Chiapas - Yale - Ciudad de M¨¦xico: el viaje de una estela maya robada
La vuelta a M¨¦xico de una pieza arqueol¨®gica saqueada evidencia los l¨ªmites de las pol¨ªticas de devoluci¨®n del patrimonio robado
La ¨²ltima noticia que se ten¨ªa de la estela era una fotograf¨ªa de 1900, tomada por un explorador italo-alem¨¢n en las selvas del sur de M¨¦xico. En la imagen aparece rota en cinco pedazos, grandes trozos de piedra labrada del siglo IX en los que dos dignatarios mayas, con taparrabos, penacho de plumas y collar, levantan la mirada hacia el cielo.
Alg¨²n tiempo despu¨¦s de aquella foto, un grupo de saqueadores lim¨® los pedazos para luego empacarlos y venderlos fuera del pa¨ªs. Una esquina de la estela acab¨® decorando la pared del departamento de un coleccionista privado en la costa este de Estados Unidos. Hace unos tres a?os, el due?o supo que ese pedazo de piedra proven¨ªa en realidad de un saqueo y se comunic¨® con la galer¨ªa de arte de la Universidad de Yale para devolverla. Este centro se demor¨® hasta octubre pasado para alertar a la diplomacia mexicana de la ubicaci¨®n de la pieza perdida. Finalmente, el enorme trozo de piedra caliza sacada de la selva de Chiapas volvi¨® a Ciudad de M¨¦xico hace poco m¨¢s de una semana, en un vuelo comercial desde Nueva York. Pese al ¨¦xito de la repatriaci¨®n, su retorno muestra parad¨®jicamente los l¨ªmites de la pol¨ªtica de recuperaci¨®n de patrimonio del Estado mexicano.
El regreso del fragmento supone un buen inicio de a?o para la recuperaci¨®n de patrimonio robado, cuyos frutos en la ¨²ltima d¨¦cada han sido muy variables, seg¨²n muestran los datos proporcionados por el INAH a EL PA?S. En 2008 se restituyeron unas 900 piezas, pero en 2011 no hubo ninguna. Un a?o despu¨¦s, el n¨²mero se dispar¨® hasta superar las 5.000 y en 2013 volvi¨® a caer en picado a algo m¨¢s de una decena. ¡°No es constante, depende del a?o¡±, explica el arque¨®logo Alejandro Bautista, quien desde el Instituto Nacional de Antropolog¨ªa e Historia (INAH) ha participado en estos esfuerzos. ¡°Lograr que se restituya implica un proceso diplom¨¢tico, judicial, administrativo, acad¨¦mico¡¡±, justifica.
En el caso de la estela de La Mar, se ha tardado varias d¨¦cadas. Los arque¨®logos consultados no recuerdan una restituci¨®n tan importante desde el Bajorrelieve de Xoc, una piedra labrada de ¨¦poca olmeca interceptada en una casa de subastas en Par¨ªs y devuelta a M¨¦xico en 2015. Recuperar estelas, las l¨¢pidas conmemorativas que los antiguos mayas esculp¨ªan para dar testimonio de acontecimientos importantes, es una rareza. ¡°Generalmente son figurillas o vasijas; nada tan espectacular como una estela¡±, asegura Bautista.
El explorador Teobert Maler, fot¨®grafo de ocasi¨®n, pudo ser uno de los ¨²ltimos en verla en su h¨¢bitat original. Despu¨¦s de luchar para el fugaz Imperio mexicano de Maximiliano de Habsburgo, Maler se dedic¨® a documentar las ruinas mayas del sur del pa¨ªs. En 1900 visit¨® el yacimiento arqueol¨®gico de La Mar, en el Estado de Chiapas, donde fotografi¨® la estela. Algunos a?os despu¨¦s de Maler, no se sabe cu¨¢ntos, llegaron los saqueadores. La primera mitad del siglo XX fue una ¨¦poca dorada para este gremio y rica en historias de expolio?gracias a la falta de protecci¨®n de los yacimientos. En este contexto, las vistosas estelas mayas fueron un bot¨ªn jugoso.
El arque¨®logo Alejandro Toval¨ªn, de la oficina del Instituto Nacional de Antropolog¨ªa e Historia (INAH) en Chiapas, explica la mec¨¢nica del saqueo: ¡°La piedra caliza es relativamente suave. Se usaba una sierra para sacar un corte de unos seis cent¨ªmetros de grosor y los fragmentaban en peque?os cuadrados; muchas veces bajo pedido. Bastantes estelas fueron destruidas en ese momento¡±. Bien troceadas, acababan decorando los salones de coleccionistas europeos o estadounidenses, como fue el caso del Bajorrelieve el Xoc y del fragmento recuperado.
A pesar de la falta de registros de muchas de las piezas robadas, los esfuerzos de restituci¨®n han empezado a cosechar ¨¦xitos modestos en la ¨²ltima d¨¦cada. El azar y la buena voluntad han jugado un papel importante. Algunas piezas han sido recuperadas gracias a investigaciones policiales extranjeras -M¨¦xico tiene sendos acuerdos bilaterales en este ¨¢mbito que facilitan la devoluci¨®n de las piezas robadas una vez encontradas-, pero lo m¨¢s com¨²n es que los due?os o sus descendientes las devuelvan voluntariamente. ¡°De las 42 piezas recuperadas en 2018, 38 fueron retornos voluntarios y cuatro decomisos policiales¡±, apunta como ejemplo Alejandro Bautista, del INAH.
Juntar los fragmentos
Hace unos tres a?os, un coleccionista estadounidense cuya identidad no ha trascendido se puso en contacto con la Galer¨ªa de arte de la Universidad de Yale. Desde 1966 ten¨ªa en su domicilio particular una esquina de piedra labrada de 45 cent¨ªmetros de ancho, 74 de largo y siete de grosor, que pertenec¨ªa a la estela fotografiada por Maler hac¨ªa m¨¢s de 100 a?os. ¡°Mientras consultaba unos archivos ¨¦l vio la imagen y descubri¨® que formaba parte de una pieza mayor¡±, explica Laurence Kanter, el galerista que particip¨® en la operaci¨®n. ¡°Entonces se comunic¨® con nosotros para pedirnos ayuda. Nos dijo que quer¨ªa reunirla con los otros pedazos, pero que no sab¨ªa c¨®mo hacerlo¡±.
La galer¨ªa ya hab¨ªa ayudado a v¨ªctimas del Holocausto a recuperar obras de arte confiscadas por los nazis, pero era su primera experiencia con arte prehisp¨¢nico. Y esta vez se trataba de devolver, no de recuperar. Kanter se comunic¨® con el Consulado de M¨¦xico en Nueva York, una mole gris¨¢cea en pleno Manhattan. La noticia pas¨® entonces del Consulado a la Secretar¨ªa de Relaciones Exteriores en la capital y, de all¨ª, al INAH. El arque¨®logo Alejandro Bautista viaj¨® en octubre a Nueva York para hacer un primer diagn¨®stico y supervisar el embalaje de la pieza.
Cinco meses despu¨¦s de ese viaje de reconocimiento, la esquina de estela ha pisado tierra mexicana y ha sido inscrita en el Registro de Bienes Culturales, una especie de acta de nacimiento. El paradero de los otros cinco fragmentos sigue siendo un misterio. La forma del corte de la esquina restituida podr¨ªa dar alguna pista. ¡°Si el corte es homog¨¦neo, el resto podr¨ªa estar escondido en alguna colecci¨®n. Si es irregular, es posible que hayan sido destruidos¡±, aventura Toval¨ªn. ?Pero qu¨¦ posibilidad hay de una reuni¨®n de los cinco pedazos? ¡°Es muy complicado...¡±.
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