Historias que matan y mantienen viva a Zacatecas
El ciclo interminable de asesinatos, desapariciones y reacomodos criminales ahogan al Estado ante el cambio de Gobierno e ilustran la dificultad de combatir al narco en M¨¦xico
Cuatro mujeres se han juntado esta tarde en Jalpa para contar lo que las mata y las mantiene vivas. Mujeres que se conoc¨ªan, pero que nunca hab¨ªan compartido sus historias delante de las dem¨¢s por una mezcla de verg¨¹enza, culpa y miedo. ¡°Ya tenemos p¨¢nico, qu¨¦ m¨¢s da un poquito m¨¢s¡±, dice Marta Silva, una de ellas, anfitriona de las dem¨¢s. En este pueblo del sur de Zacatecas, compartir una pizza y varias penas es un acto de resistencia.
Silva, de 52 a?os, lleva 11 buscando a su esposo, comandante de la polic¨ªa local, d...
Cuatro mujeres se han juntado esta tarde en Jalpa para contar lo que las mata y las mantiene vivas. Mujeres que se conoc¨ªan, pero que nunca hab¨ªan compartido sus historias delante de las dem¨¢s por una mezcla de verg¨¹enza, culpa y miedo. ¡°Ya tenemos p¨¢nico, qu¨¦ m¨¢s da un poquito m¨¢s¡±, dice Marta Silva, una de ellas, anfitriona de las dem¨¢s. En este pueblo del sur de Zacatecas, compartir una pizza y varias penas es un acto de resistencia.
Silva, de 52 a?os, lleva 11 buscando a su esposo, comandante de la polic¨ªa local, desaparecido durante la pen¨²ltima ola de violencia que vivi¨® el Estado, hace algo m¨¢s de una d¨¦cada, todav¨ªa durante el Gobierno de Felipe Calder¨®n (2006-2012). Otra de las mujeres, Maria Elena Mu?oz, tambi¨¦n de 52 a?os, perdi¨® a su hija en febrero de 2013. Hombres armados se la llevaron del centro de Jalpa a plena luz del d¨ªa. Las otras dos narran p¨¦rdidas recientes, dos hijos desaparecidos el a?o pasado, en pleno reacomodo criminal en la regi¨®n.
Son dramas que recorren una larga d¨¦cada de violencia e impunidad, empezando por la guerra entre Los Zetas y el cartel del Golfo en los a?os de Calder¨®n, enlazando con la reciente pugna entre el Cartel Jalisco Nueva Generaci¨®n, CJNG, y el Cartel de Sinaloa. Son los nombres, las siglas, los argumentos que han dado las autoridades estos a?os: grupos vinculados al narcotr¨¢fico que batallan por el territorio, las rutas y los mercados locales. De ah¨ª, dicen, la violencia.
Hasta mediados de agosto, Zacatecas cont¨® m¨¢s de 1.000 asesinatos, seg¨²n datos de la fiscal¨ªa estatal. En todo el a?o pasado fueron poco m¨¢s de 1.200, de acuerdo a la cuenta del Instituto Nacional de Estad¨ªstica. La tasa de homicidios por cada 100.000 habitantes es una de las m¨¢s altas de todo el pa¨ªs. Otros delitos de alto impacto como el secuestro o la extorsi¨®n presentan igualmente registros altos. En los ¨²ltimos dos a?os y medio, el n¨²mero de personas desaparecidas se ha disparado, con m¨¢s de 800 casos denunciados, casi la mitad del acumulado hist¨®rico.
La violencia ha dejado adem¨¢s un reguero de situaciones horrendas, masacres de decenas de personas, cuerpos tratados como mensajes, sacrificados a una guerra sin fin. El 12 de agosto, los cad¨¢veres de seis personas aparecieron colgados de un puente en la capital, declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco. El martes pasado, criminales emboscaron a una patrulla policial cerca del municipio serrano de Valpara¨ªso. Tres murieron a balazos y dos se salvaron por poco.
Como en Michoac¨¢n, Guanajuato o Jalisco, la violencia creciente y la sa?a de los grupos criminales retan la estrategia de seguridad del Gobierno federal, que encabeza Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador. La presencia de la Guardia Nacional y el Ej¨¦rcito parece ajena al quehacer de los criminales, que han convertido partes del Estado en verdaderos infiernos, caso de la regi¨®n serrana de Valpara¨ªso y Jerez, o de la ciudad m¨¢s poblada, Fresnillo, donde el 95% de los habitantes piensan que la ciudad es insegura, el porcentaje m¨¢s alto de todo el pa¨ªs.
En casa de Marta Silva, la violencia es un latigazo continuo, un goteo diario. Cada ma?ana que su esposo sigue desaparecido es violencia, cada semana que la investigaci¨®n no presenta avances, tambi¨¦n. Lo mismo para sus compa?eras involuntarias de viaje. La enfermera Rosana Esqueda, de 43 a?os, cuenta que su hijo desapareci¨® en abril de 2020. ¡°?l era adicto a las drogas¡±, explica, venciendo toda noci¨®n de culpa o verg¨¹enza. ¡°Es que aqu¨ª¡±, a?ade, refiri¨¦ndose a Jalpa, un municipio de 23.000 habitantes, ¡°se maneja mucho la droga¡±.
Esqueda explica que su hijo fue v¨ªctima de la llegada del CJNG al sur de Zacatecas y el reacomodo posterior. Experta a la fuerza en el crimen local, la mujer narra que la irrupci¨®n del cartel Jalisco oblig¨® a los hampones del pueblo a ponerse a su servicio. Lo primero que hicieron fue buscar a adictos locales y peque?os vendedores independientes a los que sacar informaci¨®n para satisfacer a los reci¨¦n llegados. El hijo de Esqueda cumpl¨ªa las dos condiciones.
Luz Elena De la Cruz, 49, cuenta una historia parecida. Hijo drogadicto cercano a peque?os vendedores de droga, blanco perfecto para los reci¨¦n llegados, ¨¢vidos de informaci¨®n y trofeos de sangre. ¡°El d¨ªa en que desapareci¨® se fue con un amigo suyo a Calvillo, en Aguascalientes. Todo el mundo sab¨ªa que ese amigo iba a comprar cristal para venderlo aqu¨ª¡±, dice, en referencia a la metanfetamina. De la Cruz explica que los dos muchachos viajaron un d¨ªa de febrero de 2020. Pero en el camino los interceptaron y ya no ha vuelto a ver a su hijo, que ahora tendr¨ªa 24 a?os.
Su caso y el de Esqueda esbozan parte de la ecuaci¨®n criminal en la regi¨®n. Y constatan una realidad innegable, una continuidad entre Gobiernos y estrategias que enlaza directamente con el caso de sus otras dos compa?eras. Sea 2010 o 2020, el crimen sigue desapareciendo personas. Ahora o hace 10 a?os, la capacidad de las fiscal¨ªas para resolver este tipo de situaciones es, de acuerdo a su experiencia, la misma: ninguna.
Un mensaje, un berrinche
A 2.440 metros de altura, las noches de agosto son fr¨ªas en la ciudad de Zacatecas. En una pick up de la polic¨ªa municipal, dos agentes del grupo de reacci¨®n esperan avisos por radio. El conductor, un oficial de 25 a?os con tres de experiencia en la unidad, conduce con la seguridad ¡ªy la temeridad¡ª de un piloto de carreras. ¡°Normalmente andamos por el centro y nos movemos a las orillas del municipio o los puntos rojos¡±, explica.
Apenas hay avisos esta noche y el conductor habla con soltura. No hace a¨²n d¨ªa y medio del ataque criminal contra la polic¨ªa estatal que tiene a las corporaciones del Estado consternadas. No es que la delincuencia no ataque a los uniformados, lo hace. Este mismo a?o, criminales asesinaron al subdirector de la polic¨ªa municipal en la capital. Ahora, cada vez que ocurre algo as¨ª, los huesos parecen pesar m¨¢s. ¡°?Miedo?¡±, pregunta ret¨®rico el conductor, ¡°miedo hay. Precisamente uno de los polic¨ªas que mataron el otro d¨ªa fue conmigo a la escuela¡±, cuenta.
El martes, una pick up como esta acab¨® hecha trizas en la sierra. Fue cerca de una comunidad que se llama Boquilla del Refugio, junto a Valpara¨ªso, en el suroeste del Estado. Cinco polic¨ªas estatales salieron de Jerez despu¨¦s de escuchar varios reportes sobre un presunto enfrentamiento a balazos en los cerros. Los agentes tomaron la carretera que une Jerez con Valpara¨ªso, punto caliente de la regi¨®n, cuando encontraron otra camioneta con hombres armados. Los tiros empezaron poco despu¨¦s.
El chofer y el copiloto murieron por las balas. De los tres que iban en la batea, uno recibi¨® un balazo en la pierna y se desangr¨®. Los otros dos salvaron la vida de milagro. Uno sufri¨® golpes graves en las piernas y otro una herida en el brazo izquierdo. ¡°Es que de junio para ac¨¢ todo esto se ha puesto peor¡±, dice el conductor de la polic¨ªa municipal, antes de narrar su propia experiencia en balaceras contra criminales estos a?os.
Junio no fue un mes cualquiera. Millones de mexicanos eligieron a sus representantes municipales y estatales para el pr¨®ximo trienio. Zacatecas renov¨® gobernador y eligi¨® alcaldes para sus 58 poblaciones. Como en el resto del territorio, la campa?a se vio envuelta en violencia. Un candidato a la alcald¨ªa de Fresnillo fue asaltado por hombres armados. La candidata a gobernadora de la coalici¨®n Va por M¨¦xico pidi¨® protecci¨®n al Gobierno.
El zacatecano Miguel Moctezuma, consultor de pol¨ªticas de seguridad p¨²blica, explica que ¡°las elecciones son ventanas de oportunidad para colocar intereses. Desde la perspectiva de los c¨¢rteles, est¨¢ el acceso a recursos p¨²blicos, control de zonas, negocios l¨ªcitos e il¨ªcitos, informaci¨®n y protecci¨®n de las fuerzas del orden¡±. Moctezuma, que sigue de cerca la evoluci¨®n de la lucha criminal en la sierra, se?ala que ¡°tambi¨¦n hay incentivos desde el lado contrario, la clase pol¨ªtica. Al final, las elecciones son un elemento catalizador, m¨¢s sabiendo que muchos de los cr¨ªmenes en M¨¦xico quedan impunes¡±.
La literalidad de la violencia criminal ¡ªlos cuerpos en las cunetas, los huecos que dejan las personas desaparecidas¡ª opaca muchas veces los motivos por los que act¨²a el crimen organizado. Superado el paradigma que pone el narcotr¨¢fico en el centro de la industria delincuencial, las elecciones, como fuente de repartici¨®n de fondos p¨²blicos, se impone igualmente como causa. Y tambi¨¦n, por tanto, los periodos de transici¨®n entre viejas y nuevas administraciones.
En la pick up de la polic¨ªa municipal de Zacatecas, el conductor comenta un evento de hace unos d¨ªas, el ataque pr¨¢cticamente simult¨¢neo y salvaje contra dos moteles de la capital, uno en las afueras y otro cerca del centro. Dos personas murieron y una result¨® herida. Las autoridades recogieron miles de casquillos de ambos lugares.
Horas antes, en la tarde, el responsable de uno los hoteles explicaba que un grupo de 10 hombres hab¨ªa ocupado un cuarto el domingo, a eso de las 17.00. Tres horas m¨¢s tarde, los hombres la emprendieron a balazos contra el complejo, quemando finalmente varios cuartos antes de irse. Preguntado al respecto, el responsable dec¨ªa que no sab¨ªa por qu¨¦ hab¨ªa sido, que nunca les hab¨ªan pedido ¡°piso¡±, esto es, dinero a cambio de existir. ¡°Yo creo que fue para mandarle un mensaje a alguien¡ Pasa mucho en cambios de Gobierno¡±, argumentaba, ¡°cuando entra el electo ya se calman las cosas¡±.
Ya en la noche, el polic¨ªa conductor escucha y asiente. Aunque apunta un motivo adicional: ¡°Yo creo que fue un berrinche de ellos, porque hace unos d¨ªas detuvieron a un l¨ªder del Cartel del Noreste aqu¨ª¡±, explica, en referencia a uno de los grupos que surgieron de la fractura de Los Zetas. Dicho eso, entra un aviso por radio de una pelea en una tienda. El conductor calla y enfila el perif¨¦rico a toda velocidad.
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