El asesino serial de Atizap¨¢n ante el juez: ¡°Solo quiero decir la verdad, lo he hecho, me culpo¡±
Los especialistas judiciales prosiguen la b¨²squeda de pruebas de decenas de posibles v¨ªctimas en la casa de la calle de las Margaritas
El asesino serial de Atizap¨¢n se ha declarado culpable ante el juez este jueves. Andr¨¦s, de 72 a?os, permanece en prisi¨®n, desde el lunes, tras descubrir la polic¨ªa que su casa, en la calle Margaritas de la localidad mexiquense, era un cementerio donde ha enterrado a mujeres durante dos d¨¦cadas. Reyna Gonz¨¢lez fue la ¨²ltima v¨ªctima de la que la fiscal¨ªa acusa a este hombre. El marido acudi¨® a casa de Andr¨¦s en dos ocasione...
El asesino serial de Atizap¨¢n se ha declarado culpable ante el juez este jueves. Andr¨¦s, de 72 a?os, permanece en prisi¨®n, desde el lunes, tras descubrir la polic¨ªa que su casa, en la calle Margaritas de la localidad mexiquense, era un cementerio donde ha enterrado a mujeres durante dos d¨¦cadas. Reyna Gonz¨¢lez fue la ¨²ltima v¨ªctima de la que la fiscal¨ªa acusa a este hombre. El marido acudi¨® a casa de Andr¨¦s en dos ocasiones cuando vio que ella no aparec¨ªa y que las ni?as estaban solas en casa, el fin de semana pasado. En la segunda ocasi¨®n pudo entrar y descubri¨® los restos de su esposa, descuartizada, seg¨²n algunas versiones policiales que citan los medios de comunicaci¨®n. Pero hab¨ªa m¨¢s, un s¨®tano y otras estancias donde los especialistas judiciales contin¨²an recabando pruebas.
¡°Yo lo ¨²nico que quiero es decir la verdad, lo he hecho, ya ni modo¡±, han sido las palabras del criminal ante el juez esta ma?ana, en una audiencia de m¨¢s de cuatro horas. ¡°Ah¨ª est¨¢ su esposo [para corroborarlo]¡±, ha a?adido, seg¨²n la televisora Milenio. En efecto, el esposo ha asistido a esta vista judicial negando con su presencia las primeras informaciones de los vecinos en las que aseguraban que la v¨ªctima, de 34 a?os, era madre soltera. Andr¨¦s la visitaba constantemente en la tienda de celulares que ella regentaba en Atizap¨¢n, pero a decir del marido, no era m¨¢s que un amigo de la familia, al que ten¨ªa adoptado por l¨¢stima.
El hombre, al que se ve en los v¨ªdeos detenido, amarrado de pies a manos y con andares dificultosos, era, sin embargo, un asesino en serie que ven¨ªa matando mujeres desde 1991, con el mismo procedimiento, una pu?alada en el coraz¨®n y el desmembramiento posterior. Algunos medios han informado de que asesin¨® a 30 mujeres, muchos de cuyos nombres figuran en una libreta. En su casa han aparecido tambi¨¦n numerosos objetos personales de las v¨ªctimas, as¨ª como credenciales que las identificaba. El Ministerio P¨²blico ha llamado a la poblaci¨®n a denunciar cuantos casos de desaparici¨®n consideren que puedan estar relacionados con este hombre, ahora encarcelado.
¡°No niego, me culpo¡±, dijo ante el juez Andr¨¦s, El Chino, a pesar de que sus abogados le han recomendado un perfil m¨¢s prudente. Pero el hombre parece tener claro cu¨¢l va a ser su futuro. Las pruebas son inequ¨ªvocas, decenas de huesos y credenciales de mujeres aparecidas en las excavaciones que se efect¨²an en la casa no dejan lugar a muchas dudas. Desde primera hora, los investigadores dieron por factible que el caso remit¨ªa a un asesino en serie. Y cada d¨ªa salen a la luz los nombres de m¨¢s mujeres, una vez que los familiares van identificando los objetos hallados. Una m¨¢quina excavadora ha apoyado las tareas de exhumaci¨®n en la vivienda. Y la casa es un vertedero de cachivaches viejos tanto dentro como en una peque?a azotea. Una especie de s¨ªndrome de Di¨®genes. Polic¨ªa y familiares tratar¨¢n de relacionar muchos de esos enseres con las v¨ªctimas.
El juez ha fijado un plazo de tres meses de investigaci¨®n complementaria y una medida cautelar de prisi¨®n. Andr¨¦s ya no podr¨¢ saludar a sus vecinos cordialmente, como ten¨ªa por costumbre. Fue representante vecinal y ahora hac¨ªa campa?a por un partido pol¨ªtico, por lo que manten¨ªa relaciones con el vecindario. Los negocios que compart¨ªan calle con la tienda de celulares de la ¨²ltima v¨ªctima, Reyna, dan cuenta de la amistad que los un¨ªa. Siempre estaba de visita en la tienda, siempre, a diario, han dicho a este peri¨®dico. Algunos han querido entender que ten¨ªan una relaci¨®n sentimental o que la mat¨® por negarse a ello. El marido lo ha negado. El matrimonio ten¨ªa dos hijas.
Andr¨¦s, al que nunca se le conoci¨® una pareja, pero s¨ª varios inquilinos en dependencias anexas, convirti¨® la casa de la calle de las Margaritas en un santuario del crimen durante a?os. Hoy, decenas de familiares tratar¨¢n de cerrar el caso de tantas v¨ªctimas un d¨ªa desaparecidas.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S M¨¦xico y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este pa¨ªs