El asesinato fantasma del exgobernador de Jalisco
Ante la falta de pistas sobre el atentado contra Arist¨®teles Sandoval, la fiscal¨ªa pide la colaboraci¨®n ciudadana de Vallarta, polo del turismo masivo. Los trabajadores de la zona apenas saben nada
Hab¨ªa terminado su trabajo en el parking y estaba ya en casa viendo una pel¨ªcula cuando escuch¨® el ruido. ¡°Como esos cohetes que lanzan en fiestas, que son muchos y van de corrido: ra-ta-ta-ta-ta-ta¡±, recuerda Adriana Ba?uelos, 56 a?os, de vuelta en el parking, a unos 300 metros del local donde la madrugada del viernes asesinaron al exgobernador de Jalisco, Arist¨®teles Sandoval. Aquella r¨¢faga de anoche no eran cohetes sino los balazos con los que remata...
Hab¨ªa terminado su trabajo en el parking y estaba ya en casa viendo una pel¨ªcula cuando escuch¨® el ruido. ¡°Como esos cohetes que lanzan en fiestas, que son muchos y van de corrido: ra-ta-ta-ta-ta-ta¡±, recuerda Adriana Ba?uelos, 56 a?os, de vuelta en el parking, a unos 300 metros del local donde la madrugada del viernes asesinaron al exgobernador de Jalisco, Arist¨®teles Sandoval. Aquella r¨¢faga de anoche no eran cohetes sino los balazos con los que remataron al pol¨ªtico a la salida del bar restaurante Distrito 5, en la avenida principal de Puerto Vallarta (Jalisco) ¡°Ca¨ª en la cuenta esta ma?ana -a?ade Ba?uelos-, pero cuando lo o¨ª pens¨¦ que eran cohetes porque es como se recibe aqu¨ª a los turistas en los hoteles¡±.
Acordonado desde primera hora de la ma?ana por la polic¨ªa, el Distrito 5 est¨¢ en el coraz¨®n de Vallarta, segundo destino tur¨ªstico en M¨¦xico despu¨¦s de Canc¨²n. A un paso de la playa y rodeado de interminables torres de macro hoteles, centros comerciales, bares y restaurantes. El ecosistema de turismo de resort, en masa y a gran escala, que resiste a la pandemia y donde el exgobernador hab¨ªa llegado la semana pasada. Quiz¨¢s con la idea de pasar desapercibido entre la muchedumbre. La misma inercia an¨®nima que ahora dificulta la investigaci¨®n de su asesinato, que apenas cuenta a¨²n con testigos o pruebas s¨®lidas. Vallarta se despert¨® esta ma?ana como otro d¨ªa cualquiera. La avenida atascada de coches y las tiendas abarrotadas de turistas. ¡°Cuando llegu¨¦ esta ma?ana a trabajar hab¨ªa como 10 patrullas, pero al rato ya se te ha olvidado. Hay que seguir chambeando¡±, cuenta Nicol¨¢s Cort¨¦s, un trabajador de limpieza del centro comercial que mira de frente al bar.
La fiscal¨ªa ha informado que alrededor de la 1:40 de este viernes Sandoval se levant¨® de la mesa para ir al ba?o. All¨ª le estaban esperando y fue tiroteado por la espalda. Cuando los escoltas del pol¨ªtico lo recogieron para llevarlo malherido a un hospital, el coche fue de nuevo atacado por unos 10 sicarios, seg¨²n las autoridades, y varias r¨¢fagas de fusil. Los ¡°cohetes¡± que escuch¨® la se?ora del parking.
El fiscal Gerardo Sol¨ªs ha denunciado que los encargados del restaurante ordenaron la limpieza de la escena del crimen y que, hasta ahora, tampoco han tenido acceso a las grabaciones de las c¨¢maras de seguridad del establecimiento. Los indicios apuntan inevitablemente a otro salvaje golpe del crimen organizado, pero las autoridades no han concretado a¨²n ninguna posible autor¨ªa, a pesar de que Vallarta es uno de los feudos tradicionales del cartel Jalisco Nueva Generaci¨®n (CJNG) junto a sus distintos grupos sat¨¦lite y cuenta con un largo curr¨ªculum de sucesos asociados al narcotr¨¢fico. ¡°Aunque estamos acostumbrados, s¨ª te mueve el piso¡±, dice Isis Espinosa, 30 a?os, gerente de otro restaurante cercano. Sobre el extra?o detalle de la limpieza inmediata de la escena del crimen, opina que ella hubiera hecho lo mismo. ¡°Si te amenaza el narco creo solo te queda obedecer. Por suerte, no me toc¨® a m¨ª¡±.
El atentado, del que a¨²n no hay ning¨²n detenido, est¨¢ rodeado de inc¨®gnitas. ?Qui¨¦nes son las otras tres personas que acompa?aban a Sandoval anoche? ?C¨®mo entr¨® un arma a un local de ocio nocturno, que suele contar con detector de metales o registro en la puerta? ?O el arma fue escondida con antelaci¨®n en el ba?o, como en la famosa escena de El Padrino? ?Por qu¨¦ los escoltas del exgobernador no activaron de inmediato el llamado protocolo primer respondiente, destinado a custodiar la escena del crimen? ?Por qu¨¦ atacar a un pol¨ªtico que ya no estaba en la primera l¨ªnea?
Dedicado desde hace dos a?os a labores internas de su partido, el PRI, el sexenio de Sandoval al frente del Gobierno de Jalisco estuvo marcado por el auge desbocado del cartel Jalisco Nueva Generaci¨®n, considerado hoy el grupo criminal m¨¢s poderoso de M¨¦xico. En marzo de 2013 fue asesinado en las calles de Guadalajara su reci¨¦n nombrado secretario de Turismo, Jes¨²s Gallegos. Al a?o siguiente, un operativo frustrado para detener al l¨ªder del CJNG, Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho, desat¨® una ins¨®lita oleada de violencia en el Estado, que incluy¨® el derribo de un helic¨®ptero militar a ca?onazos y el bloqueo de 39 carreteras. En 2018, ya con Sandoval en la rampa de salida, el exfiscal Luis Carlos N¨¢jera fue emboscado a plena luz del d¨ªa a la salida de un restaurante de moda.
Sandoval es conocido en los mentideros locales por no haber cedido a los chantajes de la mafia. ¡°Nunca se torci¨® con ellos¡±, cuenta un periodista local que prefiere no dar su nombre y que entre la madeja de confusi¨®n apunta al grupo de Los Cuinis, una c¨¦lula del CJNG liderada por Abigael Gonz¨¢lez Valencia, cu?ado del Mencho y detenido en 2015 aqu¨ª, en Puerto Vallarta. El departamento del Tesoro de EE UU acusa a Los Cuinis de controlar las redes de lavado de dinero del CJNG desde la joya tur¨ªstica del Estado. Y su nombre tambi¨¦n son¨® tras el secuestro de dos hijos del Chapo Guzm¨¢n, el hist¨®rico capo del cartel de Sinaloa, hace cuatro en otro restaurante de Vallarta.
Mientras tanto, un d¨ªa despu¨¦s del atentado contra Sandoval, el caudal de turistas sigue paseando por delante de la escena del crimen con una mezcla de curiosidad e indiferencia. Dos j¨®venes estadounidenses, en chanclas y pantal¨®n corto, se detienen un momento tras la cinta policial. No saben nada de lo sucedido hasta que el reportero les cuenta que apenas hace unas horas acribillaron aqu¨ª al exgobernador. ¡°Vaya, qu¨¦ terrible -responde uno de ellos-. Bueno, pues ya sabemos d¨®nde no hay que venir a beber mojitos¡±.