta sin m¨¢s explicaci¨®n. Ning¨²n otro lote, sobre todo no los otros 74 que le preocupan al Archivo General, fue retirado. La carta firmada por el comandante Jos¨¦ Mar¨ªa Morelos que los historiadores esperaban preservar, fue descrita por el subastador como uno de ¡°los lotes m¨¢s importantes¡± ese d¨ªa. Se vendi¨® por 80.000 pesos mexicanos, unos 3.300 euros, a un an¨®nimo: ¡°La paleta 437¡±.
Un robo hist¨®rico
Alfredo ?vila, uno de los nueve historiadores que escribieron a Ruiz Abreu, a¨²n no est¨¢ seguro de que la carta de Hidalgo haya sido robada del Archivo General de la Naci¨®n, ni que se trate de la carta original escrita por el sacerdote. ¡°Miguel Hidalgo no ten¨ªa esa letra¡±, explica ?vila. Podr¨ªa ser una copia escrita por un tercero, pero esto no la har¨ªa menos valiosa. ¡°Nunca nadie ha visto esta carta original, y si fuera la ¨²nica copia manuscrita, tendr¨ªa valor, por supuesto¡±.
Los historiadores de M¨¦xico saben que, desde hace d¨¦cadas, varias casas de subastas han ofrecido cientos de documentos que estaban previamente en el Archivo General de la Naci¨®n, el m¨¢s grande de toda Am¨¦rica Latina. ¡°Los saqueos son muy cotidianos,¡± dice ?vila. ¡°Nosotros nos enteramos cuando hay ventas p¨²blicas, pero el tr¨¢fico en general se da entre los conocedores de subastas¡±.
¡°Los saqueos son muy cotidianos. Nosotros nos enteramos cuando hay ventas p¨²blicas, pero el tr¨¢fico en general se da entre los conocedores de subastas¡±, se?ala el historiador Alfredo ?vila
"S¨ª es un terreno muy f¨¦rtil, el del tr¨¢fico il¨ªcito, y es un terreno en el que no hemos agarrado al toro por los cuernos'', admite Marco Palofox, director de asuntos jur¨ªdicos del Archivo General de la Naci¨®n, quien dice no tener claro cu¨¢l es la mejor estrategia para detener el tr¨¢fico, ni qui¨¦n en el Archivo hubiera podido robar documentos. ¡°No se ha emitido ninguna resoluci¨®n en la que se imponga una sanci¨®n administrativa o penal por la sustracci¨®n de los documentos¡±, dice, con palabras legales, lo que se podr¨ªa decir de forma m¨¢s sencilla: no han encontrado a¨²n al ladr¨®n (o ladrones, que hacen los que los historiadores llaman ¡°el robo hormiga¡±).
Rastrear el tama?o de este robo hist¨®rico es dif¨ªcil por tres razones. Primero, porque pocas casas de subasta hacen p¨²blicos los objetos para la venta en sus p¨¢ginas web, y los historiadores no tienen el m¨²sculo investigativo para vigilar lo que ofrecen todas las subastas del mundo. Segundo, porque aunque muchos de los archivos de M¨¦xico se han digitalizado o microfilmado, m¨¢s del 60% de los documentos no est¨¢n registrados en un cat¨¢logo (est¨¢n guardados, en el Archivo General, en instituciones p¨²blicas municipales, o archivos de las iglesias del pa¨ªs). Para probar que un documento fue robado, primero se tendr¨ªa que demostrar que estaba previamente en esos archivos p¨²blicos. Tercero, porque las casas de subasta no est¨¢n en la obligaci¨®n de revelar qui¨¦n es el vendedor, y eso impide tambi¨¦n rastrear a un posible ladr¨®n.
Las casas de subasta no est¨¢n en la obligaci¨®n de revelar qui¨¦n es el vendedor, y eso impide tambi¨¦n rastrear a un posible ladr¨®n
A pesar de esos tres obst¨¢culos, la poca digitalizaci¨®n s¨ª ha permitido identificar algunos saqueos. Por ejemplo, en abril del a?o pasado, la Galer¨ªa Swann de Nueva York vendi¨® por 6.750 d¨®lares (unos 5.700 euros) un decreto, de 1540, en el que la corona espa?ola le exig¨ªa al conquistador Hern¨¢n Cort¨¦s devolver 8.000 pesos para una exploraci¨®n que nunca se realiz¨®. Ese mismo manuscrito (con la misma caligraf¨ªa y los mismos defectos en la p¨¢gina) hab¨ªa sido consultado y fotografiado por una investigadora en el Archivo General de la Naci¨®n en 2010.
En la misma subasta, Swann tambi¨¦n vendi¨® por 12.500 d¨®lares (10.500 euros) un decreto del rey espa?ol en el que pide proteger los bienes de Cort¨¦s. Este segundo documento tambi¨¦n se hab¨ªa encontrado en el Archivo General. En nueve a?os, de alguna forma, los dos decretos salieron del Archivo y lograron volar hasta una galer¨ªa neoyorquina. La Galer¨ªa Swann no es la ¨²nica casa de subastas internacional que ha ofrecido documentos que historiadores mexicanos ya hab¨ªan visto anteriormente en el Archivo. La casa de subastas Christie ¡®s, por ejemplo, vendi¨® en 2017 y 2019 cartas firmadas por Hern¨¢n Cort¨¦s que proven¨ªan del mismo sector del archivo que los dos vendidos por Swann.
¡°No estoy seguro qui¨¦n fue [el responsable del robo]¡±, explica a El PA?S Michel Oudijk, fil¨®logo en la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico. ¡°Pero tiene que ser alguien del Archivo
¡°No estoy seguro qui¨¦n fue [el responsable del robo]¡±, explica a El PA?S Michel Oudijk, fil¨®logo en la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico. ¡°Pero tiene que ser alguien del Archivo. Los investigadores sabemos que nos es imposible sacar un documento porque en el Archivo te revisan cuando entras y sales; dejas tu bolsa en una caja fuerte, y si tienes hojas, solo pueden ser de media cuartilla. Hasta tienes que abrir tu ordenador port¨¢til para demostrar que no llevas papeles ah¨ª¡±.
Oudijk, quien se especializa en el periodo colonial de M¨¦xico, es uno de los pocos que han hecho una base de datos con los objetos coloniales que la Casa de Subastas Morton ha ofrecido a sus compradores desde el 2008: m¨¢s de 3.000 documentos, impresos o manuscritos, entre los cuales se encuentran, por ejemplo, escrituras para la venta de esclavos, cartas al Papa, o planos de Ciudad de M¨¦xico del siglo XVIII. ¡°En el caso de Morton espec¨ªficamente, lo que han ofrecido, cuando ves estos n¨²meros, es asombroso,¡± dice Oudijk. El PA?S solicit¨® una entrevista con la casa de subastas Morton, pero no obtuvo respuesta.
Desde el 2014, Oudijk tambi¨¦n ha identificado m¨¢s de 80 documentos importantes de la historia ind¨ªgena de M¨¦xico que se han ofrecido en las oficinas neoyorquinas de la galer¨ªa Swann, desde Colecci¨®n de 10 testamentos en Nahualt hasta Reglas de ortograf¨ªa, diccionario y arte del idioma Othomi. ¡°Mi trabajo no es ser detective de documentos,¡± dice Oudijk, aclarando que le ser¨ªa imposible saber si todos estos documentos fueron robados, porque tendr¨ªa que confirmar si estaban previamente en un cat¨¢logo del archivo. ¡°Pero, algunos s¨ª lo fueron. Otros se roban en las iglesias de los pueblos, y luego se venden. Es un problema muy grave, porque el patrimonio cultural no est¨¢ protegido¡±.
?C¨®mo detener el saqueo?
La estrategia principal para defender estos documentos, hasta ahora, ha sido esperar que un historiador corra la suerte de encontrarse con un cat¨¢logo de subasta, que ese historiador identifique all¨ª documentos que ya ha le¨ªdo previamente en el Archivo General, y que ese historiador logre llamar a tiempo a las autoridades para que intenten detener la venta del archivo. Una estrategia precaria, que ha funcionado en unos pocos casos.
En julio de este a?o, por ejemplo, el investigador Javier Eduardo Ram¨ªrez identific¨® unos manuscritos de los siglos XVIII y XIX, sustra¨ªdos ilegalmente del Sagrario de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de M¨¦xico, y puestos en venta por la Casa de Subastas Morton. Ram¨ªrez descubri¨® que los manuscritos hab¨ªan sido microfilmados en 1961, y alert¨® al Instituto Nacional de Antropolog¨ªa e Historia y a la casa de subastas, que decidi¨® retirar voluntariamente los documentos del mercado. ¡°Es bueno que ahora el Archivo tome cartas en el asunto¡±, opina Ram¨ªrez, al discutir la demanda esta semana contra Morton.
La demanda contra la Casa de Subastas Morton, sin embargo, fue un esfuerzo nuevo para detener el saqueo de documentos hist¨®ricos sin enfocarse en el robo en s¨ª, sino pidiendo al intermediario (la casa de subastas) que se haga responsable y los consulte antes de la venta de un documento. Esta consulta ha sido pr¨¢cticamente inexistente hasta ahora, a pesar de que es una obligaci¨®n de acuerdo a la ley mexicana de Archivos. ¡°No hay antecedentes de que el Archivo General haya observado o puesto atenci¨®n en los procesos, o que haya incentivado que los particulares que quieran vender tengan que cumplir con ese proceso¡±, asegura David V¨¢squez, el presidente del Comit¨¦ Mexicano de Ciencias Hist¨®ricas. ¡°Queremos que exista un respeto a esta norma¡±.
Marco Palofox y sus colegas en el Archivo General intentaron identificar, en menos de 24 horas, todos los manuscritos en el cat¨¢logo de Morton que superficialmente podr¨ªan ser considerados fundamentales para el patrimonio de documentos: ¡°Si es original o no es original, qui¨¦n lo firm¨®, o si tiene que ver con la historia de M¨¦xico o no¡±. El abogado admite que ¨¦l no tiene ¡°la capacidad operativa¡± para saber si esos 75 documentos que identificaron en la subasta del martes son robados o no. "No tenemos ni idea qu¨¦ falta en el Archivo General de la Naci¨®n'', dice. Pero en estos 75 casos consideran que ¡°por su rareza o importancia para la historia mexicana¡± deber¨ªan ser conservados en el pa¨ªs.
Muchos de los documentos que se vieron en Swann y Christie¡¯s fueron cortados con navajas, de forma muy precisa, para no revelar que eran parte de libros m¨¢s grandes guardados en los archivos de la demanda.
¡°El prop¨®sito de la denuncia es enviar un mensaje contundente a los actores involucrados en la comercializaci¨®n del patrimonio documental de la naci¨®n¡¯', explic¨® el director del Archivo, Ruiz Abreu, en una entrevista de radio. Pero adem¨¢s de la demanda, asegur¨® estar comprometido con conocer ¡°la magnitud de este saqueo¡± y frenar al ¡°personal coludido, el personal del mismo Archivo, con los que han cortado con una perfecci¨®n extraordinaria los documentos¡±.
Ruiz Abreu dice que muchos de los documentos que se vieron en Swann y Christie¡¯s fueron cortados con navajas, de forma muy precisa, para no revelar que eran parte de libros m¨¢s grandes guardados en los archivos de la demanda. Pero no hay robo hist¨®rico que se frene solo con una acci¨®n legal, o archivo que se proteja con solo un peque?o grupo de historiadores vigilando las subastas internacionales. Al final, el pecado original, solo se sana si se logra frenar al ladr¨®n. Por ahora, el Archivo General sigue busc¨¢ndolo.