Un periodista mexicano asesinado en 2017 fue espiado previamente por el ¡®software¡¯ Pegasus
Una investigaci¨®n revela que miles de tel¨¦fonos en M¨¦xico, entre ellos de periodistas, activistas y l¨ªderes sindicales, fueron incluidos como objetivos de espionaje a trav¨¦s del ¡®malware¡¯ contratado por el Gobierno de Pe?a Nieto
En marzo de 2017, semanas antes de ser asesinado a tiros mientras lavaba su coche, el tel¨¦fono del periodista mexicano Cecilio Pineda fue incluido en la lista de objetivos del software Pegasus, el pol¨¦mico programa de espionaje propiedad de la compa?¨ªa israel¨ª NSO Group adquirido por el Gobierno de Enrique Pe?a Nieto. En abril del mismo a?o, ...
En marzo de 2017, semanas antes de ser asesinado a tiros mientras lavaba su coche, el tel¨¦fono del periodista mexicano Cecilio Pineda fue incluido en la lista de objetivos del software Pegasus, el pol¨¦mico programa de espionaje propiedad de la compa?¨ªa israel¨ª NSO Group adquirido por el Gobierno de Enrique Pe?a Nieto. En abril del mismo a?o, un grupo de periodistas y activistas mexicanos acus¨® al Gobierno priista de haber sido v¨ªctimas de espionaje a trav¨¦s del malware. La pol¨¦mica crece ahora tras la revelaci¨®n de que al menos 15.000 n¨²meros de tel¨¦fono en M¨¦xico, entre ellos periodistas, activistas, l¨ªderes sindicales y defensores de los derechos humanos, estaban en la lista de objetivos de Pegasus, seg¨²n una investigaci¨®n publicada este domingo por la ONG Forbidden Stories junto con Amnist¨ªa internacional y un consorcio de medios.
Este tipo de tecnolog¨ªa se justifica en la lucha de los Gobiernos por la seguridad nacional, el combate al terrorismo o al narcotr¨¢fico. El esc¨¢ndalo escala el ¨¢mbito mexicano. El a?o pasado la empresa de mensajer¨ªa WhatsApp, propiedad de Facebook, demand¨® al fabricante del programa, NSO Group, por haber penetrado su sistema para espiar a periodistas, diplom¨¢ticos y activistas en todo el mundo.
La lista de objetivos revelada este domingo incluye m¨¢s de 50.000 tel¨¦fonos de todo el mundo. Casi la mitad corresponden a n¨²meros mexicanos, el pa¨ªs con m¨¢s presencia en la lista. Al menos 26 periodistas de M¨¦xico est¨¢n incluidos entre los objetivos de programa de espionaje seg¨²n la lista revelada, que abarca los a?os 2016 y 2017.
Pineda, 38 a?os, era un reportero local de Guerrero, uno de los Estados m¨¢s violentos y corro¨ªdos por el crimen organizado. A finales de abril, semanas antes de su asesinato, hab¨ªa empezado a recibir amenazas de muerte a trav¨¦s de llamadas an¨®nimas. El inicio de las amenazas coincide, seg¨²n la informaci¨®n de The Guardian, uno de los medios asociados al consorcio que ha liderado la investigaci¨®n, con la inclusi¨®n del tel¨¦fono de Pineda en la lista de objetivos de espionaje.
La tarde del 3 de marzo, varios individuos montados en una motocicleta le dispararon a quemarropa mientras lavaba su coche. El tel¨¦fono de Pineda desapareci¨® tras el crimen, por lo que no puede confirmarse si hab¨ªa sido previamente infectado por el malware. Una vez dentro de los dispositivos, Pegasus permite acceso total a la informaci¨®n, desde contactos, rastreos de llamadas a geolocalizaci¨®n.
Apenas dos horas antes de su asesinato, Pineda hab¨ªa publicado un video en sus redes sociales denunciando que los pol¨ªticos locales estaban coludidos por una banda de secuestradores que causaba estragos en Tierra Caliente. ¡°Va a seguir habiendo muertes, puesto que [las autoridades] no quieren actuar como debe de ser¡±, denunci¨®. Tres a?os despu¨¦s no hay ning¨²n detenido por el asesinato.
El caso Pegasus, uno de los mayores esc¨¢ndalos del sexenio pasado, persigue de nuevo a Pe?a Nieto, que ha negado en varios ocasiones que su Gobierno haya utilizado el software de NSO para otros fines que no sean la seguridad nacional. El presidente, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, se ha esforzado en tomar distancia con la pol¨¦mica. ¡°No estamos metidos en eso, aqu¨ª se decidi¨® que no se iba a perseguir a nadie¡±, dijo el mandatario en noviembre. El actual Gobierno ha abierto una investigaci¨®n al respecto, pero la lentitud de las pesquisas inquieta a activistas y afectados.
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